31/08/19

TENIENTE CORONEL JOHAN AB ACH.

   Según su hoja de servicios militares, nació Johan en la localidad de Bregentz, Alemania -hoy Austria-, en 1722. Por esa misma hoja sabemos que era un hombre robusto y de una familia de hidalgos, pues a su calidad, es decir, a su origen social, se la define como buena, lo cual nos indica también que no era de familia nobiliaria.

Uniforme de soldado del Regimiento San Gall Dunnant
   Lo primero que sabemos de el es que entró a servir como voluntario en el Ejército del Emperador alemán Carlos VII, donde prestó sus servicios durante un año y diez meses en el Regimiento “Morawitz”, participando en el Chaque, cerca de Saint Pilten, y escalada de Praga y en el ataque de Schending, para luego pasar a España formando parte  del Regimiento de Infantería Suiza “Dunant” como Cadete, a partir del 26 de Abril de 1743. 

   Ese Regimiento prestaba sus servicios a España, según contrato formalizado entre el Rey de España, Carlos III, y el príncipe - abad de San Gall y San Juan Thurthal, en Suiza. Este Regimiento llevaba como Coronel a Jorge Dhunant, el cual acabó dando nombre al Regimiento, pasando a denominarse, posteriormente, “San Gall Dhunant”, Regimiento cuyo uniforme era azul con divisa encarnada y vueltas, collarín y solapa igualmente encarnados. Cartera de la casaca a lo largo y la botonadura de metal blanco.

   Su Hoja de Servicios militares es la siguiente:

   Los servicios militares prestados por Johan pasan por su estadía en los Ejércitos de Italia, Aragón, Cataluña, Galicia, Portugal y Castilla y los hechos de armas en los que se halló se resumen de la siguiente manera:

    Cuando la guerra en Italia se halló en la Campaña de Lachenal, en la toma de Montalbán, retirada de Parma, batalla de Piacenza el 16 de Junio de 1746 –donde las tropas hispanofrancesas fueron derrotadas por los austriacos-, a quienes se les venció mes y medio antes en Codogno y en la “función” de Tidone. Al ir embarcado en socorro de Génova fue hecho prisionero de guerra por la Escuadra inglesa.

   En 1758 y en virtud de los acuerdos firmados entre el Estado Español y el Príncipe Abad de San Gall, debió Juan ir a Alemania o a Suiza junto al Teniente Lorenzo Servet y  acompañando al Brigadier Jorge Dunnant - Coronel del Regimiento- para llevar a efecto la leva estipulada en los acuerdos firmados.

   Así mismo, en dichos acuerdos se determinó que las Compañías que conformaban el Regimiento pasasen de Aragón a Cataluña, debiendo ser el cuartel cerrado y radicado en alguna ciudad apartada de la frontera pero cercana al mar, como Mataró, Tarragona, Tortosa, Villafranca del Penedés o la ciudadela de Barcelona, decidiendo el Ministro de la Guerra finalmente que se estableciera en Tortosa, ciudad en la que conoció a Raimunda Casaviella Caballero, con quien contrajo matrimonio creemos que entre 1761 y Enero de 1762, pues el siete de Octubre de este último año nació su hija Raimunda, único hijo habido del matrimonio de que tengamos noticia.
    
   Después estuvo en la Campaña de Portugal con destino en Chaves.

   Siempre fue bien considerado en el Ejército, siendo muy bien calificado en capacidad, valor, aplicación y conducta, haciendo hincapié sus Coroneles en el valor, celo y conducta.

   Siempre en el desempeño de su profesión, solo usó dos veces de Real Licencia, una desde primero de Octubre de 1768 hasta primero de Abril de 1769. Licencia que se amplió y pasó en Madrid, donde justificó su existencia hasta el primero de Diciembre de 1770, que se incorporó debidamente a su Regimiento.

    Su ascenso en el escalafón militar español se puede resumir de la siguiente manera:

   - Cadete, el 26 de Abril de 1743,
   - Subteniente, 15 de Marzo de 1744,
   - Teniente, el 26 de Junio de 1746,
   - Capitán Teniente, el 1 de Julio de 1749,
   - Graduado de Teniente Coronel, el 26 de Abril de 1768, y
   - Capitán de Granaderos, el 29 de Diciembre de 1770

   A raíz del llamado Motín de Esquilache se inició un proceso contra los Jesuitas para su expulsión de España, aprovechándose ese suceso para acusarlos de haberlo provocado, pues existía una total animadversión contra ellos por parte del Gobierno y de la Corona.

   En este proceso fue protagonista nuestro Johan, pues participó como declarante contra los Jesuitas, tanto en Gerona como en Barcelona, dando fe de la malignidad  de aquellos y de su autoría en los motines que se sucedieron, aparte de en Madrid, en varias ciudades españolas.

   No sabemos porqué testificó contra ellos Johan, pero el caso es que lo hizo en una declaración -actuando como testigo principal- el 30 de Septiembre de 1766 en Gerona junto al canónigo Francisco Berga y al Doctor Gafarot, que era el comisionado por el Episcopado para interrogar a los seglares gerundenses. En la declaración que hicieron se veía claramente que había sido acordada entre ellos, pues eran prácticamente iguales, dándose, además, la circunstancia de que se habían mantenido en permanente comunicación. Johan afirmó que  

   “…los Jesuitas habían provocado y ayudado a cuantas conmociones contra los Gobiernos se han producido en la Edad Moderna” y para afirmar tal cosa se apoyaba en “los textos que habitualmente leía tanto españoles como franceses e italianos” y que además “a los jesuitas se les acusaba de organizar motines y complots…”.

   También actuó Johan como testigo principal en Barcelona, asegurando en su declaración 

   “…haber oído decir al Padre Maestro Fray Agustín Voltas, dominico, que en Roma se anunciaba ya el tumulto de Madrid antes de suceder…”.

   Sobre el motín de Madrid declaró que 

   “…se decía que había sido organizado por los Jesuitas debido al odio que sentían por la Casa de Borbón”   “…que los Jesuitas han hablado contra el Gobierno, que sabe que han escrito papeles injuriosos contra el Rey y sus ministros, remitiéndolos por correo a varios sujetos y que los apasionados de los Jesuitas, en dichas conversaciones, han hablado con tanta libertad que no han perdonado la sagrada persona del Rey…”.

   Una de las acusaciones de más peso fue acerca de las quejas que estos hicieron

    “…porque (el Rey) no podía atropellar a sus vasallos y que había que respetar las leyes del Reino y como Su Magestad no había dado oído a las representaciones que se le habían hecho repetidas veces viéndose el pueblo tiranizado por Esquilache, quiso (el pueblo) sacudir el yugo que suponía insoportable…”.

   Dijo también Johan que

   “…los Jesuitas hacían sermones alarmantes, tenían conversaciones delictivas, como las que oyó al Padre Blay en Gerona, que decía se manifestaba dolido de los Gobiernos de Francia y Portugal y, como consecuencia, del Gobierno de España, con expresiones indirectas sobre que se introducía el janseismo en el ministerio de España, que se introducía la herjía,….”.

   También que

   “…sabía que los Jesuitas no solo habían sido los autores materiales y formales de los motines madrileños desafiantes de la Monarquía, sino también en provincias y en cuantas turbulencias se dieron desde siglos antes en Venezia, Inglaterra, Polonia, Francia, Portugal, Bohemia y Moravia, fomentando calumnias contra el Estado y sus ministros, hasta llamar al Turco en su socorro contra dicha República de Venezia…”.

   Acerca de los disturbios de Barcelona, al parecer provocados por la actuación del marqués de la Mina secundado por Campomanes, afirmó Johan que

   “…todo esto se hacía únicamente por dichos padres con el objetivo de exasperar los ánimos de un pueblo de suyo tranquilo…”

o sea, como dando a entender que los Jesuitas incitaban al pueblo a rebelarse contra su Rey. No acaba ahí su declaración, pues también afirmaba que 

   “…armados de elementos eucarísticos y vista la persecución desencadenada contra su familia religiosa, se atreven a insinuar en sus sermones que quien sabe, quien sabe si por los pecados de España querrá Dios que venga otro Príncipe”.

   En otro momento de su declaración, Johan aseguró que 

   “…le habían dicho que los Jesuitas tenían en Gerona una tertulia llamada El farol, donde se hablaba contra el Gobierno y contra las otras Órdenes con total libertad y no siendo bueno lo que allí se dice…”

   A pesar de tanta investigación y de tanta toma de declaraciones contra los Jesuitas, acabó resultando que en ningún momento se puso de manifiesto esa presunta autoría intelectual de la Compañía de Jesús en nada relacionado con los motines, de la misma manera que tampoco resultaban convincentes todas las alegaciones que sobre sus actividades contra el Gobierno se les atribuía, pero en cualquier caso fue muy hábilmente aprovechado por Campomanes y otros para meterle el miedo en el cuerpo a Carlos III sobre los Jesuitas y conseguir, como al final se consiguió, expulsarlos del Reino de España.

   Lo que nos quedamos sin saber es porqué Johan testificó todo lo anteriormente expuesto, porque algunas de sus declaraciones que solo aportaban vaguedades fueron aceptadas, y porqué fue testigo principal, ¿por odio a los Jesuitas?, ¿por qué tenía alguna cuenta pendiente con ellos?, ¿por que fue comprado para que testificara en su contra? Vaya usted a saber, porque lo que es nosotros, de momento, nada de nada.


Bandera de España en la época de Juan

   En 1772 su Regimiento pasa a denominarse San Gall barón de Thurm.

   En el año de 1775, preocupados tanto el Rey como los ministros por la presencia de los piratas berberiscos que estorbaban el comercio de España y de otros países ribereños y queriendo limpiar los mares mediterráneos de semejante plaga que, además, capturaba muchos cristianos a los que esclavizaba, organizó el Estado un poderoso Ejército compuesto por alrededor de 18400 hombres -entre ellos Johan con su Regimiento-, los cuales fueron reunidos en Mayo de 1775 en Cartagena, formando tres divisiones al mando del General O´Reilly, zarpando rumbo Argel el 22 de Junio, uniéndoseles por el camino una fragata maltesa y dos del duque de Toscana. La Escuadra arribó el 30 de Junio frente a las costas de Argel e inició el desembarco de los hombres el siguiente 8 de Julio.

   Antonio Barceló, que por su pericia y experiencia fue encargado de proteger el desembarco, se acercó con sus naves de poco calado lo máximo posible a la costa para que su artillería hiciera fuego efectivo, pero pese a la férrea instrucción que había inculcado a sus tropas, los exploradores españoles calcularon fatalmente la zona que eligieron para el desembarco, quedando los cañones atascados en las arenas de la playa y por lo tanto inutilizados para el combate.

   Lo mal que se organizó el desembarco y las erróneas disposiciones posteriores, llevaron a la expedición a un absoluto desastre, en el que los españoles desembarcados sufrieron cerca de 3.000 bajas, de un total de 18.400 hombres, dejándole al enemigo 15 cañones, dos morteros, alrededor de 9.000 fusiles abandonados, así como alrededor de 600 caballos de frisa, 500 palas de hierro y 500 japas y picos. La Gaceta de Madrid informaba el 25 de Julio de 1775 de la muerte de 27 oficiales y 501 soldados muertos y de 191 oficiales y 2088 soldados heridos, aunque es probable que el número de muertos y heridos fuera mayor. Entre esos muertos se encontraba nuestro Johan, al intentar con su escuadrón hacer un ataque al enemigo que desde un fuerte cercano a la ciudad hostigaba a nuestras tropas. 

   Así pues, el 8 de Julio de 1775 dejó nuestro antepasado de existir, muerto heroicamente en el combate, defendiendo la Bandera de España a los cincuenta y tres años.

   A pesar de haber superado una dura batalla, en la que se logró tomar el fuerte de Argel, los batallones españoles no lograron avanzar lo suficiente para organizar un despliegue eficaz  y ante este fracaso ordenó O´Reilly el rápido reembarco de la tropas para el regreso a la Península, efectuando la acción en unas circunstancias muy desfavorables, tanto que el ejército tuvo que soportar fuertes cargas de caballería del enemigo, lo que hizo la situación difícil de llevar a cabo, y  no fue un desastre total gracias a la acción de los jabeques de Barceló que, demostrando una vez más su valentía y profesionalidad, se supo imponer a las circunstancias, sostuvo un vivísimo cañoneo contra los moros, salvando de esa forma a muchos, que de no haber sido por su actuación hubieran perecido.

   Félix Ignacio de Tejada, segundo comandante del navío de línea San Rafael, de 80 cañones, distinguiose en el ataque que dicho buque llevó a cabo en unión del navío Diligente, de 74 cañones, contra el castillo del río Xarache, tomando parte en la protección del reembarco de las tropas.

   La expedición fue un tremendo fracaso dado el elevado número de bajas, la pérdida de caballos, armas y material y del menoscabo del prestigio militar español, amén del envalentonamiento de los moros. Así pues, la Escuadra regresó y fondeó en Alicante entre el 14 y el 19 de Julio. 

   Este fracaso fue calificado de "desastre" en los círculos de la Corte y provocó durísimas
críticas contra O'Reilly, hasta el punto que la cúpula militar debatió su destitución.

   De Raimunda, su esposa, solo sabemos que  falleció en el año de 1779 y que su familia era originaria del Reino de Francia  y que vino a España a principios del siglo XVIII, cuando uno de sus hermanos acompañó como General al Rey Felipe V.

   Era hija de Francisco Casaviella Maseres y de Maria Francisca Caballero y Simó.

    Fueron sus abuelos paternos Juan Casaviella y Juana María Maseres. Fueron sus abuelos maternos Miguel Caballero y Ana María Simó.

Soldado Español
Málaga - 2029

15/08/19

TENIENTE GENERAL JOSÉ DE URBINA Y DAÓIZ.

      Hola, buenos días.

   He pasado este fin de semana en la casa que mis hermanos y yo tenemos en el pueblo y poniendo un poco de orden en el inmenso desorden de la inmensa biblioteca de que, gracias a Dios, disfrutamos, he encontrado entre los periódicos del siglo XIX que allí se encuentran, uno que me llamó la atención por su portada. 

   Al hojearlo, el tema de ordenar aquello pasó a un segundo plano, pues a este periódico siguió otro, en el cual encontré la breve biografía de un militar decimonónico, el que hoy voy a darles a conocer, hipotéticos lectores de este espacio dedicado a nuestros Ejércitos y a  la Armada.

   Así pues, pónganse cómodos y disfruten de esta breve lectura, la cual espero que les guste. Lo he transcrito entero tal cual aparece en ese periódico (1):  


 EXCMO. SR. D. JOSÉ DE URBlNA y DAOIZ

Teniente General de Ejército


  " A las doce y media de la noche del 16 de Abril próximo pasado falleció en esta corte uno de los más distinguidos veteranos del ejército español: el Teniente General Sr. D.  José de Urbina y Daoíz, que contaba la edad de ochenta y siete años menos algunos días, pues nació en Valladolid el 16 de Mayo de 1800.

   El Sr. Urbina y Daoiz, cuyo retrato damos en la página 292, era hijo del entonces intendente de aquella capital, D. Cayetano  de Urbina y Urbina, Coronel retirado de Guardias Españolas,  consejero de Castilla, y de la Sra. Dª. Manuela Daoiz, prima hermana del héroe inmortal del 3 de Mayo de 1808.

   A la edad de doce años ingresa en el Colegio de Artillería, instalado entonces en Mahón, con motivo de la guerra de la Independencia, y en 1817, promovido al empleo de Alférez, fue  destinado al servicio activo en un regimiento montado. En 1823, formando parte de la Brigada Volante de Artillería en el Ejército de Andalucía, fue hecho prisionero en Málaga por la división francesa del Conde de Soberde, y declarado indefinido, quedó sujeto a la purificación de las tropas liberales sujeto , y volvió al servicio después de un año de prisión.

   Concurrió a la campaña del Norte en 1835 y se distinguió por su pericia y bizarría en la acción y  voladura del puente de Belascoain, mandada por el general Oraa, situando su batería al alcance corto del fusil enemigo, el cual se vio obligado a retirarse.

   En 1836 fue nombrado Teniente Coronel del ejército de Filipinas, y desempeñó en aquellas islas varias comisiones científicas y militares, y los gobiernos de Pampanga  y Bulacán (Luzón)

   En 1848, destinado a la Dirección General de Artillería, combatió en las calles de Madrid a los revolucionarios en los sucesos de 26 de Marzo y 7 de Mayo, así como en los de Junio de 1854 y Julio de 1856. En 1859 ascendió a Coronel del Cuerpo, y dos años después obtuvo el despacho de Brigadier de Infantería, empleo que le correspondió por antigüedad en la escala del Cuerpo en Agosto de 1863.

   Desde entonces ejerció mandos militares y cargos importantes: el de Comandante General subinspector de Extremadura, en 1864. El mismo empleo interinamente en Castilla la Nueva, en 1866, encontrándose en Madrid en los tristes sucesos del 22 de Junio. El de Subinspector del distrito de Cataluña (habiendo sido nombrado Mariscal de Campo), en 1867, e igual empleo en Castilla la Nueva, en 1868. 




   Desde dicho año hasta 1873 desempeñó interinamente varias veces !a Dirección General de Artillería y el Gobierno Militar de Castilla la Nueva, y quedó luego en situación de cuartel hasta la reorganización del distinguido cuerpo a que pertenecía. En 19 de Julio de 1875 tomó posesión del cargo de Comandante General de Artillería en el ejército del Norte, y concurrió a  casi todos los hechos de armas que desde entonces hasta la conclusión de la guerra acaecieron en las provincias vasco-navarras, como las de Villarreal de Álava, San Cristóbal, Miravalles,  Peñacerrada, Oricain, Ochandiano, Urquiola, etc., siendo ascendido á Teniente General en 2 de Febrero de 1876, por su bizarría y pericia en la acción de Bernedo.

   Por desgracia, casi á la conclusión de la guerra, tuvo la inmensa pena de perder a su hijo mayor D. Cayetano, Capitán de Caballería y Ayudante de Campo del General Primo de Rivera, un  joven pundonoroso y valiente que pereció con gloria en la toma de Estella. (2)

   En Abril de 1876 fue nombrado vocal de la Junta consultiva de Guerra, y en 12 de Mayo de l879 pasó á la sección de Reserva.

   Estaba condecorado con grandes cruces de San Hermenegildo y del Mérito Militar por servicios especiales, encomienda de número de Carlos III, cruz de San Fernando de primera clase, medalla de Alfonso XII y otras; nunca ejerció cargos políticos, ni tomo parte en las discordias de los partidos, y declinó en 1878 el honor de la senaduría vitalicia que le ofreció el jefe del Gobierno en nombre de S. M. el Rey, alegando su constante alejamiento de la política. Estaba casado desde 1849 con la Sra. Dª. Julia Ceballos Escalera, hija del teniente general del mismo apellido, que fue asesinado en Miranda de Ebro en 1835.

   Era el Sr. Urbina y Daoiz ferviente católico, militar pundonoroso, cumplido caballero, afable y caritativo, descanse en paz." (3)

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(1) Este texto se puede encontrar fácilmente en las hemerotecas y las fotos en sus periódicos y en internet.
(2) Al parecer falleció en la acción de Santa Bárbara de Oteiza, el 30 de Enero de 1876, cuando iba a la cabeza de una guerrilla y alentando a los soldados que con el iban
(3)El nombre completo de este General debía ser Cayetano José.

Soldado Español
Málaga - 2019

12/08/19

TENIENTE AGUSTÍN MELERO MARTÍNEZ. 4ª PARTE.


   El año de 1847 lo ve amanecer como cesante y a disposición militar, probablemente en Madrid, mientras se seguía su causa, la cual fue vista en consejo de guerra de Oficiales Generales en Granada, el cual consejo una vez fallada sentencia le condenó a sufrir un mes en prisión en la fortaleza de la Alhambra, que debió cumplir en Mayo de 1848, que se sumaba al que ya había sufrido.

   El desarrollo de los hechos vino recogido en la prensa de la siguiente manera:

   ”Excmo. Sr.: El señor ministro de la Guerra dice hoy al Capitán General de Granada lo siguiente: El consejo de guerra de oficiales generales celebrado en esta plaza de Granada el día 24 de setiembre último (de 1847) para ver y fallar la causa formada contra don Ramón Toledano, coronel graduado, primer gefe escendente del cuerpo de carabineros del reino, subteniente don Agustín Melero, y cabo primero  Luis Galindo, todos del mismo cuerpo, y el capitán graduado don Juan Ramírez, teniente de infantería en situación de reemplazo, para calificar el hecho de armas y conducta militar y del servicio propio del mismo cuerpo, observada por los referidos individuos en la persecución y derrota de los contrabandistas, que ocurrió en las inmediaciones de la plaza de Almería en la noche del 21 de Diciembre de 1843, pronunció la sentencia siguiente.

    --- Ha acordado el consejo por unanimidad absolver como absuelve libremente de todoa los expresados coronel don Ramón Toledano y teniente don Juan Ramírez, sin que les sirva de nota en sus servicios y carrera la formación de esta causa; que el teniente de carabineros don Pedro Fernández le sirva de pena la prisión sufrida: el subteniente del propio cuerpo don Agustín Melero, se le imponga y padezca un mes de arresto además del sufrido durante la instrucción del proceso; que el sargento Eufrasio Díaz, por la culpa que incidentalmente ha resultado contra el calificada en esta causa, sufra dos meses de prisión correctiva; que le cabo Luis Galindo, sea puesto en libertad; y que por lo que aparece contra el fiscal originario don Miguel González Labarra y su secretario don Jose María Sánchez, con relación al desempeño de su ministerio, se deduzca el competente testimonio y se pasa a manos del Excmo. Sr. Capitán general para los efectos que correspondan con arreglo a ordenanza.

   Y enterada la Reina (Q. D. G.) a quien he dado cuenta también de la causa, conforme el dictamen del tribunal supremo de guerra y marina, se ha servido aprobar la preinserta sentencia en la parte relativa a dichos gefes y oficiales, pues con respecto a los individuos de la clase de tropa fue aprobada por V. E. si bien no consta en el proceso que se haya notificado a estos, por lo que es también la voluntad de S. M. que se haga constar dicha notificación en la causa por medio de la correspondiente diligencia y se de cuenta al espresado tribunal supremo de haberse así verificado.”

   De real orden comunicada por dicho señor ministro, lo traslado a V. para su conocimiento y efectos correspondientes. Dios guarde a V. muchos años. Madrid 1º de abril de 1848.--- El subsecretario, Félix María Messina.” 

   El año de 1848 le encuentra sin destino hasta que por R. O. de nueve de Mayo se le nombra Subteniente del Cuerpo con destino a la Comandancia de Badajoz, causando alta el primero de Junio, tomando rápidamente contacto con la situación de la demarcación a la que había sido destinado, no perdiendo el tiempo y así ya le vemos reprimiendo el contrabando el trece de Agosto, cuando realizó una importante aprehensión de alhijos de géneros ilícitos, lo cual se verificó en las inmediaciones del Guadiana y donde no hubo detenciones. Así mismo, el siguiente nueve de Diciembre detuvo en el lugar llamado La Cañada de las Vacas a varios contrabandistas a los cuales les aprehendió nueve mulas cargadas con cincuenta y ocho arrobas de sal portuguesa.

   Por fin, el veintiuno de Noviembre fue servida S. M. expedirle el Real Despacho por el cual se le daba el grado de Teniente de Carabineros y con la antigüedad de 1843 y ello consecuencia del mérito que contrajo en Almería durante el alzamiento nacional de aquel año. Alentado por el reconocimiento de sus méritos y esfuerzos, continuó trabajando con denuedo en la eliminación del contrabando en su demarcación y atento a cualquier noticia al respecto neutralizó intentos de introducir mercaderías fraudulentas realizando diferentes aprehensiones de importancia, una de ellas el dieciocho de Abril de 1849, además de otras varias de menor importancia.

   En estas fechas inicia procedimiento para que se le abonen los haberes correspondientes a los meses que permaneció cesante entre el tres de Enero de 1838 y el doce de Junio de 1841 y

   “Sr. Intendente de esta Provincia.

    D. Agustín Melero, Subteniente de Hacienda Pública destinado a la Comandancia de la provincia de Cádiz a V. S. expone: que quiere obtener su hoja de servicios, documentos originales y copia de ellas para justificar sus servicios  y vicisitudes que en ellos ha sufrido y considerándose acreedor al sueldo de cesantía en el tiempo que estuvo en esta clase que lo fue desde 3 de Enero/1839 hasta 12 de Junio/1841, que por disposición del Sr. Intendente de esta Provincia fue agregado a esta Comandancia a hacer el servicio en ella: en su virtud

    Suplica a V. I. se sirva recordar que para la Contaduría de Rentas, se le clasifique de alta y se consignen sus servicios, asignándole el sueldo que debió percibir en esta clase de ceaante, procediéndose al pago en los términos prevenidos en R. O. = Almería 23 de Febrero de 1842.

                                                                                                            Agustin Melero”

   Afortunadamente para el y una vez examinados los documentos presentados, se le concedió la petición, consignándosele la cuarta parte del haber de cinco mil reales que gozó en su último destino, es decir, mil doscientos cincuenta reales que de más de una trampa lo sacaría.

   A primeros de 1850  le vemos en la Comandancia desempeñando un contrarregistro y  el veintiocho de Febrero lo destinan como Teniente de Carabineros a la Comandancia de Orense, expidiéndosele el veintinueve de Marzo un Real Despacho de Teniente efectivo con antigüedad de dieciséis de Febrero anterior, continuando prestando el servicio de su clase has el final de Agosto, cuando por orden de 20 de Agosto de ese mes es baja en esa Comandancia por haber sido destinado a la de Valencia, causando alta en esa el siguiente primero de Septiembre y continuó prestando el servicio de su clase en la bella ciudad del Turia lo que quedó de ese año, el siguiente de 1851 y hasta el treinta y uno de Julio de 1852, que causó baja en esa Comandancia  por haber obtenido a solicitud propia el retiro con una paga de 364 reales, lo que le correspondía a treinta y siete años de servicio a España, que era lo que le resultaba de treinta y tres años efectivos de servicio y cuatro de agregación que le resultaban de lo señalado en la 3ª ventaja del artículo 1º del Real Decreto de dieciséis de Diciembre de 1851.

    Esto era consecuencia de si no solicitaba en ese momento el retiro perdería la oportunidad de la ventaja ello que le supondría y a que, además, se encontraba un poco cansado de estar cambiando permanentemente de destino y veía que no iba a poder ascender mucho más en el escalafón militar, y dado que se encontraba comprendido dentro de la prescripción de la Ley de Retiro y Límite del Servicio Activo decidió dar el paso, de modo que después de mover papeles se retiró con el empleo de Capitán y con una paga de 297 reales de oro al mes, con 54 años y en la villa de Valdemoro.

   Pero dejemos que sea el quien nos lo cuente con la carta que elevó a la Reina:

   “Señora.

   D. Agustín Melero y Cabrera (*), Teniente de la 2ª Compañía de la Comandancia de Caravineros de Valencia, a V. M. con el más profundo respeto expone: que tiene cincuenta y dos años de edad y por consiguiente se halla comprehendido  en la prescripción de la ley de Retiro y límite del servicio activo que señala a la clase de subalternos y en su virtud

   Suplica a V. M. reverentemente se digne concederle su retiro para la Villa de Valdemoro en la provincia de Madrid, con el sueldo que por clasificación le corresponda y con el abono de cuatro años de servicio que concede el R. D. de dieciséis de Diciembre último.

   El Puig, a diecisiete de Junio de 1852

                                                                         Señora

                                                              A. L. R. P. D. V. M.

                                                                                                                           Agustín Melero”

   El escrito fue considerado y tuvo la siguiente respuesta:

La Reina

   “Por cuanto en consecuencia de la Ley de veinte y ocho de agosto de mil ochocientos cuarenta y uno he venido en conceder por resolución de 25 de Julio último a D. Agustín Melero y Cabrera, teniente del Cuerpo de Carabineros del Reino, el retiro para la Villa de Valdemoro dependiente de la Capitanía General de Castilla la nueva, con los 66 centesimos del sueldo de su sueldo de su empleo, ó sean 297 r. de oro al mes que le corresponden por sus años de servicios conforme a la ventaja 3ª del Rl. decreto de 15 de diciembre de 1851.

   Por tanto mando al Capitán ó Comandante general á quien tocare, ponga en este Despacho el Use de esta gracia, y al Intendente de la provincia á quien corresponde dé la órden para que se tome razón de él y forme su asiento en la Contaduría de la misma, devolviéndoselo al interesados, que deberá justificar su existencia para el percibo de su sueldo en los términos y plazos prevenidos  en las órdenes vigentes; en el concepto de que se ha de presentar en el pueblo de su establecimiento en el preciso término de dos meses contados desde la fecha de este Despacho, y no ejecutándolo así quedará nulo. Dado en San Ildefonso á 20 de Agosto de mil ochocientos cincuenta y tres.”  

   Así pues, en Agosto de 1853 ya estaba Agustín retirado del Cuerpo de Carabineros y del Ejército, pero ello no quería decir que dejara de trabajar, pues consciente tanto de que aun era útil para seguir trabajando y de que el retiro no era una fortuna, es por lo que empieza a mover papeles y aprovechando que era Oficial retirado de Carabineros optó a uno de los puestos que Hacienda ofertaba para los Resguardos de Sales y así, una vez aceptado, el 19 de Febrero de 1855 se le nombra Oficial de la clase de Cuartos de la Hacienda Pública, con sueldo de 8.000 reales vellón al año y destinado a servir con el empleo de Comandante en el Resguardo Especial de Sales de Sangonera, Murcia, el 6 de Marzo de ese año pero eso de dejar de cambiar de residencia fue un sueño, pues el 4 de Julio  y como consecuencia de que un compañero de igual empleo y destinado en Guadalajara, Baltasar Leiguarda Villalva, solicita una permuta de plaza, allá que va Agustín destinado, tomando posesión del cargo el 27 de Julio, en el que permanece hasta el 15 de Agosto, fecha en la que por un Real Decreto de 31 de Julio cesa y es trasladado a la provincia de Jaén.

   El siguiente 9 de Septiembre toma posesión del cargo en las salinas de Don Benito, en esa provincia, lugar donde permanece hasta que cesa por reforma administrativa el 30 de Abril de 1858, -mantiene el sueldo de 8000 reales/año- y el 23 de Junio de ese año solicita la clasificación que le corresponda, reconociéndosele la cesantía por Reforma Administrativa, donde se le reconoce un haber de 4.000 reales sobre un sueldo de 8000 reales/año y con esa clasificación solicita la concesión de la pensión de jubilación, la cual es aceptada por la Hacienda Pública el 12 de Noviembre de 1861, consiguiendo que el 6 de Diciembre se le conceda la jubilación como Comandante del Resguardo Especial de Sales de la provincia de Jaén y con una pensión de 6.400 reales de vellón/año, documento que firma el 3 de Enero de 1862 el Vicepresidente de la Junta de Clases Pasivas, D. Juan Díaz Argüelles, con el Vº Bº del Sr. Presidente, documento en el que se le reconocen los 6.400 reales vellón/año en función a 35 años, dos meses y 15 días de servicios al Estado, es decir desde que fue ascendido a Alférez.

   Así pues, con sesenta y tres años es ya un jubilado, dedicando desde entonces su tiempo a leer, pasear, charlar con antiguos compañeros de armas en el casino, estar con la familia disfrutando de los nietos y viendo tranquilamente discurrir los días. Según cuentan sus descendientes, parece ser que escribió una autobiografía donde daba cuenta de sus hechos y donde hacía una defensa de su honradez respecto a las acusaciones que a lo largo de su vida le hicieron a la vez que ensalzaba las virtudes de la vida militar y el honor que para el supuso el haber servido a la Corona y al Estado impidiendo la propagación de los actos criminales a lo largo de su dilatada vida militar.

   Falleció a las doce de la noche del 18 de Febrero de 1867, a los sesenta y ocho años, en el Hospital Militar de Madrid, siendo enterrado el 19 en el Cementerio de la Patriarcal, también de Madrid, lugar en el que eran enterrados habitualmente los militares. Su defunción está registrada en el Libro 6º al folio 224 de la Parroquia del Hospital Militar de Madrid.

   Era hijo de Pedro Antonio Melero Millán y de Catalina Martínez Bustos.

   Fueron sus abuelos paternos Juan Melero Cabrera y Ana María Millán de Vargas. Fueron sus abuelos maternos Juan Martínez Plaza y Maria Antonia Bustos.

   Tuvo, que sepamos, tres hijos: Maria del Pilar Gila, Maria del Pilar Felicia y Agustín, quien el 26 de Septiembre de 1866 era nombrado Mayor del presidio de Toledo, habiéndolo sido anteriormente del presidio de Granada.

      (*) Por alguna razón que desconocemos, aparece su nombre en los documentos como Agustín Melero Cabrera, no siendo Cabrera su segundo apellido, si no Martínez.

   Este hecho le creó problemas a una de sus hijas a la hora de solicitar esta una pensión de  horfandad cuando quedó viuda, pues tuvo que “remover Roma con Santiago” para demostrar que era hija de su padre y que el segundo apellido de este era Martínez y no Cabrera. Para colmo de males, ella se llamaba Maria del Pilar, al igual que su hermana, solo que esta tenía por segundo nombre Gila y aquella Felicia.

   Afortunadamente para ella todo se pudo demostrar.

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Málaga - 2019

TENIENTE AGUSTÍN MELERO MARTÍNEZ. 3ª PARTE.


   Por una Real Orden de 28 de Enero de 1842 fue destinado a la 10ª Comandancia, en Cádiz, con el empleo de Subteniente

    “…En vista de las buenas circunstancias y servicios que tiene el Subteniente cesante de Carabineros de Hacienda Pública de la provincia de Almería, D. Agustín Melero, mandado colocar en destino de su clase, por orden de S. A. S. el Regente del Reino de 19 de Mayo la Dirección se ha servido mandar que pase a desempeñar la plaza de Subteniente que resulta vacante en esa Comandancia -la de Cádiz- por traslación de D. José Santori que la obtenía. Lo que  comunico a V. S. para su inteligencia y efectos consiguientes, en la inteligencia de que Melero deberá presentarse en su puesto dentro del término de un mes = Lo que traslado a V. S. para su conocimiento y noticia del interesado, a quien encargará V. S. el más exacto cumplimiento…Almería, 4 de febrero de 1842.”  

pero al año siguiente vuelve a ser destinado a Málaga primero y después a Almería, época en la que fue promovido al empleo de Teniente de Carabineros. Encontrándose en Almería, en 1843, se produjo un pronunciamiento contra el Gobierno, pronunciamiento al que Agustín se opuso, lanzándose a combatirlo y poniendo en ello todo el celo y pundonor militar que pudo en la defensa del Gobierno Constitucional.

     Estando haciendo el servicio de su clase, fue dado de baja en esa Comandancia de Almería el nueve de Febrero, pues fue destinado a seguir su cometido en la de Cádiz, pero aun no se había trasladado de Comandancia cuando hace una nueva aprehensión de tres fardos de ropa, los cuales sacó del agua y tras un tiroteo consiguió aprehender otros veintidós fardos más de géneros. Hizo un último servicio antes de partir al que ya era su destino.

   Como consecuencia de la organización militar dada al Cuerpo por medio del Reglamento Orgánico de once de Noviembre del año anterior, a partir del primero de Enero  quedó en clase de Subteniente en la Comandancia de Cádiz hasta el treinta de Abril, día en que fue dado de baja para que continuara prestando sus servicios en la de Málaga y así, hallándose ya al frente de su mando en el Castillo de Sabinillas y consecuencia de haberse presentado en ella antes de ser dado de alta en esta nueva Comandancia, hizo la aprehensión de veintinueve fardos de tabaco y cinco de ropa, después de mantener un vivísimo fuego con los contrabandistas.

   Estando dedicado a reprimir el contrabando en esta zona, debió acudir en Mayo a Almería comisionado por el Inspector General del Cuerpo para que testificara en una causa y hallándose en esto se encontró el siguiente veintiocho con el pronunciamiento verificado en dicha capital contra el Gobierno. Además, en estos días fue ascendido al empleo de Teniente efectivo de Carabineros.

   Pero volviendo al pronunciamiento, es de hacer constar la actuación que en su contra tuvo y de ello tenemos conocimiento debido a una comunicación emitida por el Ayuntamiento de la ciudad de Almería y por el Jefe superior político y el Comandante interino de la provincia de Almería se hace constar que durante el pronunciamiento fue el primero que se levantó contra el decidido a combatirlo y desbaratarlo, marchando hacia la Adra, donde reunió a la fuerza del Cuerpo lanzándose a impedir el triunfo de la sublevación, consiguiendo que la Junta insurgente le declarase traidor, pero gracias al fracaso de la sublevación no tuvo mayores problemas.

   Incansable en la consecución de un servicio bien hecho, consigue que tanto el Contador Intendente interino de la provincia como un Capitán de la 5ª Compañía -a la que pertenecía- hacen constar su inteligencia, celo y mucho trabajo para impedir y aprehender un importante alhijo que se preparaba, consiguiendo la aprehensión de quince bultos de ropa y tabaco, hecho que se verificó en el lugar de Casafuerte en la noche del veintiuno de Diciembre, consiguiendo destruir el famoso corredor de contrabandistas llamado Cuchichí y por este relevante servicio se le dieron las gracias el siguiente dos de Enero.

   Aquí dejaremos hablar a un periódico de la época, el cual narra la aprensión de este alhijo: 

    “…En la undécima, Málaga, una aprehensión de diferentes fardos y cargas de contrabando, conducidos aquellos en 12 carros a la aduana de Almería, ejecutada en la noche del 20 del pasado (mes) en las inmediaciones de Casafuerte por el capitán graduado, Teniente supernumerario, D. Pedro Fernández, quien a la cabeza de 44 Carabineros, auxiliado por 52 soldados del provincial de Jaén al mando del capitán D. Juan Ramírez y en unión del teniente D. Agustín Melero, atacaron a los contrabandistas en número de más de 300 con tanto ardor y bizarría, que durante las dos horas y media de un reñido y sangriento combate, hubo hechos de remarcable valor hasta el extremo de llagar la bravura del cabo de carabineros José Gabilán a luchar cuerpo a cuerpo, de que resultó bastante estropeado; las armas de la fuerza pública quedaron satisfactoriamente vencedoras ocasionando al enemigo algunos heridos (que se llevaron) en la activa persecución que se les hizo, hasta que se introdujeron en las asperezas de sierra Alhamilla, dejando en el campo y en el tránsito de su retirada la mayor parte del contrabando que conducían; pero este triunfo no se ha logrado sin la muerte de un carabinero, un Cabo herido, otro muy mal parado, tres carabineros heridos, uno de ellos de gravedad, varios contusos y pasado de un balazo el cuello del caballo que montaba el carabinero Francisco Mijenes…” 

   Pero algo raro debió ocurrir en dicha operación, algo referente a la forma de llevar a cabo la represión de dicho hecho delictivo que contravino el hecho de armas y conducta militar y del servicio propio del cuerpo observada, entre otros por Agustín, en la persecución y derrota de los contrabandistas, lo que le valió un consejo de guerra y un mes de prisión a añadir al que sufrió por esos mismos hechos y que veremos ahora más adelante.

   Poco después, por R. O. de treinta de Abril de 1844 fue declarado  cesante y con destino en esa provincia de Almería hasta que por otra R. O. de veinticuatro de Julio obtuvo su destino efectivo en esa Comandancia y una vez en ella y por mayoría de votos, fue elegido para el cargo de habilitado, cargo que desempeñó a satisfacción de la superioridad, trabajando en la organización de la Oficina de la Comandancia  de Almería, lugar donde continuó desempeñando sus funciones, pero el treinta y uno de Agosto de 1846 es dado de baja como consecuencia de haber sido declarado cesante el anterior día doce, con el haber que por su clasificación le correspondía y todo por la tramitación de una propuesta basada en que su relación con los defraudadores principales de la provincia de Almería le embarazaba para la práctica del servicio, que se tenían unos desfavorables informes suyos y que estaba pendiente de una causa que se le seguía sobre aquel encuentro que tuvo la noche del veintiuno de Diciembre de 1843 en el punto de Casafuerte del que ya hablamos y que al final derivó en un consejo de guerra. 

 El dos de Septiembre, en un informe remitido al Gobierno, se determina que le corresponde a Agustín la recompensa de obtener el grado de Teniente de Infantería, y ello por expreso deseo del Capitán General de Granada y ello como consecuencia de su comportamiento y por los méritos que contrajo durante la sofocación en su demarcación de la rebelión de 1843, pero al aprobarse por R. O. de veintinueve de Marzo de 1846 la relación de recompensados, vino reflejado que no se acordaba ninguna para el en tanto en cuanto no se terminara la causa que se le seguía, con lo cual continuaba como Subteniente y, además, cesante


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