28/07/20

CAPITÁN MANUEL DE ARROYO VÉLEZ Y VALDIVIESO

   Manuel de Arroyo nació en la villa burgalesa de Villarcayo el veinte de enero del año de 1686, siendo sus padres Dª. Clara María de Valdivieso Porras y D. Juan de Arroyo Vélez y Valdivieso. Era una familia hidalga  

   No sabemos la edad, pero sí que entró al servicio del Capitán Don Pedro Irles y Pineda, con quien pasó en febrero de 1706 a la ciudad mexicana de Veracruz, pues D. Pedro iba a hacerse cargo del Corregimiento de la ciudad y puerto veracruzanos. Para entonces Don Manuel era huérfano de padre desde el veintiseis de febrero de 1699.

   Para conseguir dicho cargo, el Capitán Irles entró a formar parte de una terna de candidatos, apareciendo el en el tercer lugar, lo que le daba pocas posibilidades, pero siguiendo una costumbre muy extendida en la Europa de entonces, ofreció 18000 reales por, supuestamente, el empleo de Maestre de Campo, suma que abonaría en dos partes, una en 1704 y otra en 1705, obteniendo no solo ese empleo, sino que también el Corregimiento y una merced de hábito de una de las Órdenes de Caballería españolas 

   Antes de continuar, debemos decir que nuestro D. Manuel de Arroyo tenía en el momento de partir para la Nueva España veintiún años, que era alto, blanco de piel, pelo crespo, soltero, que era hijo de cristianos viejos y sin haber sido penitenciados nunca por ningún tribunal y que podía pasar a América  

   Bien, tras asentarse su patrón, tomar las riendas del Corregimiento y adaptarse a su nueva situación, determinó, con autorización del Virrey, sentarle a Don Manuel plaza de Cadete en la Compañía de Caballos coraza del Capitán D. José Álvarez de Nava, una de las de la dotación del presidio de Veracruz (entendiendo por presidio la ciudad o fortaleza que se podía guarnecer de soldados) 


  Habiendo quedado vacante en su compañía una plaza de Alférez, tuvo a bien el Virrey de Nueva España, el duque de Albuquerque, despacharle título de Alférez, empezando a servir su plaza desde el veintiseis de marzo de 1707 (aunque su título llevó fecha de veintiuno de junio de ese año) y estuvo sirviéndola por un espacio de tres años y tres días, pasando durante ese tiempo un año en el puerto de Acapulco, realizando los servicios de su clase, junto con su Compañía y la del capitán Don Juan de Cienfuegos. Tras ese año, regresó a Veracruz, donde permaneció.

   El veintisiete de marzo de 1710 es promovido al empleo de Teniente, que lo sirvió en la misma Compañía. El título se lo despachó el mismo Virrey de antes y permaneció en tal situación hasta el seis de julio de 1713, que quedó reformado. Esto debido, por un lado, a que se había cumplido su trienio y, por otro, al cambio de Virrey. En efecto, al duque de Alburquerque le sucedió en el cargo el duque de Linares, quien mandó reformar las cuatro Compañías de caballos que había en Veracruz para crear una nueva de 120 hombres y a cuyo frente puso al capitán D. Fernando Antonio de Noroña, de la Orden de Santiago.

   Debido al buen comportamiento, cualidades de mando y al trabajo desempeñado por Don Antonio de Arroyo durante el tiempo que desempeñó la tenencia, fue por lo que el Virrey le concedió una tenencia en la nueva Compañía el veintinueve de agosto de ese año de 1713, empleo que desempeñó los siguientes seis años y cuatro meses, hasta el dos de enero de 1720.

   Durante el segundo semestre de 1715 recibió del Gobernador de Veracruz, el Coronel D. Gonzalo Gámez Messía, la comisión de que con veinticuatro de a caballo pasase a la provincia de Tepeaca para sofocar el motín de más de trescientos mulatos, quienes se habían alzado contra el Estado, poniendo en alarma al país e intentado matar al Alcalde mayor de Tepeaca.

   Tras sofocar con éxito la rebelión, se le ordenó pasar a la zona del presidio de los Ladrones, pues se estaban dando muchos casos de bandolerismo y robos, creando mucha inquietud y miedo en la zona. Cumplió a la perfección las órdenes recibidas, capturando a cuantos malhechores pudo y restableciendo la calma en la región y todo ello sin recibir ayuda de costa ni paga alguna para el socorro y manutención de los hombres y caballos que con él fueron y ello motivado porque en esos momentos se hallaban más que maltrechas las Cajas Reales de Veracruz.

   Llegadas estas noticias al Virrey, éste le escribió una carta el once de enero de 1716, en la que le manifestaba su pesar por haberle dejado partir a su comisión tanto el Gobernador de Veracruz como el Capitán de su Compañía sin darle socorro alguno. Le agradecía su buena labor y conducta para con el Real servicio y le enviaba cuatrocientos pesos para que pudiera pagar a los hombres de su mando, solicitándole le avisase de lo que necesitara mientras se encontrara en la provincia de Tepeaca.

   Con este respaldo, continuó su misión, la cual se amplió a la protección de parte del camino que iba de la ciudad de México a la de Veracruz, debido a los robos que se estaban sucediendo, consiguiendo prender a unos cuantos bandoleros, a los que condujo a Veracruz para entregarlos a la Justicia. Su acción acertada y eficaz consiguió devolver la paz y la quietud a las zonas que se le encomendaron.

   Poco después tomó el relevo en el mando del Virreynato el marqués de Valero, nombrado como tal Virrey el veintidós de noviembre de 1715.

  Dicho nuevo Virrey y debido al contrabando existente de ropa en los puertos de Sotavento y de Barlovento llamados Tamiagua, Tuspa, Isla de Lobos, Alvarado, Punta de Antón, Lisardo y Guazacoalco, comprendió que para luchar eficazmente contra ello y erradicarlo necesitaba de una persona de probado valor y efectividad en la acción, encontrándola en la de Don Manuel de Arroyo, nuestro Teniente, por lo que le comisionó para que pasase a los referidos puertos y averiguase los fraudes que se estaban cometiendo contra la Real Hacienda, es decir la Hacienda pública, dándole la autoridad y jurisdicción necesarias para llevar a efecto la aprehensión de los alijos y la detención y entrega a la Justicia de los defraudadores del Estado. Así, después de recibir dicha comisión el diez de noviembre de 1718, empezó a poner manos a la obra, disponiendo para ello tan solo de su sueldo y de lo asignado por las leyes en los decomisos.



Puerto de Veracruz en mayo de 1751 (AGI, MP-MEXICO,181)

      En el año de 1719 recibió el Virrey órdenes de Su Majestad de reclutar quinientos hombres para formar cuatro Compañías de Dragones, al objeto de guarnecer el puerto de Veracruz. En este tiempo, Don Manuel ejercía su empleo de Teniente en la Compañía de Don Juan Bernardo de Aguirre y habida cuento la calidad y méritos de nuestro hombre, determinó el Virrey darle el mando de una de las nuevas Compañías de Dragones, con un sueldo de ciento diez escudo al mes, despachándole título de Capitán el dos de diciembre de 1719, empleo que ejecutó durante dos años y diez meses y medio, hasta el seis de noviembre de 1722, fecha en la que quedó reformado junto al Capitán Don José de Lodosa y el Comandante del regimiento Don Pedro Tamayo. Esto ocurrió cuando tomó el cargo de Virrey el marqués de Casa Fuerte, quien traía órdenes del Rey al respecto.

  Dicho Virrey, fue puntualmente informado de que Don Manuel había mantenido su Compañía con el mayor de los lucimientos y elevada disciplina, no solo como Capitán de ella sino que también cuando era Teniente, en las ocasiones en que pasó a México y otras provincias, en las comisiones del Real servicio, asistencia a las continuas rondas que se practicaron en esos años pasados, a las guardas de las playas y puertos de su jurisdicción y en los ejercicios militares que necesarios fueron para el mantenimiento de la disciplina, orden y operatividad de los hombres a su cargo.   

   Así pues, con esta impecable hoja de servicios, el nuevo Virrey le escribió una carta el primero de noviembre de 1722 en la que le informaba que le reforma se hacía por orden del rey y no por defecto que se hubiese reconocido en él y que para remediarlo acudiese a Su Majestad para solicitar alivio y nuevo destino, para lo cual le daba licencia para ir a la Península, embarcando poco después en uno de los navíos de azogues que estaban prestos para zarpar.

   Antes de partir entregó informe detallado de su historial y de su Compañía a Don Guillermo Labalois, Inspector General de las Tropas de aquel reino, junto a las armas, caballos y vestuarios, todo en orden y correctamente, lo cual certificaron los siguiente oficiales reales de Veracruz: Don Gonzalo Gámez Messía y Don Nicolás ventura de Chavarría, Gobernadores que fueron de Veracruz, sus Capitanes y su Sargento mayor, quienes le juzgaron digno de recibir cuantas mercedes fuese servido el rey concederle.

   Así mismo, y esto como dato curioso, su madre le proporcionó escritura de su puño y letra certificada ante escribano público, mediante la cual le cedía a Don Manuel los derechos de los servicios de su hermano Don Tomás, Capitán, el cual había fallecido en Valencia en 1704 y que había servido al rey por más de doce años en diferentes puntos de España y que había sido muy bien considerado por todos sus superiores. Esto lo hacía para que el rey le remunerara los derechos de su hermano muerto y añadirlos a los suyos. Comentar que su madre falleció en Villarcayo, provincia de Burgos, el trece de enero de 1724, habiendo hecho testamento ante Alonso Díaz de Tudanca y Juan Bautista de Céspedes dos antes de fallecer.

   Tras llegar a Madrid y exponer su situación y méritos, obtuvo patente de Capitán de dragones de la ciudad y Puerto de Veracruz, pues quien la ocupaba desde junio de 1721, Don Alfonso Carrascosa,  había fallecido recientemente, en ese año de 1724, y dado que ya había mandado antes esa Compañía y su  hoja de  era excelente. Dicha patente llevaba fecha de diecisiete de septiembre de 1724.

   Con la patente bajo el brazo ya solo le restaba embarcar en Cádiz rumbo a Nueva España, rumbo a Veracruz, pero hubo de esperar al once de julio del año siguiente para que se le diera despacho de embarque, verificándose poco después  

   Embarcó en la Capitana de la flota y quiso el azar que esta se incendiara, logrando salvar su vida, realizando el resto del viaje en otra de las naves, aunque había perdido sus pertenencias y su patente y al llegar a Veracruz informó al Virrey de su problema y enterado ya este de ese suceso ordenó que se le pusiese en el mando de la referida Compañía.

   Así mismo informó al Rey de lo ocurrido, el haberse quedado sin nada, y queriendo continuar su mérito elevó súplica para que se le concediese la Alcaldía mayor de Chichilapa y Simatlán, que estaban por proveerse. Esta súplica debió elevarla a fines de 1725 o primeros de 1726 y no sabemos si obtuvo lo solicitado.

   Lo que sí sabemos es que solicitó hábito de Caballero de Santiago, lo cual obtuvo en el año de 1728 

   Y esto es todo cuanto sabemos de este soldado español, el cual realizó su carrera militar en Nueva España, actual República de los Estados Unidos Méxicanos. 


Soldado Español
Málaga - 2020

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