Ocurrió en esos días que
fue disuelta la Guardia
Real , en la que tenía el empleo de Capitán desde el 15 de Abril de ese año, pasando a quedar
como agregado a la plaza hasta que fue destinado al distrito de Sevilla por disposición de 18 de Abril. Cuando llegó
a Sevilla sintió necesidad de retirarse por un tiempo del servicio, pidiendo
licencia para ello, obteniéndola para San Lúcar de Barrameda el 3 de Junio.
A su regreso camino de Madrid y con un
pasaporte del Duque de Crillón -General de las tropas francesas de los Cien Mil
Hijos de San Luis-, fue detenido en Valdepeñas, conducido a Toledo y llevado a
la cárcel pública por la chusma, donde su salud se vio quebrantada, hasta que
el Gobierno de la
Regencia Provisional le sacó de la cárcel y le permitió
retirarse a su casa a reponerse, tanto de la salud como de los agravios
recibidos.
España estaba ya convulsa política y
socialmente, habiendo un gran descontento por la acción de los políticos y
empezando a producirse animadversión contra el cáncer nacional llamado Fernando
VII y como consecuencia de ese estado de la situación y ser Serafín un hombre
público de ideas poco conservadoras -en aquella época-, aconteció que, debido a
su estado de salud, decidió ir a las costas de Cantabria a reponerse y a su
vuelta a Madrid y debido a los sucesos acontecidos en la Corte el pasado 7 de Julio
de 1821, fue arrestado primero en Tolosa y después en Burgos, pues creyeron sus
captores que se trataba de uno de los Oficiales que huyeron de Madrid después
de los sucesos de aquel día.
Así anduvo, con problemas por culpa de la
política, hasta que el 21 de Abril de 1826 obtuvo, por fin, certificado de
purificación, destinándosele en Septiembre a la Guardia de Cataluña en
calidad de Comandante supernumerario, donde asistió a las acciones de Manresa,
Olot y Ripoll; el 1 de Enero de 1827 ingresó en el tercer Regimiento esa
Guardia como Primer Comandante efectivo, actuando bien. El 3 de Marzo fue
nombrado Caballero de la Real
y Militar Orden de San Hermenegildo.
Entre los años de 1828 y 1833 obtuvo los
sucesivos despachos de Teniente Coronel Mayor de Granadero, de Coronel y el 3
de Enero de 1833 El de Brigadier de Infantería. En esas fechas ocurrió la gran
fortuna para el pueblo español de la enfermedad del tirano Fernando VII y su
posterior fallecimiento. Una vez ocurrida la muerte de esta calamidad nacional,
acudió Serafín a ponerse a disposición de la Reina Maria Cristina,
que asumía la Regencia
durante la minoría de edad de Isabel de Borbón y Borbón, Princesa de Asturias.
Desgraciadamente, la muerte del malhadado Fernando VII no supuso el fin de las
desgracias, pues nos dejó la semilla de la discordia nacional con la abolición
de la Ley Sálica ,
para que pudiera reinar su hija Isabel, lo cual encendió la ira del hermano de
Fernando, Carlos Maria Isidro, el cual organizó en torno a si un partido, los
Carlistas, de marcado carácter ultraconservador, ultracatólico y regresivo que pretendía
mantener el absolutismo en España para sumirnos en el oscurantismo y el atraso,
comenzando desde bastante antes de la muerte del Rey una guerra civil, llamada
Guerra Carlista.
En Enero de 1833 fue destinado al Ejército
del Norte, donde se le confió el mando de la Brigada de Reserva, tomando con ella parte en la
de Arlabán los días 16 y 17 de Febrero; el 14 de Mayo en Santa Cruz de Eleca,
donde con seiscientos granaderos de la Guardia hizo que 2000 infantes y 80 de a caballo
carlistas se retirasen, de la misma manera que con igual arrojo y con la salud
fastidiada, limpió de carlistas la meseta de Zuriain los días 24 de Junio y 4
de Julio; también y al mando de dos batallones echó a los carlistas que
ocupaban las posiciones en las alturas de Zubiri.
El 1 de Agosto, en medio de las alturas de
Luciai y Engui, mandó el ataque del centro y de la derecha en la batalla que
ese día se le dio al enemigo, tomándoles los dobles parapetos que tenían en el
monte raso, así como las posiciones que tenían quince batallones carlistas.
El 30 de Junio de 1834 es ascendido a
Mariscal de Campo y el 12 de Agosto se le adjudicó el mando del cuerpo de
operaciones de la derecha del Ejército que operaba en Navarra. Días antes de
tomar este manso, el 20 de Julio, otorgó testamento militar (3), en el que entre otras
cosas, pedía que se le enterrara donde mejor dispusiera su mujer y que fuera un
entierro libre de pompa y ostentación. Nombró por testamentarios a su mujer y a
Andrés Romero Valdés, Capitán de Infantería y Caballero del Hábito de Santiago.
En el testamento hace constar que Su Majestad el Rey se sirvió concederle el
producto económico de la obra que escribió sobre la Guardia Real. Como
curiosidad relativa a este testamento.
El 26 de Enero de 1836 manda un oficio al
General en Jefe del Ejército de Reserva comunicándole el acantonamiento de
parte de sus fuerzas en Santa Gadea, situación en la que permanece hasta que el
5 de Marzo de 1837 es nombrado Capitán General interino de Andalucía (4), cargo
del que presentó dimisión el 17 de Septiembre, dando al pueblo de Sevilla una
alocución en la que le agradecía su hospitalidad, explicaba su porqué allí,
justificaba su actuación y el porqué de su dimisión, a la vez que presentaba al
nuevo Capitán General, D. Juan Aldama.
Fue bastante atacado en la prensa por su
actuación durante ese tiempo, pues se le consideró demasiado duro y severo en
la represión política.
Cuando se hallaba de cuartel en Sevilla y
teniendo el Gobierno noticias de una serie de movimientos políticos sediciosos
que iban a tener lugar en Cádiz, y protagonizados por las dos Compañías de 2º
Batallón de Voluntarios de Andalucía, se le confió el mando político y militar
de dicha plaza, a donde se desplazó inmediatamente y entrando en secreto en
ella, tomó en seguida una serie de medidas que cortaron de raíz los trastornos
que se temía iban a ocurrir, y tan bien lo solucionó, que la Reina Regente le
concedió la Gran Cruz
de Isabel la Católica.
Posteriormente, el siete
de Julio de ese año de 1837, los Alcaldes Constitucionales de Cádiz dirigieron
carta a la Reina Regente
pidiendo perdón por los sucesos y suplicando por las vidas de los miembros de la Milicia Nacional
que fueron presos y condenados por los motines y escandalosos sucesos de sedición
ocurridos en esa ciudad de Cádiz. Dicha carta le fue remitida a través del
Capitán General, o sea, Serafín de Sotto, el cual dio curso favorable a dicha
petición el siguiente día diez.
Estuvo en este mando todo el año de 1838 y
parte de 1839, años en los que publicó dos bandos: uno el 18 de Julio (9), por el que fue
duramente atacado por los liberales, y otro el 30 de Noviembre, por el que
mandaba disolver la
Milicia Nacional ; el tres de Febrero de 1839, año en el que
sofocó en Algeciras y de raíz otro intento de rebelión que se estaba tramando
desde Ceuta (10)
Así estuvo
hasta que por real decreto de 3 de Febrero de 1840 fue relevado del cargo,
pasando al cuartel de San Lúcar de Barrameda, lugar donde le llegó el despacho
mediante el cual se le concedía la
Gran Cruz de San Hermenegildo.
En el año de 1840 le llamaron desde la Corte para que se encargase
de organizar un Cuerpo de Ejército de Reserva, medida que no llegó a llevarse a
efecto debido a las dudas que Serafín tuvo acerca de la conveniencia de su
creación y, sobre todo, que temiéndose que se produjesen trastornos políticos
que alterasen el orden público como en su día ocurrió en Cádiz y Sevilla, el 17
de Marzo fue nombrado Capitán General de Granada y Jaén (2), en relevo del Teniente General
D. Juan Antonio de Aldama, obteniendo allí resultados positivos en cuanto al
mantenimiento del orden público y represión política según las directrices del
Gobierno. Fue entonces cuando comenzó a fraguar y a dar forma a los servicios
de contraespionaje e inteligencia, bajo el nombre de Comisión Regia, la cual
actuaba con un gran secretismo, siendo Serafín el que con más secreto se
conducía, granjeándose entre sus compañeros de armas el apodo de “Lobo Solitario”.
Después de poner orden en esas provincias,
regresa a la Corte ,
donde el 22 de Abril es nombrado Ministro de la Guerra y el 24 Secretario de Estado y del Despacho
de la Guerra (11), cargos que hubo de
dejar debido a una grave dolencia, hasta el 25 de Mayo, fecha en que vuelve a
ocupar su puesto.
El 11 de Junio acompañó a SS. MM. a Barcelona, hasta el 30
del mismo, cuando, contrario a que se interrumpiera la promulgación de la Ley de Ayuntamientos dimite de
sus cargos, aceptándole la
Reina Regente su dimisión el 18 de Julio y partiendo fechas
después a Francia como exiliado político, pues al partir la Reina echada por el nuevo
Gobierno de Espartero debido a sus maniobras contra los liberales y ser Serafín
del partido de ésta, decidió emprender el exilio y luchar desde Francia para la
reposición de aquella de nuevo en el Trono. En el exilio estuvo hasta 1843,
conspirando junto a otros partidarios de la Reina Maria Cristina,
como O´Donnell, intentando derrocar al Gobierno (12) Tras
la vuelta a la Patria
de Maria Cristina tras ser declarada la mayoría de edad de Isabel II después de
los años de lucha desde el exilio, el 7 de Agosto de 1843 obtuvo destino de
cuartel en Madrid.
Continúa
Soldado Español
Málaga - 2020
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