Como
ya se dijo en la biografía de su hermano Martín, la familia de Milla llegó a la
plaza de Orán en la expedición de conquista del año de 1509, afincándose allí
el primero de ellos, el Alférez D. Martín de Milla, permaneciendo esta familia
en aquella plaza hasta 1708, año en que cayó, temporalmente, en poder de los
turcos.
Durante
esos doscientos años, los Milla habían servido al Estado en distintos puestos,
la mayoría en el Ejército, donde más de uno cayó defendiendo la plaza de Orán y
las aledañas de Tremecén, Mazalquivir,...
Por
no dilatar esta biografía, solo mencionaré algo acerca del padre de nuestro
hombre, el Capitán D. José de Milla Díaz.
Nació
D. José en la plaza de Orán, el año de 1636, hijo de Martín de Milla y nieto de
José de Milla, todos de Orán. Ingresó en el ofició de las armas como Soldado de
Lanza y Adarga, Atajador, Cuadrillero, Adalid, Alférez de Infantería primero y
de Caballería después. Por sus méritos pasó a Teniente y en el ejercicio de
este empleo fue Ayudante de Comisario General de Caballería, siendo, además de
estos cargos Alcaide de la Puerta de Tremecén.
En
el transcurso de estos años, recibió varias heridas de guerra y felicitaciones
por parte de sus superiores, así como sufrir la muerte de cuatro de sus hijos
varones a manos de los turcos, uno de ellos a su vista en combate singular con
un turco y otro en la defensa del castillo de San Gregorio.
Cuando
le llegó la hora de jubilarse lo hizo con grado y sueldo de Capitán vivo. Al
caer Orán en manos de los turcos, salió de aquella plaza junto a su familia
rumbo a Málaga vía Almería y Granada, sorprendiéndole la muerte en la ciudad de
Almería, siendo enterrado en la iglesia de Santiago de aquella ciudad.
Bien,
pues el once de junio de 1679 es D. Salvador de Milla Suazo fue bautizado en la
plaza de Orán.
No
sabemos nada de su infancia, pero si que el dos de diciembre de 1694 sentó
plaza de arcabucero de Caballería, pasando sucesivamente durante los siguientes
diez años y cuatro meses a Atajador y a Alférez, de Caballería.
Durante
el desempeño de la milicia en tierras oraníes, se tiene constancia de su valor
y arrojo, destacando acciones como las siguientes:
-
la correría a la plaza de Mostagán, que habiendo sido nombrado jefe de una
partida avanzada, llegó junto a sus hombres a las mismas murallas enemigas,
trabando combate con ellos, donde mató un turco y apresó a otro, poniendo su
partida en fuga a los demás enemigos.
-
También es de mencionar su acción contra una partida de Caballería enemiga,
persiguiéndola durante catorce leguas, hasta la misma Tremecén, consiguiendo
derrotarlos y capturarles el convoy que transportaban.
-
En un ataque contra los moros Venerages, un soldado llamado Luis de Barrios fue
herido y capturado por los moros, que ya se lo llevaban preso. Advirtiéndolo D.
Salvador, se lanzó en su salvación y tras encarnizada refriega consiguió
librarle y traerle de vuelta al campo cristiano.
-
En una expedición que se realizó con la Caballería se internaron como unos
ciento veinte kilómetros tierra adentro, en los dominios del Morabito Sidiguis,
entablando combate con aquellos moros y durante la refriega se le ordenó a D.
Salvador que impusiera orden entre los españoles, pues con la tensión del
momento se había producido desorden entre las filas y, además, los moros se
estaban llevando prisionero al Teniente del castillo de San Gregorio, D. Pedro
Gómez de Maseda. Apoyado por otros soldados, se lanzó en persecución de los
captores del cristiano y tras breve combate les quitó al herido español,
volviendo con el al campo español.
-
En otra ocasión, a unos cien kilómetros de Orán, en las proximidades de
Mostagán, resultó que debido a las dificultades del terreno se extraviaron unos
soldados, los cuales fueron acometidos por los moros, derribando de un
escopetazo al Cuadrillero D. Bartolomé Barrios, arrojándose sobre el los moros
para apresarlo. Conocido por D. Salvador, se lanzó junto con dos compañeros en
persecución de los captores, alcanzándolos y arrebatándoles al español,
consiguiendo montarlo en un caballo y retornar al grueso del destacamento.
- Con motivo de unas conversaciones de paz
que se debían entablar con los moros Alagefes, estos pidieron se les enviase un
cristiano principal como rehén mientras se acordaban los términos de la paz,
eligiendo los moros precisamente a D. Salvador, quien no rehusó el desafío,
volviendo después de concertada la paz.
-
Hallándose el rey de Argel intentando forzar la estacada del castillo de San
Felipe, se le ordenó a D. Salvador que con veinticinco soldados escogidos por
el mismo, ocupase la punta del Matamar para defender la posición, lo que
ejecutó, recibiendo un intenso y continuo fuego, resistiendo lo suficiente como
para mantener dicha posición.
Otras
acciones de D. Salvador se refieren a correrías hasta la Puerta de Mostagán,
donde se hicieron prisioneros que se vendieron como esclavos y de lo obtenido
recibió una gratificación.
También
se tiene constancia de que tras recibirse un aviso de que cinco moros, por
traición de unos soldados españoles, habían sacado de Orán pólvora y fusiles,
se le encomendó a D. Salvador, aun hermano suyo y otro más de su confianza los
persiguieran y alcanzaran, lo que llevaron a efecto en mitad de la noche,
consiguiendo capturar a dos de los moros más las armas y municiones.
No
terminan aquí las acciones de nuestro hombre, no, pues se tiene noticia de que
en una ocasión pasaban de Mostagán a Tremecén una cáfila de turcos escoltada
por caballería e infantería y sabido por las autoridades oranesas se envió una
tropa mandada por un Capitán para atacarla y apoderarse de cuantos suministros
y armas llevasen, encontrándose nuestro Salvador entre los individuos de dicha
tropa.
Poco
tiempo después, hallándose de operaciones la Compañía de caballería mandada por
D. Juan de Cazareg , fue atacada por fuerzas del rey de Mequinez y conocido en
la ciudad de Orán el suceso, se enviaron tropas de Caballería e Infantería para
el auxilio de los individuos que de esa Compañía no hubiesen sido hechos
prisioneros y dado el gran conocimiento que del terreno tenía D. Salvador de
Milla, se le envió a reconocer el terreno y tras dar con los enemigos y sus
compañeros cautivos volvió dando "pelos y señales", tras lo cual se
tomaron las medidas oportunas para rescatarlos.
El
diecinueve de octubre de 1704 y por orden superior pasa a la plaza de Málaga,
lugar en el que permanece por espacio de tres años y veintiséis días, pasando a
ser Teniente de Caballería en el Regimiento de Caballería de Málaga, de que era
Coronel D. José de Zea Salvatierra.
El
dos de diciembre de 1707, el Gobernador de Málaga D. Juan Antonio Hurtado de
Amezaga, recibe orden de S. M. de enviar socorros a la plaza de Orán, que se
hallaba sitiada por los moros. Se pedía que de Málaga partieran cuatrocientos
soldados, los cuales se unirían los enviados desde Cádiz. Entre los hombres de
Málaga iba el Teniente de Caballería de Málaga D. Salvador Milla Suazo, quizás
con algunos hombres de ese Regimiento.
Como
los turcos tenían cortadas las comunicaciones de la plaza de Orán con el puerto
de Mazalquivir, el ejército recurrió a D. Salvador Milla por ser nativo de
Orán, conocedor del país por haber combatido a los moros en aquellas tierras,
poniendo de inmediato en práctica sus conocimientos y pericia militar,
consiguiendo introducir en la plaza el socorro de hombres, armas y
avituallamiento con total éxito.
Permaneció
destacado en aquella plaza, pero al final el resultado de las armas fue adverso
para las armas españolas, pues a primeros de 1708 Orán fue evacuada, saliendo
las tropas con sus Generales y volviendo D. Salvador Milla a Málaga junto con
los hombres de su Regimiento a su mando.
Una
vez retornado de la jornada oraní, se reintegró a su Regimiento, pero tuvo un
accidente y se partió una pierna, debiendo permanecer en el "dique
seco" durante un año y diez meses, hasta el veintidós de octubre de 1709
que se incorporó a continuar su mérito, realizando un nuevo encargo del Estado
en tierras argelinas.
El
día quince de septiembre de 1709, un mes antes de reincorporarse, se recibió de
parte del marqués de Grimaldo un encargo de la reina por el cual el Regimiento
de Caballería de Málaga debía enviar al Teniente D. Salvador Milla Suazo con
algunos hombres a su mando a pasar a Orán en un barco francés, para que a
través de su conocimiento del país y de su gente solicitara al Alcaide de esa
plaza y al Rey de Argel el establecimiento de relaciones comerciales con vistas
a la compra de una importante cantidad de trigo para abastecer a las tropas
felipistas que se hallaban combatiendo en la Península.
Como
ayuda en su cometido, portaba unas cartas del Gobernador de Málaga y de los
Cónsules de Francia en Orán y Argel, todo lo cual, cartas y conocimiento del
país y sus gentes, dieron por resultado la adquisición de cincuenta mil fanegas
de trigo, lo cual fue certificado el ocho de diciembre de 1709 por Fray Roque
Jaén Romero, Trinitario calzado y Administrador de los Reales Hospitales de la
ciudad de Argel, y el catorce de diciembre de 1709 por D. Juan de Calatrava,
cautivo en Argel y Oficial segundo de la Veeduría que fue de la plaza de Orán.
Estuvo
D. Salvador de Milla desempeñando esta comisión durante cuatro meses y nueve
días, tras los cuales volvió con los hombres a su mando a la ciudad de Málaga.
En 1709 es recibido por Caballero de la
Orden de Santiago.
A
su vuelta a la Península, ya en marzo de 1710, se agregó, a su costa, al
Regimiento de Milicias de Málaga del Coronel D. Diego Gamberos, continuando ahí
su mérito pasando a Capitán, empleo que mantuvo hasta el siguiente nueve de
octubre de 1719, que tomó a su cargo la tenencia coronela de dicho Regimiento,
patente de fecha de veinticinco de septiembre anterior.
Contrajo
primeras nupcias con Dª. María Saura y Caballero, viuda de Fernando del
Castillo, no teniendo hijos el matrimonio. En julio de 1718 contrae segundas
nupcias con Dª. Sebastiana Fabiana de la Peña Maraver, natural de la ciudad de
Málaga. Su hijo Lorenzo fue Teniente Coronel.
El
año de 1725 es nombrado por Corregidor de Tarma, en el Virreinato del Perú,
aunque antes de poder hacerse con el corregimiento estuvo realizando funciones
como procurador y pagador de los presidios de Tierra Firme, en Panamá. Durante
su estancia en Perú, el marqués de Castel Fuerte, Virrey del Perú le nombró
Capitán General de la Caballería en El Callao, otorgándole el empleo de
Coronel.
No
hemos conseguido noticias de su ejercicio político-militar como Corregidor de
Trama, aunque si sabemos que en el transcurso del tiempo que permaneció en
Trama envió dinero y alhajas a su mujer, dos candeleros de plata, un atril,
seis cornucopias de plata, un frontal de chapas de plata, un incensario y
evangelios para el altar que donó a su capilla de San Vicente Ferrer, en la
iglesia parroquial de Santo Domingo, en Málaga capital, así como una lámpara de
plata con seis cartelas y un Cristo, también de plata.
Al
convento de religiosas de la Aurora de la Divina Providencia, de Málaga, donó
una custodia de plata. Este convento lo fundó su hermano Antonio Agustín.
Posteriormente,
en 1735, vuelve a la Península, embarcándose en la fragata San Miguel y las
Ánimas, su Capitán Juan Bandín, y antes de embarcar decide otorgar testamento
por si ocurría alguna desgracia, lo que llevó a efecto en Lima, el veintiuno de
octubre de 1735, testamento que volvería a otorgar en Málaga ante el Escribano
Pedro Antonio de Ribera, en 1738. En dicho testamento señaló 800 ducados para
su hija María, por si quisiese hacerse monja en el monasterio de Beatas de
Santa Rosa, fundado, también en Málaga, por su hermano Fray Antonio Agustín
para hijas de militares.
En
su testamento limeño dejó dicho que
"...se
le enterrase con el hábito de Santo Domingo y con las insignias
correspondientes al instituto de mi profesión, en la capilla de San Vicente
Ferrer, en el convento de Santo Domingo de Lima, en cuya casa tengo al presente
mi morada...Y para los gastos se saquen de mis bienes mil pesos de a ocho
reales...Y que se digan cinco misas cantadas en Santo Domingo...en la ciudad de
Málaga, donde soy vecino, cuatro mil misas de a dos reales y las distribuya mi
hermano, el padre presentado Fray Antonio de Milla...aplicadas dos mil por su
alma y las otras dos mil por sus padres, por los cuatro hermanos que murieron a
manos de los turcos, las de sus parientes que murieron en el asedio de mi
patria Orán...
Al
final se le enterró en Málaga, en la capilla de San Vicente Ferrer, de la
iglesia parroquial de Santo Domingo de Guzmán, capilla de la que era patrono
junto con su hermano Martín y en la que pudo poner su escudo de armas.
Desgraciadamente dicha capilla hoy ya no existe, pues fue "víctima"
de la desamortización de Mendizabal.
Soldado Malagueño
Málaga 2017