12/02/21

NOTICIAS DE ORÁN. DEL 21 AL 23 DE OCTUBRE DE 1732.


Puerta de España, en Orán

   El día veintiuno de octubre de 1732 hallándose en el mar unos dos mil hombres procedentes de Valencia y Cataluña con destino Orán, vieron dificultado su arribo a esas costas por culpa de los malos vientos. Visto esto por los moros, aprovecharon para sacar sus piezas de artillería y tratar de impedir el desembarco y si era posible hundir algún barco.

   Habiéndose observado esto en la plaza, ordenó el gobernador de ella, el marqués de Santa Cruz, la salida de siete mil infantes y trescientos ochenta caballos y dragones, atacándolos y tras seis horas de combate, se logró desalojarlos de sus trincheras, haciendo que abandonaran el campo, cogiéndoles los nuestros cuatro cañones de bronce y otras armas.

   Las tropas de los moros ascendían, según el documento, a treinta y dos mil efectivos, contando entre ellos siete mil quinientos de a caballo.

   Tras verse la victoria, ordenó el marqués de Santa Cruz la retirada, pero ocurrió que en la confusión del momento algunos españoles continuaron en la persecución de los moros, viéndose cercados por aquellos y al verlo el marqués acudió con gente a poner en fuga a los agresores, pero con tan mala fortuna que en la refriega fue herido de muerte.

   Una vez libre el campo, pudieron desembarcar los refuerzos mientras que las tropas a su regreso a la plaza destruyeron las trincheras que los moros estaban excavando junto al castillo de San Felipe, volviendo a salir el siguiente día veintitrés diez compañías de granaderos y quinientos gastadores al mando del coronel, conde de Berheaben, para finalizar el trabajo, el cual lo realizaron completamente, destruyendo todo lo hecho por los moros y causándoles un muy importante número de bajas en el combate que tuvo lugar, muriendo por nuestra parte el brigadier marqués de Valdecañas y el coronel José Piñel, habiendo entre los hombres que salieron de la plaza a combatir mil quinientas bajas, entre muertos y heridos.

   Con esta operación se logró levantar el sitio y acoso al que tenían sometida a Orán los moros

    Tras estas acciones, el siguiente día veintisiete se volvió a realizar una salida, esta vez para destruir los trabajos que los enemigos habían realizado en la Meseta, desde el que pretendían incrementar los ataques contra el castillo de Santa Cruz, así como barrenas las peñas que cerca del castillo podían servir de amparo al enemigo.

   Por los espías se supo que Bigotillos y dos familiares salieron heridos, que hubo gran mortandad entre los argelinos y turcos y que el hijo del rey de Argel se retiraba a su patria, dejándole a Bigotillos unos novecientos soldados. Bigotillos era como llamaban los españoles al bey de Mascara.

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REGIMIENTO FIJO DE ORÁN. 1733-1793. BREVES NOTAS.

   Tras la reconquista de las plazas de Orán y Mazarquivir en 1732, por Real Ordenanza de nueve de enero de 1733, se estableció en Orán un regimiento de infantería permanente que recibió el nombre de Fijo de Orán, para el servicio y custodia de la plaza, de sus castillos y fuertes y del puerto de Mazarquivir, el cual estaría compuesto por una fuerza de mil trescientos soldados, tanto de desterrados como de recluta -excepto la compañía de granaderos, que estaría compuesta solo por voluntarios-.

   Pero como se veía que para las necesidades de la plaza un batallón se quedaba corto, se tomó uno del regimiento de infantería de Cuenca, así como se agregaban ciento ochenta y tres soldados procedentes de los regimiento de Galicia, España, Asturias, Cantabria y Aragón, con lo que quedaba lo suficientemente dotado para sus cometidos, siendo su primer coronel el conde de Berheaben.

   Constó de doce compañías sencillas y una de granaderos, de a cien hombres cada una, con trece capitanes, trece tenientes y trece alféreces y de la tropa, cincuenta y dos sargentos, trece tambores y mil doscientos treinta y cinco soldados.

   La plana mayor estaba compuesta por el coronel, un teniente coronel, el sargento mayor, el ayudante, el capellán, el cirujano y un tambo mayor. Su uniforme sería de color blanco con divisa verde.

   Tenía tres banderas, de las cuales la coronela era blanca con las armas reales y las otras dos iguales a las de los demás regimientos según la divisa y en cada una de ellas dos castillos y dos leones en las esquinas y un rótulo que atraviese de una esquina a otra la palabra ORÁN y con las armas reales.

   Percibirían los siguientes sueldos:

1- Plana Mayor:

   1.1. coronel: ciento diez escudos más su paga de capitán,

   1.2. teniente coronel: ochenta escudos mas su paga de capitán,

   1.3. sargento mayor: setenta y cinco escudos,

   1.4. ayudante: cuarenta escudos,

   1.5. capellán: treinta escudos,

   1.6: cirujano: treinta escudos,

   1.7. tambor mayor: cinco escudos y medio y una ración de pan diaria. 

2. Compañía de Granaderos:

   2.1. capitán: cincuenta y cinco escudos,

   2.2. teniente: treinta y ocho escudos,

   2.3. alférez: treinta escudos,

   2.4. sargento: cinco escudos, seis reales y dieciséis maravedíes de vellón al mes y una ración de pan diaria,

   2.5. primeros cabos: cuatro escudos, dos reales y doce maravedíes y una ración de pan diaria,

   1.6. segundos cabos: tres escudos, ocho reales y veintiocho maravedíes y una ración de pan diaria,

   2.7. granadero: tres escudos, ocho reales y veinte maravedíes y una ración de pan diaria,

   2.8. tambor: tres escudos, ocho reales y veintiocho maravedíes y una ración de pan diaria.

3- Compañía Sencilla

   3.1. capitanes: cuarenta y cinco escudos,

   3.2. tenientes: treinta y dos escudos,

   3.3. subtenientes: veinticinco escudos, 

  3.4. sargentos: cinco escudos, dos reales y treinta y dos maravedíes y una ración de pan diaria.

   3.5. primeros cabos: tres escudos, ocho reales y veintiocho maravedíes y una ración de pan diaria,

   3.6. segundos cabos: tres escudos, un real y veintiséis maravedíes y una ración de pan diaria,

   3.7. soldados: dos escudos, ocho reales y ocho maravedíes y una ración de pan diaria,

   3.8. tambores: tres escudos, cinco reales y diez maravedíes y una ración de pan diaria.

   Con cuyo prest se habían de apañar para su decoro y armas. El vestuario correría por cuenta de la Hacienda Real. Además, a los capitanes se les abonarán veinticinco escudos al mes por mantener las compañías completas, lo que además entraba dentro de su obligación.

   Lógicamente, estos sueldos variarían con el tiempo.

   El armamento consistía en fusiles con bayoneta, de a dieciséis balas por libra, siendo la primera vez proporcionados por la Real Haciendo y en lo sucesivo se abonarán de lo que se le abone a cada capitán en concepto de gratificaciones, pues también son responsables del armamento de su compañía.

   Si el regimiento o parte de el tuviera que pasar a España o a otros puntos, los gastos correrían por cuenta de la Real Hacienda y la inspección del regimiento estaría a cargo tanto del inspector de Orán como del director general de la infantería.

   El treinta y uno de enero de 1743 son suprimidos los empleos de cirujano y capellán del regimiento por considerar suficientes los existentes en los hospitales de la plaza, pero fueron restituidos el quince de abril del año siguiente.

   El diez de noviembre de 1745 el regimiento tiene dos batallones de a trece compañías cada uno, ambos de trece compañías cada uno, estando en el primero las compañías del coronel, del teniente coronel y la de granaderos y en el segundo batallón las compañías del comandante y la de granaderos.

   Cada compañía contaba con un capitán, un teniente, un subteniente, dos sargentos tres cabos, dos carabineros, un tambor y cuarenta y cinco soldados. Sin contar a los oficiales, las veintiséis plaza debían ser de voluntarios y veintisiete de desterrados, todos con los mismos sueldos y raciones que en en los demás regimientos del reino.

   Los estados mayores de cada batallón estaba compuesto, el primero por el coronel, teniente coronel, sargento mayor, ayudante, capellán, cirujano y tambor y el segundo por el comandante y un ayudante.

   Desde el quince de abril de 1758, la inspección general del regimiento pasa a depender directamente del comandante en jefe de la plaza.

Colección general de las Ordenanzas Militares, sus innovaciones y aditamento, T. 8, ps. 102 a 108, 117, 118, 233, 260, 338, 344, 345,  473. JOSÉ ANTONIO PORTUGUÉS. Madrid, 1765. 

Historia orgánica de las armas de infantería y caballería... T, 10, p. 26. SERFÍN Mª. DE SOTTO Y AB ACH. Madrid, .

    En la madrugada del nueve al diez de octubre de 1790 comenzaron una serie de terremotos en la zona geográfica de Orán, siendo el de esa madrugada el peor de todos, reduciendo a ruinas una parte muy significativa de la ciudad y castillos, ruinas que se fueron incrementando con las siguientes réplicas de las cuatro semanas siguientes.

   Tan mal quedó la ciudad y sus castillos que se determinó que no sería rentable económicamente su restauración, máxime con la presión que metían los moros de los adures enemigos, quienes hicieron bastantes ataques a la ciudad y aunque se resistieron todos, al final, tras mantener conversaciones con los moros, en enero de 1792 se decidió abandonar la ciudad, así como la plaza de Mazarquivir, vendiéndose al bey de Argel en 1794 por Carlos IVcerrándose así doscientos ochenta y siete años de presencia española en aquella costa argelina.

    Por Real orden de cinco de febrero de 1793, el Fijo de Orán se refundió con el Regimiento Fijo de Ceuta en la revista del mes de marzo, pasando a este nuevo regimiento las compañías solo con los sargentos y tropa, a la vez que a los oficiales se les abonaba en masa, por no habérseles señalado destino alguno según un reglamento recientemente aprobado. 

   Esta situación de los oficiales duró hasta la publicación del Real despacho de veintiséis de agosto de ese año de 1793, que por rigurosa antigüedad de ambos regimientos se les dio colocación, de manera tal que tuvieron ingreso en el Fijo de Ceuta tres capitanes, siete tenientes, dieciséis subtenientes y setecientos cincuenta y nueve individuos entre cabos y tropa.

   Con este aumento de efectivos se formó el tercer batallón del Fijo de Ceuta.

Historia orgánica de..., T. 11, p. 177

https://www.uma.es/foroparalapazenelmediterraneo/wp-content/uploads/2015/03/Politica-mediterranea-RRCC.pdf

   El escudo del regimiento Fijo de Orán es de la siguiente forma:

Partido en dos de forma vertical: 

- 1ª parte, izquierda: en campo de azur, un sol figurado de oro,

- 2ª parte, derecha: en campo de plata un león de gules, lampasado de oro y coronado de la Real.

 Bordura general de plata, cargada de la leyenda "Expugnabo Inimicus Fidei" en sable. El todo timbrado de corona real.

   No obstante esto, otros documentos nos lo muestra sin partir: en campo de azur, un león rampante de oro con corona real del mismo metal, por encima del cual encontramos un sol figurado de oro. La misma bordura y la misma leyenda.

   Debido a que este regimiento se integró en el Fijo de Ceuta, pasado luego al Regimiento de África, de Melilla y otros, tenemos nuestras dudas si este escudo es realmente el original del Fijo de Orán. Creemos que el original era solo el león, pues ese era el escudo de la ciudad.

   Su uniforme: 

   Desde su creación hasta 1768 : blanco con divisa y chupa verde. Botón blanco.

   Desde 1769 hasta 1792:Casaca y botón blanco. Vuelta, chupa y calzón, verde.

EME 1768, p. 25 y EME 1769, p. 25 (Ambas del pdf. No van numeradas)

  
 Uniforme año 1761

   Estos son los coroneles que lo mandaron:

1735 Don Juan de Villalba y Angulo. 

1740 Don Carlos de la Riva Agüero.   

1744 Don Juan Gutiérrez de la Peña.  

1750 Don José Clou de Guzman, Marqués de Íscar. 

1768 Don Onofre Antonio de Salas. 

1787 Don Pedro del Campo. 

1788 Don Salvador Díaz de Berrio. 

Memorial de Infantería, Nº 24. p. 6. Toledo, 1992.

The New York Public Library Digital  Collections . 1910 (para el uniforme)

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09/02/21

LOS VILLALBA, UNA ESTIRPE MILITAR DE RAÍCES ORANÍES. 8ª PARTE

 Joaquín de Villalba

   Nació el año de 1767, en Cartagena, hijo del coronel Francisco de Villalba González.

   Ingresó en clase de cadete de menor edad el cuatro de agosto de 1771, en el regimiento de Guadalajara, en el que permaneció prestado sus servicios los siguientes diecinueve años y tres meses, en el transcurso de los cuales se halló en la expedición a La Habana del año de 1780. Después de eso no se tiene constancia de que se haya encontrado en ninguna otra acción de guerra, comisión u otro, al menos hasta fin de diciembre de 1798.

   El cinco de noviembre de 1790, partió hacia Nueva España acompañando a su padre, que había sido destinado al regimiento de la Corona, donde también fue destinado Joaquín.

   En el transcurso de estos años tuvo los siguientes ascensos:  subteniente de menor edad, el veinticuatro de agosto de 1776, salió de la menor edad el dieciocho de agosto de 1780, teniente, el quince de enero de 1785, capitán, el trece de enero de 1796.

   En su hoja de servicios de final del año de 1800, constaba que tenía muy mala nota en actitud y ninguna aplicación, aunque no obstante siguió escalando puestos en el escalafón y así, en 1815 le vemos como teniente coronel de su regimiento de la Corona. 


Escudo del regimiento de la Corona, de Nueva España

   José de Villalba

   Nació el año de 1772, en Mallorca, hijo del coronel Francisco de Villalba González.

   Ingresó en el ejército en clase de cadete diecisiete de noviembre de 1783, en el regimiento de Guadalajara, donde servía su padre, donde permaneció durante los siguientes siete años y cinco meses, al cabo de los cuales fue destinado al regimiento de la Corona de Nueva España.

   En ese espacio de tiempo, ascendió a subteniente el quince de enero de 1785, a teniente de fusileros el diecinueve de julio de 1789, a teniente de granaderos de la segunda compañía del primer batallón el treinta de enero de 1796 y a capitán el siguiente treinta de noviembre.

   Este cambio de destino vino motivado por que solicitó ser transferido al regimiento de la Corona porque su padre había sido destinado a servir en dicho regimiento, lo cual se le concedió, embarcando en Cádiz en abril o mayo de 1791.

   Ramón de Villalba

   Nació el año de 1774, en Cataluña, hijo del coronel Francisco de Villalba González.

   Ingresó en clase de cadete el doce de abril de 1787, en el regimiento de Guadalajara y al ser destinado su padre a continuar sus servicios en el regimiento de la Corona de Nuevas España, partió con él a finales de enero de 1791 y continuó su mérito en ese regimiento novohispano.

   El treinta de diciembre de 1792 asciende a subteniente de la quinta compañía del segundo batallón de ese regimiento y el diez de julio de 1796 a subteniente de granaderos.

   El diecisiete de mayo de 1797 se embarcó en el bergantín corsario llamado El Volador, armado con dieciocho cañones de a seis libras, para perseguir y expulsar a una goleta enemiga que merodeaba por las inmediaciones del puerto de Veracruz

   El treinta de diciembre de 1797 solicita pase con agregación al regimiento de infantería de México, del que su padre es coronel, respondiéndosele que se le concedería siempre y cuando hubiera alguien en ese regimiento que quisiera permutar con él el empleo de teniente. Para fin de 1800 aun permanecía en el regimiento de la Corona.

Juan de Villalba y Velázquez 

   Hijo del teniente general Gaspar de Villalba y Angulo y de Leonor Velázquez-Gaztelu Ibero, su prima. Teniendo el empleo de capitán y alcalde mayor de Xalapa, fue nombrado corregidor de la ciudad de Queretaro, en Nueva España, en enero de 1778. Sirvió en el ejército cerca de cincuenta y cuatro años. Murió antes de 1794.

   Estaba casado con Micaela Vidal.


Escudo de Querétaro. Siglo XVIII

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LOS VILLALBA, UNA ESTIRPE MILITAR DE RAÍCES ORANÍES. 7ª PARTE

    Baltasar de Villalba Mendoza

   Parece ser que nació en la plaza de Orán el trece de diciembre de 1737, hijo de Juan de Villalba y Angulo y de Ana de Mendoza y Pacheco.

   En 1756, siendo alférez del regimiento de caballería de Alcántara, es admitido como caballero de la Orden de Santiago. En 1776, siendo teniente coronel agregado su regimiento de Alcántara, pasa al Perú, donde se haría cargo del corregimiento de Chancay, en el distrito de la Audiencia de Lima. En enero de 1789 asciende a coronel de caballería.

   Estaba casado con Juana Eyquiz.

   Baltasar de Villalba González 

   Nacido en Fuenterrabía e hijo del mariscal de campo Alonso de Villalba y Angulo y de Teresa González Grigny.  Fue coronel de infantería. Contrajo matrimonio con María Juana Hore Hore, natural de Calzada de Calatrava (En algunos textos ponen sus apellidos como Ore Ore), con quien tuvo tres hijos: María Luisa, Luis y Baltasar, que en 1794 eran capitán y teniente respectivamente del regimiento de infantería de Murcia, destinados en el ejército de Cataluña.

   Baltasar contrajo matrimonio con Bernardina Irazabal y Guillelmi, cuya hija Josefa contrajo matrimonio con Felipe de Canga_Argüelles y Ventades, hijo del político, estadista y archivero José Canga-Argüelles y Cifuentes.

   Falleció Baltasar de Villalba González antes de 1794.

   Francisco Villalba González

   Nació en San Sebastián 1734 y era hijo del mariscal de campo Alonso de Villalba y Angulo y de Teresa González Grigny, hermana del primer conde del Asalto. Sobre su fecha de nacimiento tengo dudas, pues en un documento me aparece como nacido en 1634, en una hoja de servicios de 1795 aparece como nacido en 1635 y en otra hoja de servicios de 1800 aparece como nacido en 1631.

   Ingresó en el ejército en clase de cadete el veintidós de mayo de 1748, en el regimiento Fijo de Orán, hallándose entre ese año y el de 1750 en tres funciones contra los moros de guerra, permaneciendo de guarnición en la plaza los siguientes nueve años y dos meses y medio, ascendiendo a subteniente el cinco de marzo de 1752.

   En veintitrés de febrero de 1754 pasa con igual empleo al regimiento de Guadalajara, en el cual permaneció hasta fin de 1790, que pasó a Nueva España.

   En este dilatado periodo de tiempo tuvo sucesivos ascensos, los cuales fueron de teniente el dieciséis de noviembre de 1754, de teniente de granaderos el veintinueve de enero de 1760, graduado de capitán el trece de diciembre de 1760, capitán de compañía el primero de noviembre de 1763, de capitán de granaderos el diez de octubre de 1776 y con este último empleo, acudió en 1779 en el bloqueo dado a Gibraltar, donde junto a su compañía de granaderos se halló en dos funciones particulares.

   Entre esos años, los de 1769, 1773 y 1774 los pasó persiguiendo contrabandistas y malhechores.

   Entre marzo y mayo de 1781 le vemos en América, en el ejército de operaciones del general Bernardo de Gálvez, concurriendo al sitio y toma de Panzacola, en la cual, hallándose con su compañía de granaderos en las trincheras rechazó un ataque dado por los enemigos a los que frenó y puso en retirada, realizándolo mientras su compañía recibía un intenso fuego desde las baterías del fuerte de la Herradura con bala y metralla.

   Continuando en dicho sitio, ocurrió que habiéndose de sacar de la trinchera principal un ramal a quinientas toesas de ella donde colocar un fuerte y batería para batir en breca al de los ingleses, a pesar de no estar con su escala la acción, salió con su compañía a sostener con su fuego a los trabajadores que hacían el ramal y al no poderse terminar la obra aquella misma noche, se situó al amanecer con su compañía para desviar hacia ellos el fuego de los enemigos y permitir que continuaran los trabajos, recibiendo el fuego durante más de dos horas, hasta que se terminaron los trabajos.


Escudo del regimiento de Guadalajara

   Estas dos acciones mencionadas, mando Bernardo de Gálvez que quedaran reseñadas en su hoja de servicios y el siguiente veintitrés de agosto recibe el grado de teniente coronel.

   En 1782 acompañó con su compañía de granaderos a Bernardo de Gálvez a cabo Francés, en la actual República Dominicana, permaneciendo en dicho punto de guarnición hasta la conclusión de la guerra y posterior firma del tratado de paz con Gran Bretaña. El veintinueve de julio de ese año pasa a ser sargento mayor de su regimiento de Guadalajara.

   Tras esto, en 1785 pasa a España, marchando al distrito de Andalucía, donde completa su dotación y en 1790 pasa a Barcelona de guarnición, donde el siguiente veintiséis de noviembre recibe el empleo de teniente coronel y pasa a servirlo a un nuevo regimiento, el de la Corona, en Nueva España, de modo que  a finales de enero de 1791 embarca en Cádiz con destino México, vía La Habana.

   Iba acompañado por cinco de sus hijos, dos varones, Ramón, que era cadete en el regimiento que su padre, el Guadalajara, y Manuel, y tres mujeres, Ana, María del Carmen y Joaquina. Tenía dos hijos más, José y Joaquín, militares también y que prestaban sus servicios en el regimiento de Guadalajara y que posteriormente pasaron también a Nueva España. Viajaba sin su mujer porque para esta fecha ya estaba viudo y no he logrado averiguar cuál era su nombre.

   El veinticinco de julio de 1791 recibe su graduación de coronel y el siguiente primero de septiembre solicitó se le concediera el gobierno de Nuevo México, pero no se le concedió. No por ello cejó en su empeño de solicitar un mejor destino y solicito el mando del regimiento de infantería de México, el cual obtuvo por patente de treinta y uno de octubre de 1792.

   En 1793, por un Real disposición, salió con su regimiento con destino a La Habana, para ponerse a las órdenes de Luis de las Casas, capitán general de dicha isla, al objeto de reforzar militarmente la plaza y estar prevenidos por si eran atacados por los franceses, pues en marzo de ese año había empezado la Guerra del Rosellón y en el marco de dicha guerra, fue destinado al mando de cuatro compañías a Nueva Orleans, donde permaneció durante un año y tres meses, en el transcurso de los cuales ocurrió un tremendo incendio que arrasó un tercio de la población y temiendo que las llamas alcanzaran un almacén de pólvora situado dentro de la plaza, de forma resuelta organizó un pelotón con el cual se dirigió al edificio, ordenando que se derribaran las puertas y se empezara de forma rápida, aunque ordenada, a sacar la mayor cantidad de barriles de pólvora posibles, pero estando ya próximas las llamas y, sobre todo, ascuas que traía el viento que apagaba conforme caían cerca y estimando que ya quedaba poca cantidad de pólvora, mandó al pelotón que se retiraran los más aprisa que pudieran, haciéndolo por poco, pues seis minutos después las llamas alcanzaban el almacén, saltando por los aires.

   El cuatro de septiembre de 1795, asciende a brigadier.

  De su primer matrimonio, del que desconocemos el nombre de su madre, tuvo, al menos cuatro hijos, tres varones: Francisco, José y Ramón, de los cuales José, cuando su padre fue destinado en noviembre de 1790 al regimiento de la Corona en Nueva España era teniente en el regimiento de Guadalajara, solicitó en febrero de 1791 pasar con igual empleo al mismo en que servía su padre, lo que le fue concedido el siguiente mes de abril. 

   La información que he hallado de estos tres, las desarrollamos en la siguiente entrada.

   El veintinueve de mayo de 1798, contando ya con sesenta y cuatro años, solicita licencia para contraer matrimonio con Lucía García.

CONTINÚA

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LOS VILLALBA, UNA ESTIRPE MILITAR DE RAÍCES ORANÍES. 6ª PARTE

 Francisco de Villalba Cortes.

   Nació en la plaza de Melilla el dos de enero de 1754, hijo del mariscal de campo Antonio de Villalba Angulo y de Antonia Cortés y López de la Mota.

   Huérfano de padre, con cuatro años marchó a Madrid con su madre. Fue caballerizo de campo del rey Carlos III.

   El doce de febrero de 1782 contrajo matrimonio con Nicolasa Díaz Santana, natural de Melilla e hija del teniente coronel de infantería Nicolás Díaz Álvarez de Perea, de cuyo matrimonio hubo, al menos, dos hijos, Joaquín, que ocupó la plaza de caballerizo de campo del rey de su padre e ingresó en la Orden de Carlos 3º en 1831,  y Francisco, que fue paje del rey.

   En junio de 1791 ingresó como caballero en lo Orden de Carlos 3º. Fue secretario por el rey y consiliario perpetuo de la Junta de Dirección y Gobierno de los reales hospitales General y de la Pasión de Madrid. Testó en Madrid el veinte de diciembre de 1815 y la última noticia que de él he encontrado es la aparecida el año de 1821, donde continúa con el cargo de consiliario perpetuo.

Ramón de Villalba y Cortés

Escudo de armas de Ramón de Villalba Cortés

   Nace Ramón en la ciudad de Málaga el diecisiete de octubre de 1757, hijo del mariscal de campo Antonio de Villalba y Angulo y de Antonia Cortés y López de la Mota.

   Con nueve años recién cumplidos, el doce de noviembre de 1766 pasa a ser paje del rey Carlos III, de donde pasó el quince de julio de 1774 a ser caballerizo del rey y dos años más tarde, el quince de junio de 1776 obtiene patente de capitán de caballería, pasando a servir en el regimiento de dragones del Rey.

   Con el empleo de capitán de granaderos en el cuerpo de dragones desmontados del mando de Ventura Cano se halló en el sitio de Gibraltar entre el veintisiete de mayo de 1782 y el dos de febrero de 1783, donde estuvo dando guarnición a la Torre del Diablo. Esta torre formaba parte de un proyecto de de noviembre de 1727 para establecer una línea que fuese de un extremo al otro del istmo  "...de Mar a Mar...", con el objeto de cerrar la plaza de Gibraltar e impedir tanto el contrabando como las deserciones, poniendo cuerpos de guardia y reparos en esta torre y en la del Molino, que se hallaba en el otro extremo.

Torre del Diablo

   El primero de enero de 1783 se le concede el grado de teniente coronel y desde el quince de abril hasta el veintiséis de junio del año siguiente se halla destinado en Cataluña, donde estuvo al frente de tropas dedicadas a la persecución y captura de contrabandistas que operaban impunemente a través de los Pirineos.

   El cinco de enero de 1792 asciende a comandante de batallón y con este nuevo empleo se halló desde el comienzo de la Guerra del Rosellón en diferentes acciones militares, como en la batalla de Masdeu del diecinueve de mayo de 1793, en el bloqueo de la fortaleza de Bellegarde en junio, en la acción de Pontella del siete de julio y en la del Perpignan del siguiente diecisiete. También se halló en la conquista de Elne y Colliure y por los méritos contraídos en estas acciones fue ascendido a teniente coronel vivo de dragones de Sagunto el siguiente veintiocho de octubre.

   Con este empleo pasó a operar bajo las órdenes del general Cuesta y así, se halló en las acciones llevadas a cabo en la segunda expedición a la Cerdaña francesa los días siete y veintiséis de junio de 1794, que se repliega sobre la ribera del Segre, frenando a los franceses que devastaban la región y en los ataques que se dieron contra Bellver de Cerdaña.

   Ya en 1795, se halló en la acción de Sistiella del cinco de mayo,  en los combates habidos con el enemigo en las riberas del río Fluviá el veinticinco de mayo y el siete de junio, así como en la batalla de Pontón del día catorce de junio, permaneciendo sobre las armas hasta la firma de la paz.

   El cuatro de septiembre de 1795 recibe el empleo de brigadier, siendo destinado junto con su regimiento al Campo de Gibraltar, permaneciendo en dicho lugar hasta finales de 1797. Antes, el cinco de julio, obtiene licencia para poder contraer matrimonio con María de la Concepción Díaz Canalizo de Orta, y el doce de octubre es nombrado coronel del regimiento d dragones del Rey.

   El primero de agosto de 1800 regresa nuevamente al Campo de Gibraltar, prestando nuevamente servicios militares enfrentándose a los británicos en Algeciras, dejando el lugar el siguiente doce de noviembre de 1801.

   Es recibido por caballero de la Orden de Santiago el cuatro de junio de 1803.

   Tras salir del Campo de Gibraltar, pasa destinado a Úbeda, donde permaneció una temporada dedicado a la formación de un establecimiento de remonta para la caballería, tras lo cual, el veintiocho de julio de 1807 es nombrado inspector general de la caballería ligera y dos meses después, el cinco de septiembre, asciendo a mariscal de campo.

   El cuatro de abril de 1808 ocupa plaza en el Consejo Supremo de la Guerra y tras la jornada del 2 de Mayo sale con su regimiento hacia Sevilla, donde una vez llegado fue inmediatamente destinado a integrarse en el ejército del general Castaños, con quien va a Madrid, entrando en la capital el veintitrés de agosto, pasando a habilitar algunos cuerpos, pasando a formar parte de la Junta de Defensa, siendo el dos de noviembre reafirmado en su cargo  de inspector general de la caballería.

   Hallándose en la defensa de Madrid fue hecho prisionero el tres de diciembre y aunque el siguiente día cinco, tras haberse presentado ante la nueva autoridad francesa, quedó en libertad, lo que aprovecho para disfrazado de arriero huir de Madrid el día veinticuatro en dirección a Cuenca, donde el duque del Infantado le proporcionó pasaporte para pasar a Sevilla, donde la Junta Central le destinó a incorporarse al ejército del general Gregorio García de la Cuesta, con el cual se halló en la retirada del Tajo y en la Batalla de Medellín del veintiocho de marzo de 1809 y aunque a batalla se saldó con una derrota, por sus acciones, méritos y capacidades fue ascendido a teniente general el siguiente ocho de abril.

   Ocupando el cargo de mayor general de la caballería del Ejército de Extremadura, se halló en la Batalla de Talavera del veintisiete y veintiocho de junio, en la del Puente del Arzobispo del ocho de agosto y en la retirada a Mesas de Ibor el siguiente día once, tras lo cual retorna a Sevilla, donde permaneció por espacio de cuatro meses, al cabo de los cuales, el tres de enero de 1810, se le ordena retornar a Extremadura, pero debido a la retirada del duque de Alburquerque recibe orden de dirigirse a Tarifa y de ahí al Campo de Gibraltar, donde el dieciocho de febrero y por orden del general Adrián Jacomé se hace con el mando de todas las tropas allí reunidas, con las cuales pasa a la Isla de León.

Documento firmado por Ramón de Villalba Cortés

   Permaneció en la zona resistiendo los embates de los franceses y el veinticinco de enero de 1811, por orden de la Regencia, realiza el alistamiento del Batallón Distinguido y de las milicias de Cádiz.

   El veintiséis de septiembre de 1812 es nombrado capitán general intendente de Andalucía, volviendo el primero de junio de 1813 a ser nombrado  inspector general de caballería, permaneciendo así ya hasta el fin de la guerra. Previamente, el día seis, juró la Constitución.

   Entre los días ocho y doce de noviembre de 1813, actuó como defensor del marqués de Sobremonte por los sucesos ocurridos los años de 1806 y 1807 cuando los británicos atacaron y ocuparon la ciudad de Buenos aires. El resultado del juicio fue la absolución del marqués, su ascenso a mariscal de campo y su nombramiento como individuo del Consejo de Indias y el abono de los sueldos que se le debían.

   Al regresar a Madrid, obtuvo un puesto como vocal en la Junta de Generales, puesto que ocupó hasta diecinueve de septiembre de 1814, que fue enviado a Tarifa, plaza en la que el veintisiete de mayo de 1816 recibe la Gran Cruz de San Hermenegildo y pasando a quedar cesante, situación en la que permaneció hasta el triunfo de los constitucionalistas en 1820, que de nuevo ocupó la plaza de inspector general de la caballería -el veintidós de marzo-, pasando el siguiente treinta de noviembre a ser capitán general de Castilla la Nueva, aunque en mayo de 1821 es exonerado del cargo, que ocupó el general Pablo Morillo.

  "El Rey se ha servido exonerar del. empleo de capitán general de Castilla la Nueva al teniente general D. Ramón de Villalba ; y ha tenido á bien nombrar para que le substituya al de igual clase conde de Cartagena"

   El nueve de agosto de 1822 es nombrado comandante general de Andalucía, cargo que mantuvo hasta abril de 1823, cargo que tras el triunfo del absolutismo perdió, así como todos sus grados y honores, debiendo poner tierra de por medio emigrando a Londres, capital a la que fue a unirse con los exiliados españoles liberales. Todavía en 1823, antes de tener que exiliarse, dio orden de que no se expidiese pasaporte a las tropas procedentes de América que desembarcaban en Cádiz para evitar que se unieran a las tropas realistas.

   Siendo presidente de la Junta Auxiliar del arma de Caballería, redactó un pequeño libro titulado Reflexiones Generales sobre la organización del Ejército, que iba acompañada de un reglamento para la caballería, así como propuestas de resolución de problemas y un discurso acerca de la cría de caballos y su fomento, que el diecisiete de junio de 1820 remitió al marqués de la Reunión, presidente de la Junta de Generales para su aprobación y adopción.

   Una vez en el exilio londinense, se unió a los liberales emigrados a aquella capital, representados por personas de la talla de José María de Torrijos, Evaristo de San Miguel, Antonio Quiroga, ..., quienes puestos de acuerdo en llevar a cabo acciones que permitieran reunir bajo una misma dirección a todos los exiliados, unas setenta personas se reunieron en la London Tavern, presidiendo la reunión Ramón de Villalba como el teniente general más antiguo de entre los emigrado y tras ser oídos todos los discursos se formó la Junta directiva del alzamiento de España, en la que se acordó convocar a todos los exiliados a una reunión general, para lo cual se redactó un texto, firmado por Ramón de Villalba, del siguiente tenor:

   "Lóndres 10 de Enero de 1829. — Sr. D .............

    Muy señor mio: El deseo de proveer la unión y de obrar de acuerdo con lo que ahora ó mas adelante exija de nosotros el bien de nuestra patria, ha hecho que en el dia de ayer se reuniese un número considerable de españoles que una especie de impulso espontáneo, hijo de las circunstancias, había conducido á la reunión, y á quienes conversaciones casuales habían sugerido el pensamiento.

   Y notándose inmediatamente la falta de otros muchos que deben contribuir á objeto tan interesante, y á los que sin duda la noticia no ha podido llegar, se acordó darles el correspondiente aviso para que puedan concurrir si gustan, en el lunes inmediato, al lugar que en el margen se indica, donde se verificará á las doce del dia una reunión mas completa.

   En consecuencia de esta determinación, y á nombre de todos los allí reunidos, invito á V. para el efecto, conforme al encargo que se me ha dado, esperando que tenga V. la bondad de acusarme el recibo de esta.—B. L . M. de V. su atento servidor,—Ramón de Villalba."

   Otras de las acciones propuestas por la Junta fue el envío de un español a Portugal con la comisión de negociar un auxilio de reciprocidad fraternal en sus actuaciones políticas, pues recientemente el país luso había recibido del emperador del Brasil ese mismo año de 1829 una Carta constitucional, apoyada por Gran Bretaña.

   A partir de aquí se empezaron a tomar las decisiones a tomar, que entre otras llevaron a Torrijos a Gibraltar en 1730, donde contactó con las asociaciones que debían tomar la iniciativa de sublevarse, pero fracasadas las intentonas de levantamiento contra el absolutismo, se reunió una junta de exiliados en París para ver qué rumbo se tomaba y solicitar a los que se hallaban exiliados en Inglaterra, Bélgica, Suiza Argel y Gibraltar para que con ellos se formara una comisión que representara a los emigrados y actuaran de conjunto, resultando elegidos el treinta de junio de 1830 José María de Torrijos, Álvaro Flórez Estrada, Manuel Flores Calderón, Vicente Cabanillas, nuestro Ramón de Villalba, Juan López Pinto y José María Peón y Mier.

   Todos ellos se pusieron a trabajar para organizar mejor los alzamientos, pero tras el apresamiento y muerte de Torrijos en Málaga, perdió fuerza y hubo que esperar al fallecimiento del tirano y la promulgación de la ley de amnistía de 1833 para que los exiliados pudieran volver a España, como Ramón de Villalba, quien entró en España a través de Gibraltar, reintegrándose de nuevo al servicio el nueve de mayo de 1834.

   Debió fallecer el año de 1838, pues en el Estado Militar de España de 1839 ya no aparece.

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SOLDADO ESPAÑOL

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LOS VILLALBA, UNA ESTIRPE MILITAR DE RAÍCES ORANÍES. 5ª PARTE

 Antonio de Villalba y Álvarez de Perea

   Nació en Melilla el año de 1741 y hijo de Antonio de Villalba y Angulo y de Rosalía Álvarez de Perea y Graso.

   Ingresó en la Real Compañía de Guardias Marinas el veintidós de febrero de 1755, ascendiendo a alférez de fragata el diecisiete de septiembre de 1760, habiendo estado embarcado en diferentes buques a lo largo de este tiempo, siendo uno de ellos, el navío Félix, el que el veintiocho de agosto de 1759 fue a Nápoles a recoger a Carlos III y a su familia, partiendo de aquel puerto italiano el siguiente seis de octubre, atracando en Barcelona el dieciséis.

   Los tres años siguientes anduvo embarcado en naves dedicadas al corso, ascendiendo a alférez de navío, pasando el primero de abril de 1762 al navío Serio, barco encargado de transportar al segundo batallón del regimiento de Cantabria para guarnecer Cartagena de Indias, ante las noticias de invasión del Reino Unido de La Habana y una vez desembarcada la tropa, pasó Antonio de Villalba al jabeque Galgo para navegar al corso, enfrentándose en tres ocasiones con los enemigos.

   Tras el Galgo pasó nuevamente al navío Serio, con los que transportó al puerto de Veracruz a varias compañías de los regimientos de Cantabria y Navarra, permaneciendo en este buque hasta mayo de 1764, que llegó a La Habana y tras un par de trasbordos más arribó a Cádiz el agosto siguiente.

   Los años de 1765 y 1766 anduvo al corso y en agosto de 1768 embarca en el navío Dragón, con el que viajará a América, donde permanecerá un par de años, regresando a España en agosto de 1770. En el interín, había recibido su patente de teniente de fragata.

   La fuente consultada, nos informa que de forma inesperada nos aparece como oficial de infantería y que el dos de septiembre de 1775 obtiene el corregimiento de la provincia de Andaguailas, obispado de Guamanga,  virreinato del Perú, donde en noviembre de 1780 realizó una recluta de mil individuos para hacer frente a la rebelión de José Gabriel Tupac Amaru. El veintiuno de ese mes llegó con la gente reclutada a la ciudad de Cuzco, donde organizó la defensa, el almacenamiento y distribución de víveres y municiones y mandó fundir tres cañones que situó en lugares estratégicos de la plaza, haciendo frente al enemigo hasta que llegaron tropas al mando de Gabriel Avilés, poniéndose de inmediato Antonio de Villalba a sus órdenes.

   El siguiente seis de enero de 1781 debió hacer frente a una nueva sublevación de los indios, quienes tomaron posiciones en el cerro llamado de Puquín y atacaron nuevamente Cuzco, pero Antonio de Villalba organizó nuevamente las defensas y saliendo con una fuerza de trescientos hombres logró frenar el avance enemigo y ponerlos en retirada, a la vez que conseguía liberar a un destacamento que había caído prisionero de los rebeldes.

   En octubre de 1783 asciende a teniente coronel y en agosto de 1787 a coronel, a la vez que desempeñaba el cargo de subdelegado del partido de Aymarez, intendencia de Cuzco, desde 1785.

Baltasar de Villalba Álvarez de Perea

   Vio Baltasar por primera vez la luz en el presidio de Melilla, alrededor de 1743, hijo de Antonio de Villalba y Angulo y de Rosalía Álvarez de Perea y Graso, natural él de Orán y ella de Melilla, ingresando en la academia militar de Orán el diez de septiembre de 1757, en clase de cadete y en el regimiento de Toledo, que se hallaba de guarnición en ese presidio norteafricano desde el año anterior, pasando de inmediato con el regimiento a Málaga, donde queda de guarnición. Hay que hacer notar que toda su carrera militar la realizó en dicho regimiento.


 Escudo del regimiento de infantería de Toledo

   El veinte de febrero de 1764 asciende a subteniente de infantería y el siguiente dos de junio de 1767 a subteniente de granaderos.

   El quince de febrero de 1768 se embarca en La Coruña, formando parte de la expedición que se dirige a Puerto Rico para relevar al regimiento de León que marcha a contener la sublevación que había en Nueva Orleans, permaneciendo en esa isla hasta 1770, que pasa a La Habana y de ahí a Cádiz al año siguiente.

   El anterior diecinueve de abril de 1768 había ascendido a teniente, el diecisiete de abril de 1772 a ayudante, el trece de febrero de 1774 es graduado de capitán y, por último, el veinticuatro de agosto de 1776 a capitán vivo. 

   El trece de noviembre de 1776, se embarca en la expedición del general Pedro Ceballos con destino a Suramérica, hallándose al año siguiente en la conquista de la isla de Santa Catalina, en las costas brasileñas , en la ocupación de la colonia del Sacramento y en la expedición a Río Grande y tras concluir todas estas operaciones, embarca en Montevideo el once de marzo de 1778 para regresar a España. 

   En 1780, embarca con todo el regimiento en barcos de la escuadra para dar guarnición a los buques de la Real armada, hallándose el dieciséis de enero y al año siguiente parte para América, aunque no se especifica si va en la parte del regimiento que va a pasar a la reconquista de Panzacola o en la parte que se queda en la isla de Santo Domino.

   El veintidós de octubre de 1782 se halló en la batalla del cabo Espartel, donde se halló al mando de la segunda batería del navío Galicia -de setenta cañones, construido en La Habana y operativo desde agosto de 1750-, pasando de ahí al sitio de Gibraltar y después a la reconquista de la isla de Menorca y toma de Mahón. 

   El primero de enero de 1783 es graduado de teniente coronel como consecuencia de la gracia real de la concesión de un grado a la mayor parte de los oficiales y sargentos primeros como testimonio al valor y coraje del regimiento, tras lo cual pasó a Estepona, Málaga, donde quedó de guarnición, donde el doce de noviembre de 1785 se pone enfermo y fallece.

   Contrajo matrimonio con Rosa Valentín de Urquizo, hija del capitán de milicias de Puerto Rico Luis Valentín, y con quien tuvo, al menos, cuatro hijos, el mayor de los cuales nació en Puerto Rico y los otros tres en España. Tras fallecer su marido, decide regresar a Puerto Rico con tres de sus hijos, pues al mayor, Baltasar, lo dejó al cargo de un pariente en España para que se encargara de su educación y una vez en Puerto Rico, solicitó para los otros dos varones, Manuel y José, se les admitiese como cadetes en el regimiento Fijo de Puerto Rico, cosa que al final parece ser que consiguió.

  Nicolás de Villalba y Álvarez de Perea 

   Nació en Melilla alrededor de 1751  y era hijo de Antonio de Villalba y Angulo y de Rosalía Álvarez de Perea y Graso.

   Ingresó en la real Compañía de Guardias Marinas el veintitrés de noviembre de 1764. No sabemos nada de su trayectoria militar, salvo que asciende a capitán de fragata en 1783, a capitán de navío en 1791 y una noticia me lo sitúa como brigadier de la Real Armada desde el año de 1809.  

   Contrajo matrimonio con Francisca Pasalagua Martínez, con quien tuvo un hijo llamado Antonio, q1uien ingresó en la Real Compañía de Guardias Marinas el veinte de marzo de 1716.

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Soldado Español

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LOS VILLALBA, UNA ESTIRPE MILITAR DE RAÍCES ORANÍES. 4ª PARTE

 Juan de Villalba y Angulo

   Nació en la plaza de Orán el veintiuno de enero de 1691. Hijo del brigadier Baltasar de Villalba Ponce de León y de Juana de Angulo Velasco.

   Tras recuperarse las plazas de Orán y Mazarquivir en 1732, se entablaron conversaciones con los jeques de las cabilas y aduares, -parcialidades, como se les llamaba por parte de España- del reino de Beniamer, para firmar unas capitulaciones, por las cuales estas se convertían en vasallas de España y Juan de Villalba fue de los que en nombre del general de la plaza, José Vallejo, se halló en dichas conversaciones y firma de capitulaciones, apareciendo su nombre en el texto de la carta que los moros firman para enviar al rey Felipe V, la cual comienza así:

   Gracias a Dios Todopoderoso

   A ti, el rey de las Españas e Indias guarde y prospere dios en su mayor grandeza, y exalte sobre todos: saludan jeque Mosuar, Damaút y Ben-Huadth y toda la junta de sus tercias, nobles  y plebeyos y decimos, hemos vuelto a tus tierras de todo corazón, sin que en nosotros haya lo contrario (dios nos sea testigo) y todo cuanto hemos comunicado es de todo corazón y siendo nosotros cuñados del bey pasado Mostafá Ben-Jucef, y los que han tenido mayor grandeza y caballeros los mas parciales, siendo el todo sobre nosotros dios y tu, que eres nuestro rey, esperamos de ti nos engrandezcas, exaltes y pongas en la mayor grandeza, conforme lo hubieron nuestros padres, y abuelos de ti y de tus antepasados, que eran los que engrandecían tu reino, en tiempos que ya han pasado.

    Luego que llegamos á las cercanías de la plaza, se le avisó al general y a don Juan de Villalva y salió este con orden de su general a cumplimentarnos; y experimentados de él, por su buen tratamiento ser hombre de razón y cabal juicio, con quien comunicamos y quedamos contentos por ¡a expresión que de parte del general y suya nos hizo.

    Y después de haber comunicado lo conveniente, pedimos suplicase al general se lo comunicase como cabeza y gobierno de esta plaza y también a Don Juan de Villalva. Ellos, señor, te lo comunicarán y te suplicamos se lo mandes a tu general de Oran, que cuando nos convenga salir á nuestros enemigos rebeldes  tu mandado, que salgan yendo nosotros delante y dejando nuestras familias en rehenes en la plaza y de esta manera con tu tropa sujetaremos todo rebelde, dejando en sosiego del todo el reino y la ciudad muy feliz, sin que nadie alce la cabeza que no se le haga humillar a la tierra, siendo Dios servido. Por lo que hemos venido a tu obediencia, como vasallos y criados y si llegase el caso de salir tropas, te suplicamos hagas salir a Don Juán, hijo de Villalva. Y salud en Dios

El Damús.    El Mesuár.    Ben-Huadéech.

   Tras la firma de los acuerdos, los turcos, en represalia, organizaron una expedición de castigo contra los moros, con la intención de robarles los ganados y liquidar a cuantos pudieran. Enterados de lo que iba a ocurrir, pidieron ayuda los moros a los españoles, quienes respondieron que mientras no tuvieran la aceptación por parte del rey a los pactos firmados en marzo, no podrían salir a campo abierto contra los turcos.


Escudo del regimiento Fijo de Orán

   Presentados los turcos el catorce de abril en las llanuras de Orán, capturaron a varias decenas de miles de cabezas de ganado, no atreviéndose los moros a hacerles frente por ser inferiores en número, pero ante la respuesta de los españoles, se determinaron a atacar a los turcos, realizándolo con tanto ímpetu que lograron rechazarlos y recuperar el ganado.

   Pero una vez repuestos los turcos, en número de dos mil quinientos hombres de infantería y caballería, volvieron al poco al ataque, solo que esta vez resultó que la respuesta del rey aceptando los pactos había llegado y de forma inmediata se dispuso que saliesen a hacer frente a los turcos unos dos mil hombres desplegados en columnas y con cuatro cañones, todo ello bajo el mando de Juan de Villalba, avanzando hacia el enemigo y creyendo este que quedaba fuera del alcance de los cañones de la ciudad, acometieron con la caballería a los españoles, pero recibieron la sorpresa de los cañonazos de nuestros hombres, frenando la carga turca con bala menuda, haciendo gran destrozo y poniéndolos en fuga camino de Argel, perseguidos por los moros amigos de Orán, los llamados Moros de Paz.

   "Habiendo sabido los turcos, acérrimos enemigos de los moros del reino de Beniamer, que esos, por exonerarse del insoportable yugo de las crecidas contribuciones que por el Rey de Argel se les impusieron, habían intentado eximirse de él aclamando por rey y dueño suyo a nuestro católico monarca, a cuyo fin dichos moros imploraron el auxilio de las tropas del rey, amparándose de las murallas de Orán. Zaheridos los turcos de esta impensada determinación, juntaron sus tropas v con ánimo de degollar a los que tomaron amparo de la piedad de su Majestad.

   Por lo que en el día 14 de abril próximo pasado presentándose los turcos en las llanuras de Orán, al siguiente día apresaron los ganados que apacentaban en aquellas cercanías, en número de más de 70 mil cabezas, para que incitados los moros de esta acción, lograsen los turcos acometerlos en campo raso. Y no determinándose los Moros a la defensa por ser menos en número, acordaron pedir favor al gobernador de Orán, en conformidad de lo antes capitulado, quien se lo denegó, respondiendo, no tenía orden para ello de su Majestad. Con esta respuesta, hicieron consejo los moros (al que concurrieron dos hijos de Bigotillos, el Mesuar & c.) en el que determinaron atacar a los turcos el mismo día 15, lo que ejecutaron con tanto ímpetu, que lograron rechazarlos, y recuperar la pérdida de los ganados, con tan solo seis hombres muertos;, y un hijo del Mesuar peligrosamente herido. De los turcos fue grande el número, según informaron tres que se pasaron a nuestro campo.

   El día 16 llegó a Orán el correo con la respuesta de la carta que los moros escribieron a su Majestad, quien  admitiéndolos bajo su Real protección, ordenaba al gobernador que les asistiera con gente, armas y municiones, lo que ejecutó así. A este tiempo (insistiendo los turcos en su primer dictamen ) volvieron sobre los moros y no con tanta ligereza que no diesen lugar a salir de la plaza 2000 hombres, que formados en columnas y mandados por Don Juan de Villalva, quien con orden del gobernador sacó cuatro cañones, fue a encontrar los turcos, los que reconociendo, que nuestras tropas estaban fuera del tiro de los cañones de la plaza, alcanzaron furiosamente con su caballería, pero presto rindieron su orgullo a una carga cerrada de bala menuda que se les dio con los cuatro cañones que iban en el centro de dicha columna, logrando con esto hacer en ellos un gran destrozo hasta ponerlos en precipitada fuga, siguiéndoles el alcance los Moros de Paz, los que se retiraron sin más pérdida que la de uno, levemente herido.

   Por espías nuestras se tiene noticia de haber retrocedido los turcos la vuelta de Argel,  así por el grave estrago, con que fueron acometidos de los aliados moros (cuyo número se componía de 2500) como por la espantosa timidez q les asaltó al ver de nuestras banderas siempre triunfantes) españolas sus invencibles victoriosas hazañas, asegurándose hoy de Oran en sus habitantes las más tranquilas posesiones, tanto por el vigoroso formidable valor de su guarnición, cuanto por lo poco costosa abundante copia de bastimentos"

   En febrero de 1734 se halló en la toma de la plaza italiana de Tortona.

   El dos de abril de 1741 asciende a brigadier de infantería y coronel del regimiento de Navarra, hasta que el tres de abril de 1743 asciende a mariscal de campo y el doce de abril de 1747 a teniente general, siendo destinado a Castilla.

   El doce de marzo de 1748 es nombrado gobernador militar de Cádiz  corregidor de la misma el siguiente día catorce de abril, siendo elegido el primero de octubre de 1755 comandante general del ejército y provincia de Extremadura, plaza que no llegó a ocupar por haberla permutado el siguiente veintitrés de diciembre con el comandante de general interino del ejército y costa del océano de Andalucía, aunque el treinta y uno de enero de 1760 se le concede la propiedad de dicha comandancia.

   Es recibido por caballero de la Orden de Santiago el año de 1756. El veinte de febrero de 1764 es nombrado gentil hombre de cámara del rey.

   Tras haberse comprobado -y padecido- la facilidad con la que los británicos se habían apoderado de las plazas de La Habana y Manila motivado, en parte, por la mala organización y adiestramiento de las tropa radicada en el virreinato de Nueva España, recibe el mando de una comisión regia que iba con el encargo de realizar una reforma del sistema defensivo de las plazas del virreinato, zarpando de Cádiz y arribando al puerto de Veracruz el primero de noviembre de 1764. Iba con el cargo de comandante general y de inspector general de las tropas, tanto veteranas como de las milicias de infantería y de caballería.

   También ordena realizar obras de defensa de determinadas plazas, como, por ejemplo, la obra proyectada en el revellín de San José del castillo de San Juan de Ulúa o el proyecto de defensa de Veracruz , su puerto y castillo, para lo cual trabajó en tres proyectos diferentes. Así mismo, se trabajó en la implantación de nuevos uniformes para varios regimientos de infantería.

   Junto a él viajan cuatro mariscales, seis coroneles, cinco tenientes coroneles, diez sargentos mayores, tenientes, ayudantes, cadetes sargentos, cabos, doscientos sesenta y siete soldados y criados, donde todo el personal militar iba con el encargo de trabajar como instructores militares y con el objetivo de convertir a las milicias urbanas en un auténtico ejército, asumiendo el mando de este nuevo ejército en tanto durara dicha instrucción.

   Todo este "ejército" fue sacado de quince regimientos de infantería, seis de caballería, tres de dragones y de las guardias de corps y embarcados a bordo de los navíos Dragón, Glorioso y Astuto, las fragatas Soledad y La Juno y el barco llamado El Dinamarqués.

   Tras cumplir con considerable acierto su comisión (1), regresa a España, pasando a ser nombrado el primero de junio de 1767 capitán general de las costas y ejército de Andalucía, permaneciendo en el cargo hasta el año de 1769, que falleció, siendo enterrado en la capilla de Nuestra Señora del Rosario, del convento de Santo Domingo, en el Puerto de Santa María, y cuya lápida estaba timbrada con sus armas heráldica y con una inscripción en la que entre otras cosas se podía leer:

"...terror del alemán y moro, aliento vencedor de la Parca..."

   Contrajo matrimonio en Ceuta en febrero de 1733, con la ceutí Ana de Mendoza Pacheco y Correa, hija de un oficial de una de las más antiguas familias españolas de esa plaza norteafricana y con quien tuvo, al menos, dos hijos, Baltasar y Juan, ambos también militares.

(1) Para quien quiera abundar sobre su comisión en Nueva España, puede leer un interesante artículo aparecido en la Revista de Historia Militar Nº. 91, de la página 84 a la 88. Madrid, 2001.

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Soldado Español

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LUIS EYTIER BENITEZ. UN LAUREADO EN VIDA.

Luís Eytier Benítez nació en Lorca el día 23 de Mayo de 1864, recibiendo la agua del Bautismo en la iglesia parroquial de San Mateo. Al pare...