29/09/24

CORONEL ANTONIO VILLALBA

   Esto debe incluirse en las entradas con el nombre de Los Villalba, una estirpe militar de raíce oraníes, que son varias. Aquí dejo una de ellas:

https://soldadoespanol.blogspot.com/search?q=Villalba

    Nació en la ciudad de Orán, el 27 de noviembre de 1753. Aparece también con el apellido Villalba.

   Tuvo su ingreso en el servicio en clase de cadete el veintinueve de enero de 1770, entrando a estudiar las matemáticas en la Academia de Matemáticas de esa plaza, a la par que realizaba la instrucción militar en la guarnición. Tras superar con éxito los cursos en Orán, pasó a examinarse en Madrid y tras aprobar ingresó en el Real Cuerpo de Ingenieros, pasando a ser ayudante de ingeniero el cuatro de noviembre de 1776. También obtuvo el empleo de subteniente del ejército.

     Con este nuevo empleo, es destinado al reino de Granada y presidios menores africanos, donde realizó un par de veces la revista general de la costa levantina del reino granadino, así como asistiendo a las reparaciones de los castillos y fortalezas de Vera, Almería, Adra, Vélez Málaga y Málaga, levantando los planos de los referidos puntos.

   Por lo que a los presidios menores se refiere, realizó visitas a los puntos fuertes de Melilla, Peñón de Vélez de la Gomera y Peñón de Alhucemas, en el transcurso de los cuales sufrieron estas plazas continuos ataques de los moros, que pretendían impedir el avance de las obras, fundamentalmente en Melilla, donde no solo se sufría el fuego de fusilería, sino que también los de artillería, tanto de día como de noche.

   A pesar de esto, continuó con los hombres a su mando impertérrito en su tarea, saliendo al campo, a pesar de sufrir constantes ataques de los moros, y a los caminos cubiertos de los fuertes y puestos exteriores para cortar el fuego que en las estacadas prendía el enemigo, sosteniendo con estos frecuente fuego de fusil en los glacis para impedir que introdujeran minas o volándoles las que hubieran puesto.

   El veinticinco de junio de 1782, es nombrado ingeniero extraordinario. También obtuvo, en esta fecha o anterior, el empleo de teniente del ejército.

   Por Real orden de veintitrés de diciembre de 1785 se le destina a Nueva España, obteniendo su licencia de embarque el seis de mayo de 1786, a bordo de la fragata San Pedro Regalado y San Antonio, propiedad de José de Almera. Iba acompañado de su mujer, Isabel Granados, y su hija, Josefa, así como con un criado, Manuel Pérez.

   Una vez allí, continuó su mérito participando en las obras de la ciudad de Veracruz y encargado del detall de dichas obras y las del castillo de San Juan de Ulúa, estas por ausencia del ingeniero jefe Pedro Ponce, estando al frente de estas obras hasta el siguiente nueve de mayo de 1791, tras lo cual volvió al levantamiento de planos y perfiles en calidad de ingeniero.

   El quince de marzo de 1790 asciende ingeniero ordinario y gozaba del empleo de capitán de infantería.

   Independientemente de las obras de carácter militar, también realizó obras de tipo civil, como por ejemplo «…certificó la formación de una calle para contribuir beneficio, decoración y hermosura de la ciudad…» 

   Para final de 1791 andaba regular de salud.

   El diecisiete de mayo de 1798 asciende al empleo de teniente coronel de ejército.

   El quince de febrero de 1805 asciende al empleo de coronel, graduado de brigadier, con destino en la Costa de Granada. Para 1807 está destinado en la plaza de Ceuta.

   A partir de 1808 ya no hay más noticias.

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27/09/24

CORONEL MANUEL ESTREMERA

   Nació Manuel en la localidad jiennense de Cazorla, el veintitrés de mayo del 1791.

   Ingresó en el servicio en clase de cadete el tres de febrero de 1802, realizando el servicio de su clase e instruyéndose en la teoría y la práctica de las armas en el regimiento de infantería de Guadix y con este empleo y destino, se halló en la línea de Gibraltar en 1807. Este regimiento estaba movilizado como primera reserva.

   El veintiuno de junio de 1808 asciende a subteniente y con este empleo, ya desatada la Guerra de la Independencia, se halló en la acción de los Visos de Andújar en quince de julio, de donde desalojaron a los franceses, para enfrentarse a estos el siguiente día diecinueve en los campos de Bailén, donde las tropas españolas derrotaron a las napoleónicas.

   Tras esto, el regimiento se desplazó a Navarra, de donde hubo de retirarse de Tudela a Cuenca en noviembre, debido al arrollador avance francés fueron derrotadas las fuerzas españolas, iniciando estas una rápida y ordenada retirada hacia La Mancha, llegando a la ciudad de Cuenca, pasando por Zaragoza, Guadalajara y Madrid.

   Tras esto, se halló en las acciones de Mora y Consuegra los días trece y veintidós de febrero de 1809, en la de Medellín del veintiocho de marzo.

   El ocho de abril de este año obtuvo el grado de teniente y el siguiente quince de septiembre el empleo de teniente y, otra vez, el veintiuno de enero del año siguiente de 1810, el empleo de teniente de granaderos.

En este 1810, le vemos hallándose en la retirada del ejército desde Extremadura a Cádiz, llegando a la Isla de León el cuatro de febrero. En el transcurso de dicha retirada, el veintiuno de enero se le nombra teniente de granaderos. En la expedición al condado de Niebla el cuatro de abril; y en la acción y retirada de Castillejos.

   El primero de marzo, asciende a capitán.

   En 1811, se halló en la acción de Gibraleón del veintiséis de enero, tras lo cual se embarcó para la Isla de León. Una vez allí, se halló en la de los parapetos y puntos de avanzada de la línea francesa. Permaneció sobre las armas hasta el dieciséis de junio de 1812, que pasó destinado al regimiento de Fernando VII, donde el siguiente dieciséis de julio se le nombra capitán de cazadores.

   El primero de agosto de 1812, embarca en Cádiz para Nueva España, donde ya bullía la guerra civil que conduciría a la independencia de México. Llegó al puerto de Vera Cruz el treinta de septiembre.

   No tengo noticias de su actividad hasta el año siguiente, 1813, que por su hoja de servicios sé que entre febrero y agosto se halló en las acciones de Atlamajac, Chinaguapán, San Pedro y en la toma del fortín de San Miguel.

   En 1814 se halló en la del paso del río Mescala el veintiuno de enero, en la de Chichiguelco del diecinueve de febrero, en la toma de la plaza y fuerte de San Diego de Acapulco del trece de abril y en el ataque y toma del Voladero el seis de mayo.

   En este año de 1814 fue nombrado gobernador político y militar del puerto y plaza de Acapulco y a fin de año sargento mayor interino de su regimiento.

   El treinta de mayo de 1815 recibe el grado de teniente coronel y el quince de septiembre el empleo de sargento mayor, con el cual el mismo día se le destina al regimiento provincial de infantería de Oaxaca, donde finó el año.

   La siguiente noticia es del año de 1817, hallándose en la ocupación de las fortificaciones de Teotizlan y batalla de Ayotla de los días nueve y doce de enero; en el sitio y rendición de Silacapán; en la toma del cerro de ¿Inculasa?; en la acción de Etela del veintinueve de julio, donde las cosas no fueron nada bien para las tropas realistas, que se vieron obligados a capitular.

   Entre 1816 y 1821 estuvo encargado del mando principal de los ¿?, en cuyo tiempo realizó varias causas por orden del virrey, relativas tanto a operaciones militares como a faltas de disciplina. En el interín, el trece de julio de 1820 jura la Constitución por orden del virrey.

   Al final y debido a los reveses militares sufridos, el batallón de Oaxaca es disuelto y los españoles embarcan rumbo a España. Se acaba así con la presencia española en aquel país después de trescientos años.

   Al llegar a España, se encontró con que se le dejó en una especie de limbo, pues aunque participó en algunas campañas, ni tuvo destinos, ni ascensos ni retiro ni nada. El haber jurado la Constitución, desde luego, no le ayudó mucho y tras ser examinada constantemente su conducta, hubo de esperar al veinticinco de septiembre de 1830 para que fuera purificado y reingresado en la milicia.

   El doce de febrero de 1833 se le nombra mayor comandante y con dicho empleo pasa el treinta y uno de mayo de 1833 al regimiento de la Albuhera 7º ligero, con plaza en Cádiz, pasando luego a la Puebla de Arlanzón, donde el once de septiembre de 1835 recibe su patente de coronel y el mando del regimiento de Jaén.

   Viendo que a pesar de ascender en el escalafón no son reconocidos sus méritos y viendo como se desarrolla la guerra carlista, no puede más y se rebela contra esta situación y, así, escribe una carta a la rienda solicitándole que o bien lo destine a las Islas canarias o bien lo destine a luchar en el frente bélico que estaba que estaba teniendo lugar en Vascongadas. Dicha carta reza así:

   «Señora

   Don Manuel Estremera Coronel del Regimiento Provincial de Soria, a los R. P. de V. M. hace presenta: que habiendo sido colocado sin solicitarlo a principios del año 33, en el Regimiento de Ynfanteria de la Albuera 7º ligero; y viéndose por esta razón excluido de la escala y ascensos consiguientes al Exto. de la Peninsula: obligado á obtar entre el retiro en circunstancias como las presentes a pasar a canarias con notable perjuicio de los intereses, educación y carrera de sus hijos, prefirió solicitar el mando de un Regimiento de Millicias empleado en la presente campaña, que al paso que le proporcionaba el placer de ser útil a la causa legitima del Trono y de la patria, no desatendia enteramente lo que tiene relación con su casa y familia. V. M. Señora se digno oir benignamente su Suppca., confieriendole el del expresado Regmto. De Soria; pero con el simple carácter de Milicias, sin asignación o señalamiento de sueldo para el tiempo en que se retire á Provincia, en cuyo caso quedaría reducido á peor condición que lo estuviera bien retirado o escedente. Su carácter de Ynfanteria le daba derecho al sueldo permanente, como se acredita por la oja de servicios que tiene el tenor de acompañar:

   En cuya virtud á V. M. Suppca. Rendidamente se digne declararle el sueldo de Pri¡ovincia de que estaba en posesión antes del ultimo ascenso que disfrutaba ya hace 20 años como Sargento Mor. Y Comandante de Ynfanteria. Gracia que implora del benigno corazón de V. M. Vitoria 20 de Julio de 1835.

                                                                                                       Señora

A.      L. R. P. de V. M.»

  

   Bueno, pues este es el momento oportuno de poder resarcirse de la derrota sufrida en México y el amargo abandono de aquellas tierras, pues poco después de esa carta recibe su patente de coronel y el mando del regimiento de Jaén, llegando a San Sebastián a finales de 1835.

   Los días cuatro y cinco de mayo de 1836, forma parte del ataque a la plaza de San Sebastián, logrando expulsar a los carlistas acantonados en ella y por su comportamiento se hace acreedor a la Cruz de primera clase de San Fernando.

   Estaba en posesión de las siguientes condecoraciones:

- Medalla de la Batalla de Bailén,

- Medalla de la Acción de Mora y Consuegra,

- Escudo con el lema «Se distinguió en Medellín»

- Medalla concedida al ejército de Extremadura,

- Escudo de haberse distinguido en la toma de Acapulco y el Voladero,

Cruz de San Fernando de primera clase y

Cruz de San Hermenegildo.

   Ya aquí termina toda la información que he sido capaz de obtener de este militar, del que sé que estaba casado y tenía hijos, pero no sé los nombres.

   Parece ser que tenía un hermano en el regimiento de Jaén llamado José y que también se halló en la toma de San Sebastián.

   Así mismo, desconozco donde y cuando se retiró y donde y cuando falleció. La última aparición en el Estado Militar de España de este militar es en el número de 1839, página 90.

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22/09/24

CORONEL JUAN BARRANCO VÉRTIZ

   Nació en San Juan de Puerto Rico el nueve de febrero de 1832, hijo del entonces teniente coronel Juan María Barranco Díaz, natural de Vélez Málaga, y de María Josefa Vértiz Casado, puertoriqeña, hija del comandante militar de marina de Loiza, Puerto Rico.

   Tuvo Juan su ingreso en el servicio el primero de septiembre de 1848 al entrar como alumno en la Escuela de Guadalajara, de la que salió el veintidós de septiembre de 1852, con el empleo de teniente de Ingenieros.

   Al salir de la Academia, fue destinado a la compañía de Pontoneros del primer batallón del regimiento de Ingenieros y con ella asistió en 1854 a la acción de Vicálvaro, donde fue herido de bala de fusil en la cabeza y obtuvo el grado de capitán de infantería.

   Al producirse en 1855 el alzamiento de Manuel Marco Rodrigo, conocido como Marco de Bello, en Aragón, la compañía en la que servía como teniente, formó parte de las fuerzas que a las órdenes del general Francisco Serrano Bedoya marcharon en mayo para sofocar la rebelión, asistiendo a la acción de Pardos, y por su comportamiento mereció y obtuvo la cruz de San Fernando de primera clase.

   El diez de marzo de 1856, siendo ya teniente, es nombrado ayudante del primer batallón del regimiento de ingenieros y en esta nueva situación, asistió a los sucesos que tuvieron lugar en Madrid los días catorce, quince y dieciséis de julio de 1856 y por sus méritos y dotes, obtuvo el grado de comandante.

   1857 y 1858 se halló de guarnición en Madrid, en la Escuela de Práctica de Aranjuez y por Real orden de ocho de julio del segundo año, participando en un par de comisiones al extranjero junto al capitán Mariano García donde estuvieron visitando y aprendiendo el funcionamiento de las escuelas en Austria, Bélgica y Francia y los sistemas de puentes militares de Verona, Turin, Klosterneiburg, Mauren, Dresde, Berlin y Lieja.

   Tras este periplo formativo y pedagógico, ambos oficiales presentaron un Memoria que fue considerada como digna de aprecio y por tanto se les anotó como meritoria en sus hojas de servicios.

   El nueve de octubre de 1859 se le concede el empleo de capitán, confiriéndosele el mando de la tercera compañía de Pontoneros, con la cual marchó a la campaña de África, donde permaneció hasta el fin de la guerra.

   Se halló las acciones del treinta de octubre, las de 9, 15, 25, 29 y 3o de diciembre. En el transcurso de las operaciones, levantó atrincheramientos bajo fuego enemigo el uno de enero de 1860 en los Castillejos, asistiendo a los combates de los días 4, 8 y 14 del mismo mes, distinguiéndose en todos estos días, sobre todo el catorce, en que por sus acciones se le concedió el empleo de segundo comandante; realizó varios trabajos en los combates del 23 y 31; asistió el cuatro de febrero a la batalla de Tetuán, y por ello fue propuesto para el grado de teniente coronel; se le encomendó una parte del arreglo de caminos y la construcción de varios puentes; por último, tomó parte en la batalla de WadRas.

   Una vez finiquitada la campaña marroquí, fue destinado a prestar sus servicios en el segundo regimiento de Ingenieros y en 1863 era su destino la Dirección de Ingenieros en Castilla la Nueva.

   El veintiséis de marzo de 1873 asciende a comandante, el seis de noviembre de 1874 a teniente coronel y el veintiuno de abril de 1881 a coronel y con este empleo, fue nombrado representante del Cuerpo en la Comisión Liquidadora del Ejército de África.

   El veintitrés de agosto de 1889 es nombrado jefe de la primera sección de la cuarta Dirección del Ministerio de la Guerra.

   El dos de marzo de 1890 es nombrado secretario de la Inspección General de ingenieros, donde permanece hasta el siguiente veinte de enero de 1893, que cesa en el empleo.

   El catorce de marzo siguiente, asciende a brigadier y con este nuevo empleo, el veintinueve de mayo nombrado comandante general de Ingenieros del distrito militar de Extremadura y el treinta y uno de agosto es nombrado jefe de la brigada de Ingenieros para la instrucción del primer Cuerpo de Ejército, cesando como comandante general de Ingenieros del distrito de Extremadura el día anterior.

   El veintisiete de junio de 1860, obtiene licencia para casarse con Enriqueta González-Estefani Campuzano.

   Estaba en posesión de, amenos, las siguientes condecoraciones:

- Una Cruz roja al Mérito Militar y otra blanca

- Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo, con antigüedad de catorce de marzo.

-  Gran Cruz del Mérito Militar. 

- Comendador de la orden de Isabel la Católica.

   Falleció el diez de diciembre de 1893.



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18/09/24

AMOTINAMIENTO E INSURRECCIÓN EN ALHUCEMAS. JUNIO DE 1841.

   Amanece sobre el Peñón de Alhucemas el día seis de junio de 1841. El pueblo está tranquilo y al poco se escucha el mar chocando contra las rocas y el toque de diana, tras el cual comienza una nueva jornada para los soldados de la primera compañía del segundo batallón del regimiento de infantería Ceuta 19 de línea que dan guarnición a ese trozo de España en el norte de África.

   Todo transcurre con normalidad, cada uno realiza los trabajos que tenga encomendado, los soldados en su quehacer y los civiles en el suyo mientras el sol se va alzando en el cielo. Todo tranquilo pues.

Pero tras el toque de generala se desató el caos y la barbarie campó a sus anchas por el Peñón.

   Efectivamente, la locura pareció haberse adueñado de las voluntades de un número de soldados acaudillados por el soldado de la compañía de veteranos Nicolás Perea, quienes de pronto se abalanzaron contra los demás, matando a los sargentos Andrés Sevillano y Cristóbal Sevilla.

   Ante el alboroto, el comandante de la plaza, José Deudemet (1) salió precipitadamente de su estancia acudiendo al lugar de los hechos, siendo de inmediato atacado por los sublevados y muerto por ellos. En la refriega, también resultó herido el ayudante de la plaza Luis Alcalá, que al final falleció. El resto de los fueron amenazados también, pero no sufrieron daños, aunque los sargentos Donato Quintana y Cristóbal López debieron huir para salvar sus vidas.

   Tras esto, los amotinados, en su locura, entraron en las oficinas civiles y militares y robaron todo cuanto pudieron, tras lo cual se lanzaron a las calles del pueblo asaltando a cuantos civiles encontraron robándoles y agrediéndoles, incluso dándose varios casos de violación de mujeres.

   Al final, al cabo de una semana de terror, algunos, dándose cuenta de lo realizado, frenaron a sus compañeros y para intentar salvarse de las más que previsibles consecuencias, detuvieron a algunos y taras un simulacro de juicio fusilaron a cinco de sus compañeros, aunque eso no les bastó para comprar el perdón, pues amenazaron con entregar la plaza a los moros y asesinar a los civiles si el gobernador no conseguía que se les indultase. Pero eso no iba a servir de nada, no, la justicia iba a caer sobre ellos.

   Hay que hacer notar que los soldados llevaban un mes en la plaza, que habían cobrado sus sueldos y que había raciones de sobra.

   Informado el Gobierno de estos trágicos sucesos, envío un relevo formado por dos compañías de un batallón de marina con la falsa noticia de que el Gobierno, enterado de sus peticiones, accedía a lo demandado y los indultaba, aunque sería distribuidos entre otras plazas.

   Nada más desembarcar, procedieron a la detención de siete de los amotinados, siendo los demás detenidos poco a poco, pues los restantes continuaban armados, lo mismo que los soldados que no se habían sumado al motín.

   Al final, convencidos de que las dos compañías eran el relevo, accedieron a embarcar el siguiente día doce en varios guardacostas, los cuales pusieron rumbo a Málaga, ciudad a la que llegaron dos días después, siendo separados los cabecillas del resto.

   En Málaga, se formó un Consejo de Guerra en que se decidió que seis fueran fusilados en Alhucemas, veinte entre Melilla y el Peñón de Vélez de la Gomera y diez en Málaga, siendo estos fusilados de espaldas a las cinco de la mañana en la playa de la Caleta, a oriente de la ciudad.

Sobre los motivos para este amotinamiento, el periódico El Corresponsal informa que

   “…El motivo que alegaron para tan infame proceder fue, según dicen, la escasez o mala calidad de los ranchos; pero nosotros sabemos, a no dudar, que nada les ha faltado, pues tenían víveres suficientes y estaban pagados por fin del mes actual”.

   Así mismo, el periódico El Faro de Ceuta se dice que

   “…según informó el 29 de junio de 1841 el periódico El Nacional (2) en dicha compañía del Regimiento Fijo militaban muchos componentes de los disueltos cuerpos carlistas que participaron en la primera de las guerras civiles entre estos y los isabelinos. No resulta descabellada la hipótesis de que algunos de los que se levantaron contra el gobernador de Alhucemas, lo hicieran teniendo como referente sus ideales de Dios, Patria y Rey, y quisieran aprovechar el momento para iniciar desde allí un nuevo conflicto civil, como lo hicieron en el 1838. En este sentido “El Nacional” decía, en referencia al levantamiento del Fijo, que se trataba de “una sublevación militar como si dijéramos un pronunciamiento glorioso en miniatura.”

(1) No he encontrado ninguna información sobre este comandante

(2) Probablemente se refiera al periódico de ese nombre que se editaba en Cádiz. No está ni en la Hemeroteca Nacional ni en la Virtual de Prensa Histórica.

   Otra de las disposiciones del Consejo de Guerra, fue que esa compañía desapareciera del regimiento.

   Los nombres de los ajusticiados en Málaga son:

 

Francisco Martínez Rodríguez

Jerónimo Arjona Romero

Antonio García Valero

Cristóbal Ferrer Sotre

Lorenzo Alcocer García

Ulpiano Castro Costera

Pedro Arquera García

Miguel Ramón Ríos

Manuel de la Casa Martínez

Juan Antonio Sánchez.

   Por lo que a los asesinados se refiere, tenemos:

- José María Deudemet, comandante, casado con  María Morera y cuyo cuerpo debió ser arrojado al mar pues aparece como insepulto en el libro de defunciones de la parroquia de Alhucemas, aunque también pudo haber sido trasladado a la Península. Curiosamente, no hay mucha información sobre este militar en internet.

- Sargentos Cristóbal Sevilla y Andrés Sevillano, quienes o bien eran de Sevilla o era un apodo por el que se les conocía. Tampoco fueron enterrados en el cementerio de Alhucemas

- Ayudante Luis Alcalá, casado con Teresa Parodi, quien fallecería de las heridas recibidas el día siguiente día diez del mismo mes de junio y fue enterrado en el camposanto del Peñón.

    No he encontrado información sobre asesinados civiles, si es que los hubo. 

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17/09/24

TRES SOLDADOS, CORNETAS DEL REGIMIENTO DE INFANTERÍA FIJO DE CEUTA AJUSTICIADOS.

   La noche del cuatro de septiembre de 1831, reinando aun el tirano Fernando VII para desgracia de España y los españoles,  tres soldados del regimiento Fijo de Ceuta tuvieron la muy mala idea de salir a las calles de la ciudad profiriendo voces y consignas revolucionarias, entre ellas la terrible frase de "Viva la Constitución", en referencia a la de 1812, esa que el tirano juró y de la que luego abjuró.

   Como no podía ser de otra manera, dichos soldados, cornetas de sus compañías, fueron denunciados a sus superiores, tras lo cual fueron detenidos, encarcelados y posteriormente sometidos a un consejo de guerra, el cual resolvió condenarlos a muerte, la cual se llevaría a cabo a arcabuzazos, lo cual tuvo lugar el  día veintiuno de diciembre de dicho año. 

   Estos soldados eran: 

- Diego de Torres Corral, natural de Jódar, Jaén, de 21 años, de la 1ª compañía del 2º batallón,

- Lucio Guerrero Olalla, natural de Garda, Toledo, 21 1años. de la 1ª compañía del 3º batallón,

- Manuel Blanco Velasco, natural de Málaga, de 26 años, de 3ª compañía del 3º batallón.

Se puede leer un artículo sobre esto en la siguiente dirección:

https://elfarodeceuta.es/los-martires-ceuties-de-laconstitucion-de-1812/



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PÁGINA Y FORO DE EL GRAN CAPITÁN

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