El dos de julio de 1732, después de una
campaña de dos semanas, España recuperaba las plaza de Orán y Mazarquivir,
superando así la etapa de veinticuatro años que permaneció en poder de los
turcos tras conquistarla estos en plena
Guerra de Sucesión española.
En la formación del nuevo cuerpo militar que
habría de operar en la plaza, se creó una compañía formada por individuos naturales del país, de tribus que
ya antes de 1708 había estado colaborando militarmente con las autoridades
españolas: la Compañía de Mogataces, que operaban tanto montados como a pie.
Esta compañía quedó constituida el diez de
mayo de 1734 y estaba compuesta por un
capitán, un teniente, dos sargentos, cuatro cabos y noventa y noventa y cuatro
individuos de tropa, pero resultando que por diferentes razones no se pudo
reunir el total, por Real reglamento de diez de noviembre de 1745 se optó por
reducirla a un capitán, un teniente, dos sargentos, dos cabos y cuarenta y seis
individuos de tropa, con los siguientes sueldos y prebendas:
- capitán:
cuarenta y ocho escudos de vellón al mes,
- tenientes:
veinticinco escudos de vellón al mes,
- sargentos:
nueve escudos de vellón al mes,
- cabos: seis
escudos de vellón al mes,
- soldados:
cuatro escudos y medio de vellón al mes.
Además de esto, recibían una ración de pan
de libra y media y los que iban montados un celemín de cebada y diez libras de
paja por caballo y día.
Desde el principio, esta compañía estuvo en
permanente pie de guerra, manteniendo a lo largo de las siguientes casi seis
décadas una constante actividad, tanto en labores de espionaje, como de razzias
en busca de ganado, etc.
Tras los terremotos de octubre de 1790, Orán
y Mazarquivir sufrieron un constante asedio por parte de las tropas del bey de
Mascara, donde esta pudo demostrar por última vez su fidelidad a las banderas
que habían jurado. Una vez comprendido por parte de las autoridades españolas
las dificultades que suponían mantener una ciudad destrozada por los terremotos
y en constante asedio, llegó a un acuerdo con el bey y acabó entregando la
ciudad de Orán y Mazarquivir y la compañía partió de aquellos lugares rumbo a
Ceuta, donde cambiaron su nombre por el de "Compañía Fija de Moros
Mogataces de Ceuta".
He conseguido encontrar algunos de los
nombres de los capitanes:
- Manzor ben
Onzar, nombrado capitán en junio de 1738
- Almanzor ben
Onzar, para 1768 ya era capitán,
- Abdelkader ben
Busayaser, capitán en 1775
- Galí ben
Almanzor, capitán desde 1781 hasta 1792, que tenía el empleo de teniente
coronel desde septiembre de 1791.
A pesar de haber obtenido los nombres
anteriores de los Estados Militares, en la revista Revista de tropas coloniales, se dan los siguientes nombres de
capitanes de la compañía, por este orden:
- Almanzor ben
Onzar
- Galí ben Ozar,
- Abdelkader ben
Busayán,
- Gali ben
Amanzor,
- Lajadar ben
Buoayán,
- Kadur ben
Onzar, quien alcanzó el empleo de teniente coronel graduado.
Esto no coincide con lo expresado en los
Estados Militares, no sabiendo de donde obtuvo la citada revista esos nombres y
ese orden.
A finales de 1791, esta compañía se embarcó
rumbo al presidio de Ceuta en un viaje que duró, según la información de que
dispongo, dos meses, y donde seguirían prestando sus servicios, plaza a la que
arribaron en no muy buen estado, quedando desamparadas y sin percibir para
mediados de diciembre de 1792 su paga de enero y por esa causa, el comandante
general de la plaza, impresionado por la indigencia en la que se veían,
solicitó al regidor se le pagase la paga de enero en tanto recibía respuesta a
la representación que había hecho al rey sobre el asunto.
Estos moros mogataces, a pesar de las leyes
que prohibían la permanencia de personas de religión musulmana en la ciudad más
allá de lo que el comercio justificaba, continuaron prestando sus servicios en
la plaza de Ceuta durante todo el siglo XIX y en 1911 terminaron por integrarse
en el recién creado Grupo de Fuerzas regulares Indígenas.
A continuación, paso a desarrollar las biografías de tres individuos, abuelo, hijo y nieto, que fueron soldados de esa compañía.
Manzor ben Onzar (el abuelo)
Son pocos los datos que tengo de esta
militar de la Compañía de Mogataces.
Parece ser que estuvo en España hasta junio
de 1738, que pasó a Orán una vez recuperada esta plaza y Mazarquivir y por Real
orden de treinta y uno de diciembre de ese año se le dio el mando de la
compañía, del que se hizo cargo el siguiente veintiocho de febrero de 1739.
Tenía el sueldo de cuarenta escudos de vellón al mes y una ración de pan
diaria.
La única acción que de él he encontrado es
la que llevó a cabo el cuatro de junio de 1752 junto a treinta y seis hombres
del jeque Hedmed Onzar -probablemente un pariente-, de la parcialidad de
Gambra, se dirigieron a lugares no demasiado alejados de la plaza de Orán,
donde los enemigos tenían pastando a algunos ganados. Tras llegar tomaron
posiciones y al día siguiente se lanzaron a por las reses, cogiendo cuarenta y
una vacas y terneros, dos yeguas y una potranca y cuando iban de camino a Orán,
se tropezaron con el enemigo en el Cerro de los Pepinos, donde se enfrentaron,
haciéndoles dos muertos, de los que se trajeron sus despojos.
No he encontrado más datos de este militar.
Imagen tomada de la División de Investigación General, Biblioteca
Pública de Nueva York.
Onzar ben Onzar (el hijo)
Ingresó en la compañía de Mogataces en clase
de soldado el catorce de septiembre de 1746.
El veinticuatro de agosto de 1758 por
ascenso de Lidefamer ben Mojamed, promociona a sargento.
El veintinueve de marzo de 1759, formó parte
de la partida que desalojó a los enemigos del punto llamado Baciabotas, quienes
poco antes habían logrado situarse en los ataques de las inmediaciones del
fuerte de San Luis, expulsándolos.
Cuatro días después, se halló en la función
habida en los Caserones de Ifré, donde aplicaron un contundente castigo a los
enemigos, pues habiéndose emboscado, los sorprendieron cuando venían en busca
de desertores, haciéndoles bastantes muertos y llevándose a la ciudad un
caballo y un moro muertos. Esta misma acción la volvieron a repetir más tarde,
cuando dejaron en la Primera Aguada a dos moros de paz vestidos de cristianos
simulando ser desertores y cuando los enemigos se aproximaron, cayero Onzar y
los suyos en tromba sobre ellos, logrando matar a dos y poner en fuga a los
demás, llevando a la ciudad un caballo, los despojos de los dos muertos y las
orejas de estos.
El trece de abril de 1761, el nuevo bey
salió a campaña con gente de varias parcialidades con la intención de arrollar
nuestras posiciones, pero siempre alertas, lograron Onzar ben Onzar y sus
hombres abortar la sorpresa y mantenerlos a raya mientras se corrió a dar la
voz de alarma en la ciudad.
Por Real orden de diez de noviembre de 1761,
promociona al empleo de subteniente y con dicho empleo trece de noviembre
siguiente, fue sorprendido en una emboscada que gente de a caballo del bey les
dieron a su partida y a los moros de paz que les acompañaban con el fin de
cortarles la retirada, pero Oznar y los suyos aguantaron firme, oponiendo tenaz
resistencia y saliendo airoso de la refriega, aunque con la pérdida del teniente
que mandaba la partida, Ben Asir ben Burayán, que cayó muerto.
Tras esto, participó en dos embarcado en dos
acciones por mar en persecución de galeotas argelinas y el cuatro de mayo de
1763 se enfrentó nuevamente a un crecido contingente de caballería enemiga en
la Meseta, a los que les hicieron diez muerto y pusieron en fuga a los demás.
El once de septiembre de 1764, en el
encuentro con el enemigo en la Lengua de Sierpe, cuando yendo junto a moros de
paz de descubierta, fueron atacados por los moros de guerra, trabando combate
con ellos en una zona de pitas, donde mataron a uno, logrando, no sin
dificultades, librarse de los demás y ponerse a salvo.
El año de 1765 le vio actuar en tres
ocasiones. El veintidós de junio tuvo un encuentro con el enemigo en la Segunda
Agua, donde mataron a cinco, de los cuales a uno se lo llevaron a la plaza, y
tres caballos muertos. Así mismo, les hicieron bastantes heridos, pero estos
lograron retirarse y ponerse a salvo,
El quince de julio se las vio con el enemigo
en Rambla Honda, haciéndoles dos muertos y tres heridos; el veintiuno del mismo
mes y yendo de descubierta, le hicieron al enemigo dos prisioneros, a la vez
que les arrebataban dos yeguas y les mataban un caballo; el tres de agosto en
Casablanca, donde se cogió prisionero a un enemigo; el once de septiembre le
vemos actuando en la Atalaya de Daimuz, donde consiguieron liquidar a dos moros
y seis caballos, haciéndoles, así mismo, seis heridos.
El año de 1766, le vemos el veintiuno de
febrero en la función de Baciabotas, donde mataron a ocho enemigos y se
hirieron a otros más y el diecinueve de septiembre en la de Rambla Honda, donde
le hicieron dos bajas mortales al enemigo, tomaron un prisionero y se llevaron
un caballo, dos yeguas y una escopeta.
El doce de marzo de 1767 actuó en la función
que hubo en las Piletas donde se desalojó a los enemigos y a uno de los muertos
se le cortó la cabeza, que llevaron a la ciudad.
El veintinueve de enero de 1771 se halló en
la función que hubo en la Meseta, donde su partida mató dos moros enemigos,
cuyos cuerpos llevó a la plaza junto con sus armas.
El siguiente siete de febrero se enfrentó al
enemigo en el foso de San Miguel y el siguiente día en la Lengua de la Sierpe
Vieja contra la infantería y la caballería del bey, donde junto a sus hombres
logró dar muerte a veintiséis enemigos e hiriendo a muchos.
No volvemos a tener noticia alguna de
actividad militar por parte de Onzar hasta el dos de diciembre de 1772 se
enfrentó a los moros de guerra en el Salto del Caballo, donde dieron muerte a
tres enemigos, capturando dos caballos que llevaron a la plaza junto con la
cabeza de uno de los muertos. El siguiente día veintiocho se halló en la
Segunda Agua batiéndose contra el enemigo, al que le hicieron cuatro muertos, a
uno de los cuales le cortaron las orejas y las llevaron a la plaza junto con
una escopeta, los despojos de los muertos y cuatro caballos muertos.
El treinta y uno de enero de 1773, junto a
sus hombres tendió una emboscada al enemigo en el foso de San Carlos y San
Fernando, donde liquidaron a uno y le cogieron su escopeta y las ropas,
cortándole la cabeza como trofeo, lo que se volvió a hacer en la función del
siete de febrero en la Fuente del Nacimiento y en la Meseta, esta vez acompañados
de sesenta Moros de Paz, apresando en este último lugar a tres enemigos que
llevaron a la ciudad y de los muertos se
le cortó a uno la cabeza y a otro las orejas que también se llevaron a la
ciudad, así como un caballo con su silla dos escopetas, una gumia y los
despojos de los muertos.
El veintiséis de marzo atacó con su gente a
los enemigos en el apostadero de San Eugenio, donde consiguieron arrebatarle
una bandera al morabito y santones de Mascara, mataron a ocho moros, de los
cuales llevaron un a la plaza junto a otro vivo, a lo que añadir cinco
escopetas, una pistola, un ataján y un sable, un caballo con su silla y muchos
despojos quitados a los muerto.
El veintidós de junio de 1773, al
promocionar de empleo Alí Baxá, asciende al empleo de alférez, pasando a
percibir un sueldo de doscientos reales de vellón al mes, que en 1781 se vería
incrementado en tres escudos de vellón más al mes.
El cinco de marzo de 1774, un gran
contingente de infantería y caballería enemiga atacó fieramente, llegando hasta
los apostaderos, donde se les contuvo con vivo fuego durante tres horas,
logrando que abandonaran el campo dejando abundantes muertos y heridos, tanto
de hombres como de caballos.
El siguiente veintiocho de marzo se halló en
la salida que hicieron todas las partidas de mogataces, a quienes acompañaron
Moros de Paz, hasta las alturas del Gelmi Gualjarán, donde sorprendieron al
enemigo, acometiéndolo con furia y poniéndolo en fuga y matando a algunos,
logrando arrebatarles cerca de quinientas cabezas de ganado vacuno y lanar y
una yegua con su potro, todo lo cual condujeron a la plaza.
El once de marzo de 1775, tras más de dos
horas de intenso fuego lograron él y sus hombres hacer que los enemigos se
retiraran del punto que fieramente estaban atacando, dejando en el campo
bastantes muertos y heridos entre hombres y caballos.
El siguiente veintisiete de septiembre,
realizó una salida al campo enemigo para capturar reses, debido a la escasez de
carne que había en la plaza, culminando con éxito la operación al lograr
apresar más de quinientas cabezas de ganado, tanto ovejas como de cabras.
La siguiente noticia que tenemos es del tres
de abril de 1783, que hallándose con sus hombres en campo de Almansa, observó
el comandante de la tropa que los moros enemigos pretendían cortarle la
retirada por el llamado Salto del Caballo, ordenó este a Onzae que el y sus
hombres se apeasen de sus caballos y ascendieran por un espartal vecino, que
era por donde acometían con más brío el enemigo, siendo apoyados por el fuego
de una de las otra compañías mientras la otra ascendía al Salto del Caballo, y
con un intenso tiroteo y pericia, lograron contener el ataque enemigo rechazarlo, haciéndoles numerosos muertos y
heridos.
El veintiséis de septiembre de 1784 se halló
en la función de los Barrancos donde había sido destinado con su compañía para
contener con su fuego un avance enemigo, poniéndolos en fuga.
El once de junio de 1787, sufrió un intento
de asesinato. Efectivamente, hallándose avanzando por la zona llamada de
Baciabotas un soldado de su compañía que había decidido desertar, aprovechó un
momento de descuido y apuntando a Onzar le descargó un tiro, hiriéndolo de
gravedad, huyendo a continuación el desertor. Aunque la herida fue de
consideración, la vida de Onzar no corrió peligro y tiempo después pudo
reincorporarse a su puesto.
Lagtar Benseyan (el nieto)
Comenzó a servir en el ejército el año de
1747, cuando entró en clase de soldado en la compañía de mogataces de Orán,
pasando por las sucesivas plazas de cabo, sargento, teniente y capitán
graduado.
No he encontrado suficiente información
sobre este individuo y lo primero que he hallado es que el doce de enero de
1783, salió al mando de una tropa de treinta mogataces al campo enemigo y por
las cercanías de Canastel, con el objetivo de buscar ganado de cualquier clase,
pues había en la plaza de Orón una gran escasez de ella, misión que llevó a
cabo con éxito, pues logró capturar un total de quinientas cabezas de ganado
lanar y caprino, que condujo a la ciudad, todo ello realizado sin sufrir
ninguna baja.
Por la consecución de este triunfo solicitó
se le diera el grado de capitán, pero se le negó.
Así mismo, realizó operaciones de espionaje
en el campo enemigo y de reconocimiento del territorio, preferentemente por la
llamada Meseta, acompañado en muchas de esas ocasiones por un sobrino suyo,
Cador Pelmeistup, que era cabo de plaza de su compañía de mogataces.
Antes de que ocurriera el terremoto de
octubre de 1790, fue graduado de capitán y tras el terremoto, donde perdió
tanto su casa como su dinero y propiedades, pasó a Ceuta con el mismo empleo a
la compañía de mogataces de esa plaza, donde realizó algunas salidas contra los
moros de aquellas parcialidades, siempre, al igual que en Orán, con el aplauso
de sus superiores.
Pero como el terremoto lo dejó con lo
puesto, el catorce de agosto de 1792 solicitó del rey se le asistiese con
alguna gracia con la que poder sobrellevar con decencia a sí mismo y a su
familia y en consideración a sus muchos años de servicios, a finales de octubre
de ese año se le concedió el mando de la compañía de mogataces.
En su petición de ayuda, para dar peso a su
petición, decía que su antepasado -no especifica en cual grado, aunque sería su
padre casi con toda probabilidad- había alcanzado el empleo de teniente
coronel. Y digo que sería su padre porque la compañía de mogataces fue creada
el diez de mayo de 1734 y nuestro hombre ingresó en dicha compañía el año de
1747.
Soldado Español
Málaga - 2021