Nació
Serafín en Barcelona el 10 de Octubre de 1793, siendo bautizado al día
siguiente en la Parroquia
de Nuestra Señora del Pino, de Barcelona.
Lo primero que sabemos de el es que se le
concedió, por Real Gracia, entrar como Cadete en las Reales Guardias Españolas
el 21 de Abril de 1804, haciéndose efectiva la incorporación el 12 de Octubre
de 1805, entrando a servir en el tercer batallón de ese Cuerpo, que se hallaba
de guarnición en Barcelona.
Desde su juventud fue muy aficionado a la
observación de los monumentos históricos, haciendo anotaciones de cuantos casos
histórico-arqueológicos atrajesen su atención, convirtiéndolo con el correr del
tiempo en una pasión que le llevó a escribir numerosas obras sobre diversos
temas tanto de índole militar como etnográfica. Llegó a tener una importante
colección de piezas arqueológicas.
Al ocupar los franceses en 1808 la ciudad de
Barcelona, se evadió de allí y pasó a ofrecer sus servicios como soldado en la
vanguardia del Ejército Nacional en Cataluña. Posteriormente le mandaron, junto
a su padre, al Ejército del Centro, quedando en Cuenca a las órdenes del
Gobernador, el cual era su padre.
Fue aquí en Cuenca, e inspirado por su
formación cristiana, donde se le despertaron los mas profundos sentimientos
humanitarios, los cuales adornaron su persona a lo largo de toda su vida. Este
despertar fue como consecuencia de la epidemia que en la ciudad se vivía,
debida a las calamidades debidas a la barbarie y tropelías que las hordas
francesas cometieron durante la conquista y posterior ocupación de la ciudad.
Aquí, se dedicó con
especial
solicitud a la atención y cuidado de los muchos enfermos y heridos que en
Cuenca había.
El 16 de Enero de 1809 partió, junto con el
Estado Mayor, de Cuenca, dirigiéndose con un corto destacamento y a través de
las agrestes sierras, a Valencia, donde estuvo hasta el 8 de Febrero, cuando
fue promovido al empleo de Alférez de su Regimiento, siendo destinado al Ejército que realizaba sus operaciones en La Mancha , siendo también
nombrado Ayudante de Campo del Segundo General de la 3ª División.
Ascendido ya a Segundo Teniente y durante el
ataque realizado a la localidad de Aranjuez, se distinguió claramente por su
arrojo e intrepidez, despreciando el peligro y en contra de los deseos de su
padre, al comunicar órdenes las tropas que mas comprometidas en la acción se
hallaban y, así, el 11 de Agosto, en la batalla de Almonacid, se puso
decididamente al frente de algunas tropas que en retirada iban para,
haciéndoles entender que España les necesitaba y requería, hacerles dar la
vuelta y entrar nuevamente en el combate, arrancando de las garras de la
canalla francesa un carro de municiones y otro mas de pertrechos de guerra,
siendo capaz después, de presentarse con su corto destacamento en perfecto
orden y disciplina para ponerse a las órdenes del General Don Gaspar Vigolet en
la localidad de Villamanrique, donde éste se hallaba con la 2ª División. Todo
esto y según datos fehacientes, parece ser que duró alrededor de veinticuatro
horas, durante las cuales permaneció Serafín herido y, sin dar parte de dicha
herida, entregó su destacamento a dicho general y solo entonces acudió a la
enfermería.
El 19 de Noviembre, habiendo sido rota por
los gabachos la línea en la batalla de Ocaña, fue Serafín firme en el
mantenimiento del orden y la disciplina en la segunda línea, pero rota también
ésta por la abrumadora superioridad en hombres de la canalla francesa, volvió
Serafín a mantener el orden y la disciplina en la segunda línea, hasta que hubo
de retirarse con los efectivos que le quedaban al mando a Sierra Morena, donde
defendió sus posiciones hasta el 20 de Enero de 1810, cuando la División fue desalojada
de la Venta del
Marqués y del Fuerte del Rey, retirándose, a través de Granada, hasta Murcia,
donde se estaba reorganizando de nuevo el Ejército.
El 12 de Marzo de ese año es nombrado Primer
Teniente de Fusileros y el 13 de Mayo, junto con su Regimiento, se embarca en
Cartagena rumbo a Cádiz, para contribuir en el refuerzo de las líneas de
defensa de la Isla
de León.
El 16 de Junio partió, adscrito a la División del General
Lacy, para tomar parte en la acción de Benadalid, regresando a Cádiz el 31 de
Julio, a tiempo para asistir a la defensa de las líneas defensivas de la zona
y, así, estuvo en las de la defensa del Arsenal de la Carraca -donde se defendía
un puente de barcas- y en la de Chiclana, que se llevó a cabo el 5 de Marzo de
1811.
El 18 de Febrero de 1812, formando parte su
Batallón de la División
expedicionaria de Gibraltar al mando del General Ballesteros, salió para
realizar daños al enemigo y, así, se halló en las acciones de Arola, donde fue
comisionado para recoger heridos, y en la de Campillo.
El 20 de Junio del referido año es ascendido
a Primer Teniente de Cazadores de la Guardia Real , y con motivo de ello hubo de
regresar el siguiente 23 a
la Isla , donde a
la sazón se hallaba su Batallón de nuevo. Dos días después, de madrugada,
avanzando con su Compañía, encontró abandonados los puestos enemigos,
observando que todos los reductos habían sido minados por la canalla francesa,
emprendiendo con la segunda mitad de su Compañía la peligrosa tarea de apagar
las mechas e inutilizar las cargas de dichas minas, con la desgracia
irreparable de haber perdido un cazador, un valiente español que dio la vida
por su Patria, al cual ésta le debe honra. Tras esto, apresó un vehículo de
valiosos efectos militares, el cual entregó al General al mando.
A pesar de encontrarse mal de salud debido a
una caída del caballo, se incorporó el 29 de Agosto a la vanguardia del 4ª Ejército,
en Jerez de la Frontera ,
y con el estuvo en las de Padul y Alhendín. El resto del año y primera mitad
del 1813, lo pasó en labores de defensa, reconocimiento e intendencia, hasta el
1 de Julio del 13, que asistió con el Ejército de reserva de Andalucía al
sitio, asalto y toma de Pancorbo y Fuerte de Santa María, en los días 19 y 20
se distinguió en el bloqueo a Pamplona y, sobre todo, el día 22, cuando se
opuso a la salida que la chusma imperial hizo para atacar al Fuerte del
Príncipe, desalojando con su Compañía al enemigo, se acercó a la estacada y
haciendo caso omiso de la metralla continuó con su fusilería, haciéndoles la
vida imposible a los que defendían la muralla y poniéndoselo pero que muy
difícil a los artilleros enemigos.
También se distinguió Serafín en las
operaciones que el Ejército del Centro realizó en la línea de Sorarén del 27 al
30 de Junio y de manera especial en la de San Marcial, que acaeció el 31 de
Agosto, cuando fue destinado, con la 2ª Compañía de Cazadores a su mando, a llamar
la atención de los atrincheramientos enemigos, a los cuales supo atacar con
ventaja y a pesar de estar herido no se
retiró del campo hasta que vio a la canalla francesa abandonar sus posiciones,
haciéndose dueño del campo.
El 7 y 8 de Octubre tomó, demostrando ser
uno más entre su Batallón, la inmejorable posición del Cerro de la Sangre ; después fue
nombrado para, junto a doscientos hombres, defender el pueblo de Sara, para
hallarse luego en la acción del 13 y en las posteriores de 10 y 11 de Noviembre,
donde fueron derrotados los invasores franceses, que abandonaron cobardemente
la defensa de las fronteras de su territorio.
Una vez que la guerra contra la canalla
francesa hubo concluido, la división en que servía nuestro hombre se acantonó en
Soria, comisionándolo su General para ir a buscar la columna de caballería del
General Witingham, que junto con el Ejército de Andalucía se dirigían decididos
a apoyar el libre recibimiento del mas nefasto, malo y pernicioso de los Reyes
de España, Fernando VII. Encontró Serafín a Witingham en Vallecas y allí le
entregó las cartas reservadas que le habían sido confiadas, entrando en Madrid
al día siguiente con la
Real Familia encabezando la Caballería. Mal
día ese para nuestra Patria, mal día ese para los honrados españoles que
derramaron su sangre en la defensa de su libertad.
El 30 de Mayo de 1815, mientras prestaba
sus servicios en el 2º Batallón de la Guardia Vieja , obtuvo el grado de Coronel y,
sucesivamente, los diplomas de las Cruces concedidas a los Cuerpos de Ejército
en que había servido durante la pasada campaña.
Desde esos días hasta 1820 estuvo nuestro
Serafín en Toledo con su Batallón, de guarnición en la plaza y ocupándose en la
persecución, captura y ajusticiamiento de los bandidos que pululaban en la
región por aquellos entonces. En esta época es cuando contrae matrimonio con su
novia, Joaquina Campuzano González, una gaditana hija de una familia de
marinos, y para ello pide, como era preceptivo, la Real Licencia
mediante carta que escribe al Rey el 11 de Octubre; al día siguiente se remite
dicha carta, junto con la instancia documental, al Secretario del Depósito de la Guerra para que éste se la
presente al Rey. Toda esta documentación pasa a la Dirección General
del Monte Pío Militar, la cual, junto con otra de carácter militar, es remitida
a la Contaduría
para su examen, devolviéndola esta el día 24 con el parecer de que se debe
conceder la Real
Licencia y ya, el 30 de Octubre se da el visto bueno por
parte del Monte Pío Militar, con lo cual ya se pueden casar, cosa que acontece
el 24 de Noviembre de ese mismo año de 1820.
Continúa
Soldado Español
Málaga - 2020
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