30/04/19

CORONEL ENRIQUE FERNÁNDEZ DE VILLABRILLE Y CALIVARA

      Vino a nacer Enrique el veintiuno de Noviembre de 1879 en las entonces españolas Islas Filipinas, y era hijo del Teniente Coronel de Infantería D. Faustino Fernández de Villa-Abrille Álvarez y de Dª. Valeriana Calivara y Quirós, natural de Cavite, en esas islas. No sabemos nada de su niñez, pero si que el doce de Julio de 1894 falleció su padre, que ya estaba retirado 

   La primera noticia que de él tenemos, nos informa que ingresó en la Academia de Infantería el 23 de Junio de 1896 superando con satisfacción cuantas pruebas le pusieron, de tal manera que para el 18 de Junio del año siguiente obtiene el empleo de Segundo Teniente, con el cual 30 treinta de Junio de ese año es destinado a las Islas Filipinas, donde se estaba librando la guerra que a la postre acabaría con la independencia de aquel trozo de España. 

   Una vez allí, pasa de inmediato al teatro de operaciones militares, participando en varias acciones, como la del reconocimiento del barrio de Bahay Bedré, protección de los trabajos que se estaban llevando a cabo en Bolohonso, formando parte de las fuerzas que protegían los trabajos de Balehema, toma de las cuevas de Minuyau, donde dio pruebas de su extraordinaria bravura. Estaba prestando sus servicios en el Regimiento Iberia Nº 69

   Tras estas operaciones, y observando sus Jefes el entusiasmo que derrochaba, le destinaron al Batallón de Guías, que era una unidad formada por personal indígena y con el que marchó  a ocupar Cebú, ciudad situada en la isla del mismo nombre, en la región de Visayas centrales, y al desembarcar con las tropas fueron recibidos por los rebeldes con un nutrido fuego, el cual despreció y animando a sus hombres inició la carga contra ellos, recibiendo heridas que obvió, dando pruebas de unas aptitudes para el mando notables, así como serenidad en los momentos de mayor tensión.

Escudo de las posesiones españolas en las Indias Orientales en la época de D. Enrique
   Pasó junto con veintitrés hombres a su mando a Banao, emprendiendo labores de policía, debiendo ser destacadas las que realizó en Balambón, donde le hicieron a los rebeldes siete muertos; la acción de Tulenián, donde cargó sobre el enemigo a la bayoneta; las de Siamón y Tubuián  y Hacienda La Colonia en los días 16 y 17 de Octubre de 1898, causándoles al enemigo veintinueve muertos en el primer punto y veintitrés en el segundo; y la acción de Tolonna, que culminó con la toma de un fuerte reducto rebelde.

   A pesar de las privaciones y riesgos que Enrique y sus hombres sufrieron durante ese tiempo, no fueron óbice para que siguieran cumpliendo con su deber, y llevando a cabo las órdenes recibidas siguieron realizando acciones brillantes y no exentas de riesgo, como por ejemplo cuando yendo de noche a marcha forzada solo con cuatro de sus hombres en busca de unos cabecillas de la rebelión en su propia guarida, los sorprendió y estos, al verse en mala situación, decidieron vender cara su vida y que fueron muertos por nuestros hombres en un combate donde se llegó a la lucha cuerpo a cuerpo.


   Continuando con sus labores de patrullaje y acoso al enemigo, tuvo con estos el veintiuno de Abril de 1899 un encuentro en Ascensión y Toledo, en Cebú, dando por resultado la victoria de los nuestros y por el comportamiento observado por Enrique durante la acción fue recompensado con la cruz al Mérito Militar de 1ª clase roja. 

   Tras esta acción y pernoctando en un fortín con un pequeño destacamento, se vieron rodeados de enemigos, los cuales les pusieron sitio con ánimo de vencerlos por hambre. Pero no sabían los rebeldes quien estaba al mando, pues a pesar de contar con pocos efectivos y no contar con refuerzos, decidió hacerles frente, permaneciendo sitiado por más de veinte días, rechazando los intentos del enemigo de rendirle y consiguiendo superar la prueba.

   El comportamiento tan brillante que tuvo en Tuburán y Hacienda La Colonia le supusieron los elogios de sus superiores, los cuales transmitieron al Alto Mando, el cual no dudó en premiarlo en Septiembre de 1899 con su ascenso a Primer Teniente del arma y por toda su actuación durante la campaña con tres Cruces del Mérito Militar con distintivo rojo. Demostró que era poseedor de un espíritu esforzado, ausencia de miedo ante el peligro y la posibilidad de perder la vida, así como un enorme entusiasmo en el desempeño de sus funciones militares. Destacaba también por su fuerza de voluntad y por su predisposición a realizar cuantos servicios fueran menester.

   Perdida la guerra, las tropas españolas abandonaron aquel trozo de España y con ellas nuestro Enrique, el cual partía para la Península el 13 de Noviembre de 1899. Más adelante recibiría la medalla de la Campaña de Filipinas.

   Una vez ya en territorio peninsular, pasa a desempeñar el servicio de su clase en diferentes puntos, siendo uno de ellos Navarra, donde nos lo encontramos en Septiembre de 1901 en el Batallón de Montaña realizando la comisión de conducir fondos en Estella, situación en la que permanece hasta que pasa al Batallón de 2ª Reserva de Lugo nº 11 primero y al Regimiento de Ceriñola nº 42 después. 

   

Fotografía realizada en Filipinas sobre 1898

   En este destino desempeña diferentes cometidos, siendo uno de ellos la labor de Juez instructor de dicho Regimiento. Como curiosidad y a modo de ejemplo del desempeño de este trabajo, a continuación se reproducen dos requisitorias firmadas por el como Juez:  


    1º-  <<Don Enrique Fernández Villa-Abrille, Juez Instructor del regimiento de Infantería Ceriñola.

       Por la presente requisitoria cito, llamo y emplazo á Benigno Barja Nogueira, hijo de Domingo y Vicenta, natural de Quintas, parroquia de ídem, Ayuntamiento de Allariz, concejo de ídem, provincia de Orense, avecindado en su pueblo, Juzgado de 1ª instancia de Allariz, provincia de Orense, Capitanía general de Galicia, de oficio labrador, edad veinticinco años, cuyas señas se ignora.

      Para que en el término de treinta días contados desde la publicación de esta requisitoria se presente en esta Juzgado de instrucción a fin de que sean oídos sus descargos; bajo apercibimiento de ser declarado rebelde si no compareciese en el referido plazo siguiéndosele el perjuicio que haya lugar.

      A la vez, en nombre de S. M. el Rey (q. D. g.), exhorto y requiero á todas las autoridades, tanto civiles como militares y á los agentes de la policía judicial para que practiquen activas diligencias en busca del referido procesado, y en caso de ser habido lo remitan en calidad de preso con las seguridades convenientes á mi disposición, pues así lo tengo acordado en providencia de este día.

      Y para que la presente requisitoria tenga la debida publicidad, se inserta en la “Gaceta de Madrid” y “Boletín Oficial” de la provincia de Orense.

     Dado en Orense á veinticuatro de Enero de mil novecientos ocho.

     --El Juez instructor, Enrique F. Villa-Abrille -- Por su mandato: El Secretario, Francisco regúlez>> 

     2ª.- <<Don Enrique Fernández Villa-Abrille, Juez Instructor del regimiento de Infantería Ceriñola.

       Por la presente requisitoria cito, llamo y emplazo á Constantino Rodríguez Cotoya, hijo de Perfecto y Carmen, natural de Saa, parroquie de ídem, Ayuntamiento de Nogueira, concejo de ídem, provincia de Orense, avecindado en Saa, Juzgado de 1ª instancia de Orense, Capitanía general de Galicia, de oficio jornalero, edad veinticinco años.

   Para que en el término de treinta días contados desde la publicación de esta requisitoria se presente en esta Juzgado de instrucción a fin de que sean oídos sus descargos; bajo apercibimiento de ser declarado rebelde si no compareciese en el referido plazo siguiéndosele el perjuicio que haya lugar.

      A la vez, en nombre de S. M. el Rey (q. D. g.), exhorto y requiero á todas las autoridades, tanto civiles como militares y á los agentes de la policía judicial para que practiquen activas diligencias en busca del referido procesado, y en caso de ser habido lo remitan en calidad de preso con las seguridades convenientes á mi disposición, pues así lo tengo acordado en providencia de este día.

      Y para que la presente requisitoria tenga la debida publicidad, se inserta en la “Gaceta de Madrid” y “Boletín Oficial” de la provincia de Orense.

     Dado en Orense á veintiocho de Enero de mil novecientos ocho.

     --El Juez instructor, Enrique F. Villa-Abrille -- Por su mandato: El Secretario, Francisco Regúlez>> 

   Corría el año de 1909 y hallándose en Tuy ya como Capitán en el Regimiento de Ceriñola, le llegan las noticias del comienzo de las acciones bélicas que se desarrollan en el Rif y deseoso de la acción y de servir a España, marcha como voluntario, desembarcando en Melilla el 13 de Agosto, siendo destinado al Batallón Cazadores de Tarifa Nº 5con el que entró en acción, pasando en Septiembre como Ayudante en la Plana Mayor de la 1ª media Brigada de la  Brigada de Cazadores, Brigada que estaba a las órdenes del General Morales y la 1ª media Brigada estaba a las órdenes del Coronel D. Andrés Claros de la División Tovar, División compuesta de dos Brigadas y con un total de cerca de ocho mil combatientes de las tres armas, doce piezas de artillería y ocho ametralladoras, y en cuyo destino tomó parte muy activa en el combate desarrollado en Taxdirt, siendo herido de gravedad el día 20 cuando se hallaba combatiendo en primera línea, por lo que hubo de ser retirado e ingresado en el hospital del Buen Acuerdo el siguiente día 21.

   Pero eran tal su bravura y sus ganas de acción, que sin estar completamente restablecido, aun convaleciente, se reincorporó a su columna el siete de Octubre, retornando al frente el día nueve y por su actitud mereció de sus superiores el siguiente elogio: “Demostró siempre gran celo, laboriosidad y entusiasmo, prefiriendo en estado de convalecencia continuar los servicios de guerra a atender a su completa curación”

   En el frente, estuvo presente en los hechos de Benibú Efrur, el reconocimiento de Barraca, Segangan, Beni Sidel y otros varios más, hasta que con las operaciones de principios de 1910 se dio por terminada la campaña, pudiendo regresar a la Península en Abril, donde se le recompensó con dos cruces de María Cristina, una de ellas por la acción de Taxdirt.

   Pasa a desempeñar el cargo de Ayudante en la 1ª media Brigada de la 2ª Brigada de Cazadores, y hallándose en ese destino se le nombra ayudante del General de la 1ª Brigada de la 13ª División, Don Enrique Brualla Gil (9), siendo pocos días después ascendido al empleo de Capitán, en cuyo disfrute acude junto a un nutrido grupo de militares presidido por el General Ríos el dieciséis de Junio de ese año de 1910 a una audiencia con S. M. el Rey.

   Pero Marruecos seguía siendo un problema, de modo que en 1911 se reanudaron las hostilidades en el Rif y debieron acudir de nuevo tropas desde la Península para combatir a los rifeños, y junto con estas tropas acudió como voluntario nuestro Enrique, quien se incorporó el dieciséis de Octubre de 1911 y en Nador al Regimiento de Melilla nº59, del que pasó al Batallón Cazadores de Ciudad Rodrigo nº7 y debido al prestigio que por sus acciones y buen hacer había adquirido, la superioridad le confió el mando de una Compañía formada con los mejores tiradores del Regimiento, marchando al frente para cubrir los sitios de mayor amenaza.

   Corriendo Noviembre de 1911 su Regimiento, que se hallaba en Ishafen, se constituyó en servicio de avanzada permanente, estableciéndose en las márgenes del río Kert, muy cerca de los campamentos de los rifeños, con quienes mantuvo un constante fuego y causándole cuantiosas bajas, aunque los nuestros también pagaron bien, pues todos los días se produjeron muertos y heridos, más no por ello cejó el Regimiento y Enrique con el de castigar las posiciones enemigas, donde nuestro hombre mostró, una vez más, el entusiasmo militar que le animaba y ello en los momentos de mayor dificultad y peligro y que supo contagiar a los hombres confiados a su mando, quienes veían en el un Oficial capaz, entendido y valeroso.


Operaciones militares en el Rif 
Compañía de fuerzas indígenas apoyando la carga de los escuadrones de caballería Alcántara y Taxdirt

   Este entusiasmo y este continuo batallar manteniendo la posición y hostigando permanentemente al enemigo, tuvo su culminación en el heroico hecho de armas que tuvo lugar el veintisiete de Diciembre, pues encontrándose su Compañía en la más extrema vanguardia de la columna de Ishafen, chocó con la tenaz resistencia del enemigo, el cual superaba en número a nuestros hombres, pero ello no fue óbice para que de forma arrolladora Enrique y sus hombres pasaran sobre ellos, seguidos del resto del Regimiento, resultando de este acción trescientos muertos en el Regimiento y de la Compañía de Enrique todos sus hombres o fueron heridos o muertos, incluido el, que recibió tres balazos.

   A pesar de estas circunstancias continuó nuestro hombre avanzando, luchando, reorganizando y tomando el mando de unidades dispersas cuyos Jefes habían muerto; retiró heridos y muertos y acudió, excediendo sus posibilidades físicas y anímicas, a cuantos puntos del terreno en disputa fuese precisa su ayuda. Al final, una vez acabado el combate y afirmada la posesión del terreno por parte española, pudo ser llevado Enrique al hospital de Melilla, donde una vez repuesto de sus heridas, salió de nuevo para el frente, pero esta vez luciendo en sus bocamangas la estrella de ocho puntas: por su heroico comportamiento se le recompensó con el ascenso a Comandante y se le asignó el Batallón de Talavera para seguir combatiendo, desde donde continuó tomando parte en las operaciones militares, distinguiéndose especialmente en la del quince de Mayo de 1912, cuando fue muerto el cabecilla de la Harka Amezian -“…quien había encarnado con mayor integridad este espíritu de independencia rifeña…”- y que dio punto y final a esa campaña.

   “…Amezian era el hombre en que se encarnaba la necesidad de unidad y el espíritu ofensivo de las tribus. Con la desaparición de Amezian, los rifeños perdieron no sólo a su jefe, sino también el nexo imprescindible que garantizaba el equilibrio de componentes tan heterogéneos. La unidad de las cábilas estaba fundamentada en el consenso y el prestigio que emanaba del jerife y sin él, el movimiento, ahora acéfalo, se descompuso, y la lucha, que hubiera podido durar mucho tiempo aún, finalizó.” 

   

      Tras estos acontecimientos, Enrique pasa a situación de excedente en Melilla, situación en la que permanece hasta primeros de Julio, en que pasa al cuadro para eventualidades del servicio en esa ciudad, luego al Regimiento Tetuán nº 45, y a finales de Octubre al Burgos nº36 y, por fin, en Noviembre regresa a la Península, donde recibe la Cruz al Mérito Militar roja, y marchando a ocupar la plaza en su nuevo destino, la Caja de Cangas de Onís nº 101.

   Aquí es el momento de mencionar que tras algún tiempo de noviazgo, el 15 de Noviembre se le concede Real Licencia para contraer matrimonio con la señorita Dª. María del Carmen de Zamora y Sierra, matrimonio que se celebró a primeros de Diciembre de ese año de 1912.  

   Era María del Carmen hija de D. Rafael Zamora y Pérez de Urría y de Dª. María del Carmen de Sierra y Unquera, marqueses de Valero de Urría y que tuvo con Enrique, dos hijos Carmen y Enrique.

   Bueno, pues en la Caja de Cangas de Onís permanece hasta mediados de Junio, pues es destinado al cuadro para eventualidades del servicio en Larache, y de ahí al Regimiento Guadalajara nº 20 y a las Fuerzas Indígenas, pues de nuevo sonaban tambores de guerra en el Protectorado.

   De nuevo en el frente, mandó la vanguardia de la columna de Arcila, obteniendo un gran éxito en la acción de Sabel. Pasó varios meses de Jefe de la posición de Xarquia, desde donde realizó exitosas y brillantes ofensivas y por el comportamiento observado durante un reconocimiento al mando de una numerosa columna sobre Kesiba, el once de Enero de 1914, fue propuesto para el ascenso.

   En Octubre de ese año, volvió a mandar la vanguardia de una numerosa columna, entre cuyos componentes se incluían indígenas -del Tabor Nº 3 y del Grupo de Regulares Nº 4, a quienes transmitió entusiasmo y deseos de distinguirse, pudiendo llevar a cabo a la perfección las órdenes que le habían sido encomendadas, asistiendo a los combates de Side bu Haya, Saf Hamam, Regaia y Jenah el Bibai, acciones que le valieron que en Abril recibese la Cruz de María Cristina como recompensa por los servicios de campaña prestados en la zona de Larache.

   En todo momento dio muestras de su talento, actividad y amor al trabajo, los que reportaron gran beneficio a los intereses españoles, siendo por ello, finalmente, ascendido al empleo de Teniente Coronel, pasando a desempeñarlo en el Grupo de Fuerzas Regulares Indígenas de Larache Nº 4, en el Ejército de Operaciones de Marruecos, para pasar el 28 de Agosto al Batallón de Cazadores de Las Navas Nº 10.  

   Durante este año de 1915 concurrió a unas maniobras de conjunto, a consecuencia de las cuales y como ejemplo de su aplicación y celo por lo bien hecho, recibió la felicitación del General D. José Villalva, quien elogió el desarrollo de los ejercicios de Oficiales y el estado en que halló el campamento de Zoco el Had de la Garbia, campamento que tuvo a su mando durante una temporada.

   Durante el año de 1916 tomó parte junto con su batallón en los combates habidos en Wad-ras y Anyera y desde Julio, fecha en que se suspendieron las acciones, estuvo Enrique con su batallón destinado en la plaza de Larache, donde prestó importantes servicios al Comandante General de la plaza. Plaza en la que a primeros de Enero de 1917 se le comunica que le ha sido concedida ¡por tercera vez ya! La Cruz de María Cristina, y ello por los servicios prestados en las zonas de Melilla y Larache entre el primero de Mayo y el treinta de Junio del año anterior.

   Aquí en Larache, tomó a su cargo y sin recibir presiones para ello, la dirección de las obras de construcción y reparación de los caminos y carreteras, pasando poco tiempo en Larache, pues al no haber conflicto bélico, el y sus hombres dedicaron su tiempo a la pesada y difícil tarea de hacer carreteras, trabajo del cual se benefician hoy los habitantes de aquellos lugares.

   Pero tanto trabajo, tanta dedicación, tanto exceso en el trabajo y tan poco cuidado de si propio tuvieron malas consecuencias, pues a esas afanosas y duras tareas sumó el dormir como quien dice al raso junto a tierras removidas que en muchas ocasiones eran insalubres, lo que originó que contrajera las fiebres palúdicas, que tan intensamente le atacaron que, a la postre, acabaron con su vida.

   
Sanatorio madrileño donde falleció Enrique

   Estando enfermo le llegó correo notificándole su ascenso a Coronel y su nombramiento como segundo Jefe de la Comandancia General de Larache y ello con tan solo treinta y nueve años. Todo esto le colmó de gozo y comprendiendo que no debía dormirse en los laureles, despreció su enfermedad y continuó esforzándose en su trabajo, no consintiendo en abandonar su puesto ni abandonar Marruecos, del que se había enamorado, hasta que ya, casi moribundo, hubo de admitir que no podía más y se dejó llevar hasta un hospital en Madrid, el sanatorio de Villa Luz, donde no se pudo hacer nada, pues la enfermedad estaba tan avanzada que era imposible aplicar remedio alguno, falleciendo en la capital del reino el dieciséis de Febrero de 1919, manteniendo su pensamiento en su familia y en los campos de Marruecos, a los que tanto llegó a amar.

   Su fallecimiento causó hondo pesar en el Ejército, pues de todos era conocido que tuvo por norma de su existencia el sacrificio, el trabajo y, si necesario fuese, morir por su patria, España

   Sus amigos y compañeros quisieron perpetuar su gloriosa memoria encargando al laureado artista D. José Ordóñez Valdés, profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Almería, un pergamino, que por su delicada y exquisita labor, sería suficiente para cimentar la sólida fama de su autor.

   Dicho pergamino se expuso en los salones del  Centro del Ejército y de la Armada, en la Villa y Corte. En el centro de dicho pergamino se da la detallada biografía del malogrado jefe y en la orla los escudos de  los Cuerpos en que sirvió, alegorías pictóricas de sus principales hechos de armas y, coronando la orla, el retrato del fallecido coronel. Bajo el marco de nogal en que está el pergamino enmarcado, los que fueron subordinados de Don Enrique Fernádez de Villa - Abrille y Calivara en el batallón de Cazadores de Las Navas, han dedicado a su memoria una plancha de plata con una sentida inscripción y el escudo del Cuerpo.


   Esquela comunicando la triste noticia de su fallecimiento. En ella, como podemos ver, se da cuenta de los honores y recompensas que recibió a lo largo de su carrera militar. ¿Cuántas más hubiera recibido si la muerte no hubiera venido a llevárselo? ¿Que altas cimas en el escalafón militar hubiera llegado a coronar por sus méritos militares?

   El cinco de Julio de 1935, el Gobierno de la Segunda República dictó una ley por la cual se decretaba que la muerte de Enrique se consideraba como muerte en campaña.

   Lo bueno que tuvo morir cuando murió -si es que morir antes de tiempo tiene algo de bueno- es que no fue testigo del desastre humano y militar que tendría lugar en esas tierra marroquíes que tanto amó dos años después, cuando los rifeños propinaron las tremendas palizas a los españoles que tuvieron su punto culminante en el llamado Desastre de Annual.

   Así mismo, tampoco fue testigo de la guerra fratricida que destruyó a España entre 1936 y 1939.

¡¡Descanse en paz este soldado español!! 

Soldado Español
Málaga - 2019

24/04/19

TENIENTE CORONEL FAUSTINO FERNÁNDEZ DE VILLABRILLE ÁLVAREZ

   Nace Faustino en la localidad asturiana de San Martin de Oscos el once de Noviembre de 1843 

   Tras pasar por la formación militar pertinente y desempeñar diferentes cometidos, es enviado a formar parte del Ejército de Filipinas, islas a las que llega el nueve de Abril de 1863, donde continuó prestando el servicio de su clase, preferentemente en la represión y erradicación del bandolerismo, pasando por diversas vicisitudes y momentos, algunos buenos y otros no tanto, como cuando en 1872, siendo ya Primer Teniente de Infantería, y debido a la inquina que le tenía tomada el Gobernador y Capitán General de las Islas Filipinas, Don Rafael Izquierdo y Gutiérrez, tuvo que pasar por el trance de un consejo de guerra, el cual pudo afortunadamente superar gracias al prestigio que tenía entre sus compañeros Oficiales y entre la población europea por su profesionalidad y por su eficacia en la persecución y represión del bandolerismo.  

Escudo de las posesiones españolas en las Indias orientales en la época de D. Faustino
   Precisamente en estos años setenta y debido al gran desarrollo económico experimentado y con ello la prosperidad de las gentes, se había agrandado en Luzón y Visayas el problema del bandolerismo, y aunque la Guardia Civil hacía lo que podía, el problema era de mayores dimensiones, por lo que se decidió mandar una fuerza militar a esta zona y que se puso a su mando, ya con el empleo de Capitán, y con el cometido de localizar, perseguir y capturar a los bandidos que asolaban esas islas.

   Con estas fuerzas a su mando realizó importantes operaciones de limpieza en los centros de operaciones de los bandidos y la eliminación de algunos sus más importantes jefes. Pero el problema estaba en que sus acciones estaban circunscritas a los pueblos y sus alrededores, de manera que lo que quedaba fuera de este ámbito unido a las dificultades del terreno permitió que el bandidaje durara algún tiempo más, lo que se subsanó con la creación de nuevas comandancias de la Guardia Civil.  

   Realizando estas y otras tareas y ya con el cargo de Gobernador, recibe el encargo de participar en la elaboración de los mapas de Davao y Cotabato, sitas en la isla de Mindanao y de importante protección porque era esa una región notable por los enfrentamientos entre piratas musulmanes y las autoridades coloniales españolas. En dicho mapa se muestra la ruta de la expedición encabezada por el de la ciudad de Davao al lago Buluan.

   El doce de Octubre de 1877 recibe el empleo de Comandante (6) y en 1879 llegó a la provincia de Cagayán en comisión para la persecución de malhechores, habiendo caído en sus manos famosos bandidos como tulisanes Nicolás Igal, Anobing, Pangalang y otros.

   Fue el segundo militar que apaciguó la provincia y durante el tiempo de su permanencia en este pueblo de Lipa se sosegaron los asaltos, robos, hurtos y raterías, aunque no fue tan riguroso y si fue hombre de justicia. Como anécdota, comentar que, al parecer, era de gran fuerza, tanta que a un tulisán de constitución más que regular podía con una sola mano suya cabalgarle y apearle en la silla del caballo. 

   En 1882 el Gobernador General D. Fernando Primo de Rivera y con el objeto de atender a las exigencias que para la administración de las provincias colectoras de tabaco se derivan de su desestanco, propone la reorganización de las provincias de Cagayán, Isabela y Nueva Vizcaya, creando con las tres el Gobierno Político Militar que se llamará del Valle de Cagayán, que tiene efecto por Real Decreto de veintidós de Agosto de 1882 y a cuyo frente quedaría Faustino. En cada una de las provincias habría un juez de 1ª instancia como jefe civil y se organizan Compañías de Guardia Civil para defensa de sus habitantes. En 1884 será Faustino Gobernado político - militar de Zamboanga.  

   Ocurre que  en 1885 y con el objeto de economizar, se propone la supresión de esta nueva provincia, lo  que se hace efectivo por Real Decreto de 17 de julio, pidiéndose años más tarde el restablecimiento de los Gobiernos Político Militares de Isabela y Nueva Vizcaya.  

   En 1887 se inicia un proceso de colonización de Mindanao, para lo cual hubo que someter a las tibus de la zona y a sus jefes, como al datto Uttu y su mujer Radja Putri y demás principales del territorio del río Grande.
Las operaciones fueron llevadas a cabo en la zona del río Grande por las columnas mandadas por el Brigadier Julio Seriñá, el Coronel Jaime San Feliú y por nuestro Comandante, Faustino.

   En esta operación se les descubrieron a los moros gran cantidad de armas, en su mayoría de procedencia inglesa y alemana y tras una serie de operaciones se sometió y ofreció sumisión a la corona española el datto Alad Radymuda, de la ranchería de Sungud, dependientes del  príncipe Sibuguey -quien también firmó su acta de sometimiento (en árabe) a la corona española durante esta operación-, de Mamucpune y de otros personajes principales.

   Tras esto se tomaron medidas conducentes a la supresión de la esclavitud que tenían por costumbre practicar los moros y se suprimieron los gobiernos político - militares de Mindanao, Joló y Zamboanga, aunque posteriormente y por Real Decreto de ocho de Mayo de 1890 se vuelven a restituir.  

   En primer Jefe del Regimiento de Magallanes Nº 70 en la escala,  y en 1894 es nombrado Gobernador político - militar de Tarlac, provincia de la zona central de la isla de Luzón, cargo en el que permaneció hasta que por haber cumplido el 11-1-1894 la edad reglamentaria, se le concede el retiro en las Islas Filipinas, con un haber de 900 pesetas mensuales.  

   Falleció Faustino el 12-7-1894 y su viuda, Valeriana Calivara y Quirós, percibió una pensión de 2500 pesetas anuales mientras permaneciera residiendo en las Islas Filipinas.

   Desconocemos si después de la independencia de esas islas, Valeriana se trasladaría a la Península. Si así fue, su pensión se vio reducida considerablemente, en concreto a 415 ptas. Menos mal que tenía a seis hijos para ayudarla, aunque falleció en 1918.

Soldado Español
Málaga - 2019

17/04/19

TENIENTE GENERAL ANTONIO TOVAR Y MARCOLETA.

   

      Nació D. Antonio en Madrid, el trece de Diciembre de 1847, empezando a prestar sus servicios al Ejército cuando ingreso como  Cadete el veintiuno de Junio de 1862, pasando a realizar su formación académica y militar en el Batallón Cazadores de Cataluña, donde permaneció hasta el siguiente Abril de 1863, que pasó al del Chiclana, volviendo en Noviembre siguiente a causar alta en el de Cazadores de Cataluña, siendo promovido al empleo de Subteniente en Abril de 1864, con destino en el Cuerpo de Carabineros, obteniendo  en Junio el pase al arma de Infantería, donde estuvo prestando sucesivamente el servicio de su clase en el  Batallón Cazadores de Cataluña, en el Provincial de Alcalá de Henares y en el Batallón Cazadores de las Navas, habiendo estado de operaciones desde Abril hasta Junio de 1865 con la columna móvil de la línea del Ebro, que mandaba el General D. Crispín Ximénez de Sandoval.

   El año de 1867  lo pasó prestando sus servicios en la persecución de las partidas insurrectas que aparecieron en Cataluña y en la provincia de Huesca, hallándose el treinta de Agosto en la acción habida en el puerto de Benasque, por la que fue recompensado con la Rruz roja de primera clase del Mérito Militar. En este momento seguía prestando sus servicios encuadrado en el Batallón de Las Navas.

   Agosto de 1868 lo pasó operando por el distrito de Navarra, para incorporarse en Septiembre al Ejército que mandaba el Teniente General D. Eusebio Calonje, con el que concurrió el veinticuatro al ataque y toma de Santander y por el mérito que contrajo se le concedió el empleo de Teniente.

   En Diciembre de 1868 se le nombró Ayudante del Jefe de la primera Brigada de la segunda División del Ejército de Castilla la Nueva, quedando de reemplazo en Abril de 1869, hasta que en Diciembre fue destinado al Batallón Cazadores de Barcelona, con el que en Agosto y Septiembre de 1870 participó en las labores de persecución de las facciones carlistas que vagaban por las provincias de Vizcaya y Burgos y por estos servicios fue recompensado con el empleo de Capitán.

   Bien, aquí debemos hacer un inciso para aclarar el porqué de esas labores de persecución.
   Cuando se produjo la Revolución del 68, los carlistas vieron la oportunidad de aspirar al trono de España, para lo cual empezaron a crear inestabilidad en las zonas donde tradicionalmente solían operar. Al producirse las votaciones en el Parlamento el dieciséis de Noviembre de 1870 donde salió elegido como Rey Amadeo de Saboya, los carlistas, viendo esfumarse la posibilidad de alzar al trono a su pretendiente Carlos, se alzaron y tomaron las armas de forma ya total, y aunque empezó con mal pie al ser derrotados el cuatro de Mayo de 1872 en Oroquieta por el general D. Domingo Moriones, pronto obtuvo algunas victorias importantes para sus objetivos, como fueron las habidas en Estella en Agosto de 1873, Montejurra en Noviembre de ese año  y Portugalete, y en vista de los éxitos obtenidos iniciaron el sitio e intento de conquista de Bilbao, lo cual no consiguieron.

   Al subir al trono D. Alfonso XII se produjeron en el bando carlista divisiones, las cuales favorecieron la acción militar alfonsina, consiguiendo que en Agosto de 1875 D. Arsenio Martínez Campos obtuviera una victoria en Seo de Urgel, con la que puso fin a la guerra en Cataluña, y que D. Fernando Primo de Rivera  obtuviera otra victoria en Febrero de 1876 en Estella, obligando al Pretendiente Carlos a huir, poniendo punto y final a la guerra. 

   Una vez situado a nuestro hombre en el contexto temporal y político, tenemos 1ue festinado en Abril de 1871 al Batallón Cazadores de Arapiles, pasó a formar parte del Ejército del Norte desde Mayo de 1872, y saliendo a operaciones de campaña asistió  al los siguientes hechos de armas:

- el día veintiocho de Mayo a la sorpresa realizada en Ibarra a la facción Calle, cuyos ochocientos hombres entregaron las armas,
- el dieciocho de Junio a la acción de Zudaire y el diecinueve a la de la Fuente de Berdoyzar, por la que se le otorgó el empleo efectivo de Capitán, pasando en Julio a situación de reemplazo y destinándosele a Noviembre al Batallón de Cazadores de Barcelona.

- en Enero de 1873 emprendió de nuevo acciones por la provincia de Valencia y el Maestrazgo, y

- el 6, 9, 11, 18 y 19 de Octubre en Cataluña, en las acciones de Rocallanza, de Cabra, de Val Espinosa, de Prades, y en el combate habido en el mismo punto contra las facciones, compuestas estas por 8500 hombres, 200 caballos y dos piezas de artillería, siendo hecho prisionero al tratar de abrirse paso, arrojadamente, por entre las filas enemigas, con unas cargas a la bayoneta, una vez agotadas las municiones.

   Por su comportamiento en este último hecho de armas, fue premiado con el grado de Comandante, y habiendo cesado su cautiverio, se incorporó en Noviembre a su Batallón, nombrándosele en Abril de 1875 auxiliar de la clase de primeros del Ministerio de la Guerra.

   Por causa de haber sido prisionero durante un tiempo de los carlistas, es por lo que le fue concedida en Junio de 1876 la medalla de Sufrimientos por la Patria, confiriéndosele en Diciembre el grado de Teniente Coronel por los extraordinarios servicios que prestó en el mencionado Ministerio.

   En Enero de 1879 obtiene el empleo de Comandante, en recompensa por sus méritos de campaña, pasando a situación de reemplazo hasta Marzo, que queda agregado al Ministerio de la Guerra.

   Hombre ilustrado, hablaba y leía a la perfección el francés y seguía con verdadero interés lo que allende nuestras fronteras se escribía y editaba en torno al arte militar y a los ejércitos y es por ello que en 1881 tradujo del francés y publicó la obra del Mayor del Ejército belga Mr. Nicholas Adts Los progresos del arte de la guerra, -Imprenta de Fortanet. Madrid, 1881-, por lo que fue recompensado en 1881 con una Mención Honorífica  

   El cinco de Agosto de 1883 se le nombra Ayudante de Campo, en comisión, del Jefe de Estado Mayor General del Ejército de Operaciones de Extremadura, partiendo ese mismo día para la plaza de Badajoz, a donde llegó el siete, después de haber sido desalojada por las fuerzas insurrectas. Desempeñó en ella, también en comisión, las funciones de Secretario del Gobierno Militar, y una vez finalizada su comisión regresó e a Madrid el veintidós, incorporándose  a su destino en el Ministerio de la Guerra, pasando a pertenecer a la plantilla de dicho Ministerio desde Noviembre, hasta que en Noviembre del año siguiente le fue conferido el cargo de Gobernador político - militar de la isla de Negros, en las islas Filipinas.

   En Marzo de 1889 se le nombró Secretario del Gobierno militar de Manila, cargo que siguió desempeñando, en comisión, cuando se le confirió en Agosto el de primer Jefe del Batallón Disciplinario y ello con motivo de su ascenso, por antigüedad, al empleo inmediato de Teniente Coronel en el mes de Octubre, quedando de reemplazo en Diciembre y continuando, a pesar de ello, ejerciendo en comisión el cargo de Secretario del Gobierno militar de Manila.

   Desde Febrero de 1890 tuvo a sus órdenes, aunque en comisión, el Batallón Disciplinario, ejerciendo, a la vez, el cometido de Fiscal de Causas de la Capitanía General de Filipinas, donde permaneció hasta Julio, en que pasó a mandar el Regimiento de Visayas, del cual causó baja en Marzo de 1891, pues se le había nombrado Director de la Academia preparatoria militar establecida en Manila.

   Tras desempeñar estas funciones, embarcó en Marzo de 1892 para la Península, quedando de reemplazo, pero fue rápidamente destinado, primero en Mayo en la zona de Cieza y luego en Junio a la de Toledo.

   Tras este destino, fue enviado en Marzo de 1894 a Puerto Rico, donde se le confirió el mando del Batallón Cazadores de Colón y con el que partió en Mayo de 1895 a la vecina isla de Cuba con el objeto de tomar parte en la campaña que allí estaba teniendo lugar, que no era otra que la guerra que daría como consecuencia la pérdida de aquella tierra española, que alcanzó su independencia. Sin perder tiempo salió a operaciones, y al mando en  muchas ocasiones de la columna, participó en numerosísimas acciones, tales como:

- el veinticinco de mayo de 1895 en la acción de la Jutía,

- el veintiocho de Junio en la de los Moscones, donde se tomó a la bayoneta un campamento,

- el 9, 11 y 16 de Julio en el combate sostenido en Bijarú, en las Lomas de Báguano y poblado de Camasans y en el de las Lomas de San José de Aguarach, por el que se le premió con la Cruz roja de 2ª clase del Mérito Militar,

 - el veinticuatro de Septiembre en el del Corojo y el 16 de Octubre en el de Caureje,

- el 14 y 17 de Noviembre en el de la Loma de Arroyo Blanco y en de Hoyo Pipa, acción por la que fue condecorado con la Cruz roja de 2ª clase del Mérito Militar, pensionada,

- los días 4, 6,12, 13, 21 y 29 de Enero de 1896 en los de Jabaco y Tiguabo, en los de Cuatro Caminos y Cacao, por los cuales se le recompensó con el ascenso  a Coronel; en el del Paso de la Mula y en el de Sabana Barrancas, rescatando el primero de Febrero y en las inmediaciones de Veguitas, 200 reses que el enemigo conducía a la sierra,

- el 3 y 4 de Febrero en el encuentro de La Herradura, el Paso del Mavay y Palo Picado, y los días 24, 27, 28 y 29 en los encuentros habidos en Los Gallegos, Plurial, Sabana de Gúa  y La Gloria,

- el tres de Marzo en la acción de Cuchillos, donde nuevamente obtuvo otra Cruz roja al Mérito Militar, pero esta vez de 3ª clase,

- el 18, 19 y 27 de Abril en San José de Cañada Honda, Brazo de Buey y Arroyo Azul,

- el tres de Mayo en la de San Ramón,

- el dieciocho de Junio estuvo en el reconocimiento de Monte Carretón y en el encuentro habido con los rebeldes en la laguna de Itabo y el 25 en la acción de Guajacubo,

   Posteriormente, fue nombrado presidente de la comisión de requisa de Manzanillo, tras lo cual se le confirió el mando de media Brigada, con la que se encontró con el enemigo en los siguientes puntos:

- el 6 y del 17 al 27 de Julio de 1896 en el combate de Joya, en los habidos en las orillas del río Cauto, en el sostenido durante la conducción de un convoy a Bayamo y en el Cannau,

- el 10 y el 13 de Agosto en el de Indiecito y en el de Cayamos,

- el 25 de Septiembre en el de Caurege,

- después de haber estado encargado interinamente durante Octubre y Noviembre de la segunda Brigada de la División de Manzanillo y de la Comandancia militar de dicho punto,

- el 29 de este último mes sorprendió en Sabana la Mar a todo un campamento de insurrectos,

- el 7, 9, 16, 17, 28 y 30 de Diciembre en el combate de Caurege, en el de los Pasos de la Sal, Rivero de Veguitas, Sabana de Cannao, Paso del Río Buey, Sabana Baunacas, Paso  del Río Babatuaba y Tuabeque, hechos por los cuales fue recompensado con la Cruz roja del Mérito Militar de 3ª clase pensionada; en la peligrosa marcha de flanco a Bueycito, donde se le confió el mando de la retaguardia y por esta operación apareció en el parte oficial como distinguido,  en el combate de Soler y, por último, en la acción sostenida con el enemigo en la Loma del Horno.

  Estuvo mandando la Brigada de forma interina durante algunos meses, en campaña, y para el ocho de Enero de 1897 le vemos batiéndose el cobre con el enemigo en Zucaibamita,

- el 20, 26, 30 y 31 de ese mes de Enero le encontramos mandando una columna de mil setecientos hombres, con los que levanta el sitio al que los rebeldes tenían puesto a Guamo, acción que mereció la felicitación pública del General en Jefe; en la difícil acción de Barrancas y Altos de Peralejo y domeñando a los insurrectos a orillas del río Cauto,

- el 25 de Febrero en la de Babatuaba,

- el 3, 6, 9, 15 y 17 de Marzo en el de Caimito, de Chapala, la del río Buey, en el de Jucaibamita y la de Cautillo,

- el 2 y 3 de Junio a los de Terapalo, Curao y Bejuquero,

- el 8, 29 y 30 de Julio a los de Solís y Vihuela,

- el 22 y 24 de Agosto a los encuentros sostenidos en Cruz Alta y Arroyar,

- el 6, 19, 20 y 24 a la destrucción de Yara -donde el famoso Grito de Yara-, y combates de Rivero, Barrancas y Babatuaba,

- el siete de Octubre en el de Sabana Caimito,

- desde el veintinueve de Noviembre hasta el cinco de Diciembre tomo parte con sus hombres en la recuperación del punto de Guisa y en los choques habidos en la Sierra de Guisa,

- el dieciséis de Diciembre en el choque armado de los Altos de San Francisco, hecho militar que le hizo acreedor al la Cruz de María Cristina, de segunda clase.

   El año de 1898 no fue diferente de los anteriores, de modo que siguiendo las órdenes recibidas, nos lo encontramos:

- el 16 y 17 de Febrero en los combates de Dos Bocas,

- el 13, 15, 16 y 17, de Febrero en los del Acantilado de Baire, Mogote de los Negros, Tinajones y en el de Las Cruces, y los siguientes 22,23, 24, 25 y 26 de operaciones por Baracoa,

- el 5, 6 y 14 en los sucedidos en Santa Inés, Mata del Tabaco y Las Cabezas.

   Al iniciarse la guerra con los Estados Unidos de Norteamérica, se le destinó a prestar sus servicios en la División de Defensa de La Habana, mandando la segunda Brigada que estaba situada en el segundo sector de la plaza habanera, pasando a prestar sus servicios a la línea exterior durante el bloqueo impuesto por la Armada norteamericana.

   El seis de Noviembre pasó a desarmar a los movilizados de Las Ciénagas y el 10, 11 y 14 prestó su colaboración para disolver, desarmar y embarcar al Batallón de Orden Púbico, que se había sublevado, por lo que le fue manifestado por parte de la Superioridad su satisfacción por su brillante comportamiento durante esos sucesos.

   Por fin, en Enero de 1899 se embarca rumbo a la Península, donde quedó en situación de excedente hasta Abril, que fue designado Vocal de la Junta clasificadora de Jefes y Oficiales movilizados de Ultramar y por los extraordinarios méritos que contrajo durante la campaña cubana, se le ascendió en Septiembre de 1900 al empleo de General de Brigada, nombrándosele en Julio de 1901 Jefe de la 2ª Brigada de la 3ª


División, cargo que simultaneó con el de Gobernador militar de Alcalá de Henares, pasando en Marzo de 1902 a desempeñar el cargo de Jefe de Sección en el Ministerio de la Guerra.

   Pasó en dicho cargo hasta Septiembre de 1906, cuando se le destinó como Secretario a la Dirección General de la Guardia Civil.



   Ya hemos visto que era un hombre culto e interesado por la cultura cuando se comentó la traducción del libro del francés al español. Otra muestra de su interés por la cultura la podemos ver en que en 1909 representó al Ministerio de la Guerra en las sesiones celebradas por el Comité Oficial Español del Congreso Internacional de Ciencias Administrativas y trabajos realizados por dicho Ministerio en Bélgica, por lo cual al año siguiente le fueron dadas las gracias de Real Orden. 

   Por Real decreto de catorce de Abril de 1909 se le asciende al empleo de General de División. Así apareció en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra del quince de Abril:

        En consideración á los servicios y circunstancias del General de Brigada D. Antonio Tovar y Marcoleta,
          Vengo en promoverle, á propuesta del Ministro de la Guerra, y de acuerdo con el Consejo de Ministros,
          al Empleo de General de División, con la antigüedad de once del corriente mes, en la vacante producida
          por pase á la sección de reserva del Estado Mayor General del Ejército de D. Antonio Monroy y Ruiz.

          Dado en Palacio á catorce de abril de mil novecientos nueve.


                                                                                                                                                     ALFONSO
               El Ministro de la Guerra,
                      Arsenio Linares 


   Bien, en la Conferencia internacional de Algeciras, celebrada entre el dieciséis de Enero y el siete de Abril de  1906, se acordó confiar a España y a Francia la pacificación del territorio marroquí, dividiéndose Marruecos en dos Protectorados: una pequeña parte en el norte bajo la administración de España y con capital en Tetuán, y el resto bajo la administración francesa.

   Esta decisión salió al principio bastante cara a España, pues desde 1909 hasta 1927 supuso un estado constante de guerra y de inestabilidad en el Protectorado, una ruina para las arcas públicas y una sangría intolerable de vidas humanas, que tuvo su punto culminante en el llamado Desastre de Annual, cuando entre los españoles se produjeron alrededor de diez mil bajas. A su vez Francia sufría grandes derrotas en su zona de Protectorado.

   Esta situación dio lugar a una operación militar conjunta para la pacificación de Marruecos, operación que dio comienzo el ocho de Septiembre de 1925 con el bombardeo de la costa de Alhucemas y el posterior desembarco de tropas y material bélico españoles en ese punto, con el que comenzó un avance imparable,  que llevó primero a sitiar y después a tomar el veintisiete de Junio de 1926 Axdir, la capital del caudillo rifeño Abdel Krim, que dio lugar a la rendición total de los rifeños en la primavera de 1927. Simultáneamente los franceses liquidaban la resistencia en su zona de protectorado.

   Bien, pues resulta que el día nueve de Julio de 1909 unos rifeños atacaron, alrededor de las ocho de la mañana, a unos trabajadores españoles de las vías férreas, matando a cuatro e hiriendo a uno.

   Huidos los demás a Melilla, dieron parte del suceso a las autoridades y de inmediato el Gobernador Militar de la plaza salió con una Brigada disciplinaria y varias Compañías más baterías de artillería y un Escuadrón, encontrando a fuerzas rifeñas situadas entre los obstáculos naturales de aquellos parajes, en las alturas que dominan el camino hacia las vías del tren por el lada derecho.

   De inmediato dispuso el Gobernador el bombardeo de esos puntos, desalojando a los enemigos de las cuatro posiciones que ocupaban, procediendo a ocupar las estribaciones del monte Yebel Sidl Amet-el-Hach, cesando el combate alrededor de la una de la tarde y quedándose las tropas españolas en las posiciones conquistadas.

   Se produjeron bastantes bajas, cuatro Soldados muertos y veintidós heridos y  un Oficial muerto y cuatro heridos, a los que sumar los cuatro obreros muertos y un herido. Tras la aseguración de la zona, se dio por zanjado el asunto, pero la noticia causó preocupación en España, por lo que se procedió al envío de tropas a aquella zona, que se sumarían a los 6451 hombres de todas las armas que ya se encontraban allí.

   Este suceso reforzó la idea de la fortaleza de los derechos de España en la zona y justificaba el empleo del Ejército para el mantenimiento del status quo, llamándose a filas a soldados de la reserva activa para reforzar los Cuerpos y unidades del Ejército que se creyesen más necesarios.



   El día doce de Julio se procedió a la ocupación de la cima del monte Atalayón -un peñasco que se proyecta sobre la Mar Chica-, emplazándose allí un par de piezas de artillería y una sección de Infantería, procediéndose así mismo a fortificar el punto, mientras que se sucedían ataques por parte de los moros y la consiguiente respuesta artillera de los españoles, tanto desde tierra como desde el mar, pues también participaban en la operación barcos de la Armada.

   Pero los rifeños no estaban dispuestos a dejarse amilanar y después de haber reunido importantes contingentes tanto de tropa como de armamento, atacaron las posiciones españolas la noche del dieciocho al diecinueve de ese mes de Julio, logrando causar importantes daños, con el agravante de que los moros miembros de la Compañía de Policía desertaron, llevándose consigo fusiles, municiones, jumentos,…

   Tras nuevos ataques a diferentes puntos, se embarcaron nuevas tropas para Melilla, que llegaron entre el quince y el diecinueve y que no pudieron evitar que en el ataque moro del veintitrés se produjeran entre los nuestros trescientas bajas -motivado por una decisión errónea- entre muertos y heridos.

   En la noche del veintiséis al veintisiete, los moros consiguieron en Cañada Gurugú desmontar alrededor de doscientos metros de raíles de la línea férrea, y para remediar la situación se envió un convoy con recursos para su reparación y tropas para protegerlo y para ocupar las faldas del monte Gurugú.

   En fin, allí y debido a una mala organización o mal interpretación de órdenes, se produjo un desastre, pues la operación supuso el tener cerca de mil bajas, suceso conocido como Desastre del Barranco del Lobo. Quedaba claro que era necesario cambiar los planteamientos de la cuestión y optar por soluciones más efectivas y menos costosas, al menos en vidas humanas.

      Así pues, se envían a Melilla dos Divisiones, una de las cuales estaba al mando de nuestro hombre y que llega entre fines de Julio y primeros de Agosto. Esta División estaba formada por dos Brigadas, al mando de los Generales Alfau y Morales y cada una estaba compuesta por dos medias Brigadas, formadas por efectivos de los siguientes  Regimientos:


1ª media Brigada de la 1ª Brigada:   - Madrid 2
                                                          - Barbastro 4,
                                                          - Figueras 6,

                                                                                       +  1 Escuadrón del Lusitania
                                                                                       +  1 unidad de Artillería

2ª media Brigada de la 1ª Brigada:   - Arapiles 9
                                                          - Las Navas 10
                                                          - Llerena 11

                                                         
1º media Brigada de la 2ª Brigada:   - Cataluña 1
                                                          - Tarifa 5,
                                                          - Ciudad Rodrigo 7

                                                                                        + 1 Escuadrón de Cazadores de Alfonso XII,
                                                                                        +  Grupo de Artillería mixto del Campo de Gibraltar,
                                                                                        +  3ª Compañía de Administración de Montaña, y
                                                                                         Compañía Mixta de Ingenieros 
2ª media Brigada de la 2ª Brigada:   - Segorbe 12,           
                                                          - Chiclana 17,           
                                                          - Talavera 18   


      Así pues, Tovar partía al combate con una columna compuesta por unos ocho mil combatientes, doce piezas de artillería y ocho ametralladoras, que sumado a las demás fuerzas acantonadas en Melilla y alrededores llegaron a sumar un contingente de cuarenta y dos mil hombres
   
   Bueno, pues recapitulando, en Julio se le confía el mando de la División de Cazadores de Melilla, plaza a la que llega el siguiente dos de Agosto para quedar en servicio de campaña, en el que permanece hasta el veinte de Septiembre, en que comienzan las actuaciones militares, que resumidas son estas:

- el veinte de Septiembre parte con la División con la orden de pacificar y someter a la ley española la península de Tres Forcas, ordenando a la 1ª Brigada que se dirigiera  a Taurit, mientras que con la 2ª marcha a Taxdirt, topándose por el camino con los moros a la altura de Tafarail, a los que rechaza hacia lugares más alejados de Taxdirt y pasando con su Brigada a fortalecerse en las lomas de Tanyust, desde donde se dominaba la plaza de Taxdirt, el objetivo inicial de la operación.

   Tras atacarla, consigue controlarla y desalojar al enemigo, pasando a permanecer en las lomas hasta por la noche y ello a pesar del los continuados ataques del enemigo, que había recibido refuerzos.

   Al iniciar el repliegue a la plaza, sufrieron las fuertes acometidas de los moros, que venían con cuchillos, pero los nuestros no se arrredraron y los rechazaron sin contemplaciones cuantas veces eran acometidos de la morisma y así hasta que el repliegue fue completado y en perfecto orden, con todo el material y los heridos.

      Mientras se realizaban los trabajos pertinentes de fortificación de la plaza no cesaron los ataques enemigos, los que eran una y otra vez rechazados por nuestros hombres y así hasta que llegó al lugar un Regimiento de Infantería, dos Batallones de Cazadores y una Batería de Montaña españoles y que al verlo el enemigo le hizo retirarse a lugares mas tranquilos.

- el día veintidós y en perfecto orden abandonaron nuestros hombres la plaza de Taxdirt, con Don Antonio a la cabeza, poniendo rumbo a Zoco el Had de Benisicar, con el objetivo de realizar las operaciones de conjunto con la 2ª División, que debía ocupar el citado Zoco, cubriendo los de Tovar el flanco derecho, por lo que durante el camino sufrieron los constantes y pertinaces ataques del enemigo, sobre todo en las Lomas de Hidum, a los que igual de pertinazmente se les rechazó, pasando a ocupar las citadas lomas, desde cuyas alturas se dominaba el valle del Río de Oro y la meseta de Zoco el Had, dando ello por resultado que la 2ª División pudiera alcanzar su objetivo con gran facilidad y de ahí marchan a Nador.

- el veintitrés parte de esta plaza de acuerdo con la 1ª División con el objetivo  de ocupar La Alcazaba de Zeluán, volviendo a ocupar su División el flanco derecho y nuevamente teniendo que sostener vivísimo fuego con el enemigo durante el camino, consiguiendo entrar en la Alcazaba al atardecer, tras hacerse dueño de ella.

   - el treinta partía con la División en operación de reconocimiento de la zona de Zoco el Jamís de Beni bu Ifrur, donde entabló combate con el enemigo, logrando alcanzar las alturas del lugar a eso de las nueve de la mañana, manteniéndose firme en ellas a pesar del constante fuego que les hacían los moros, los cuales se habían visto muy reforzados durante todo el tiempo que duró su acoso implacable, pretendiendo envolver los flancos hispanos, pero ello fue en vano, pues las órdenes que tenía de realizar el reconocimiento las cumplió, tras lo cual dio orden de retorno a La Alcazaba sobre las dos y media de la tarde, con perfecto orden y disciplina no obstante los constantes ataques del enemigo, superiores a los nuestros en número pero inferiores en lo que a eficacia se refiere. Al poco se le unió una Brigada de la 1ª División que venía de refuerzo.

   Permaneció en La Alcazaba hasta que se puso en marcha hacia Melilla, llegando a la plaza el siguiente dos de Noviembre junto con fuerzas de la 2ª Brigada, para junto con otras fuerzas más ocupar, otra vez, las alturas de Hidum el seis, dejando una guarnición.

- El siete, y al mando de las fuerzas de reserva, estuvo presente en la toma de Taquil Manim -Gurugú-, y el núcleo de población llamado Mezquita,

- el veinticinco marcha a Nador, al frente de una de las tres Divisiones que mandaba el Comandante en Jefe, tomando al día siguiente la meseta de Atlatén, posesionándose de ella con facilidad usando solo una Brigada, tras lo cual realizó diversas marchas y movimientos, de acuerdo con las otras dos Divisiones, con el objeto de dejar afianzada nuestra influencia en el país, dándose durante estas operaciones la acción de  Zoco el Jemís de Beni bu Ifrur, donde obtuvo la sumisión de veintiocho Cabos de esa cabila,

- el diez de Diciembre se sucedieron los reconocimientos de Beno Faklan y Monte Kadís, sometiendo a numerosos jefes de Beni Sidel,

- el veintisiete realizó una marcha a la meseta de Taxuda con el objeto de prestar protección a la Junta de Defensa de Melilla, que iba a visitar la zona.

   Pacificado el territorio, retorna a la Península en Enero,  realizando el veintisiete un desfile militar por las calles de Madrid, siendo nombrado el veintitrés Subinspector de las tropas de la 4ª Región y Gobernador Militar de Barcelona, y de Febrero a Agosto en el cargo de Subsecretario del Ministerio de la Guerra.

   El veinte de Marzo y por la acción de Taxdir fue recompensado con la Cruz roja al Mérito Militar y por la de Zoco el Jemís de Beni bu Ifrur se le recompensó con la Gran Cruz de María Cristina. 


      En Agosto de 1910 obtiene el mando de la 1ª División (8), cargo que desempeñó hasta que el dieciséis de Mayo de 1914 es nombrado a propuesta del Ministro de la Guerra y conforme con el Consejo de Ministros Teniente General (8), pasando a fijar su residencia en Madrid y quedando en situación de cuartel. 

    Destinado a Galicia, lo encontramos realizando las labores propias de su cargo y por citar alguna lo vemos con la comisión de revisión de las baterías en Montefaro, o revistando cuarteles en El Ferrol en Abril de 1916.

  Permaneció en este destino hasta que el veintitrés de Julio de ese año es nombrado Director General de la Guardia Civil, cargo que desempeña muy acertadamente y dejando un buen recuerdo en el Instituto, hasta el veinte de Abril de 1917, pero recibe el nombramiento de Capitán General de Valencia a finales de ese mes, partiendo  a tomar posesión de su plaza en aquella Región Militar el dos de Mayo, plaza en la que recibe por parte del Rey su nombramiento como Gentilhombre de Cámara con ejercicio el día veintiséis.

   Tras su paso por Valencia -ciudad donde deja un muy buen recuerdo y el aprecio general de la ciudadanía, tanto que se le dedicó una calle y se puso una lápida en su honor costeada por suscripción popular-, marcha a Madrid, pues ha sido nombrado Ministro de la Guerratomando posesión de su plaza el veinte de Julio de 1919, pero dura poco en el cargo, pues debido a la crisis de gobierno que hubo a  primeros de diciembre, cesa en el cargo el doce de ese mismo mes. 

      Pasa el tiempo, y por sus méritos y por su vinculación con la política es nombrado Senador vitalicio por Real Decreto de trece de Octubre de 1919, desempeñando diferentes tareas, entre otras las propias de su condición de miembro de la Comisión Permanente de los Ministerios de Guerra y Marina.

   Fallece el veintidós de Junio de 1925después de un tiempo enfermo, viviendo entonces en la madrileña calle de Núñez de Balboa y siendo enterrado en el cementerio de La Almudena. Estaba casado con la señora Dª. Encarnación Álvarez Cuervo y tenía, que sepamos, dos hijas, María y Julia. En el duelo iban, aparte de la familia y amigos, representantes del Rey y del Directorio.

   Desconsolada por su pérdida, falleció su esposa en Barcelona, sobre el veinte de Marzo de 1926. 

   Estaba en posesión de las siguientes condecoraciones:

- Cruz roja de 1ª clase del Mérito Militar,
- Cruz blanca de 2ª clase del Mérito Militar,
- 2 Cruces rojas de 2ª clase del Mérito Militar, una de ellas pensionada,
- 3 Cruces rojas de 3ª clase del Mérito Militar, una de ellas pensionada,
- Cruz de María Cristina de segunda clase,
- Encomienda de San Benito de Avís, de Portugal,
- Gran Cruz de la francesa Orden de la Estrella Negra, de Benín,
- Gran Cruz de San Hermenegildo,
- Gran Cruz Roja del Mérito Militar,
- Gran Cruz de María Cristina,
- Medalla de la Guerra Civil,
- 2 Medallas de Cuba,
- Medalla de Sufrimientos por la Patria,
- Medalla de Voluntarios de Cuba,
. Medalla de Mindanao,
- Medalla de Alfonso XIII, y
- Medalla de Melilla.

   Era, así mismo, miembro del Círculo Liberal, al cual donó, junto a otros miembros, una serie de libros para conformar la biblioteca de dicha institución. 
      Y esta ha sido la breve biografía militar de un hombre que desde los catorce años y medio dedicó su existencia al Ejército y a España. De un hombre que antes que militar fue soldado y que en ningún momento dudó ni en derramar su sangre por la patria ni en dedicar su tiempo a los intereses de su país.

   Más de sesenta años dedicados a España.


Soldado Malagueño
Málaga - 2019

LUIS EYTIER BENITEZ. UN LAUREADO EN VIDA.

Luís Eytier Benítez nació en Lorca el día 23 de Mayo de 1864, recibiendo la agua del Bautismo en la iglesia parroquial de San Mateo. Al pare...