30/03/19

CABO ESTEBAN RODRÍGUEZ VIZCAÍNO.

   Nació Esteban a las cinco de la tarde del 19 de Enero de 1886, en la casa de sus padres, en la calle Carrera, de Chiclana de Segura, Jaén, siendo bautizado el 22 de ese mes, en la Parroquia de San Pedro, de su pueblo, por el Párroco D. Ildefonso de Lena y fue su madrina Maria Nazarena Rodríguez Albacete, su tía. Se le puso por nombre de Esteban Ángel Canuto, como su abuelo, y fue registrado por su padre en el Registro Civil, en el Tomo 6, página 27. Su bautismo está registrado en el Libro, folio 107 vº

   En su primera juventud, aunque sabía leer y escribir, se dedicó a las faenas agrícolas, pues así consta en su hoja de servicios militares, pero cansado del campo decidió abandonarlo y aprovechando una oportunidad se alistó como voluntario, siendo incluido en el reemplazo de 1907, pasando a ser clasificado como soldado por el tiempo de doce años, tiempo que empezó a contar desde el día en que ingresó en Caja, que fue el 1 de Agosto de ese año.

   El 22 de Febrero de 1908 se incorpora a Caja, donde fue baja el 25 del mismo por pase al Regimiento Lanceros de Sagunto 8 de Caballería, según Real Orden del día 7 anterior, habiéndosele leído  el Código de Justicia Militar, causando alta en ese Regimiento en la revista de Marzo, incorporándose al Cuerpo en Córdoba el 23 de Febrero anterior. Aquí fue tallado y pesado, dando las siguientes medidas: 1,675 m. de altura y 59,00 quilos de peso.

   El 29 de Marzo presta juramento al Estandarte, leyéndosele el Código de Justicia Militar, quedando de guarnición en Córdoba hasta fin de Septiembre, que causó baja en ese Regimiento por pase a la Escuela Superior de Guerra, a donde fue destinado a resultas de una orden de la Sección de Caballería de 22 de ese mes, causando alta en su nuevo destino en la revista de Octubre y donde estuvo prestando el servicio de su clase hasta el 25 de Mayo de 1910, que en virtud de Real Orden de 14 del mismo, pasó a situación de licencia ilimitada con residencia en su pueblo, habiendo recibido cuantos haberes le correspondían hasta la fecha de su baja y pasó destinado, según Real Decreto de 2 de Noviembre de 1904, al regimiento Lanceros de Sagunto 8 de Caballería, del que procedía.


 A últimos de Febrero de 1911 causa baja en la situación de licencia ilimitada por pase a la Primera Reserva, ya que había cumplido los plazos reglamentarios, de modo que se le expidió pase de segunda situación y Certificado de soltería, todo lo cual le fue remitido a su casa en Chiclana por conducto del Señor Alcalde.

   El 26 de Octubre sentó plaza voluntariamente en el Regimiento deCazadores de Vitoria 28 de Caballería, con destino al Ejército de Melilla y Regimiento de Cazadores Taxdirt 29 del Arma, marchándose para incorporarse a su Cuerpo el 9 de Noviembre y causando alta en él en la revista de Diciembre, siendo ubicado en el 5º Escuadrón y se le leyeron las Leyes penales, para pasar a continuación a tomar parte en los combates que se produjeron contra los moros rebeldes entre los días 22 y 27 de ese mismo mes y por cuyo valor, distinguido comportamiento y méritos contraídos recibió junto a muchos otros soldados más la Cruz de plata al Mérito Militar con distintivo rojo. Estos combates se produjeron en el territorio de Beni - bu - Gafar, en la posición de Buxdar y en los llanos de Bus - Han (Melilla) Curiosamente este hecho no se menciona en su hoja de servicios militares y lo conocemos por venir publicado en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, número 101, del sábado, 4 de Mayo de 1912, en su página 86.
   Y prestando el servicio de Guarnición, Campamentos, Vigilancia y Seguridad de Camilla finó el año y así hasta el 18 de Enero de 1912, en que con la columna mandada por el General de Brigada D. Francisco Larrea, toma parte en el combate librado entre los montes de Bucherín y Falga; el 15 de Febrero, tomó parte con la Brigada de Cazadores en el combate librado en Turiat-Hauer, haciendo un reconocimiento por las vertientes del Tidinit, marchando sobre Ulat-Ganiu, siendo recibido con fuego, el mismo que consiguió apagar; el 19 de Mayo y con la columna mandada por el General D. Modesto Navarro, asistió al combate que se libró en los poblados de Haelchiu, Adhahi-Kalchir, Monte Tiuidet y Ulat el Gauice.

   El 22 de Mayo sostuvo vivo fuego con el enemigo en Taxdit, evitando el avance de este, que trataba de correrse por dicha zona y en esta situación continuó hasta el 26 de Octubre, que le correspondió ser licenciado por haber terminado su contrato, fijando su residencia en su pueblo y así hasta que terminó el año. El 8 de Marzo de 1913, le fue remitido a su casa y por medio del Señor Alcalde, el Certificado de Soltería y el pase de su situación activa a la de Segunda Reserva, y un mes después y por Real Orden de 25 de Abril se le concede la Medalla de la Campaña de Melilla, con los pasadores de Kert-Garet, de Beni-Bu, de Gajar, de Sidi-Bu-Haya y de Beni-Sidel. En esta situación finó el año.

Soldado en uniforme de diario

En Enero de 1914 y procedente de la Zona de Madrid, se incorporó a su Compañía en clase de voluntario de África por tres años, acogiéndose a los beneficios que determinaban el Real Decreto de 10 de Julio de 1913, y fue destinado para el periodo de instrucción a la Sección de Ambulanciasde Alcázarquivir, habiendo cobrado por el concesionario las 150 pesetas que le correspondían como cuota de entrada, siendo el 1 de Agosto destinado a continuar prestando servicios en el Coche Lohoner de Larache, por orden del Capitán de la Compañía y porque así lo exigían las necesidades del servicio militar, terminando así el año y habiendo percibido cuantos haberes y premios le hubieran correspondido.

   En la revista de Marzo de 1915 es ascendido a Conductor de Primera, según nombramiento del Jefe del Cuerpo, y por Real Decreto de 7 de Junio de 1915 se le concede la Cruz de Plata del Mérito Militar con distintivo rojo pensionada con 2,50 pesetas, por los méritos que contrajo en el hecho de armas de Sidi-Bu-Haya el 2 de Agosto del 1912.

   En la revista de Diciembre asciende a Cabo, según nombramiento del Señor Jefe de Sanidad del Territorio, y continuando prestando servicio en el Coche Lohoner de Larache terminó el año. Ya por estas fechas había empezado a mantener relaciones de noviazgo con Francisca Gómez Jerónimo, la que sería su mujer.

Cabo en uniforme de campaña

Así estuvo hasta el 8 de Noviembre de 1916, fecha en que por haber cumplido el compromiso que como voluntario tenía contraído, se le expide y entrega pase a Segunda Situación de Reserva y Certificado de Soltería, a la vez que se le satisfacen todos los haberes hasta el día de la fecha, percibiendo igualmente la cuota final a que como voluntario de África le correspondía, pasando a fijar su residencia en Larache, causando alta en laSegunda Compañía de Reserva de esa Brigada en la revista de Diciembre, estando así los años de 1917y de 1918,  hasta que el 16 de Marzo de 1919 y por haber cumplido los doce años de servicio con abonos de campaña, causa baja definitivamente en el Ejército, expidiéndosele la Licencia Absoluta, que se le remite por conducto de su Capitán, haciéndose constar en su expediente que durante su permanencia en filas, observó siempre una buena conducta.

   Contrajo matrimonio con Francisca Gómez Jerónimo, a las siete de la tarde del 9 de Abril de 1917, en la Parroquia de San José, de Larache, siendo oficiada la ceremonia por Fray Avelino Nuinos. El matrimonio se halla inscrito en el Tomo 1, Página 76, Número 76, del Registro Civil de Larache.

Cruz de plata al Mérito Militar con distintivo rojo

En Noviembre de 1918 entra a trabajar como Conserje del Hospital Militar de Convalecientes de Larache, puesto en el que estuvo hasta el 25 de Junio de 1922, en que empezó a trabajar como cocinero en la Enfermería Militar de Laucien (Tetuán), hasta el 24 de Agosto de 1923 que lo pasaron a  Auxiliar de cocina en el Depósito de Víveres de Intendencia de la Enfermería Militar, en la posición de Uad-Lau, donde permaneció prestando sus servicios hasta el 29 de Diciembre, que lo destinaron como obrero al Depósito Militar de Víveres de Ben-Karrich, hasta el 9 de Junio de 1925, que lo volvieron a trasladar a prestar sus servicios como cocinero a Laucien, hasta el 31 de Agosto de 1926.

   El periodo que media entre Agosto de 1926 y el 1 de Mayo de 1931, desconocemos a que se dedicó, pero si sabemos que el 2 de Noviembre, y suponemos que cansado de tanto ir y venir de un destino a otro, escribió una carta al Presidente de la Junta Calificadora de Destinos Públicos, solicitando alguna de las plazas vacantes que había en los puestos de Guardamontes, Vista Aduanas, y Correos y Telégrafos, de la misma manera que, tras enterarse que en 1931 se iba a crear un nuevo Hospital Civil en Tetuán, envía el 20 de Diciembre de 1930 una solicitud de plaza de Conserje de dicho hospital. Al final, el 1 de Mayo de 1931, le es concedida la plaza de Guardamontes interino del Servicio Forestal de la Región Oriental, trabajo por el que percibiría una mensualidad de 2.500 pesetas, tomando posesión de su cargo el 10 de ese mismo mes.

   En los años sucesivos solicita y obtiene un mes de permiso en cada año y el 15 de Mayo de 1936 solicita se le abone el quinquenio correspondiente a los años de servicio consecutivos que llevaba prestados, pues en todo ese tiempo su sueldo no había sufrido modificación alguna, obteniendo el 12 de Junio por parte de la Autoridad competente un premio de 5.000 pesetas pagaderas por mensualidades, y así estuvo hasta el 11 de Octubre de 1937, en que falleció en Alhucemas, llamada en esos años Villa Sanjurjo, a las seis de la tarde en el hospital de la Cruz Roja y de una asistolia cardíaca.

Medalla del Rif

   Precisamente el día que murió había estado en la oficina de Telégrafos poniéndole un telegrama a su mujer diciéndole que ese día salía para Tetuán, pues por alguna razón había terminado antes la jornada semanal.

   Fue un hombre que en todos sus expedientes y certificados, tanto militares como laborales, siempre se reseñaba su conducta intachable, pero algo que desconocemos debió ocurrirle a partir de 1932-1933, pues a partir de entonces empiezan a aparecer alusiones a dejadez en el servicio e incluso se le llegó a abrir un pliego de cargos en su contra, el cual no llegó a más, pues le sobrevino la muerte.  En la familia se piensa que este cambio de conducta pude deberse por un lado a que pasaba largas temporadas alejado de su mujer e hijos y por otro lado a que su hijo Miguel estaba enfermo de tuberculosis.

   Era Hijo de Martín Rodríguez Albacete y de Catalina Vizcaino del Collado.

   Sus abuelos paternos fueron Esteban Ángel Rodríguez y Florentina Albacete Yeste. Sus abuelos maternos fueron Pedro María Vizcaino de Rodrigo y Alejandra del Collado Albante.

   Tuvo tres hijos: Maria Dolores, Catalina y Miguel. Tuvo dos yernos, Salvador Muñoz López y José López, aunque no conoció a ninguno.

   Tuvo tres nietos: Miguel Ángel y Rosa, de su hija Loli y Rosario de su hija Catalina, aunque no los conoció.

Soldado Español
Málaga - 2019

23/03/19

EXPEDICIÓN DE JUAN BAUTISTA DE ANZA CONTRA LOS COMANCHES. 1779.

   Diario de la expedición que salí a practicar contra la nación Comancha el infrascripto Teniente Coronel Gobernador y Comandante del Nuevo México con la tropa, milicianos, y Indios que se expresa sucesamente. 

   
   15 Domingo de Agosto de 1779. A las tres de la tarde se comenzó la marcha con rumbo al Norte, al que hechas seis leguas de camino Real se hizo alto para pasar la noche en las inmediaciones de Puxuaque.

   16 Lunes A las seis y media continuamos nuestro camino por el dicho rumbo al N ¼ al N. O. al que caminadas 6 leguas se hizo alto en el bosque de S. Juan de los Caballeros.

   Este sitio, para asamblea de los combatientes, señalé en cuya conformidad les pasé a todos revista la tarde de este día en la que hallé a la tropa provista de tres caballos cada soldado, de las armas, municiones de guerra y boca sobrantes, para 40 días no sucediendo esto en el vecindario e indios por su notoria pobreza, e infelicidad pues los mejores equipados, se presentaron con dos caballerías, las mas casi inútiles, sus escopetas lo propio con tres cargas de pólvora, muy pocos, y a esta proporción los demás, en cuya atención habilité a los más necesitados, con un buen caballo de doscientos que tengo de repuesto en la caballada del presidio, y a todos los de armas de fuego con diez cartuchos con bala.

   Inmediatamente providencié para mayor arreglo de la gente concurrente a la expedición, y lo que a ella pueda convenir en todo suceso, el formar tres divisiones de su total, dándole a cada una su respectivo comandante, que hice reconociesen en el día, a las que igualmente destiné supuesto para toda ocurrencia, y marcha siendo la primera de mi mando la vanguardia, la segunda del mando del señor teniente la retaguardia, y la tercera del mando del segundo teniente el centro de las anteriores y cuerpo de reserva.

   Al fin de la tarde, mande dos espías avanzadas, para que fuesen reconociendo las entradas y salidas del enemigo, con orden de que si no encontraran indicio de ellos u otra cosa digna de atención, se me uniesen hasta el día 20.

   No será extraño el que advierta aquí que la anual expedición la dirijo por distinto rumbo y terrenos de donde se han verificado todas las efectuadas hasta el tiempo presente, a efecto de que no me suceda, tan manifiesta lo que siempre, de ser descubierto mucho antes de arribar al país que habitan los enemigos, como me informan, es comunísimo, y causa de malograrse las mas campañas, junto con poder salir al remate, ¿u mero país insinuado? para el mejor logro de la empresa.

   17 Martes. Poco después de las seis, pasado el rio del Norte, continuamos por el indicado camino, con rumbo al N. N. O. al que se hicieron 7 leguas hasta arribar al pueblo desierto del Ojo Caliente, donde se hizo alto para pasar la noche, concluyendo en el camino real que hemos traído.

   Este referido pueblo es uno de los abandonados por las hostilidades de los enemigos, como también propuesto para establecimiento de un presidio, con cuyo motivo me dediqué hoy a reconocerlo, y he encontrado faltarle todas las circunstancias y proporciones que se requieren para el tal establecimiento, el que solo pueden facilitar los que lo han dejado, que en todo serian 25 o 30 familias dispersas en más de 4 leguas, sin ninguna fortaleza en sus casas, por lo que no es mucho fueran iguales las irrupciones enemigas, como que este desorden les trajese la pérdida de sus cortas labores, a que en substancia seducían las posesiones de los habitadores.

   18 Miercoles. A las siete volvimos a nuestra marcha con rumbo al Norte por el que se caminaron 8 leguas hasta llegar al río de las Nutrias, donde se terminó la jornada.

   19 Jueves. Poco antes de las 7 continuamos nuestra ruta con rumbo al N. por el que se caminaron 7 leguas por terreno igual al anterior hasta el río de S. Antonio donde se paró á hacer noche.

   20 Viernes. Este día se experimentó tan fuerte helada y frio como si fuese en los meses propios de esta estación. A las 6 ½ continuamos nuestra marcha, rumbo al N. por terreno desigual que permanecí en el río de los Conejos, donde se hicieron 7 leguas, con que se finalizó la jornada.

   En el vinieron las espías indicada el 16 quienes no han hallado otros vestigios de los enemigos, que la huella en este proprio paraje de los últimos que entraron en este territorio. Al fin de la tarde también se me incorporaron 200 hombres Jutas, y Apaches, con cuatro de sus Capitanes, de los primeros, desde mi ingreso a este gobierno me pidieron, y han reiterado incesantemente con suplicas el que en confirmación de nuestra amistad los admitiese en mi compañía, siempre que saliese á campaña contra los comanches, los que les ofrecí concederles tanto por lograr este aumento de gente, como por probar, si con este motivo los puedo civilizar, de modo que al menos nos sean útiles contra los mismos enemigos de lo que han sido hasta aquí .

   Con este fin, les advertí lo sujeto que habían de estar a mis órdenes lo que les cabria percibir de despojos en caso de encuentro y desbarato de enemigos que á excepción de las preseas personales entraran a reparto por igual con toda mi gente, a cuyas proposiciones se conformaron ofreciendo cumplirlas.

   
Plano de la ruta seguida por la expedición de Anza

   21 Sábado. 
A las 6 volvimos á nuestra ruta que se hizo al N. N. E. por mal terreno de muchas quiebras, entre las cuales, y a dos leguas se pasó al rio del pino, sobre las que se hicieron otras tres hasta el de las xaras, donde se concluyó la jornada.

   22 Domingo. Por ser necesario hacer la marcha sucesiva en la noche a efecto de que no descubran la polvareda de nuestra tropa y caballada de esta sierra, no muy distante que llevamos a la derecha los enemigos que transitan por ella se reservó para la de este día.

   A las oraciones de ella se emprendió con rumbo al N. por el que hecha una legua se pasó al rio de las timbres, sobre la que, y al propio rumbo se caminaron otras seis, con que se arribó al de S. Lorenzo á las dos de la mañana.

   23 Lunes. Al entrar la noche volvimos con nuestra marcha, rumbo al N., al que se caminaron cuatro leguas por razonable terreno á cuyo remate nos inclinamos al N.N.O. por otras dos con que se finalizó la marcha al llegar al rio del N. en donde se le puso el paso de S. Bartolomé.

   Este río, que como se sabe desemboca en la mar del norte y bahía de el Espíritu Santo ,tiene su proprio nacimiento a 15 leguas o poco mas de este paraje, en la sierra de la grulla, que es la misma a cuya falda hemos caminado desde el 17, siendo la occidental y más inmediata a este rumbo de la capital villa del gobierno de mi cargo.

   La nación juta que acompaña que reside en el verano en dicho nacimiento, y tres paisanos que lo han reconocido me informan que procede del interior de una gran ciénaga, formándose esta a mas de sus manantiales, del deshecho continuo de nieves de unos volcanes que tiene muy inmediatos.

   También me aseguran los mismos, que atravesadas 15 leguas, que tendrá de ancho la sierra, vienen siete ríos en cortísimas distancias, los que uniéndose del propio modo forman uno bastantemente caudaloso, que corre al oeste, el que por otra razón, y otras que omito, juzgo ser el que llaman rio Colorado, al que viniéndose el de Gila, desemboca en el Seno Californio, donde en las naciones que lo habitan y con quienes he comunicado en mis tránsitos por él, me han dado noticias bastantemente circunstanciadas de la nación Juta, de lo que infiero no disten mucho unas de otras.

   Los mismos paisanos citados, que reconocieron los siete ríos referidos de orden del Gobernador D. Tomás Vélez, me afirman que en todos ellos que son fertilísimos, observaron que en la antigüedad estuvieron bien poblados de indios, demostrando lo grande de los pueblos formales de tres altos y otros vestigios, entre los que se hallaron el de haberse ejercitado los propios pobladores en el voz de sacar (plata?) por sus escoriales metales, y otros fragmentos de beneficio, que igualmente me aseguran entregaron al precitado Gobernador, quien por otras informes los mandó a la ciudad de México.

   24 Martes. Conforme se verifico la noche continuamos nuestra ruta, al mismo, rumbo N. por el que, y buen terreno se hicieron 4 leguas de las que descendimos 4 al N.N.O. con que arribamos despuntando el día siguiente a una hermosa ciénaga, que se puso de S. Luis.

   Desde el principio de nuestra marcha antedicha, fue cruelísimo el frio que sufrimos y cuando al subirla nos lisonjeábamos a librarnos con fuegos que íbamos á hacer se descubrieron muchos así a nuestra parte oriental, que creyendo fuesen hechos por enemigos, omitimos los que intentábamos y habiendo reconocido los anteriores, se halló ser incendio de campo de mucho tiempo, cuyo desengaño no se experimentó hasta las ocho de la mañana.

   Este sitio atacaron en 18 de julio del actual año crecido numero de comanches a mayor de Jutas que estaban anclados en el con sus familias y aunque los primeros habían logrado tomarles sus caballerías todas con la oscuridad de la noche, los segundos las restauraron con la ventaja de haber muerto a los robadores doce, entre ellos a un capitán, cuyos cadáveres que prueban el hecho, a mas de referirlo los mismos vencedores, nos constaron de vista.

   25 Miércoles Al hacerse noche comenzamos nuestra marcha con el rumbo al N.E. por una legua, a cuyo remate nos inclinamos por otras dos al N.N.O. ,después de las cuales se hicieron 3 mas al N.O. hasta arribar a un arroyo que se le puso S. Ginés.

   Sin embargo de que hasta este sitio se ha marchado siempre con espías avanzadas, he dispuesto que en lo sucesivo se ejecute con mayor exactitud, y a distancia más considerable que hasta ahora, en cuya consecuencia salieron hoy 15 para unirse[nos] el 29 próximo.

   27 Viernes. A las 7 comenzamos nuestra marcha por un cañón muy estrecho y laderas casi inaccesibles, con bastante agua el primero, que por lo común gira al N.E. que es lo que únicamente divide las dos sierras mencionadas, el que siendo rara vez transitado nos proporcionó bastantes trabajos para pasarlo, lo que se ejecuto después de haber caminado 5 leguas, a cuyo fin salimos á la unión de la agua referida con un rio muy razonable, que se puso de San Agustín, en donde finalicé la jornada.

   28 Sábado. Poco antes de las 7, nos pusimos en vía rumbo al N. E. y a poco mas de [una] legua, pasamos el río Napestle, que viene del N. O., naciendo de la sierra que queda dicha, corre a este rumbo. Vencida otra legua comenzamos a atravesar otra mediana sierra, que ocupa otras dos, sobre las que se hicieron 4 mas al E. por unas lomerías, donde desde las dos de la tarde hasta las 7 se les dio descanso a las caballerías, después de lo cual, siguiendo la marcha al precitado último rumbo, se caminaron 5 más hasta arribar a unas lomas, que se llamaron las Perdidas, por lo mucho que tuvimos de esto, por la nieve y [por la] niebla que nos molestó antes de comenzar la noche.


Imagen idealizada de Juan Bautista de Anza

   29 Domingo. A las ocho aún permaneciendo el mal temperamento, continuamos nuestra marcha con rumbo al E. por el que, y buen terreno, se caminaron 4 leguas a cuyo remate se hizo alto en un buen arroyo, tanto para que refrescaran las caballerías como para dar tiempo a toda la gente de expedición a que acomodase y beneficiase la carne de 50 reses de Zibolo, que en menos de 10 minutos se lograron matar sobre la marcha, de mucho mayor número que rompió la que hacíamos.


   Poco antes de las doce se nos incorporaron las espías mencionadas el 26, quienes no han encontrado noticia de atención, a las que substituyeron otras 20, que deben unirse el [día] 1 si no ocurre novedad digna de participarla.

   Después de dirigidas las espías al campo que se expresa, a las 6 de la tarde volvimos a nuestra ruta con rumbo al E. S. E., por el que se hicieron 6 leguas de buen terreno, y muchos riachuelos, a cuyo fin se remató la jornada bien entrada la noche, al pie de una lomería que se llamaron los Ojos Ciegos.

   30 Lunes. Un poco antes de las 7. comenzamos a atravesar la sierra del Almagre, que es bastante penosa por sus quiebros y espesos bosques, con rumbo al E., al que caminaron ocho leguas, a cuyo fin, aún dentro de la misma y en un rio que nace, que llame Santa Rosa, se hizo alto para pasar la noche y es para resultas de las espías que deben venir mañana. Como de las alturas de este sitio se descubren los en que suelen evitar los enemigos, hice aportar en tres iguales partidas tres partes de observación, que estén en la que pueda ocurrir el día siguiente.

   31 Martes. A las diez y media dio parte una de las referidas espías que a la parte oriental de donde acampábamos, se descubrían muchos polvos como a tres leguas distantes y que por la propia caminaban dos al parecer en nuestra solicitud, con cuyo motivo mandé que se fuese aproximando todo nuestro tren para marchar si fuese necesario.

   Después de las once arribaron dos de los espías indicados anteriormente mandados por su cabo, con noticia de que los precitados polvos los hacía considerable número de enemigos, los que acampaban como a legua y media de los que quedaban en observación, a cuyo sitio mee proponía me llegase por ser lugar aun oculto y temía viniesen sobre su huella, atento a que donde mismo estaban haciendo alto, había él estado aquella madrugada.

   Con estas noticias resolví transferirme al paraje propuesto por mejor, como que lo hiciese con más lentitud el tren de cargas y caballada que dejé resguardaba con doscientos hombres, a cuyo comandante comuniqué las órdenes que juzgué necesarias, para que me siguiese en el caso de observar ataque, y que de no se quedara oculta donde me encaminaba.

    Llegado a este sitio me avisó el cabo de las espías, que á su parecer estábamos descubiertos por su huella, atento a que ha poco que habían parado los enemigos y echolo de solas 6 tiendas, vinieron cuatro sobre la que él hizo hasta muy cerca de donde estaba, que luego que se ¿rearmaron? los que vinieron a reconocer en avanzar un poco, y observo que habían recogido sus tiendas, digo, caballerías por lo que juzgaba era para escaparse.

   Persuadido por todo lo dicho que así sucediese y que tal vez nos observasen del todo con mayor anticipación resolví el ataque, como el que se hiciese por derecha e izquierda y centro, por no haber proporción a causa del día y llanada en que se estaban los barbaros, para quitarles la retirada de nuestra frente, que correspondía al terreno por donde habían venido.

   Más de media legua antes de su campamento, a las 12, fue inevitable nos descubriesen: tenían ya aprestados sus caballos tanto de montar, como de remuda, pero con todo no hicieron lo que siempre acostumbran, de salir a encontrar a la tropa, porque la observaron formada [como no] la habían jamás visto y por tanto montados hasta las mujeres y niños se dieron a la fuga precipitadamente ¿sin embargo? de ser las familias correspondientes a más de ciento y veinte tiendas, cuyas armazones de palo solo estaban paradas, de lo que no haciendo aprecio se les siguió conservando todo el orden posible, con lo que se consiguió a tres cuartos de legua comenzar a alcanzar a los hombres que hacían frente, cuyo combate con ellos duró como otra legua, en la que se logro matar 18, los mas esforzados, herir a muchos y  fue preciso hacer lo primero con más de 30 mujeres y muchachos que corrían al parejo de sus padres: se apresaron 34 de estos últimos, toda la caballada que arreaban, que fueron más de quinientas cabezas lo que fue a lo último; y casi a tres leguas de haber corrido lo que pudieron los caballos de los que no se escaparon más de los en que huyeron, perdieron todos sus bienes y equipajes, aún los más útiles, que dejaron abandonados en donde comenzaban a camparse, los que fueron tantos que no se pudieron cargar en cien caballerías, cuyos despojos aprovecho nuestra gente por igualdad, en la que no tuvimos la menor desgracia.

   El número de enemigos con se combatió no es fácil expresarlo a punto fijo, porque siendo iguales en traje con sus mujeres, con quien huían, y mucha la polvareda que hacía la caballada que intentaban libertar, imposibilitó el poderlos contar y mucho mas cuando comenzó su mortandad por razón de haberse dispersado infinito, por lo que no queda más arbitrio que calcular sobre las tiendas que iban a armar, que siendo como es dicho más de 12o, es bien sabido que en cada una viven 6 a 8 hombres de armas.

   A las cuatro y media me regresé al paraje de agua y pasto, donde me podía reunir con todo lo mío, lo que se verificó al ponerse el sol, distante tres leguas de donde se habían acampado los vencidos, a cuyo sitio se le puso el río del Sacramento, por haberse dedicado esta expedición a este Sacro Santo misterio.

   Sin ¿embargo? de que se hicieron las primeras presas, comencé a preguntarles por el resto de sus rancherías, con intento de ver si podía darles otra golpe, no saqué nada de cierto hasta las nueve de la noche, que las dos últimas me informaron que habiendo salido su Regulo o Capitan Generalisimo Cuerno Verde con cuatro de sus Capitanes principales y mucha de su gente a campaña a nuestro país, les había mandado que todos concurriesen a este, sitio a recibirlo y celebrar el triunfo que se lisonjeaba conseguir el que hacía 16 días que había marchado y que a este efecto caminaba dos días atrás mayor número de rancherías por el rumbo por donde ellos huían y lo habían hecho los que escaparon de nosotros.

   Con estas noticias, y sin esperar cosa fructuosa en los que era consecuente las tuviesen muy anticipadas, me determiné aunque, no me era cómodo para mi regreso, seguir la huella de Cuerno Verde, por si la surte me proporcionara encuentro con él, lo que me propuse solicitar, por cuantos medios fuesen dables, así por lo oportuno que sería su castigo como por restaurar la presa que podían traer de nuestro país en el caso de haber logrado golpe.

   Se pasó la noche con precaución y no hubo novedad.

   Septiembre. 1. Miércoles. En prosecución de lo anterior dicho, a las 7 de la mañana me enderecé a ponerme sobre la huella que solicito, lo que conseguí a las diez, y habiendo dispuesto que siempre caminen avanzadas espías a derecha e izquierda de ella, tanto de día como de noche, proseguí en su seguimiento que hice con 7 leguas, rumbo al E. S. E., a cuyo fin fue preciso hacer alto para pasar la noche en el remate del mismo río del Sacramento, por haberse experimentado muchas caballerías del vecindario alcanzarse.

   2 Jueves. Poco antes de las 7, proseguimos nuestra marcha, rumbo al S., y al concluir 3 leguas repasamos el río Napeste donde encontramos diez caballerías del enemigo,que seguimos, las que se recogieron después de lo cual, sin dar ningún aviso se separaron los más de la nación Juta para su país, de lo que continuando al propio rumbo se hicieron otras cinco leguas, a cuyo fin, en un arroyo bastante quebrado, se hizo alto para dar descanso hasta las cuatro de la tarde a las caballerías indicadas, a cuya hora volvimos á nuestra ruta, y al vencer una legua, volvió una de las espías avanzadas, con la noticia de que los enemigos venían hacia nosotros sin descubrirnos.

   Para que no lo consiguiesen de mayor distancia, hice ocultar nuestra caballería, y tren de cargas, ejecutando lo proprio con toda la tropa, la que coloque donde me pareció proporcionado para sorprender á los rebeldes, que caminaban a la falda de unos montes de bastante bosque en número bien crecido, aunque con bastante desunión, y mediando entre mi y ellos un angosto vallecito, que no hubo tiempo para reconocerlo.

   Al ponerse el sol, arribaron a él los barbaros, a quienes fue ya preciso atacarlos con la columna de mi mando, las que pareció esperaban, mas viendo las otras dos que los iban a cerrar, ya unidos se entregaron a una ciega, y aceleradísima fuga, bien que en ella murieron 8, se hirieron a bastantes y no parecieron muchos, porque tuvimos la desgracia de perder considerable tiempo en pasar uno a uno lo atascoso de una zanja, que ocultaba el indicado vallecito, de cuya otra parte fue el alcance a distancia de media legua, en la que se les dispersó enteramente aún en medio de haber cerrado la noche, habiéndose podido libertar tanto de ésta como de la perdida anterior, si se conservan firmes a nuestra parte opuesta del zanjón, pues nosotros no lo hubiéramos podido pasar y ellos conseguían defenderlo muy a cubierto de su bosque, de que infiero que tenían conocimiento de él o por la sorpresa no ¿refexa? en hacerlo.

   A las ocho y media de la noche, me regrese a la zanja citada, que volví a repasar con mayor trabajo por la obscuridad, a donde ya había mandado viniese nuestra caballada y equipaje, con ánimo de pasar aquí la noche.

   Los peritos del país y del modo de hacer la guerra en este acostumbrados a practicarla, me propusieron abandonáramos el sitio, como siempre lo habían ejecutado, [que] exponiéndome podían volver a atacarnos con la obscuridad de la noche los recién batidos y mucho más si lograban unirse todos. 

   Graduando este por difícil según el conocimiento que podía tener algo de temor la propuesta, respondí a ella, que lo propio que tenían solicitaba yo, como el que estuviesen entendidos, que aún el caso de que el encuentro no se hubiese decidido tan á nuestro favor, debíamos por honor a las armas, esperaren aquel sitio a que nos amaneciese el día siguiente, hasta el que convenía mantenerse sobre las armas, como se verificó, pasando por la incomodidad de las lluvias y del mucho frío que hizo en lo más de ella, bien que sin ninguna otra ocurrencia particular.


Guerreros comanches

   
   3 Viernes. Conforme se verificó claro, hice hacer la descubierta en todo el campo inmediato, en donde no habiéndose encontrado novedad de aprecio, mandé se fuese aprestando toda nuestra tropa para marchar, lo que se efectuó a las siete.

   Al romper nuestra marcha se manifestaron pocos enemigos en ademan de querer pasar al sitio que dejábamos por la propia parte que habíamos abierto camino en el zanjón que se ha dicho antes, a cuyo corto número se agregó otro mayor, por lo que y suceder pudiera, me quedé con la primera y segunda columna a la retaguardia y la tercera de reserva mandé que sirviera de vanguardia como que todo siguiese su marcha, para lo que providencie lo mirasen las dos primeras unos medianos montes que a derecha e izquierda teníamos que vencer pon espacio de media legua.

   Al entrar a ellos, ya los enemigos pasaban de 40 y se acercaban casi a tiro de fusil, haciendo fuego con los suyos con cuyo motivo fue conocido por sus insignias y divisas el famoso Régulo Cuerno Verde, quien con espíritu orgulloso y superior a todos los suyos, los gritaba y se adelantaba escaramuzando con mucho ardor su caballo, a quien por lo tanto hice empeño de privarlo de la vida, ya que su soberbia y arrogancia la precipitaban a ello.

   A efecto de conseguirlo, mandé a la vanguardia, que al remate de los montes indicados que descubrían la formación, lo hiciese en batalla con doscientos hombres francos, que la caballada y cargas con sus respectivas guardias apoyasen a ella con el fin de estrechar contra toda esta fuerza al enemigo, si se conseguía cerrarlos ¿como quedaba? con un medio circulo que meditaba formar con las columnas de retaguardia de la misma caballada, mientras los precipitaba en la zanja referida, pues era preciso pereciesen en ella los que más nos importaban, que era la partida que seguía al Caudillo de los bárbaros, por tenerles ganado desde el principio su huida y costado derecho.

   Para el logro de uno y otro intento y el de rendir en lo posible los caballos de los referidos rebeldes, en cuya ligereza consistía toda su confianza para ofender y libertarse, hice marchar con alguna aceleración a parte de nuestros indios auxiliares en ademán de retirada, y cuando ya casi iba a tener efecto mi principal idea. la comprendió el caudillo quien ordeno a todos los suyos la retirada, en cuya atención procedí a lo segundo, consiguiendo de luego a luego cortar del mayor número al indicado Cuerno con los principales de los suyos, los que seguidos cayeron en el embarazo de mi deseo y zanja dicha, en la que no teniendo otro recurso echaron pie a tierra haciendo trinchera de sus caballos, de cuyo modo hicieron una tan bizarra cuanto gloriosa defensa, de la que sin embargo pereció en ella el precitado Cuerno Verde, su hijo primogénito heredero de su mando, cuatro de sus capitanes más famosos, un Sumo ¿Pufacante? o sacerdote, que lo predicaba inmortal, y diez más que fueron los que se pudieron meter donde se ha insinuado. 

   Mayor número hubiera muerto, pero preferí la del Régulo  aun mas de los que se escaparon, por ser constante de muchos años a esta parte esta, siendo el azote cruel de este reino, el que ha exterminado muchos pueblos con centenares de muertes y prisioneros que después ha sacrificado a sangre fría, culpándolo su misma nación de que desde que tomo el mando los ha hecho tener las armas y voluntades contra los Españoles, cuyo odio le dominaba de haber muerto su padre en nuestra armas, el cual obtuvo el mismo mando y poder.

   Infiero que su muerte se la causó su proprio arrojo, valor o desprecio que quiso hacer de nuestras gentes, cebado de las muchas ventajas que siempre había conseguido sobre ellas por los desórdenes que siempre se han gobernado en la guerra.

   Temió el mayor número de los suyos que la tarde antes fue ¿bando?, lo que a él no se le oculto, pues un fusil que se había perdido en ella de nuestros indios auxiliares, pareció en su poder, y con todo cometió la temeridad de con solos 50 hombres, que son los que le hacían la guardia diaria y personal, de acometer a seiscientos hombres bien formados, de que se debe deducir al jactancia, presunción y soberbia que acompañaba a este bárbaro, lo que manifestó hasta el último trance en varias producciones, desdeñándose aún de cargar su fusil, lo que por tres veces le hizo otro, en cuyo ínterin tomaba él la lanza.

   Su muerte aseguran todos los nuestros será bien llorada de sentimiento, pero creo no excederá a lo que de placer lo han hecho nuestras gentes, en quienes no tuvimos más desgracia que una leve herida de bala b un soldado ligero. Del número de muertos, hoy se sacaron cinco fusiles cuya especie abunda entre dichos infieles.

   No obstante que me mantuve en este sitio, que se le dio el de la advocación de los Dolores de María Santísima, hasta las diez y media por observar si había algún regreso de los bárbaros, no se observo otra cosa que sus polvaredas y humos de retirada, descubriéndose hasta doce leguas distantes los segundos, de que se infiere que los que lo hacían fueron los que se derrotaron la tarde antes.

   A la hora mencionada, después que nuestra gente victorió el nombre del Rey y Superior Jefe que nos manda, me puse en marcha con rumbo al sur, al que por buen terreno se hicieron cinco leguas hasta arribar a la primera agua o arroyo de la Sangre de Cristo, donde nos quedamos para pasar la noche.   

   4 Sábado. Poco antes de las 7 continuamos nuestra ruta al precitado rumbo, y a poco de la primera comenzamos a repasar la sierra que de ida llevamos a nuestra derecha, que fue bastante molesta por la continúa alternación de subidas, y bajadas que tiene, a que se agregó un huracán de nieve, lo que con el total paso de la anterior, se concluyó a las cinco de la tarde, que bajamos a su pie con 8 leguas de camino al sitio de la ciénaga.

   5 Domingo. A las 7 ½ volvimos a nuestra marcha al indicado rumbo por buen terreno, al que se hicieron en todo hoy ¿10 leguas?, con las que arribamos al río de la culebra, y se finalizó la jornada.

   Con motivo de que luego que llegamos a este sitio, encontramos 7 caballos muertos por los enemigos que batimos el [día] 3 y otros indicios de curación de heridos. Lo hice reconocer con toda exactitud, lo que produjo hallarse una sepultura en que estaban igual número de cadáveres, que nos acreditan perecieron en el ataque que suponemos han hecho en el pueblo de Taos, de a donde parece viene la huella.

   En este mismo día, antes de las 12, se separaron para su país, llenos de riqueza y satisfacciones, la parte que quedada de la nación juta, lo que ejecutaron sin despedirse porque su barbaridad y deseó de ver su patrio suelo no les proporciona este comedimiento.

   6 Lunes. A las 7 continuamos nuestra ruta con destino al pueblo de Taos por imponerme de lo acaecido, en la que seguimos al sur y hechas en todo el día 10 leguas, se finalizo la jornada en el río del Dátil.


Idealización del presidio de Taos

   7 Martes. Poco antes de las 7 nos pusimos en marcha y al concluir 3 leguas pasamos el río Colorado, desde que se ha traído buen terreno desde que comenzamos a faldear la sierra que llevamos a la izquierda por la que, y sus incomodidades, se caminaron otras 5 con que arribamos a las 4 de la tarde al pueblo de Taos, que de los de este reino es el más avanzado al Norte.

   Antes de ejecutarlo, me salió al encuentro su alcalde, a quien con anticipación porque no le causase novedad, se lo había comunicado y me participó que habiendo tenido noticia por los apaches, nuestros confidentes, antes que le atacasen el pueblo de su mando, que fue el 31 último anterior, de que venían muchos enemigos, se proveyó para recibirlos, y aún avisó a lo interior del reino, para lo propio, por si giraban a otra parte, de que en consecuencia de lo anterior, puso espías en los comunes tránsitos de los bárbaros, por cuyo medio logró la noche del 5 que le hicieran contraseña con fuegos de que se encaminaban al pueblo, en donde con ella se puso sobre las armas, de cuyo modo lo hallaron el precitado día.

   El primer acometimiento de los enemigos hecho entre dos luces, me asegura fue esforzado, pero luego que con la inmediación reconocieron el estado de defensa que tiene el lugar, por ser uno de los que he hecho cuadro, y formar baluartes, se sorprendieron tanto, que pudo salir de la muralla a hacerles fuego, que de ella no podían experimentar ni ofenderles, con el que se siguió dar muerte a tres, herir a muchos y escarmentar a todos, que regula serían 250, quienes tomaron a buen partido retirarse a mucha mayor distancia a reconocer de este modo el pueblo, en donde se mantuvieron hasta las 9 de la mañana, que comenzó su retirada a la que precedió un gran destrozo que hicieron en los maizales.

   La pérdida que tuvo este pueblo solo fue la de un joven, quien aún estando dentro de él cuando se verificó el ataque, a escusas del alcalde se saltó a ver si libertaba un caballo que vio dentro de un maizal, juzgando era suyo, el que encontró ser de los que le quitaron la vida.

   La de los enemigos, por lo que expone el referido alcalde y se refiere el día 6, se reduce a 10 muertos en solo este ataque, desgracia que en los muchos que le han hecho, jamás habían experimentado y ahora se atribuye a que no necesitándose como antes del total de sus habitadores para defender siete esquinas y otros tantos rincones o resaltos que tenia, se emplearon en ofender a los insultantes, pudiendo salir a hacerlo a más de 70 varas de la nueva muralla.

   8 Miércoles. A las 7 ½ continuamos marcha por el camino real que va á Santa Fe, que por lo común tira al sur, y hechas por el 10 leguas, arribamos al pueblo del Embudo.
   9 Jueves. A las 7 ½ volvimos a nuestra marcha por el ¿adecuado? rumbo, al que caminadas 9 leguas, se dio a la marcha al pueblo de Puxuague.

  10 Viernes.  A las 7 continuamos nuestra ruta por el precitado rumbo, y camino en el que vencidas 6 leguas, arribamos á la villa de Santa Fe, en la que después de haberlo ejecutado, tuve noticia, comunicada por la nación Juta, de los que se refiere se separaron el [día] dos del río de Napestle, tuvieron la felicidad de sorprender a 7 comanches que estaban en casa con sus familias, los que siendo 9 entre mujeres y niños, perecieron en sus manos con los primeros a excepción de uno de los últimos que se les entregó vivo, que así mismo se apoderaron de 40 caballerías que tenían los bárbaros, con el demás menaje de su uso y servicio.

   Con esta pérdida, las que quedan referidas padecieron los días 31 2 y 3, con la que expresan del pueblo de Taos, asciende a 58 hombres y 63 mujeres y niños y el total 131 personas, con cuya noticia y la de ascender a 205 leguas las caminadas en toda esta expedición, concluye el diario que le corresponde en dicho día 10 de Septiembre de 1779 = Juan Baptista de Anza.

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   Concuerda con su original, que se guarda en la secretaría de la comandancia general a que me remite, abril 19 de 1780. Fr. Juan Agustín de Morfi. 

NOTAS:

  El texto ha sido corregido enteramente en cuanto a puntuación y acentuación. Algunas palabra se han sustituido por las mismas usadas en la actualidad. Por ejemplo: propio (actual) por proprio (en el texto)

   Así mismo, las palabras incomprensibles o que aparentan significar algo comprensible pero que no cuadran en el sentido de la frase, están puestas entre signos de interrogación y en negrita.

   Del mismo modo, para hacer más comprensible una frase, se han añadido palabras, las cuales van entre corchetes.

   El nombre del escritor se mantiene como en el original: Juan Baptista de Anza.

   Una de las localidades mencionadas en el texto, la he dejado en las dos formas en que aparece: Puxuaque al principio y Puxuague al final. Se refiere a la actual localidad de Pojoaque, Nuevo México, de unos 1300 habitantes.

FUENTES:

- Imagen de Juan bautista de Anza:


- Idealización del presidio de Taos:  http://kindlegarten.es/comanche-jesus-maeso-torre/

- Para información de Pojoaque: https://es.wikipedia.org/wiki/Pojoaque_(Nuevo_M%C3%A9xico)

Soldado Español
Málaga - 2019

22/03/19

CORONEL JUAN BAUTISTA DE ANZA BECERRA. 3ª PARTE.

  Fue durante su administración en Nuevo México que se levantó el primer plano general de la Provincia, comisionando para llevar a efecto tal operación al Cadete D. Bernardo de Miera y Pacheco y a los padres Fray Francisco Atanasio Domínguez y Fray Silvestre Vélez, realizado en 1778.


   El quince de agosto de 1779 inició una expedición de castigo contra los comanches. La comenzó partiendo dicho día de Santa Fe y fijando su derrota hacia Taos. Le acompañaban en la expedición seiscientos soldados y doscientos apaches y yutas aliados, enviando dos exploradores hacia el norte para tener localizados a los comanches.

   El día veintidós por la noche inició una marcha nocturna a través del valle de San Luis, acampando cerca de un pantano. A partir de aquí empleó las mismas tácticas que sus enemigos, empleando tropa ligera, realizando las marchas al amparo de la noche y ocultándose por el día y envolviendo los cascos de los caballo en telas y cuero para evitar hacer ruido. Así mismo evitaron hacer cualquier tipo de hoguera.

   Con estos cuidados llegaron y acamparon en el lugar conocido actualmente como Ponche Springs, en Colorado, y el siguiente día veintiocho atravesaron el río Arkansas, donde cazaron búfalos. Tras esto, el siguiente día treinta y uno, una vez localizado al caudillo comanche Cuchanec, conocido entre los españoles como Cuerno Verde, y a sus comanches, procedieron a atacarlos, aunque aquel logró huir, huyendo en dirección Taos.

   Decidido a no dejarle escapar y a terminar de una vez por todas con el peligro comanche, ordenó Anza girar al sur, cruzar nuevamente el Arkansas y tras localizar los exploradores el paradero de Cuerno Verde el dos de septiembre, acamparon, para el siguiente día las tropas españolas y sus aliados indios atacaron a los comanches, matando a Cuerno Verde, a su hijo y a otros cuatro jefes comanches más y tras este importante triunfo, retornó a Santa Fe, alcanzando dicho punto el diez de septiembre.

   Se podía decir que el peligro comanche había sido eliminado.

   De esta campaña, como era habitual en él, escribió un diario exacto de las operaciones llevadas a cabo y que luego serviría como informe de la campaña al Brigadier D. Teodoro de Croix primero y al Rey D, Carlos III, después. Entre los días veinticinco y veintiocho de febrero de 1786 se estableció un tratado de paz entre ambos pueblos, firmando por parte española Anza y por parte comanche su jefe, Ecueracapa.

   El diario que da cuenta de esta campaña tiene por nombre:

   Diario de la expedición que salí á practicar contra la nación Comancha, por el infrascripto Teniente Coronel, Gobernador  y comandante del Nuevo México con las tropas, Milicianos, y Indios que se expresa sucesivamente,  D. Juan Bautista de Anza




    En junio de 1780, el Brigadier D. José Miguel de la Peña y D. Vicente de Sena, hacen una al brigadier D. Pedro Fermín Mendinueta en la cual le solicitan la destitución de Anza como gobernador de Nuevo México, aduciendo los múltiples atropellos que éste había hecho a los vecinos.

   Animado por su carácter infatigable y su curiosidad sin límites en lo que a la exploración y a la aventura militar se refiere, organizó motu propio una nueva expedición -y sería la tercera- para practicar una nueva ruta y así, partiendo de la Villa de Santa Fe, en Nuevo México, llegó hasta la ciudad de Arizpe, en Sonora, sede del Gobernador y Comandante General de las Provincias Internas de Nueva España D. Bernardo de Croix, dejando trazada y practicable el camino para persona, animales y mercancías entre ambas posiciones.  

   Dicha expedición partió de Santa Fe el diez de noviembre de 1780 y estaba compuesta por ciento trece soldados, de los que sesenta eran veteranos y el resto milicianos, a los que acompañaban treinta y seis indios como auxiliares, aunque esta expedición no fue tan tranquila como las dos anteriores, pues tuvieron que atravesar territorios con gran presencia de apaches, quienes mantenían un fuerte y constante el pulso a las autoridades españolas, y a pesar de haberse enfrentado a éstos en una ocasión en San Jacobo, derrotándolos, consiguieron llegar a Arizpe sin grandes contratiempos el siguiente dieciocho de diciembre, habiendo recorrido veintiuna leguas de camino en treinta y ocho días, poca distancia para tantos días, lo que da idea de la dureza del camino y del tiempo perdido en las repetidas paradas que hubieron de hacer por causa de la presencia de espías y acoso de pequeños grupos de apaches y en el enfrentamiento final con estos.   

   Tras haber descansado unas semanas en Arizpe, durante el transcurso de las cuales Anza trató con D. Bernardo de Croix diversos asuntos relacionados con la provincia que gobernaba, emprendió la expedición el viaje de retorno empleando la misma ruta de la ida, llegando a Santa Fe el uno de Febrero de 1781.

   Pasó a Coronel graduado el diecinueve de febrero de 1782 y Gobernador y Comandante de la provincia de Nuevo México el quince de mayo de 1783.

   En Septiembre de 1783 toma el cargo de Comandante General y Gobernador de las Provincias Internas D. Felipe de Neve, quien no tuvo precisamente unas buenas relaciones con Anza, quien por orden del nuevo Gobernador fue separado del gobierno de Nuevo México en 1784 acusado de malos manejos administrativos, cargo al que fue reintegrado dos años después por el nuevo Gobernador y Comandante D. D. Jacobo de Ugarte y Loyola, quien, además de promoverlo a Coronel efectivo, le hizo entrega de la Comandancia militar de Sonora, en sustitución del coronel D.José Antonio Rengel de Alcaraz, que había marchado a México con licencia.

   El Virrey de Nueva España, Don Manuel Antonio Flores, le encomendó el mando de la Compañía del presidio de Tucson, en la actual Arizona, y donde realizó una revisión de las tropas, manteniéndose en el ejercicio de ambos mandos hasta su muerte, la cual tuvo lugar en la ciudad de Arizpe, al parecer de modo repentino, el dieciocho de diciembre de 1788, siendo enterrado en la Iglesia del mismo lugar. Su acta de defunción señala que fue sepultado en la capilla de Nª. Sª. de Loreto de la iglesia parroquial de Arizpe.  
  
   Al parecer, y según sus propios diarios, era una hombre alto y robusto. Durante el transcurso de la expedición contra los seris y los comanches fue herido, así como en otras dos ocasiones, en las que se enfrentó a los apaches. En edad avanzada solicitó a las autoridades su traslado a la Península para recuperarse de su regular salud, estado de sus pies y vista algo más que fatigada, comunicándose en primero de octubre de 1788 que se le colocase en un gobierno político y militar conservándosele su sueldo como Coronel y si no fuere posible que se le enviara a España con doce pagas correspondientes a su rango, pero la muerte le sorprendió en el desempeño de su trabajo y ni obtuvo lo uno ni consiguió lo otro.

   Su viuda, Doña Ana Regina Pérez Serrano, siguió viviendo en Arizpe, localidad donde falleció el año de 1800.


   Su hoja de servicios militares puede localizarse en el  Archivo General de la Nación, de México, con la signatura siguiente: Fondo Documental: Provincias Internas. Volumen 48, sin expediente. 2 hojas.


   Para tener una mejor información de las expediciones que este militar español realizó, es interesante leer el libro Diario de las expediciones a la Alta California, escritos por él. Está editado por Miraguano y recopilados por Ángel Luis Encinas Moral. Tiene 344 páginas.

   Se puede decir que fue, a su manera, un escritor y cronista de los sucesos de su tiempo y del país en el que operó, contándolo en primera persona en sus muchísimas cartas oficiales y en  los diarios de campaña. Tenemos noticia de los siguientes:

   1- Diario de la ruta y operaciones que yo el infrascrito Capitán de Caballería del Real Presidio de Tubac, en la Provincia de Sonora, practico en solicitud de abrir comunicación de dicha Provincia á la California septentrional por los ríos Gila, y Colorado á cuya expedición soy comisionado por el Exmo. Señor Teniente General D. Antonio Maria Bucareli y Ursua, Virrey Gobernador y Capitán General de la Nueva España, como consta de su superior orden de 17 de Septiembre de 1773 años.

   2- Diario de la ruta y operaciones que yo, el infrascrito Teniente Coronel y Capitán del Real Presidio de Tubac, en la provincia y Gobernación de Sonora, practico segunda vez de la mencionada anterior a la California Septentrional de orden del Exmo. Sr. Baylío, Frey D. Antonio María Bucarelli y Ursúa, Virrey , Gobernador y Capitán General de la Nueva España, como consta de su superior decreto de veinticuatro de noviembre de mil setecientos setenta y cuatro, a efecto de conducir treinta soldados con su Oficial y Sargento a la referida California, en refuerzo del Real Presidio de San Carlos de Monte Rey.

   3-  Diario de la expedición que salí á practicar contra la nación Comancha, por el infrascripto Teniente Coronel, Gobernador  y comandante del Nuevo México con las tropas, Milicianos, y Indios que se expresa sucesivamente,  D. Juan Bautista de Anza.

   A continuación, se relacionan una serie de sitios dedicados al estudio y homenaje de D. Juan Bautista de Anza. Como se puede observar son todos de instituciones públicas y privadas estadounidenses, siendo de lamentar la ausencia de este tipo de iniciativas por parte de México y de España, tan solo libros escritos al respecto y la documentación contenida en los archivos de ambas naciones y no siempre de fácil acceso, perdiendo, en este caso México, una excelente oportunidad de darlo a conocer como méxicano y sacarle un provecho cultural y económico para las comunidades por donde D. Juan Bautista de Anza anduvo.

   En España, este clase de militares deberían ser de obligado conocimiento por los escolares españoles, para que estos tengan una visión más amplia de la acción colonizadora y culturizadora de nuestra nación.

   En el caso de los vascos, su carácter pueblerino y de cortas miras solo ha servido para reivindicar los orígenes vascos de este héroe español, perdiendo, también ellos, una excelente oportunidad para reivindicarlo.

   Los sitios son los siguientes:

   - Web de Anza de la Universidad de Oregón. http://anza.uoregon.edu/

   - Anza Society International.

   - The Juan Bautista de Anza National Historic Trail.  The National Park Service site for the Anza Trail.

   -  Anza Historic Trail, supported by the Anza Trail Foundation, features an online map that takes you along the Anza Trail historic corridor, and features campsite locations and points you to recreational re-tracement trail.

   - Tumacácori National Historical Park, a National Park Unit, is an important historic site along the Anza Trail.

   - Arizona State Park. The Presidio at Tubac, an Arizona State Park is where the full Anza Expedition commenced on October 23, 1775.

   - Mission San Javier del Bac, also known as the White Dove of the Desert is a significant site along the Anza Trail.  The mission did not look as it does today when the Anza Expedition passed through.

   - The Southern Trails Chapter of the Oregon-California Trails Association covers a lot of the same geographic area as the Anza Trail.  If you love historic trails, you’ll be impressed by the work of this organization.

   - La Puerta Foundation at Cary Ranch is located near the Anza Historic corridor.  It’s a privately owned 160+ acre ranch in rural Anza, Riverside County, California.

   - The Palace of the Governors, is a New Mexico History Museum located on the Plaza in Santa Fe New Mexico.  It hosts a wonderful collection of Spanish Colonial artifacts and exhibits.  Anza became Governor of the Province of Nuevo México in 1777, after leading the successful settlement of San Francisco in Alta California.

   - Juan Bautista de Anza tried to gain control of the area known as Coronado’s Chichiticale, in 1721.  The 250 acre site is located east of the Dragoon Mountains.

   - Moraga History.  The Moraga family, descendents of Anza’s second in command, Jose Juaquin Moraga share their well researched family history.

   y algunos otros más.

Soldado Español
Málaga - 2019

LUIS EYTIER BENITEZ. UN LAUREADO EN VIDA.

Luís Eytier Benítez nació en Lorca el día 23 de Mayo de 1864, recibiendo la agua del Bautismo en la iglesia parroquial de San Mateo. Al pare...