16/06/19

UN HÉROE DE LA GUERRA DE CUBA.

   Esta es la historia de un héroe, de un español que luchó en Cuba en esa guerra civil llamada Guerra de Cuba. Pero no quiero tratar ahora sobre los problemas de las guerras civiles y sus nefastas consecuencias, no, solo quiero traer a estas paginas una historia, la de un español que empuñó las armas para servir a su país de la forma que creía que debía hacerlo.

   Nuestro hombre se llamaba Miguel del Campo Gómez y había nacido en Junio de 1846 en el Valle Vizcaíno de Carranza, siendo bautizado el día catorce de dicho mes y año en la parroquia de San Miguel Arcángel de ese valle. Era hijo de D. Manuel del Campo Palacio y de Dª. Josefa Gómez Mazpule.

   Miguel conoció a la que sería su mujer, que era natural del pueblo de Ojébar, en la provincia de Santander, casándose con ella en esa localidad. Pasado el tiempo decidió alistarse voluntario cuando la guerra de los Diez años, de donde volvió para al tiempo, en 1890, emigrar a Argentina para empezar una nueva vida y hacer fortuna, pero cuando se volvió a declarar la guerra en la Perla de las Antillas, no dudó en volver a alistarse como voluntario junto a otros muchos españoles para tomar parte en esa campaña.

   Una vez en la isla fue destinado a la primera Compañía del batallón de Cazadores de Valladolid, de la brigada del General García Navarro y enmarcado en el primer cuerpo de ejército y enviado posteriormente a Las Villas, donde se estaba operando contra la expedición insurrecta de Oriente.

   El día 21 de Noviembre de 1895 partía de esa provincia las fuerzas de García Navarro, para situarse en la frontera de Las Villas con la provincia de Puerto Príncipe, pues se tenían noticias ciertas de allí se estaban concentrando las partidas anteriormente mencionadas, organizándose para pasar a invadir tanto Puerto Príncipe como la provincia de Matanzas.

   Antes de partir se entregaron a los más jóvenes y fuertes del Regimiento Cazadores de Valladolid  cuatrocientos fusiles Maüser que sustituían a los Remington que portaban, quedándose los demás con los viejos, entre ellos nuestro veterano Miguel.

   En fin, partieron a pie ese día 21, recorriendo la columna más de cuarenta leguas y cuando llegaron a Arroyo Blanco, donde Miguel comunicó a su Capitán que se encontraba enfermo, enviándole ésta al médico, el cual certificó su dolencia, dándosele de baja y con la orden de que permaneciera en ese punto hasta que pasara la primera fuerza con destino a Sancti Espíritus, para ser llevado al hospital.

   Al día siguiente llegó a ese punto conduciendo un convoy el Coronel Segura, que mandaba el Regimiento de Granada, el cual lo recogió junto a 38 compañeros más y tras dejar en Arroyo Blanco el convoy partió de vuelta a Sancti Spíritus y a poco de empezar la marcha, rebasado el ría Jatibonico, fue atacada la vanguardia por partidarios rebeldes de Gómez y Maceo, fuerza compuesta de alrededor de 4000 rebeldes, que al ver a los 400 hombres de Granada se lanzaron contra ellos, entablándose desigual pelea.

   En la vanguardia habíanse situado un Sargento y siete soldados para frenar al enemigo mientras se organizaba la fuerza nacional, ofreciendo feroz resistencia al enemigo, pero la inferioridad númerica hacía mella, hasta que recibieron un refuerzo, el de nuestro Miguel, quien al oír los primeros disparos se bajó de la acémila en la que viajaba, se agenció un Remington, corrió junto a aquellos ocho hombres y empezó a repartir estopa al enemigo.

   Como era de esperar, al rato, de los nueve solo quedaban útiles cuatro, Miguel entre ellos, estando los demás heridos, entre ellos el Sargento, siendo éstos precisamente el objetivo de un grupo de  rebeldes, los cuales se lanzaron sobre ellos, aunque no lo hicieron gratis, pues los sanos y los heridos seguían disparando desesperadamente sobre ellos.

   Durante el trágico momento, uno de los jinetes enemigos se abalanzó sobre uno de los heridos con la intención de cepillárselo de un machetazo, pero viendo que Miguel se hallaba de pie y apuntándolo con el cañón de su fusil, dejó al herido y se abalanzó sobre nuestro hombre, quien con toda la tranquilidad del mundo esperó a que el enemigo estuviera muy cerca para descerrajarle un tiro que lo fulminó.

   Tras esto, corrió Miguel hacia el herido y recogiéndolo lo cargó sobre su espalda y salió de allí zumbando camino del punto donde se hallaba el grueso de la fuerza, pero al poco tuvo que pararse y poner en el suelo al compañero herido, pues otro jinete enemigo se abalanzaba sobre ellos con intención de liquidarlos, pero el infeliz no contaba que Miguel era un hombre con mucho cuajo e igual que con el rebelde anterior, se quedó de pie esperando que jinete y montura estuvieran muy próximos a el  y tras esquivarlo, se echó el fusil a la cara y con toda la tranquilidad del mundo apuntó y disparó, matando al agresor, tras lo cual recogió al compañero y salió de allí corriendo, no parando hasta que llegó a donde estaban los compañeros, donde pudo dejar al herido con los sanitarios.

   Tras esto, volvió de nuevo a ocupar un puesto en donde más peligro, pero al pasar donde se hallaban las bestias de transporte pudo ver como los rebeldes las estaban matando a machetazos, pero fijándose mejor pudo observar que también estaban matando a los soldados heridos que allí se encontraban.

   Esto encolerizó a Miguel, y corriendo a ayudar a un herido que estaba siendo agredido por un rebelde con el machete, se abalanzó preso de la ira sobre el enemigo y con toda su furia lo mató, para acto seguido coger al compañero y llevarlo corriendo al cuidado de los sanitarios.

   De nuevo corrió Don Miguel del Campo al punto donde quedaron el Sargento y los heridos con los que estaba al principio de la refriega, queriendo estos abandonar el puesto para regresar junto al grueso de la tropa, y al verle llegar, el Sargento le rogó que no los dejaran allí tirados, que seguro iban a ser presa de los machetes de los rebeldes, permaneciendo Miguel allí disparando junto a ellos el tiempo suficiente como para que diera tiempo a que llegaran fuerzas suficientes para recogerlos y transportarlos a lugar seguro, formando mientras el resto de las tropas el cuadro para defender a los heridos y a la impedimenta, consiguiendo, a pesar de su inferioridad numérica, rechazar las repetidas y crueles cargas de un enemigo diez veces superior en número, pero diez veces inferior en valor.

   Se sabe que Miguel efectuó 85 disparos con su viejo Remington.

   El Coronel Segura, tras ordenar recoger y curar a los heridos y enterrar a los compañeros caídos, ordenó marchar hacia Iguará, localidad a la que al día siguiente llegó la columna del General García Navarro, quien al enterarse del heroico comportamiento de nuestro veterano Miguel, lo llamó a su presencia, deshaciéndose en elogios por su valor, heroísmo y compañerismo, regalándole tres duros, a la vez que le preguntó que qué es lo que deseaba, respondiéndole Miguel que lo que quería era irse a su Batallón, pues ya no se encontraba enfermo. 

   Además, le dijo que si por acaso volvía a darse una situación como la vivida, desearía ocupar plaza de Cabo, para poder ordenar a sus soldados cuando avanzar o cuando permanecer para defender a los compañeros heridos. A esto le respondió el General que se lo comunicaría al Teniente Coronel para que lo llevara a efecto y que, además, el Coronel había dado un parte en el que destacaba la valentía y heroísmo con el que se había portado.

   Fue ascendido a Cabo y se le entregó un Maüser y el 26 de Enero de 1896, el Ayuntamiento del Valle de Carranza acordó felicitarle, recompensarle y a su vuelta de la campaña un empleo en ese municipio, y mientras eso ocurría, se le concedía un socorro económico a su mujer, Dª. Carmen de la Moza Iturralde.

   Este hombre puede ser el típico ejemplo de soldado español, valiente, heroico, buen compañero, anónimo, temido y respetado en todos los campos de batalla, como la mayoría de los españoles que a lo largo y ancho de este mundo han luchado hasta derramar hasta su última gota de sangre si preciso fuera por defender el honor de su patria y de su bandera.

¡¡Loor y gloria a Don Miguel del Campo Gómez!!   
¡¡Loor y gloria al Soldado Español!!

Soldado Malagueño
Málaga - 2019

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