30/07/20

LINAJE MILITAR DE LOS VELÁZQUEZ GAZTELU DE LA CIUDAD DE ORÁN

      Investigando a ver cuál fue el primer Gaztelu que recaló en la plaza española de Orán y dio pie a este linaje, he encontrado lo siguiente:

    Juan Velázquez-Gaztelu y Velázquez

   Nació en la localidad navarra de Tudela, donde fue bautizado en su colegiata el siete de mayo de 1536, hijo de Francisco de Gaztelu y Gaztelu y Catalina Velázquez de Cuéllar, él de Tudela y ella de Ágreda.

   Tras ingresar en el ejército, pasó con destino al presidio de Orán en clase de soldado el primero de mayo de 1555, asistiendo a cuantas acciones se dieron contra el enemigo en aquel tiempo, logrando, por sus méritos ascender al empleo de capitán de una de las compañías de arcabuceros.

   Contrajo matrimonio con María Méndez, de quien enviudó, volviendo a contraer matrimonio con Ana de Salazar y Pelliseda en la iglesia mayor del presidio el veintinueve de julio de 1576.

   Otorgó testamento en dicho presidio de Orán, ante el escribano Antonio Rivadeneyra, el 10 de Noviembre de 1592, falleciendo a los pocos día, recibiendo sepultura en el convento de los  mercedarios calzados del presidio.

   Su mujer, Ana de Salazar, testó en Orán, el nueve de Diciembre de 1613.

   Tuvieron por hijos a:

   Juan, que sentó plaza de soldado el treinta de Julio de 1587, ascendió a alférez en 1627 y el dos de Febrero de 1628 a capitán de la artillería del presidio. Falleció en Orán el dieciséis  de Febrero de 1629;

   Jerónimo, María y

   Alonso, que fue bautizado en la iglesia mayor el nueve de Noviembre de 1579.

   Alonso Velázquez-Gaztelu Salazar

   Entró a servir en el regimiento de la plaza en clase de soldado, alcanzando el empleo de capitán de caballos lanzas, en dicho regimiento.

   Al igual que su padre, contrajo matrimonio dos veces, ambas en el presidio. La primera con Mariana de Vargas y la segunda con Medea Serafina Muñoz y Soria, natural de Orán, el trece de octubre de 1604.

   Otorgó Alonso testamento en Orán, el dieciséis de Febrero de 1632, falleciendo poco después y siendo enterrado, como su padre, en el convento de los mercedarios descalzos, en la capilla propiedad de la familia.

   Medea Serafina testó dos veces, la primera en Orán, ante el mismo escribano que su marido, estando ya viuda, el 19 de Julio de 1644, y la segunda en Málaga, el 6 de Abril de 1648, ante el escribano Martín de Mesa. Falleció en Málaga, y fue enterrada en la iglesia de los agustinos de dicha ciudad.

   Con su segunda mujer, tuvo a Félix, Alonso, Estefanía, Antonio e Isabel.

   De Alonso ya hemos puesto su biografía en:

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CAPITÁN JOSÉ DE MILLA DÍAZ

   La familia de Milla llegó a la plaza de Orán en la expedición de conquista del año de 1509, afincándose allí el primero de ellos, el Alférez D. Martín de Milla, permaneciendo esta familia en aquella plaza hasta 1708, año en que cayó, temporalmente, en poder de los turcos.

   Durante esos doscientos años, los Milla habían servido al Estado en distintos puestos, la mayoría en el Ejército, donde más de uno cayó defendiendo la plaza de Orán y las aledañas de Tremecén, Mazalquivir,...

   Por no dilatar esta biografía, solo mencionaré algo acerca del padre de nuestro hombre, el Capitán D. José de Milla Díaz.

   Nació D. José en la plaza de Orán, el año de 1636, hijo de Martín de Milla y nieto de José de Milla, todos de Orán. Ingresó en el ofició de las armas como Soldado de Lanza y Adarga, Atajador, Cuadrillero, Adalid, Alférez de Infantería primero y de Caballería después. Por sus méritos pasó a Teniente y en el ejercicio de este empleo fue Ayudante de Comisario General de Caballería, siendo, además de estos  cargos Alcaide de la Puerta de Tremecén.

   En el transcurso de estos años, recibió varias heridas de guerra y felicitaciones por parte de sus superiores, así como sufrir la muerte de cuatro de sus hijos varones a manos de los turcos, uno de ellos a su vista en combate singular con un turco y otro en la defensa del castillo de San Gregorio.

   Cuando le llegó la hora de jubilarse lo hizo con grado y sueldo de Capitán vivo. Al caer Orán en manos de los turcos, salió de aquella plaza junto a su familia rumbo a Málaga vía Almería y Granada, sorprendiéndole la muerte en la ciudad de Almería, siendo enterrado en la iglesia de Santiago de aquella ciudad.

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JOSÉ MARÍA Y LUIS ATONIO MERLANO GRANADOS

Teniente José María Merlano Granados

  Nació en el presidio de Alhucemas, en 1779, hijo de Antonio Francisco Merlano Gómez y de María Antonia Granados.

  Ingresó como Cadete en el Regimiento de Infantería de Cartagena de Indias el cinco de octubre de 1793. Obtuvo el empleo de Teniente de Fusileros entre junio y agosto de 1810.

   Casó con Rosa Josefa Fernández de Sotomayor y Picón (1781-1864) en Cartagena de Indias el 28 de mayo de 1802.

   Su padre era Capitán del mismo Regimiento, Secretario del Gobierno y Comandancia General de Cartagena en Indias y Caballero de Carlos III.

Subteniente Luis Antonio Merlano Granados

    Nació en el presidio de Alhucemas, en 1778, hijo de Antonio Francisco Merlano Gómez y de María Antonia Granados.

   Ingresó como Cadete en el Regimiento de Infantería de Cartagena de Indias el doce de diciembre de 1791. Pasó a Subteniente el cuatro de octubre de 1797, en el mismo Regimiento

   Su padre era Capitán del mismo Regimiento, Secretario del Gobierno y Comandancia General de Cartagena en Indias y Caballero de Carlos III.

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CAPITÁN JUAN PEDRO VELÁZQUEZ-GAZTELU ZAMORA

   Nació en la plaza de Orán y era hijo del Capitán de Caballos Alonso Velázquez-Gaztelu y de Dª. Juana Zamora Quesada.

     Ingresó el diecisiete de julio de 1658 como Soldado de Infantería primero y de Caballería después. Pasó sucesivamente a Sargento, Alférez, capitán de una Compañía de Infantería ordinaria.

   Para enero de 1681 aun permanecía como Capitán de Infantería en la plaza de Orán. Fue Gobernador del presidio de Mazalquivir, donde falleció en la defensa que se hizo contra los moros a principios del siglo XVIII.

   Casó con su prima Inés de Angula.

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CAPITÁN RODRIGO VELÁZQUEZ-GAZTELU ZAMORA

   Natural de Orán, y era hijo del Capitán de Caballos Alonso Velázquez-Gaztelu y de Dª. Juana Zamora Quesada.

   Comenzó a servir al Rey el 4 de Septiembre de 1662, en la Compañía de su padre como soldado arcabucero de infantería y después de Caballería, al parecer en la Compañía de su padre. Sus sucesivos empleos fueron de Atajador, Cuadrillero, Alférez de Infantería, Teniente-Alférez de Caballos y Ayudante del Sargento Mayor de la gente de guerra de la guarnición de Orán y sus anejos.

   En la rota que dieron los turcos y los moros de Benerax en el lugar conocido como Dieente de Perro, el nueve de marzo de 1681 fue apresado por estos, siendo en esta acción en la que perdió la vida el marqués. En esta acción perdió nuestro hombre el ojo derecho y tras su captura permaneció cautivo por espacio de dos años, siete meses y catorce días, rescatándose a su costa.

   También fue Capitán Gobernador de una Compañía de Infantería, Alcaide y Gobernador de Mazalquivir y Capitán de Caballos hasta el veintiuno de Enero de 1708, fecha en que se evacuó la plaza de Orán, tras lo cual pasó a continuar su mérito a Cartagena, recomendándole vivamente el Rey al Marqués de Valdecañas, siendo agregado el siguiente veintidós de Septiembre, como Capitán reformado, a la dicha plaza de Cartagena.

   El primero de Junio de 1713, Felipe V le hizo merced, por sus muchos servicios, de una pensión vitalicia de 91.800 maravedíes al año sobre su sueldo.

   Contrajo matrimonio en Orán, con Dª. Julia Merino, de la que no tuvo descendencia. Es posible que falleciera  en Murcia, ciudad donde últimamente estuvo residiendo.

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CAPIÁN ALONSO VELÁZQUEZ-GAZTELU MUÑOZ

   Alonso Velázquez-Gaztelu y Muñoz, hijo cuarto de Alonso Velázquez-Gaztelu y Salazar, y de su segunda esposa, Medea Serafina Muñoz y Soria, nació en Orán, y fue bautizado el once de marzo de 1607 en la iglesia mayor. 
   
   El veintiuno de noviembre de 1624 comenzó a servir como soldado arcabucero de la guarnición de Orán, en la Compañía de Caballos del marqués de Salinas, hasta que pasó a ser Soldado de lanza y adarga.

   Pasó a ser Alférez primero y Capitán de Infantería después, pasando luego a ser Capitán de Artilleros y de Caballos, todo esto siempre en la plaza de Orán.

   Se distinguió en la rota que hubo con los turcos de la

   En junio de 1671 fue recibido por Caballero de la Orden de Santiago, aunque lo disfrutó poco, pues falleció el siguiente catorce de julio de 1672, tras cuarenta y siete años, siete meses y catorce días de servicios militares. Estaba casado desde el veintiocho de noviembre de 1627 con la Sª. Dª.

   Otorgó testamento Alonso Velázquez-Gaztelu y Muñoz en Orán, ante el escribano Francisco Rodríguez Calderón, el diez de Julio de 1672, falleciendo cuatro días después.

   Su esposa testó el dos de Marzo de 1673, ante el mismo escribano. Ambos esposo mandaron ser enterrados en la sepultura que poseían en la parroquia mayor de Santa María, Orán. 

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29/07/20

TENIENTE GENERAL SERAFÍN Mª. DE SOTT Y AB ACH. 3ª PARTE.


Durante su estancia en Francia estuvo residiendo tanto en Bayona, desde donde escribió a la Reina Maria Cristina aconsejándole sobre la conveniencia de trasladar la Corte a Sevilla y los beneficios que para la Nación eso supondría, y en Burdeos, desde donde escribió, entre otras muchas cartas, a esta Reina agradeciéndole el socorro pecuniario que ésta le había prestado, pues se hallaba Serafín con mucha familia escaso de caudales.

   Ya normalizada su situación política y militar, el 22 de Enero de 1844 fue nombrado Director del Colegio General Militar, desde cuyo puesto se empeñó en inculcar en los jóvenes Cadetes, el celo por el servicio, el amor a la carrera militar y a dar la vida por la Patria.

   El 24 de Enero de 1846, y como consecuencia de la presentación de una colección de trabajos sobre la Historia de la Indumentaria de los Españoles a través de los siglos, es admitido como Académico de número de la Real Academia de la Historia (15); el 11 de Julio marcha a Toledo junto al Brigadier de Ingenieros, D. Antonio Iglesias, con el objeto de dar las primeras disposiciones para las obras que habrían de practicarse en los edificios en que habían de establecerse el Colegio General Militar; ese mismo año y para poder ser Senador del reino, hubo de presentar como credenciales el nombramiento de Senador, el Real Despacho de Teniente General - Real Decreto de 3 de Noviembre y con antigüedad de 10 de Octubre - y la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, recibiendo el nombramiento de Senador del Reino de manos de la Reina el 9 de Diciembre, siendo admitido por la comisión de calidades del Senado el 1 de Febrero de 1847, prestando juramento el 6 de Septiembre.

    Siendo todavía Director del Colegio General Militar y Senador del Reino, es nombrado el 19 de Julio de 1849 Ministro de la Guerra y debido a las extraordinarias circunstancias por las que pasaba la política española en aquellos días, se dejó seducir por sectores contrarios al Gobierno y ese mismo día 19 aceptó ser nombrado Presidente del Gobierno, firmando nombramientos de Ministros y algunas disposiciones, aunque a las veinticuatro horas ya había cesado como tal Presidente del Gobierno, sufriendo críticas muy severas y duras, acusándosele de formar un Gobierno excesivamente conservador y religioso (17) Después de estos sucesos, el 23 decidió tomarse unos días de descanso con su familia, para meditar acerca de lo sucedido y sacar consecuencias para su posterior actuación en política, actuación que le acarreó importantes problemas políticos con Don Ramón María Narváez, a la sazón Presidente del Gobierno de España en ese momento.

   Tras estos sucesos, quedó Serafín de cuartel en Madrid, ejerciendo labores burocráticas y de dirección hasta el 10 de Abril de 1854, en que es nombrado Vicepresidente de la sección de Guerra del Consejo de Estado (18), cargo que ocupó hasta el día de su muerte, alejado ya de la primera línea de la política - no participó en los sucesos de la Vicalvarada -, y en 1859 fue nombrado Vocal de la Junta Consultiva del Reino y además, seguía siendo Senador del Reino (19) En esta época tenía fijada su residencia en el número diez de la madrileña calle del Noviciado.

   Como ya dijimos al principio, era un entusiasta investigador del pasado, dedicándose a los temas militares y etnográficos siendo la consecuencia de esas investigaciones y estudios una serie de obras de carácter enciclopédico, algunas de las cuales son verdaderos manuales para los estudiantes e investigadores. Las que escribió fueron:

1- “Estado demostrativo de las pérdidas que ha tenido el regimiento de Guardias Españolas de Infantería en la guerra que principió el 2 de mayo de 1808 y concluyó en fin de agosto de 1814, con expresión de las batallas y acciones en que se halló y resultando presentados los prisioneros en la paz” (1817),

2- “Memoria para la Historia de las Tropas de la Casa Real de España, escritas por un Oficial de la antigua Guardia Real” (1824),

3- “Memoria Histórica de las Academias y Escuelas Militares de España, con la creación y estado presente del Colegio General establecido en Toledo” (1847),

4- “Opúsculo primero de la introducción a las memorias para la Historia de la Organización del Ejército Permanente - Organización de las tropas feudales en España, desde el siglo VII al XV”. (Revista Militar, 1848),

5- “Opúsculo sobre la conveniencia de escribir la historia de los regimientos del Ejército, seguido de la del regimiento de Jaén” (Revista Militar, 1848)

6- “Biografía del Mariscal de Campo don Sancho de Echeverría” (Revista Militar, 1851),

7- “Historia Orgánica de las Armas de Infantería y Caballería Españolas” (1851-1859),

8- “Álbum de la Caballería Española desde sus primitivos tiempos hasta el día” (1861),

9- “Álbum de la Infantería Española desde sus primitivos tiempos hasta el día”.

   Además, aparte de la gran cantidad de documentación epistolar que nos ha legado, junto a otros muchos documentos, debemos destacar dos cuyo valor es de especial mérito, a saber,

10- “Influencia ejercida por la música y la poesía durante la Guerra de la Independencia”, y
una serie de documentos que se dedicó a recopilar durante muchos años y que constituyen un tesoro documental, literario y artístico, recogidos con el objeto de publicar una “Historia de la Indumentaria”, que le valió el título de Académico de la Historia y que se publicó en 1879, cuando Serafín llevaba 17 años muerto y que se hizo con el título de:

11- “Discurso histórico sobre el traje de los españoles, desde los tiempos mas remotos hasta el reinado de los Reyes Católicos” (1846)

   Según se cuenta en algunos círculos, parece ser que su muerte fue debida a un envenenamiento. No negamos la autenticidad de esta aseveración, por supuesto, pero hasta la presente no hemos encontrado ningún dato que nos lo confirme; de hecho no hemos encontrado ningún dato que nos informe sobre el motivo de su muerte, aunque dado su pasado político cabe, ciertamente, la posibilidad de su envenenamiento por exaltados de algún partido o asociación que no dudaba en castigar con el asesinato a los que no pensaban como ellos. Su defunción se certificó a las diez menos cuarto de la mañana del día 23 de Febrero de 1862. El conde de Alvar - Fáñez fue el encargado de comunicar al Senado (15) el fallecimiento de Serafín, cosa que hizo en la sesión del día 25. El día 1 de Marzo se verificaron los funerales de Estado de Serafín, a los que, entre otros, asistieron el Presidente del Consejo de Ministros y otros Generales.

En cualquier caso, su muerte, según la partida de defunción, se debió a una congestión cerebral. Se puede leer en el libro de defunciones de 1859-1867, al folio 123 vto. y 124, de la parroquia madrileña de San marcos.

Su puesto como Teniente General fue ocupado en Febrero del año siguiente por D. Joaquín del Manzano Manzano.

   El 27 de Octubre de 1867 y a resultas de un informe presentado por la Real Academia de la Historia, que en cumplimiento de la Real Ordenanza de 10 de Febrero de 1864, se inserta en la Gaceta de Madrid (21), S. M. la Reina Doña Isabel II tuvo a bien mandar que se adquiriesen  seis ejemplares de la obra intitulada “Historia Orgánica de las Armas de Infantería y Caballería Españolas”, del conde de Clonard, siendo el importe de estos seis ejemplares, 620 escudos y 400 milésimas, con cargo al capítulo 21, artículo 1º del presupuesto del Ministerio, partida destinada a suscripciones.

   Tuvo todos estos títulos y honores:

- Conde de Clonard y marqués de la Granada,
- Teniente General de los Ejércitos Nacionales,
- Senador del Reino y Presidente del Gobierno,
- Historiador y Escritor,
- Caballero Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo (2),
- Caballero Gran Cruz de la Orden Española y Americana de Isabel la Católica, que se le concedió el 29 de Enero de 1838 (22),
- Miembro e Individuo de número de la Real Academia de la Historia,
- Caballero de la Imperial Orden de la Legión de Honor Francesa (23),
- Miembro de las Academias Literarias de Cádiz y de Barcelona (24)
- Miembro de la Sociedad Económica de Cádiz (25) 
   
   Era hijo de Raimundo de Sotto Langton y de Maria Antonia Abbach Casaviella.

   Fueron sus abuelos paternos Miguel de Sotto Herrera y Serafina Langton Carew. Fueron sus abuelos maternos Johan Abbach y Raymunda Casaviella.

   Fueron sus hijos: Raimundo, Maria Luisa, Manuel, Maria de la Gloria y Maria de los Dolores.

   Fueron sus hermanos: Maria Ramona, Maria Antonia, Maria Dolores y Petra.


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TENIENTE GENERAL SERAFÍN Mª. DE SOTT Y AB ACH. 2ª PARTE.

   Ocurrió en esos días que fue disuelta la Guardia Real, en la que tenía el empleo de Capitán desde  el 15 de Abril de ese año, pasando a quedar como agregado a la plaza hasta que fue destinado al distrito de Sevilla  por disposición de 18 de Abril. Cuando llegó a Sevilla sintió necesidad de retirarse por un tiempo del servicio, pidiendo licencia para ello, obteniéndola para San Lúcar de Barrameda el 3 de Junio.

   A su regreso camino de Madrid y con un pasaporte del Duque de Crillón -General de las tropas francesas de los Cien Mil Hijos de San Luis-, fue detenido en Valdepeñas, conducido a Toledo y llevado a la cárcel pública por la chusma, donde su salud se vio quebrantada, hasta que el Gobierno de la Regencia Provisional le sacó de la cárcel y le permitió retirarse a su casa a reponerse, tanto de la salud como de los agravios recibidos.

   España estaba ya convulsa política y socialmente, habiendo un gran descontento por la acción de los políticos y empezando a producirse animadversión contra el cáncer nacional llamado Fernando VII y como consecuencia de ese estado de la situación y ser Serafín un hombre público de ideas poco conservadoras -en aquella época-, aconteció que, debido a su estado de salud, decidió ir a las costas de Cantabria a reponerse y a su vuelta a Madrid y debido a los sucesos acontecidos en la Corte el pasado 7 de Julio de 1821, fue arrestado primero en Tolosa y después en Burgos, pues creyeron sus captores que se trataba de uno de los Oficiales que huyeron de Madrid después de los sucesos de aquel día.

   Así anduvo, con problemas por culpa de la política, hasta que el 21 de Abril de 1826 obtuvo, por fin, certificado de purificación, destinándosele en Septiembre a la Guardia de Cataluña en calidad de Comandante supernumerario, donde asistió a las acciones de Manresa, Olot y Ripoll; el 1 de Enero de 1827 ingresó en el tercer Regimiento esa Guardia como Primer Comandante efectivo, actuando bien. El 3 de Marzo fue nombrado Caballero de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.

  Entre los años de 1828 y 1833 obtuvo los sucesivos despachos de Teniente Coronel Mayor de Granadero, de Coronel y el 3 de Enero de 1833 El de Brigadier de Infantería. En esas fechas ocurrió la gran fortuna para el pueblo español de la enfermedad del tirano Fernando VII y su posterior fallecimiento. Una vez ocurrida la muerte de esta calamidad nacional, acudió Serafín a ponerse a disposición de la Reina Maria Cristina, que asumía la Regencia durante la minoría de edad de Isabel de Borbón y Borbón, Princesa de Asturias. 

   Desgraciadamente, la muerte del malhadado Fernando VII no supuso el fin de las desgracias, pues nos dejó la semilla de la discordia nacional con la abolición de la Ley Sálica, para que pudiera reinar su hija Isabel, lo cual encendió la ira del hermano de Fernando, Carlos Maria Isidro, el cual organizó en torno a si un partido, los Carlistas, de marcado carácter ultraconservador, ultracatólico y regresivo que pretendía mantener el absolutismo en España para sumirnos en el oscurantismo y el atraso, comenzando desde bastante antes de la muerte del Rey una guerra civil, llamada Guerra Carlista.

   En Enero de 1833 fue destinado al Ejército del Norte, donde se le confió el mando de la Brigada de Reserva, tomando con ella parte en la de Arlabán los días 16 y 17 de Febrero; el 14 de Mayo en Santa Cruz de Eleca, donde con seiscientos granaderos de la Guardia hizo que 2000 infantes y 80 de a caballo carlistas se retirasen, de la misma manera que con igual arrojo y con la salud fastidiada, limpió de carlistas la meseta de Zuriain los días 24 de Junio y 4 de Julio; también y al mando de dos batallones echó a los carlistas que ocupaban las posiciones en las alturas de Zubiri.

   El 1 de Agosto, en medio de las alturas de Luciai y Engui, mandó el ataque del centro y de la derecha en la batalla que ese día se le dio al enemigo, tomándoles los dobles parapetos que tenían en el monte raso, así como las posiciones que tenían quince batallones carlistas.

   El 30 de Junio de 1834 es ascendido a Mariscal de Campo y el 12 de Agosto se le adjudicó el mando del cuerpo de operaciones de la derecha del Ejército que operaba en Navarra. Días antes de tomar este manso, el 20 de Julio, otorgó testamento militar (3), en el que entre otras cosas, pedía que se le enterrara donde mejor dispusiera su mujer y que fuera un entierro libre de pompa y ostentación. Nombró por testamentarios a su mujer y a Andrés Romero Valdés, Capitán de Infantería y Caballero del Hábito de Santiago. En el testamento hace constar que Su Majestad el Rey se sirvió concederle el producto económico de la obra que escribió sobre la Guardia Real. Como curiosidad relativa a este testamento. 

   El 26 de Enero de 1836 manda un oficio al General en Jefe del Ejército de Reserva comunicándole el acantonamiento de parte de sus fuerzas en Santa Gadea, situación en la que permanece hasta que el 5 de Marzo de 1837 es nombrado Capitán General interino de Andalucía (4), cargo del que presentó dimisión el 17 de Septiembre, dando al pueblo de Sevilla una alocución en la que le agradecía su hospitalidad, explicaba su porqué allí, justificaba su actuación y el porqué de su dimisión, a la vez que presentaba al nuevo Capitán General, D. Juan Aldama.

   Fue bastante atacado en la prensa por su actuación durante ese tiempo, pues se le consideró demasiado duro y severo en la represión política.

   Cuando se hallaba de cuartel en Sevilla y teniendo el Gobierno noticias de una serie de movimientos políticos sediciosos que iban a tener lugar en Cádiz, y protagonizados por las dos Compañías de 2º Batallón de Voluntarios de Andalucía, se le confió el mando político y militar de dicha plaza, a donde se desplazó inmediatamente y entrando en secreto en ella, tomó en seguida una serie de medidas que cortaron de raíz los trastornos que se temía iban a ocurrir, y tan bien lo solucionó, que la Reina Regente le concedió la Gran Cruz de Isabel la Católica.

   Posteriormente, el siete de Julio de ese año de 1837, los Alcaldes Constitucionales de Cádiz dirigieron carta a la Reina Regente pidiendo perdón por los sucesos y suplicando por las vidas de los miembros de la Milicia Nacional que fueron presos y condenados por los motines y escandalosos sucesos de sedición ocurridos en esa ciudad de Cádiz. Dicha carta le fue remitida a través del Capitán General, o sea, Serafín de Sotto, el cual dio curso favorable a dicha petición el siguiente día diez.

   Estuvo en este mando todo el año de 1838 y parte de 1839, años en los que publicó dos bandos: uno el 18 de Julio (9), por el que fue duramente atacado por los liberales, y otro el 30 de Noviembre, por el que mandaba disolver la Milicia Nacional; el tres de Febrero de 1839, año en el que sofocó en Algeciras y de raíz otro intento de rebelión que se estaba tramando desde Ceuta (10) Así estuvo hasta que por real decreto de 3 de Febrero de 1840 fue relevado del cargo, pasando al cuartel de San Lúcar de Barrameda, lugar donde le llegó el despacho mediante el cual se le concedía la Gran Cruz de San Hermenegildo.

   En el año de 1840 le llamaron desde la Corte para que se encargase de organizar un Cuerpo de Ejército de Reserva, medida que no llegó a llevarse a efecto debido a las dudas que Serafín tuvo acerca de la conveniencia de su creación y, sobre todo, que temiéndose que se produjesen trastornos políticos que alterasen el orden público como en su día ocurrió en Cádiz y Sevilla, el 17 de Marzo fue nombrado Capitán General de Granada y Jaén (2), en relevo del Teniente General D. Juan Antonio de Aldama, obteniendo allí resultados positivos en cuanto al mantenimiento del orden público y represión política según las directrices del Gobierno. Fue entonces cuando comenzó a fraguar y a dar forma a los servicios de contraespionaje e inteligencia, bajo el nombre de Comisión Regia, la cual actuaba con un gran secretismo, siendo Serafín el que con más secreto se conducía, granjeándose entre sus compañeros de armas el apodo de “Lobo Solitario”.

   Después de poner orden en esas provincias, regresa a la Corte, donde el 22 de Abril es nombrado Ministro de la Guerra  y el 24 Secretario de Estado y del Despacho de la Guerra (11), cargos que hubo de dejar debido a una grave dolencia, hasta el 25 de Mayo, fecha en que vuelve a ocupar su puesto. 

   El 11 de Junio acompañó a SS. MM. a Barcelona, hasta el 30 del mismo, cuando, contrario a que se interrumpiera la promulgación de la Ley de Ayuntamientos dimite de sus cargos, aceptándole la Reina Regente su dimisión el 18 de Julio y partiendo fechas después a Francia como exiliado político, pues al partir la Reina echada por el nuevo Gobierno de Espartero debido a sus maniobras contra los liberales y ser Serafín del partido de ésta, decidió emprender el exilio y luchar desde Francia para la reposición de aquella de nuevo en el Trono. En el exilio estuvo hasta 1843, conspirando junto a otros partidarios de la Reina Maria Cristina, como O´Donnell, intentando derrocar al Gobierno (12) Tras la vuelta a la Patria de Maria Cristina tras ser declarada la mayoría de edad de Isabel II después de los años de lucha desde el exilio, el 7 de Agosto de 1843 obtuvo destino de cuartel en Madrid.

Continúa

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TENIENTE GENERAL SERAFÍN Mª. DE SOTT Y AB ACH. 1ª PARTE.

   Nació Serafín en Barcelona el 10 de Octubre de 1793, siendo bautizado al día siguiente en la Parroquia de Nuestra Señora del Pino, de Barcelona.

   Lo primero que sabemos de el es que se le concedió, por Real Gracia, entrar como Cadete en las Reales Guardias Españolas el 21 de Abril de 1804, haciéndose efectiva la incorporación el 12 de Octubre de 1805, entrando a servir en el tercer batallón de ese Cuerpo, que se hallaba de guarnición en Barcelona.

   Desde su juventud fue muy aficionado a la observación de los monumentos históricos, haciendo anotaciones de cuantos casos histórico-arqueológicos atrajesen su atención, convirtiéndolo con el correr del tiempo en una pasión que le llevó a escribir numerosas obras sobre diversos temas tanto de índole militar como etnográfica. Llegó a tener una importante colección de piezas arqueológicas.

   Al ocupar los franceses en 1808 la ciudad de Barcelona, se evadió de allí y pasó a ofrecer sus servicios como soldado en la vanguardia del Ejército Nacional en Cataluña. Posteriormente le mandaron, junto a su padre, al Ejército del Centro, quedando en Cuenca a las órdenes del Gobernador, el cual era su padre.

   Fue aquí en Cuenca, e inspirado por su formación cristiana, donde se le despertaron los mas profundos sentimientos humanitarios, los cuales adornaron su persona a lo largo de toda su vida. Este despertar fue como consecuencia de la epidemia que en la ciudad se vivía, debida a las calamidades debidas a la barbarie y tropelías que las hordas francesas cometieron durante la conquista y posterior ocupación de la ciudad. Aquí, se dedicó con
especial solicitud a la atención y cuidado de los muchos enfermos y heridos que en Cuenca había.

   El 16 de Enero de 1809 partió, junto con el Estado Mayor, de Cuenca, dirigiéndose con un corto destacamento y a través de las agrestes sierras, a Valencia, donde estuvo hasta el 8 de Febrero, cuando fue promovido al empleo de Alférez de su Regimiento, siendo destinado  al Ejército que realizaba sus operaciones en La Mancha, siendo también nombrado Ayudante de Campo del Segundo General de la 3ª División.

   Ascendido ya a Segundo Teniente y durante el ataque realizado a la localidad de Aranjuez, se distinguió claramente por su arrojo e intrepidez, despreciando el peligro y en contra de los deseos de su padre, al comunicar órdenes las tropas que mas comprometidas en la acción se hallaban y, así, el 11 de Agosto, en la batalla de Almonacid, se puso decididamente al frente de algunas tropas que en retirada iban para, haciéndoles entender que España les necesitaba y requería, hacerles dar la vuelta y entrar nuevamente en el combate, arrancando de las garras de la canalla francesa un carro de municiones y otro mas de pertrechos de guerra, siendo capaz después, de presentarse con su corto destacamento en perfecto orden y disciplina para ponerse a las órdenes del General Don Gaspar Vigolet en la localidad de Villamanrique, donde éste se hallaba con la 2ª División. Todo esto y según datos fehacientes, parece ser que duró alrededor de veinticuatro horas, durante las cuales permaneció Serafín herido y, sin dar parte de dicha herida, entregó su destacamento a dicho general y solo entonces acudió a la enfermería.

   El 19 de Noviembre, habiendo sido rota por los gabachos la línea en la batalla de Ocaña, fue Serafín firme en el mantenimiento del orden y la disciplina en la segunda línea, pero rota también ésta por la abrumadora superioridad en hombres de la canalla francesa, volvió Serafín a mantener el orden y la disciplina en la segunda línea, hasta que hubo de retirarse con los efectivos que le quedaban al mando a Sierra Morena, donde defendió sus posiciones hasta el 20 de Enero de 1810, cuando la División fue desalojada de la Venta del Marqués y del Fuerte del Rey, retirándose, a través de Granada, hasta Murcia, donde se estaba reorganizando de nuevo el Ejército.

   El 12 de Marzo de ese año es nombrado Primer Teniente de Fusileros y el 13 de Mayo, junto con su Regimiento, se embarca en Cartagena rumbo a Cádiz, para contribuir en el refuerzo de las líneas de defensa de la Isla de León.

   El 16 de Junio partió, adscrito a la División del General Lacy, para tomar parte en la acción de Benadalid, regresando a Cádiz el 31 de Julio, a tiempo para asistir a la defensa de las líneas defensivas de la zona y, así, estuvo en las de la defensa del Arsenal de la Carraca -donde se defendía un puente de barcas- y en la de Chiclana, que se llevó a cabo el 5 de Marzo de 1811.

   El 18 de Febrero de 1812, formando parte su Batallón de la División expedicionaria de Gibraltar al mando del General Ballesteros, salió para realizar daños al enemigo y, así, se halló en las acciones de Arola, donde fue comisionado para recoger heridos, y en la de Campillo.

   El 20 de Junio del referido año es ascendido a Primer Teniente de Cazadores de la Guardia Real, y con motivo de ello hubo de regresar el siguiente 23 a la Isla, donde a la sazón se hallaba su Batallón de nuevo. Dos días después, de madrugada, avanzando con su Compañía, encontró abandonados los puestos enemigos, observando que todos los reductos habían sido minados por la canalla francesa, emprendiendo con la segunda mitad de su Compañía la peligrosa tarea de apagar las mechas e inutilizar las cargas de dichas minas, con la desgracia irreparable de haber perdido un cazador, un valiente español que dio la vida por su Patria, al cual ésta le debe honra. Tras esto, apresó un vehículo de valiosos efectos militares, el cual entregó al General al mando.

   A pesar de encontrarse mal de salud debido a una caída del caballo, se incorporó el 29 de Agosto a la vanguardia del 4ª Ejército, en Jerez de la Frontera, y con el estuvo en las de Padul y Alhendín. El resto del año y primera mitad del 1813, lo pasó en labores de defensa, reconocimiento e intendencia, hasta el 1 de Julio del 13, que asistió con el Ejército de reserva de Andalucía al sitio, asalto y toma de Pancorbo y Fuerte de Santa María, en los días 19 y 20 se distinguió en el bloqueo a Pamplona y, sobre todo, el día 22, cuando se opuso a la salida que la chusma imperial hizo para atacar al Fuerte del Príncipe, desalojando con su Compañía al enemigo, se acercó a la estacada y haciendo caso omiso de la metralla continuó con su fusilería, haciéndoles la vida imposible a los que defendían la muralla y poniéndoselo pero que muy difícil a los artilleros enemigos.

   También se distinguió Serafín en las operaciones que el Ejército del Centro realizó en la línea de Sorarén del 27 al 30 de Junio y de manera especial en la de San Marcial, que acaeció el 31 de Agosto, cuando fue destinado, con la 2ª Compañía de Cazadores a su mando, a llamar la atención de los atrincheramientos enemigos, a los cuales supo atacar con ventaja  y a pesar de estar herido no se retiró del campo hasta que vio a la canalla francesa abandonar sus posiciones, haciéndose dueño del campo.

   El 7 y 8 de Octubre tomó, demostrando ser uno más entre su Batallón, la inmejorable posición del Cerro de la Sangre; después fue nombrado para, junto a doscientos hombres, defender el pueblo de Sara, para hallarse luego en la acción del 13 y en las posteriores de 10 y 11 de Noviembre, donde fueron derrotados los invasores franceses, que abandonaron cobardemente la defensa de las fronteras de su territorio.

   Una vez que la guerra contra la canalla francesa hubo concluido, la división en que servía nuestro hombre se acantonó en Soria, comisionándolo su General para ir a buscar la columna de caballería del General Witingham, que junto con el Ejército de Andalucía se dirigían decididos a apoyar el libre recibimiento del mas nefasto, malo y pernicioso de los Reyes de España, Fernando VII. Encontró Serafín a Witingham en Vallecas y allí le entregó las cartas reservadas que le habían sido confiadas, entrando en Madrid al día siguiente con la Real Familia encabezando la Caballería. Mal día ese para nuestra Patria, mal día ese para los honrados españoles que derramaron su sangre en la defensa de su libertad.

     El 30 de Mayo de 1815, mientras prestaba sus servicios en el 2º Batallón de la Guardia Vieja, obtuvo el grado de Coronel y, sucesivamente, los diplomas de las Cruces concedidas a los Cuerpos de Ejército en que había servido durante la pasada campaña.

   Desde esos días hasta 1820 estuvo nuestro Serafín en Toledo con su Batallón, de guarnición en la plaza y ocupándose en la persecución, captura y ajusticiamiento de los bandidos que pululaban en la región por aquellos entonces. En esta época es cuando contrae matrimonio con su novia, Joaquina Campuzano González, una gaditana hija de una familia de marinos, y para ello pide, como era preceptivo, la Real Licencia mediante carta que escribe al Rey el 11 de Octubre; al día siguiente se remite dicha carta, junto con la instancia documental, al Secretario del Depósito de la Guerra para que éste se la presente al Rey. Toda esta documentación pasa a la Dirección General del Monte Pío Militar, la cual, junto con otra de carácter militar, es remitida a la Contaduría para su examen, devolviéndola esta el día 24 con el parecer de que se debe conceder la Real Licencia y ya, el 30 de Octubre se da el visto bueno por parte del Monte Pío Militar, con lo cual ya se pueden casar, cosa que acontece el 24 de Noviembre de ese mismo año de 1820.

Continúa

Soldado Español
Málaga - 2020

28/07/20

CAPITÁN ALONSO ACACIO

   Desconocemos su fecha y lugar de nacimient0 y la primera información que tenemos de él es un memorial que remitió al rey en 1664 o 1665 dice que empezó a servir en el año de 1650. En su hoja de méritos y servicios se informa que lo empezó en Cádiz, en el año de 1652, sentando plaza de soldado en la Armada del Océano desde el tres de julio de dicho año con dos escudos de ventaja y formando parte de la Compañía de D. Juan de Hoyos, una de las del Tercio de la Armada de la Guarda de la carrera de Indias, la cual estaba agregada a la dicha del Océano.

   El siguiente 14 de diciembre vuelve a Cádiz, ciudad en la que permanece prestando sus servicios hasta que embarcó rumbo a Barcelona para asistir al sitio que sobre ella tenían puesto las tropas del Estado, siendo restaurado el status quo con la entrada de D. Juan José de Austria en la ciudad. 

   Una vez retornada la paz, emprendió viaje nuestro D. Alonso Acacio a Nueva España el 17 de abril de 1653, en uno de los barcos de la flota mandada por D. Diego de Portugal, con su plaza de soldado en la Compañía de D. Antonio de Cisneros, que era una de las del presidio de Cádiz. El Almirante de esta flota era Don Juan Castaño y estaba compuesta por quince galeones, almiranta y capitana incluidas, más la del duque de Alburquerque, que iba como Virrey de la nueva España. Portaban dichas naves en sus entrañas tres mil toneladas de mercancías y tres mil cuatrocientos veintidós quintales de azumbre, arribando al puerto de Veracruz el siguiente primero de agosto. 

   Una vez en la Nueva España, el Virrey duque de Alburquerque le concedió patente de Alférez de una de las Compañías que se levantaron en aquellos reinos para acudir al socorro de las Filipinas, sirviendo en dichas islas entre el veintiuno de noviembre de ese año hasta el siguiente veintiuno de enero de 1654, que tras regresar a Nueva España fue reformado y retornado a España en la flota del Océano en su empleo de Alférez.

   Tras permanecer en la Península un poco tiempo, el duque de Medinaceli le concede licencia para regresar a Nueva España y llegado que fue a aquel reino, el Virrey le concedió patente de Capitán de Infantería Española de una de las Compañías del Tercio Mexicano que se levantaron para atender a la isla de Jamaica, asediada repetidamente por los piratas británicos.

   Efectivamente, de inmediato pasó con su Compañía a aquella isla, donde pasó tres años y veintiocho días, hallándose en cuantas ocasiones los piratas británicos atacaron a esa isla española, como por ejemplo las tres veces que peleó contra los barcos enemigos que entraron por el Río Nuevo con el objeto de bloquear el socorro que debían recibir los españoles, peleando bravamente los nuestros y matando a bastantes de los piratas británicos, pero ocurrió que arribó a la isla el pirata Eduardo D´Oyley con diez naves e importante copia de soldados, desembarcando en la isla, y aunque las fuerzas españolas intentaron por todos los medios impedir dicha invasión, la superioridad numérica de los piratas fue determinante y tras el combate sostenido en el lugar llamado Ocho Ríos o Las Chorreras el treinta de octubre de 1657, los españoles fueron derrotados, muertos algunos y hechos prisioneros otros, pudiendo el ejército español, con gran riesgo y trabajo, reorganizarse y retirarse de la isla, retornando a Nueva España pasando por Cuba.

   En este encuentro desafortunado con el enemigo se distinguió nuestro D. Alonso Acacio luchando con arrojo y valor defendiendo las banderas de España.

   Su valor, honradez, disciplina, eficacia, orden y conocimiento del oficio le valió el aprecio de sus superiores, como lo atestiguan las certificaciones emitidas por individuos como Don Cristobal de Isasi, Capitán General de Jamaica,  o Don Pedro de Morales, Gobernador de Cuba, quienes ponderaban elogiosamente las virtudes que como militar y como persona adornaban a nuestro Don Alonso, considerándole acreedor a las mercedes que el Rey se dignase concederle.

   Tras volver de la jornada jamaicana permaneció durante algún tiempo en ese Virreinato de nueva España, probablemente hasta 1664, en que fue reformado y obtuvo licencia para volver a la Península, concedida por el nuevo Virrey de Nueva España, Don Juan Francisco Leiva y de la Cerda, cuya gestión administrativa es considerada como muy negativa para el virreinato,

   Una vez aquí en España, deseoso de seguir su carrera militar pero ya en puestos de mayor responsabilidad y habiéndose enterado de que estaban vacantes los puestos de la Sargentía Mayor y de una de las Compañías del presidio de Cuba, remitió memorial al Rey solicitando, en atención a sus méritos y servicios prestados, le concediese alguno de esos puestos.

   La información obtenida no nos da cuenta de si alcanzó sus propósitos

Soldado Malagueño
Málaga - 2020

CAPITÁN MANUEL DE ARROYO VÉLEZ Y VALDIVIESO

   Manuel de Arroyo nació en la villa burgalesa de Villarcayo el veinte de enero del año de 1686, siendo sus padres Dª. Clara María de Valdivieso Porras y D. Juan de Arroyo Vélez y Valdivieso. Era una familia hidalga  

   No sabemos la edad, pero sí que entró al servicio del Capitán Don Pedro Irles y Pineda, con quien pasó en febrero de 1706 a la ciudad mexicana de Veracruz, pues D. Pedro iba a hacerse cargo del Corregimiento de la ciudad y puerto veracruzanos. Para entonces Don Manuel era huérfano de padre desde el veintiseis de febrero de 1699.

   Para conseguir dicho cargo, el Capitán Irles entró a formar parte de una terna de candidatos, apareciendo el en el tercer lugar, lo que le daba pocas posibilidades, pero siguiendo una costumbre muy extendida en la Europa de entonces, ofreció 18000 reales por, supuestamente, el empleo de Maestre de Campo, suma que abonaría en dos partes, una en 1704 y otra en 1705, obteniendo no solo ese empleo, sino que también el Corregimiento y una merced de hábito de una de las Órdenes de Caballería españolas 

   Antes de continuar, debemos decir que nuestro D. Manuel de Arroyo tenía en el momento de partir para la Nueva España veintiún años, que era alto, blanco de piel, pelo crespo, soltero, que era hijo de cristianos viejos y sin haber sido penitenciados nunca por ningún tribunal y que podía pasar a América  

   Bien, tras asentarse su patrón, tomar las riendas del Corregimiento y adaptarse a su nueva situación, determinó, con autorización del Virrey, sentarle a Don Manuel plaza de Cadete en la Compañía de Caballos coraza del Capitán D. José Álvarez de Nava, una de las de la dotación del presidio de Veracruz (entendiendo por presidio la ciudad o fortaleza que se podía guarnecer de soldados) 


  Habiendo quedado vacante en su compañía una plaza de Alférez, tuvo a bien el Virrey de Nueva España, el duque de Albuquerque, despacharle título de Alférez, empezando a servir su plaza desde el veintiseis de marzo de 1707 (aunque su título llevó fecha de veintiuno de junio de ese año) y estuvo sirviéndola por un espacio de tres años y tres días, pasando durante ese tiempo un año en el puerto de Acapulco, realizando los servicios de su clase, junto con su Compañía y la del capitán Don Juan de Cienfuegos. Tras ese año, regresó a Veracruz, donde permaneció.

   El veintisiete de marzo de 1710 es promovido al empleo de Teniente, que lo sirvió en la misma Compañía. El título se lo despachó el mismo Virrey de antes y permaneció en tal situación hasta el seis de julio de 1713, que quedó reformado. Esto debido, por un lado, a que se había cumplido su trienio y, por otro, al cambio de Virrey. En efecto, al duque de Alburquerque le sucedió en el cargo el duque de Linares, quien mandó reformar las cuatro Compañías de caballos que había en Veracruz para crear una nueva de 120 hombres y a cuyo frente puso al capitán D. Fernando Antonio de Noroña, de la Orden de Santiago.

   Debido al buen comportamiento, cualidades de mando y al trabajo desempeñado por Don Antonio de Arroyo durante el tiempo que desempeñó la tenencia, fue por lo que el Virrey le concedió una tenencia en la nueva Compañía el veintinueve de agosto de ese año de 1713, empleo que desempeñó los siguientes seis años y cuatro meses, hasta el dos de enero de 1720.

   Durante el segundo semestre de 1715 recibió del Gobernador de Veracruz, el Coronel D. Gonzalo Gámez Messía, la comisión de que con veinticuatro de a caballo pasase a la provincia de Tepeaca para sofocar el motín de más de trescientos mulatos, quienes se habían alzado contra el Estado, poniendo en alarma al país e intentado matar al Alcalde mayor de Tepeaca.

   Tras sofocar con éxito la rebelión, se le ordenó pasar a la zona del presidio de los Ladrones, pues se estaban dando muchos casos de bandolerismo y robos, creando mucha inquietud y miedo en la zona. Cumplió a la perfección las órdenes recibidas, capturando a cuantos malhechores pudo y restableciendo la calma en la región y todo ello sin recibir ayuda de costa ni paga alguna para el socorro y manutención de los hombres y caballos que con él fueron y ello motivado porque en esos momentos se hallaban más que maltrechas las Cajas Reales de Veracruz.

   Llegadas estas noticias al Virrey, éste le escribió una carta el once de enero de 1716, en la que le manifestaba su pesar por haberle dejado partir a su comisión tanto el Gobernador de Veracruz como el Capitán de su Compañía sin darle socorro alguno. Le agradecía su buena labor y conducta para con el Real servicio y le enviaba cuatrocientos pesos para que pudiera pagar a los hombres de su mando, solicitándole le avisase de lo que necesitara mientras se encontrara en la provincia de Tepeaca.

   Con este respaldo, continuó su misión, la cual se amplió a la protección de parte del camino que iba de la ciudad de México a la de Veracruz, debido a los robos que se estaban sucediendo, consiguiendo prender a unos cuantos bandoleros, a los que condujo a Veracruz para entregarlos a la Justicia. Su acción acertada y eficaz consiguió devolver la paz y la quietud a las zonas que se le encomendaron.

   Poco después tomó el relevo en el mando del Virreynato el marqués de Valero, nombrado como tal Virrey el veintidós de noviembre de 1715.

  Dicho nuevo Virrey y debido al contrabando existente de ropa en los puertos de Sotavento y de Barlovento llamados Tamiagua, Tuspa, Isla de Lobos, Alvarado, Punta de Antón, Lisardo y Guazacoalco, comprendió que para luchar eficazmente contra ello y erradicarlo necesitaba de una persona de probado valor y efectividad en la acción, encontrándola en la de Don Manuel de Arroyo, nuestro Teniente, por lo que le comisionó para que pasase a los referidos puertos y averiguase los fraudes que se estaban cometiendo contra la Real Hacienda, es decir la Hacienda pública, dándole la autoridad y jurisdicción necesarias para llevar a efecto la aprehensión de los alijos y la detención y entrega a la Justicia de los defraudadores del Estado. Así, después de recibir dicha comisión el diez de noviembre de 1718, empezó a poner manos a la obra, disponiendo para ello tan solo de su sueldo y de lo asignado por las leyes en los decomisos.



Puerto de Veracruz en mayo de 1751 (AGI, MP-MEXICO,181)

      En el año de 1719 recibió el Virrey órdenes de Su Majestad de reclutar quinientos hombres para formar cuatro Compañías de Dragones, al objeto de guarnecer el puerto de Veracruz. En este tiempo, Don Manuel ejercía su empleo de Teniente en la Compañía de Don Juan Bernardo de Aguirre y habida cuento la calidad y méritos de nuestro hombre, determinó el Virrey darle el mando de una de las nuevas Compañías de Dragones, con un sueldo de ciento diez escudo al mes, despachándole título de Capitán el dos de diciembre de 1719, empleo que ejecutó durante dos años y diez meses y medio, hasta el seis de noviembre de 1722, fecha en la que quedó reformado junto al Capitán Don José de Lodosa y el Comandante del regimiento Don Pedro Tamayo. Esto ocurrió cuando tomó el cargo de Virrey el marqués de Casa Fuerte, quien traía órdenes del Rey al respecto.

  Dicho Virrey, fue puntualmente informado de que Don Manuel había mantenido su Compañía con el mayor de los lucimientos y elevada disciplina, no solo como Capitán de ella sino que también cuando era Teniente, en las ocasiones en que pasó a México y otras provincias, en las comisiones del Real servicio, asistencia a las continuas rondas que se practicaron en esos años pasados, a las guardas de las playas y puertos de su jurisdicción y en los ejercicios militares que necesarios fueron para el mantenimiento de la disciplina, orden y operatividad de los hombres a su cargo.   

   Así pues, con esta impecable hoja de servicios, el nuevo Virrey le escribió una carta el primero de noviembre de 1722 en la que le informaba que le reforma se hacía por orden del rey y no por defecto que se hubiese reconocido en él y que para remediarlo acudiese a Su Majestad para solicitar alivio y nuevo destino, para lo cual le daba licencia para ir a la Península, embarcando poco después en uno de los navíos de azogues que estaban prestos para zarpar.

   Antes de partir entregó informe detallado de su historial y de su Compañía a Don Guillermo Labalois, Inspector General de las Tropas de aquel reino, junto a las armas, caballos y vestuarios, todo en orden y correctamente, lo cual certificaron los siguiente oficiales reales de Veracruz: Don Gonzalo Gámez Messía y Don Nicolás ventura de Chavarría, Gobernadores que fueron de Veracruz, sus Capitanes y su Sargento mayor, quienes le juzgaron digno de recibir cuantas mercedes fuese servido el rey concederle.

   Así mismo, y esto como dato curioso, su madre le proporcionó escritura de su puño y letra certificada ante escribano público, mediante la cual le cedía a Don Manuel los derechos de los servicios de su hermano Don Tomás, Capitán, el cual había fallecido en Valencia en 1704 y que había servido al rey por más de doce años en diferentes puntos de España y que había sido muy bien considerado por todos sus superiores. Esto lo hacía para que el rey le remunerara los derechos de su hermano muerto y añadirlos a los suyos. Comentar que su madre falleció en Villarcayo, provincia de Burgos, el trece de enero de 1724, habiendo hecho testamento ante Alonso Díaz de Tudanca y Juan Bautista de Céspedes dos antes de fallecer.

   Tras llegar a Madrid y exponer su situación y méritos, obtuvo patente de Capitán de dragones de la ciudad y Puerto de Veracruz, pues quien la ocupaba desde junio de 1721, Don Alfonso Carrascosa,  había fallecido recientemente, en ese año de 1724, y dado que ya había mandado antes esa Compañía y su  hoja de  era excelente. Dicha patente llevaba fecha de diecisiete de septiembre de 1724.

   Con la patente bajo el brazo ya solo le restaba embarcar en Cádiz rumbo a Nueva España, rumbo a Veracruz, pero hubo de esperar al once de julio del año siguiente para que se le diera despacho de embarque, verificándose poco después  

   Embarcó en la Capitana de la flota y quiso el azar que esta se incendiara, logrando salvar su vida, realizando el resto del viaje en otra de las naves, aunque había perdido sus pertenencias y su patente y al llegar a Veracruz informó al Virrey de su problema y enterado ya este de ese suceso ordenó que se le pusiese en el mando de la referida Compañía.

   Así mismo informó al Rey de lo ocurrido, el haberse quedado sin nada, y queriendo continuar su mérito elevó súplica para que se le concediese la Alcaldía mayor de Chichilapa y Simatlán, que estaban por proveerse. Esta súplica debió elevarla a fines de 1725 o primeros de 1726 y no sabemos si obtuvo lo solicitado.

   Lo que sí sabemos es que solicitó hábito de Caballero de Santiago, lo cual obtuvo en el año de 1728 

   Y esto es todo cuanto sabemos de este soldado español, el cual realizó su carrera militar en Nueva España, actual República de los Estados Unidos Méxicanos. 


Soldado Español
Málaga - 2020

LUIS EYTIER BENITEZ. UN LAUREADO EN VIDA.

Luís Eytier Benítez nació en Lorca el día 23 de Mayo de 1864, recibiendo la agua del Bautismo en la iglesia parroquial de San Mateo. Al pare...