30/01/21

MÁLAGA TRAS A CAÍDA DEL PEÑÓN DE ARGEL. MAYO-JULIO DE 1529.

   A fines de mayo de 1529, tropas turco-argelinas mandadas por Barbarroja pusieron sitio al Peñón de Argel y embarcados los enemigos en fustas artilladas, iniciaron intenso fuego de artillería a la vaez que se aproximaban al peñón y aprovechando el mucho humo, lograron saltar a tierra continuando con el bombardeo, lograron batir y derribar parte de la muralla que defendía la plaza, entrando el enemigo en tromba, ante lo cual, la exigua dotación que había resistió bravamente, pero ante la superioridad numérica enemiga acabaron siendo vencidos.

   Murieron sesenta hombres, entre ellos el capitán a mando y el alcaide de una de las torres, y los demás fueron hechos prisioneros. La plaza quedó en poder turco.

   Tras haber caído el Peñón, se enviaron a España varias misivas anunciando dicha pérdida.

   Entre esas cartas, iba una enviada al corregidor de Cartagena, Jorge Ruiz de Alarcón, por el obispo de Málaga, César Riario, de fecha doce de junio, en la cual le informa que le había llegado carta desde Orán del corregidor de ese presidio por la cual le comunicaba la caída del Peñón de Argel en manos de Barbarroja y que los defensores que no habían muerto durante el sitio habían sido hechos prisioneros y temiendo -el corregidor de Orán- que aun no se tuviese conocimiento en España avisaba se estuviese en alerta por si el próximo paso de Barbarroja era precisamente Orán.

   Enterada también la ciudad de Málaga, se tomaron las disposiciones necesarias para hacer frente a posibles ataques de corsarios berberiscos y se recibieron cartas solicitando al cabildo el envío de gente y bastimentos a Orán y Mazarquivir, pero no se envió, pues era poca la gente disponible y eran necesarias en las actuales circunstancias, en las que se podían presentar en las costas malagueñas tropas turco-argelinas, pues ya asediaban las costas desde Valencia hasta Cádiz, disponiéndose en cabildo de trece de julio las medidas necesarias para la mejor defensa de la ciudad y su área de influencia.


Representación de la ciudad de Argel entre 1562-1563 con primer plano del Peñón de Argel.

   El veinte de ese mes de julio, Ronquillo, el alcalde de Málaga, escribe carta a la emperatriz, Isabel de Portugal, comunicándole las noticias que se habías estado recibiendo tras la caída del Peñón y los temores que causaban. Las noticias que da son las siguientes:

   Un bergantín con correo y otros para Orán fue hecho preso al poco de partir, teniendo que darse media vuelta, alcanzando la coste de Motril y abandonando el barco sus tripulantes, con la pérdida de este y toda su carga. Cuando el maestre del bergantín llegó a Málaga, el alcalde lo manda prender y encerrar por haber dejado en poder de los moros el correo y la documentación, aduciendo el maestre que no había documento ni carta importante y, desde luego, ninguna del rey de Tremecén. También decía que el capitán de Orán, Pedro de Godoy, había enviado a Málaga mil costales para el trigo que había que recoger en el puerto de Arceo, que se había comprado en Tremecén, pero no lo pudieron recoger porque recibió noticias de la presencia de trece barcos de Barbarroja, aunque también dijo que no lo había sabido por carta alguna, sino que lo oyó.

   El problema de Orán es que estaban más necesitados de trigo más que de gente de armas, pues el abril anterior había llegado al presidio bastante, la cual al día se hallaba sin paga, pero advertía que no podía mandar mas soldados a ese presidio norteafricano.

   Así mismo, afirma que tras el envío que se hizo de tropa para el socorro del Peñón, al ver que había sido tomado, se dirigieron a Bugía, donde dejaron abastecido aquel punto de tropa y bastimentos.

   Como dijo antes, toda la mar comprendida entre Valencia y Cádiz estaba infestada de barcos enemigos, que hacían muy peligrosa la navegación comercial, los barcos pesqueros no se atrevían a salir a faenar y los agricultores y pastores cercanos a la línea de costa huían al interior, pidiendo pronto remedio pues son muchos los naturales que son capturados. Recomienda, además, que se llevasen de las localidades costeras a la población morisca que en ella residía.

   Propone que se armen en Barcelona seis galeras artilladas, a las que añadir las fustas de que disponía armadas con dinero de Diego de Cazalla, se podría batir la mar y mantener a raya al enemigo, pero que debía hacerse pronto y rápido, porque sino la cosa iría a peor.

   Solicita cédula firmada por la emperatriz para pagar todo lo que se compró para enviar a Orán y para los correos y mensajeros que se envían continuamente a las torres y fortalezas de la costa, pues mientras no tenga dicha cédula no puede disponer por si del dinero necesario, teniendo que hacerlo Diego de Cazalla por libranza suya.

IHPMalagueñas

Málaga - 2021

28/01/21

ANTONIO LÓPEZ GALLARDO. LA MÁMORA. VÉLEZ DE LA GOMERA.

  No he logrado averiguar su lugar de nacimiento ni la fecha, pero me aventuro a decir que pudo haber nacido en torno al año de 1643-1645 y en Larache, pues tuvo una hermana que nació en esa plaza  y su padre,  el sargento mayor Diego López Gallardo, sirvió en Larache y San Miguel de Ultramar, muriendo en esta última plaza con el empleo de gobernador de ella. Su madre era Francisca de Paula Mesía Bazán y Salas.

   Ingresó en el ejército en clase de soldado el nueve de enero de 1661, con destino al presidio de San Miguel de Ultramar (La Mamora) (1), donde estuvo realizando el servicio de su clase, hallándose en los asedios que la plaza sufrió por parte de las tropas de Muley Ismail, sultán de Marruecos, los años de 1668, 1671, 1675 y 1678, ascendiendo, por sus meritos a las plazas de alférez, ayudante y capitán

   Durante estos años realizó diferentes misiones, como por ejemplo la que llevó a cabo mandando una embarcación con ocho soldados y algunos trabajadores a por leña, de la que la plaza andaba escasa. Una vez en tierra y comenzado el trabajo, fueron acometidos por una fuerza mora compuesta por unos cincuenta soldados de a caballo, a los que mantuvo a raya con su escasa tropa mientras los trabajadores se hacían con la leña, logrando completar el trabajo y regresar a la plaza sin perder ningún soldado.

   Por fin, la presión constante de los moros sobre la plaza se hizo insoportable y tras un tenaz asedio en el que la carencia de agua se hizo insoportable, los ciento sesenta españoles que la defendían no tuvieron más remedio que rendirse el treinta de abril de 1681, siendo hechos prisioneros y cautivos fueron enviados a las cárceles de Mequinez.

San Miguel de Ultramar o La Mámora

   Así pues, Antonio López Gallardo y sus hombres iniciaron un penoso calvario como cautivos de los moros, que en el caso de Antoni lo fue por espacio de dieciocho años y tres meses, hasta el veintidós de julio de 1799 que salió en libertad y como compensación a sus buenos servicios y al cautiverio sufrido, se le confirió el gobierno y alcaldía del presidio del Peñón de Vélez de la Gomera, tomando posesión de él el treinta y uno de agosto de 1700.

   Hay que decir que Antonio, por la razón que fuera, le "cayó bien" a Muley Ismail . Tan bien le cayó, que le comisionó por su embajador ante Luis XIV y tan bien realizó las gestiones que le encomendó, que le premió con la libertad y con la de su familia y hasta cuarenta prisioneros más, los cuales entraron en Ceuta el primero de julio de 1699. Bien es cierto que pudo realizar las gestiones porque su familia estaba presa del sultán y, además,  a su pasó a Madrid buscó ayuda para poder rescatar a su familia, lo que al parecer pudo conseguir, también, a través de la intermediación de los padres franciscanos.

   Tras esto, pasó a hacerse cargo del gobierno del Peñón de Vélez de la Gomera. Esto irritó muchísimo al sultán Muley Ismael, pues resulta que durante el cautiverio en Mequinez de Antonio, Muley le había tomado afecto y le había tratad con benevolencia, de modo que al ser liberado y hacerse cargo del gobierno del Peñón, se sintió traicionado por el español, pues pensaba que la caballerosidad de este más el trato recibido le impedirían ponerse al mando de gente que le hacían la guerra a los moros. Así pues, dio órdenes a sus oficiales de que por el medio que fuera se le volviera a apresar o, al menos, procurarle el mayor daño posible a sus hombres.

   En cierto modo es comprensible la actitud de Antonio López Gallardo si tenemos en cuenta algunos aspectos: Primero, que cuando la plaza capituló se llegó al acuerdo de que los españoles podrían retirarse a Ceuta o a cualquier otro punto sin temer por sus vidas o libertad y lo primero que hicieron los moros fue apresarlos a todos y reducirlos a cautividad. Segundo, estuvo privado de su libertad durante dieciocho años, coincidiendo con una época de plenitud en la vida de una persona y encima teniendo que realizar encargos para su captor. tercero, su mujer e hijas estaban presas, perdiendo estas últimas los años mejores para poder contraer matrimonio sin dificultad. Todos estos factores, crearían en el un rencor y un odio que cuando se le presentó la oportunidad, el gobierno del Peñón, no dudó en darles salida y trabajar para poder dañar lo máximo posible a quien le había privado de su libertad.

Peñón de Vélez de la Gomera

   Como decía, las tropas de Muley Ismail pusieron asedio al Peñón, que duró alrededor de quince meses, y que comenzó prácticamente desde el momento de hacerse cargo Antonio del gobierno y el encargado de llevarlo a efecto fue un tal Alí ben Abdalá, quien atacó con saña al presidio, aunque se le pudo hacer frente sin problemas.

   Se realizaron por parte de los nuestros, salidas tonto por tierra como por mar, apresando moros y barcos. Así, el dieciocho de octubre de 1700, organizó Antonio un ataque al puerto de Mostaza, distante unos once kilómetros de la plaza, asaltando por sorpresa el puerto y saqueándolo, llevándose maderas y otros géneros, así como a moros prisioneros. El hecho apareció reflejado en La Gaceta de la siguiente manera:

   "Peñón de Vélez 24. de Octubre de 1700

   A Diez y nueve del corriente, nuestro Governador Don Antonio López Gallardo, supo como Muley Sidan, hijo del Rey de Mequinez, se hallava en Tessa, veinte y siete legua de cita Plaza, que pasava ázia Orán contra los Argelinos;  pero que de retirada tenia resuelto llegar aquí con catorze mil hombres  que  lleva, y acometer esta Plaza, y Fuerte: Y nos tiene esta noticia con bastante cuidado.

    El mismo dia, antes de amanecer, salieron de orden de nuestro Governador  las dos Fragatas , y el Barco Luengo de tas Alhucemas, para el Puerto de Mostaza, adonde llegaron, poniendo las proas en tierra; y saltando hasta sesenta  hombres, se apoderaron á fuerça de armas de tres Embarcaciones de muy buen porte, que tenían varadas, y con que comerciavan en Tetuan; largando tambien todas las prevenciones,  que allí tenían para hazer viage.

   Y avíendose detenido en esta faccion mas de vna hora, se embarcaron sin  recibir daño alguno, y se hízieron a la mar, á tiempo que llegaron los Enemigos, y se hallaron burlados."

   El siete de julio de 1701 realizó una incursión al llamado Castel de Pescadores, a unos treinta y ocho kilómetros del presidio, donde mataron a varios moros y apresaron a uno; el día quince se apresó a otro moro y el veintiséis se apresó un barco que los moros abandonaron precipitadamente ante la llegada de los españoles.

   Tras esto, lanzó Muley Sidan el hijo de Muley Ismail, un ataque contra el cantil con catorce mil hombres contra el fuerte de El Cantil, apoderándose de él, pero Antonio López Gallardo reaccionó bien y  tiempo y tras un intenso combate logró hacerse con él y destruyéndolo para que pudiera volver a servir de plataforma para los ataques de los moros contra el Peñón.

  Los días uno y dos de mayo de 1702, se realizó una salida en la que se quemaron los ataques de los enemigos.

   El veintiséis de febrero de 1703 los moros atacaron con fuerza el presidio, aguantando firmemente los españoles, obligándoles a retirarse dejando una barca en la que había gran cantidad de armas y herramientas y  cinco moros, los cuales fueron apresados, tras lo cual, pocos días después, Antonio López ordenó una salida con las embarcaciones del presidio que lograron apresar un moro que informó del estado del campo enemigo y con esta información, volvió a ordenar una salida de ataque, pillando desprevenidos a los moros y causándoles muchos estragos, capturando algunos  y aterrorizando a los demás, lo que tuvo como resultado que no volvieron a atacar en bastante tiempo.

Castillo de tierra del Peñón de Vélez de la Gomera

   Hay que decir que recibió catorce piezas de artillería, las cuales, a pesar de las asperezas del terreno y la oposición constante de los moros, lograron subir al presidio, siendo Antonio López uno de los que trabajó en ello, metiéndose en el agua y tirando de las poleas.

   Durante su gobierno, reparó los cuarteles y la iglesia, bastante maltrechos por las bombas de los enemigos. Así mismo, ordenó la construcción del baluarte de San Antonio, de una estacada y de una entrada encubierta labrada en la piedra del peñón, en la cara del mar, para facilitar la entrada de víveres, armas, etc. en la plaza en momentos de asedio.

   Como curiosidad, una noticia. Ya dije antes que el hecho de que Antonio López se hiciera cargo del gobierno del Peñón y se opusiese militar mente a los moros irritó sobremanera al sultán, pues este no se esperaba esto y por lo tanto ordenó que por el medio que fuera se capturase y se le llevase. 

   Pero como hemos visto, todos los intentos lo fueron sin éxito... hasta que se le presentó la ocasión en 1701. Efectivamente, embarcando quince hombres del presidio del Peñón con rumbo a España, al poco de partir se vieron atacadados por unas galeotas aprestadas por Alí ben Abdalá y tras tenaz combate e inferioridad numérica, los españoles acabaron por rendirse, siendo capturados y enviados cautivos a Mequinez, donde fueron muertos a base de golpes y sablazos y sus cadáveres fueron mutilados por una fanática multitud.

   Sus restos fueron recogidos por los franciscanos autorizados a estar en Mequinez, quienes los amortajaron y dieron sepultura.

   Por decreto de treinta de agosto de 1702, se le transmitieron las felicitaciones del rey y su recomendación para que pudiese acceder a mejor empleo.  Entregó el gobierno del Peñón a Pedro de Azcoitia (o Azcuitia), en junio de 1703.

   El trece de junio de 1707, fue propuesto para hacerse cargo del gobierno de la Florida, en América (2), aunque no he averiguado si lo obtuvo. En cualquier caso, la edad jugaba en su contra.

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(1) Su hoja de servicios dice que también se halló destinado en Larache, pero no indica si antes o durante el tiempo que se halló en San Miguel de Ultramar.

(2) Igual que en el caso anterior, no especifica a que Florida se puede referir.

Soldado Español

Málaga - 2021

25/01/21

TRES GENERACIONES EN LA COMPAÑÍA DE MOGATACES DE ORÁN

   El dos de julio de 1732, después de una campaña de dos semanas, España recuperaba las plaza de Orán y Mazarquivir, superando así la etapa de veinticuatro años que permaneció en poder de los turcos tras  conquistarla estos en plena Guerra de Sucesión española.

   En la formación del nuevo cuerpo militar que habría de operar en la plaza, se creó una compañía formada por  individuos naturales del país, de tribus que ya antes de 1708 había estado colaborando militarmente con las autoridades españolas: la Compañía de Mogataces, que operaban tanto montados como a pie.

   Esta compañía quedó constituida el diez de mayo de 1734 y estaba  compuesta por un capitán, un teniente, dos sargentos, cuatro cabos y noventa y noventa y cuatro individuos de tropa, pero resultando que por diferentes razones no se pudo reunir el total, por Real reglamento de diez de noviembre de 1745 se optó por reducirla a un capitán, un teniente, dos sargentos, dos cabos y cuarenta y seis individuos de tropa, con los siguientes sueldos y prebendas:

- capitán: cuarenta y ocho escudos de vellón al mes,

- tenientes: veinticinco escudos de vellón al mes,

- sargentos: nueve escudos de vellón al mes,

- cabos: seis escudos de vellón al mes,

- soldados: cuatro escudos y medio de vellón al mes.

   Además de esto, recibían una ración de pan de libra y media y los que iban montados un celemín de cebada y diez libras de paja por caballo y día.

   Desde el principio, esta compañía estuvo en permanente pie de guerra, manteniendo a lo largo de las siguientes casi seis décadas una constante actividad, tanto en labores de espionaje, como de razzias en busca de ganado, etc.

   Tras los terremotos de octubre de 1790, Orán y Mazarquivir sufrieron un constante asedio por parte de las tropas del bey de Mascara, donde esta pudo demostrar por última vez su fidelidad a las banderas que habían jurado. Una vez comprendido por parte de las autoridades españolas las dificultades que suponían mantener una ciudad destrozada por los terremotos y en constante asedio, llegó a un acuerdo con el bey y acabó entregando la ciudad de Orán y Mazarquivir y la compañía partió de aquellos lugares rumbo a Ceuta, donde cambiaron su nombre por el de "Compañía Fija de Moros Mogataces de Ceuta".

   He conseguido encontrar algunos de los nombres de los capitanes:

- Manzor ben Onzar, nombrado capitán en junio de 1738

- Almanzor ben Onzar, para 1768 ya era capitán,

- Abdelkader ben Busayaser, capitán en 1775

- Galí ben Almanzor, capitán desde 1781 hasta 1792, que tenía el empleo de teniente coronel desde septiembre de 1791.

   A pesar de haber obtenido los nombres anteriores de los Estados Militares, en la revista Revista de tropas coloniales, se dan los siguientes nombres de capitanes de la compañía, por este orden:

- Almanzor ben Onzar

- Galí ben Ozar,

- Abdelkader ben Busayán,

- Gali ben Amanzor,

- Lajadar ben Buoayán,

- Kadur ben Onzar, quien alcanzó el empleo de teniente coronel graduado.

   Esto no coincide con lo expresado en los Estados Militares, no sabiendo de donde obtuvo la citada revista esos nombres y ese orden.

   A finales de 1791, esta compañía se embarcó rumbo al presidio de Ceuta en un viaje que duró, según la información de que dispongo, dos meses, y donde seguirían prestando sus servicios, plaza a la que arribaron en no muy buen estado, quedando desamparadas y sin percibir para mediados de diciembre de 1792 su paga de enero y por esa causa, el comandante general de la plaza, impresionado por la indigencia en la que se veían, solicitó al regidor se le pagase la paga de enero en tanto recibía respuesta a la representación que había hecho al rey sobre el asunto.

   Estos moros mogataces, a pesar de las leyes que prohibían la permanencia de personas de religión musulmana en la ciudad más allá de lo que el comercio justificaba, continuaron prestando sus servicios en la plaza de Ceuta durante todo el siglo XIX y en 1911 terminaron por integrarse en el recién creado Grupo de Fuerzas regulares Indígenas.

   A continuación, paso a desarrollar las biografías de tres individuos, abuelo, hijo y nieto, que fueron soldados de esa compañía.

Manzor ben Onzar (el abuelo)

   Son pocos los datos que tengo de esta militar de la Compañía de Mogataces.

   Parece ser que estuvo en España hasta junio de 1738, que pasó a Orán una vez recuperada esta plaza y Mazarquivir y por Real orden de treinta y uno de diciembre de ese año se le dio el mando de la compañía, del que se hizo cargo el siguiente veintiocho de febrero de 1739. Tenía el sueldo de cuarenta escudos de vellón al mes y una ración de pan diaria.

   La única acción que de él he encontrado es la que llevó a cabo el cuatro de junio de 1752 junto a treinta y seis hombres del jeque Hedmed Onzar -probablemente un pariente-, de la parcialidad de Gambra, se dirigieron a lugares no demasiado alejados de la plaza de Orán, donde los enemigos tenían pastando a algunos ganados. Tras llegar tomaron posiciones y al día siguiente se lanzaron a por las reses, cogiendo cuarenta y una vacas y terneros, dos yeguas y una potranca y cuando iban de camino a Orán, se tropezaron con el enemigo en el Cerro de los Pepinos, donde se enfrentaron, haciéndoles dos muertos, de los que se trajeron sus despojos.

   No he encontrado más datos de este militar.


Imagen tomada de la División de Investigación General, Biblioteca Pública de Nueva York.

Onzar ben Onzar (el hijo)

   Ingresó en la compañía de Mogataces en clase de soldado el catorce de septiembre de 1746.

   El veinticuatro de agosto de 1758 por ascenso de Lidefamer ben Mojamed, promociona a sargento.

   El veintinueve de marzo de 1759, formó parte de la partida que desalojó a los enemigos del punto llamado Baciabotas, quienes poco antes habían logrado situarse en los ataques de las inmediaciones del fuerte de San Luis, expulsándolos.

   Cuatro días después, se halló en la función habida en los Caserones de Ifré, donde aplicaron un contundente castigo a los enemigos, pues habiéndose emboscado, los sorprendieron cuando venían en busca de desertores, haciéndoles bastantes muertos y llevándose a la ciudad un caballo y un moro muertos. Esta misma acción la volvieron a repetir más tarde, cuando dejaron en la Primera Aguada a dos moros de paz vestidos de cristianos simulando ser desertores y cuando los enemigos se aproximaron, cayero Onzar y los suyos en tromba sobre ellos, logrando matar a dos y poner en fuga a los demás, llevando a la ciudad un caballo, los despojos de los dos muertos y las orejas de estos.

   El trece de abril de 1761, el nuevo bey salió a campaña con gente de varias parcialidades con la intención de arrollar nuestras posiciones, pero siempre alertas, lograron Onzar ben Onzar y sus hombres abortar la sorpresa y mantenerlos a raya mientras se corrió a dar la voz de alarma en la ciudad.

   Por Real orden de diez de noviembre de 1761, promociona al empleo de subteniente y con dicho empleo trece de noviembre siguiente, fue sorprendido en una emboscada que gente de a caballo del bey les dieron a su partida y a los moros de paz que les acompañaban con el fin de cortarles la retirada, pero Oznar y los suyos aguantaron firme, oponiendo tenaz resistencia y saliendo airoso de la refriega, aunque con la pérdida del teniente que mandaba la partida, Ben Asir ben Burayán, que cayó muerto.

   Tras esto, participó en dos embarcado en dos acciones por mar en persecución de galeotas argelinas y el cuatro de mayo de 1763 se enfrentó nuevamente a un crecido contingente de caballería enemiga en la Meseta, a los que les hicieron diez muerto y pusieron en fuga a los demás.

   El once de septiembre de 1764, en el encuentro con el enemigo en la Lengua de Sierpe, cuando yendo junto a moros de paz de descubierta, fueron atacados por los moros de guerra, trabando combate con ellos en una zona de pitas, donde mataron a uno, logrando, no sin dificultades, librarse de los demás y ponerse a salvo.

   El año de 1765 le vio actuar en tres ocasiones. El veintidós de junio tuvo un encuentro con el enemigo en la Segunda Agua, donde mataron a cinco, de los cuales a uno se lo llevaron a la plaza, y tres caballos muertos. Así mismo, les hicieron bastantes heridos, pero estos lograron retirarse y ponerse a salvo,

   El quince de julio se las vio con el enemigo en Rambla Honda, haciéndoles dos muertos y tres heridos; el veintiuno del mismo mes y yendo de descubierta, le hicieron al enemigo dos prisioneros, a la vez que les arrebataban dos yeguas y les mataban un caballo; el tres de agosto en Casablanca, donde se cogió prisionero a un enemigo; el once de septiembre le vemos actuando en la Atalaya de Daimuz, donde consiguieron liquidar a dos moros y seis caballos, haciéndoles, así mismo, seis heridos.

   El año de 1766, le vemos el veintiuno de febrero en la función de Baciabotas, donde mataron a ocho enemigos y se hirieron a otros más y el diecinueve de septiembre en la de Rambla Honda, donde le hicieron dos bajas mortales al enemigo, tomaron un prisionero y se llevaron un caballo, dos yeguas y una escopeta.

   El doce de marzo de 1767 actuó en la función que hubo en las Piletas donde se desalojó a los enemigos y a uno de los muertos se le cortó la cabeza, que llevaron a la ciudad.

   El veintinueve de enero de 1771 se halló en la función que hubo en la Meseta, donde su partida mató dos moros enemigos, cuyos cuerpos llevó a la plaza junto con sus armas.

   El siguiente siete de febrero se enfrentó al enemigo en el foso de San Miguel y el siguiente día en la Lengua de la Sierpe Vieja contra la infantería y la caballería del bey, donde junto a sus hombres logró dar muerte a veintiséis enemigos e hiriendo a muchos.

   No volvemos a tener noticia alguna de actividad militar por parte de Onzar hasta el dos de diciembre de 1772 se enfrentó a los moros de guerra en el Salto del Caballo, donde dieron muerte a tres enemigos, capturando dos caballos que llevaron a la plaza junto con la cabeza de uno de los muertos. El siguiente día veintiocho se halló en la Segunda Agua batiéndose contra el enemigo, al que le hicieron cuatro muertos, a uno de los cuales le cortaron las orejas y las llevaron a la plaza junto con una escopeta, los despojos de los muertos y cuatro caballos muertos.

   El treinta y uno de enero de 1773, junto a sus hombres tendió una emboscada al enemigo en el foso de San Carlos y San Fernando, donde liquidaron a uno y le cogieron su escopeta y las ropas, cortándole la cabeza como trofeo, lo que se volvió a hacer en la función del siete de febrero en la Fuente del Nacimiento y en la Meseta, esta vez acompañados de sesenta Moros de Paz, apresando en este último lugar a tres enemigos que llevaron a la ciudad  y de los muertos se le cortó a uno la cabeza y a otro las orejas que también se llevaron a la ciudad, así como un caballo con su silla dos escopetas, una gumia y los despojos de los muertos.

   El veintiséis de marzo atacó con su gente a los enemigos en el apostadero de San Eugenio, donde consiguieron arrebatarle una bandera al morabito y santones de Mascara, mataron a ocho moros, de los cuales llevaron un a la plaza junto a otro vivo, a lo que añadir cinco escopetas, una pistola, un ataján y un sable, un caballo con su silla y muchos despojos quitados a los muerto.

   El veintidós de junio de 1773, al promocionar de empleo Alí Baxá, asciende al empleo de alférez, pasando a percibir un sueldo de doscientos reales de vellón al mes, que en 1781 se vería incrementado en tres escudos de vellón más al mes.

   El cinco de marzo de 1774, un gran contingente de infantería y caballería enemiga atacó fieramente, llegando hasta los apostaderos, donde se les contuvo con vivo fuego durante tres horas, logrando que abandonaran el campo dejando abundantes muertos y heridos, tanto de hombres como de caballos.

   El siguiente veintiocho de marzo se halló en la salida que hicieron todas las partidas de mogataces, a quienes acompañaron Moros de Paz, hasta las alturas del Gelmi Gualjarán, donde sorprendieron al enemigo, acometiéndolo con furia y poniéndolo en fuga y matando a algunos, logrando arrebatarles cerca de quinientas cabezas de ganado vacuno y lanar y una yegua con su potro, todo lo cual condujeron a la plaza.

   El once de marzo de 1775, tras más de dos horas de intenso fuego lograron él y sus hombres hacer que los enemigos se retiraran del punto que fieramente estaban atacando, dejando en el campo bastantes muertos y heridos entre hombres y caballos.

   El siguiente veintisiete de septiembre, realizó una salida al campo enemigo para capturar reses, debido a la escasez de carne que había en la plaza, culminando con éxito la operación al lograr apresar más de quinientas cabezas de ganado, tanto ovejas como de cabras.

   La siguiente noticia que tenemos es del tres de abril de 1783, que hallándose con sus hombres en campo de Almansa, observó el comandante de la tropa que los moros enemigos pretendían cortarle la retirada por el llamado Salto del Caballo, ordenó este a Onzae que el y sus hombres se apeasen de sus caballos y ascendieran por un espartal vecino, que era por donde acometían con más brío el enemigo, siendo apoyados por el fuego de una de las otra compañías mientras la otra ascendía al Salto del Caballo, y con un intenso tiroteo y pericia, lograron contener el ataque enemigo  rechazarlo, haciéndoles numerosos muertos y heridos.

   El veintiséis de septiembre de 1784 se halló en la función de los Barrancos donde había sido destinado con su compañía para contener con su fuego un avance enemigo, poniéndolos en fuga.

   El once de junio de 1787, sufrió un intento de asesinato. Efectivamente, hallándose avanzando por la zona llamada de Baciabotas un soldado de su compañía que había decidido desertar, aprovechó un momento de descuido y apuntando a Onzar le descargó un tiro, hiriéndolo de gravedad, huyendo a continuación el desertor. Aunque la herida fue de consideración, la vida de Onzar no corrió peligro y tiempo después pudo reincorporarse a su puesto.


Lagtar Benseyan (el nieto)

   Comenzó a servir en el ejército el año de 1747, cuando entró en clase de soldado en la compañía de mogataces de Orán, pasando por las sucesivas plazas de cabo, sargento, teniente y capitán graduado.

   No he encontrado suficiente información sobre este individuo y lo primero que he hallado es que el doce de enero de 1783, salió al mando de una tropa de treinta mogataces al campo enemigo y por las cercanías de Canastel, con el objetivo de buscar ganado de cualquier clase, pues había en la plaza de Orón una gran escasez de ella, misión que llevó a cabo con éxito, pues logró capturar un total de quinientas cabezas de ganado lanar y caprino, que condujo a la ciudad, todo ello realizado sin sufrir ninguna baja.

   Por la consecución de este triunfo solicitó se le diera el grado de capitán, pero se le negó.

   Así mismo, realizó operaciones de espionaje en el campo enemigo y de reconocimiento del territorio, preferentemente por la llamada Meseta, acompañado en muchas de esas ocasiones por un sobrino suyo, Cador Pelmeistup, que era cabo de plaza de su compañía de mogataces.

   Antes de que ocurriera el terremoto de octubre de 1790, fue graduado de capitán y tras el terremoto, donde perdió tanto su casa como su dinero y propiedades, pasó a Ceuta con el mismo empleo a la compañía de mogataces de esa plaza, donde realizó algunas salidas contra los moros de aquellas parcialidades, siempre, al igual que en Orán, con el aplauso de sus superiores.

   Pero como el terremoto lo dejó con lo puesto, el catorce de agosto de 1792 solicitó del rey se le asistiese con alguna gracia con la que poder sobrellevar con decencia a sí mismo y a su familia y en consideración a sus muchos años de servicios, a finales de octubre de ese año se le concedió el mando de la compañía de mogataces.

   En su petición de ayuda, para dar peso a su petición, decía que su antepasado -no especifica en cual grado, aunque sería su padre casi con toda probabilidad- había alcanzado el empleo de teniente coronel. Y digo que sería su padre porque la compañía de mogataces fue creada el diez de mayo de 1734 y nuestro hombre ingresó en dicha compañía el año de 1747.

Soldado Español

Málaga - 2021

A LOS VENCEDORES DE BAILÉN. 1808.

A LOS VENCEDORES DE BAYLEN, AL EXCMO. SR. CASTAÑOS, GENERAL EN GEFE, Y A NUESTRO DIGNÍSIMO GOBERNADOR REDING      El estrépito de ...