25/01/21

TRES GENERACIONES EN LA COMPAÑÍA DE MOGATACES DE ORÁN

   El dos de julio de 1732, después de una campaña de dos semanas, España recuperaba las plaza de Orán y Mazarquivir, superando así la etapa de veinticuatro años que permaneció en poder de los turcos tras  conquistarla estos en plena Guerra de Sucesión española.

   En la formación del nuevo cuerpo militar que habría de operar en la plaza, se creó una compañía formada por  individuos naturales del país, de tribus que ya antes de 1708 había estado colaborando militarmente con las autoridades españolas: la Compañía de Mogataces, que operaban tanto montados como a pie.

   Esta compañía quedó constituida el diez de mayo de 1734 y estaba  compuesta por un capitán, un teniente, dos sargentos, cuatro cabos y noventa y noventa y cuatro individuos de tropa, pero resultando que por diferentes razones no se pudo reunir el total, por Real reglamento de diez de noviembre de 1745 se optó por reducirla a un capitán, un teniente, dos sargentos, dos cabos y cuarenta y seis individuos de tropa, con los siguientes sueldos y prebendas:

- capitán: cuarenta y ocho escudos de vellón al mes,

- tenientes: veinticinco escudos de vellón al mes,

- sargentos: nueve escudos de vellón al mes,

- cabos: seis escudos de vellón al mes,

- soldados: cuatro escudos y medio de vellón al mes.

   Además de esto, recibían una ración de pan de libra y media y los que iban montados un celemín de cebada y diez libras de paja por caballo y día.

   Desde el principio, esta compañía estuvo en permanente pie de guerra, manteniendo a lo largo de las siguientes casi seis décadas una constante actividad, tanto en labores de espionaje, como de razzias en busca de ganado, etc.

   Tras los terremotos de octubre de 1790, Orán y Mazarquivir sufrieron un constante asedio por parte de las tropas del bey de Mascara, donde esta pudo demostrar por última vez su fidelidad a las banderas que habían jurado. Una vez comprendido por parte de las autoridades españolas las dificultades que suponían mantener una ciudad destrozada por los terremotos y en constante asedio, llegó a un acuerdo con el bey y acabó entregando la ciudad de Orán y Mazarquivir y la compañía partió de aquellos lugares rumbo a Ceuta, donde cambiaron su nombre por el de "Compañía Fija de Moros Mogataces de Ceuta".

   He conseguido encontrar algunos de los nombres de los capitanes:

- Manzor ben Onzar, nombrado capitán en junio de 1738

- Almanzor ben Onzar, para 1768 ya era capitán,

- Abdelkader ben Busayaser, capitán en 1775

- Galí ben Almanzor, capitán desde 1781 hasta 1792, que tenía el empleo de teniente coronel desde septiembre de 1791.

   A pesar de haber obtenido los nombres anteriores de los Estados Militares, en la revista Revista de tropas coloniales, se dan los siguientes nombres de capitanes de la compañía, por este orden:

- Almanzor ben Onzar

- Galí ben Ozar,

- Abdelkader ben Busayán,

- Gali ben Amanzor,

- Lajadar ben Buoayán,

- Kadur ben Onzar, quien alcanzó el empleo de teniente coronel graduado.

   Esto no coincide con lo expresado en los Estados Militares, no sabiendo de donde obtuvo la citada revista esos nombres y ese orden.

   A finales de 1791, esta compañía se embarcó rumbo al presidio de Ceuta en un viaje que duró, según la información de que dispongo, dos meses, y donde seguirían prestando sus servicios, plaza a la que arribaron en no muy buen estado, quedando desamparadas y sin percibir para mediados de diciembre de 1792 su paga de enero y por esa causa, el comandante general de la plaza, impresionado por la indigencia en la que se veían, solicitó al regidor se le pagase la paga de enero en tanto recibía respuesta a la representación que había hecho al rey sobre el asunto.

   Estos moros mogataces, a pesar de las leyes que prohibían la permanencia de personas de religión musulmana en la ciudad más allá de lo que el comercio justificaba, continuaron prestando sus servicios en la plaza de Ceuta durante todo el siglo XIX y en 1911 terminaron por integrarse en el recién creado Grupo de Fuerzas regulares Indígenas.

   A continuación, paso a desarrollar las biografías de tres individuos, abuelo, hijo y nieto, que fueron soldados de esa compañía.

Manzor ben Onzar (el abuelo)

   Son pocos los datos que tengo de esta militar de la Compañía de Mogataces.

   Parece ser que estuvo en España hasta junio de 1738, que pasó a Orán una vez recuperada esta plaza y Mazarquivir y por Real orden de treinta y uno de diciembre de ese año se le dio el mando de la compañía, del que se hizo cargo el siguiente veintiocho de febrero de 1739. Tenía el sueldo de cuarenta escudos de vellón al mes y una ración de pan diaria.

   La única acción que de él he encontrado es la que llevó a cabo el cuatro de junio de 1752 junto a treinta y seis hombres del jeque Hedmed Onzar -probablemente un pariente-, de la parcialidad de Gambra, se dirigieron a lugares no demasiado alejados de la plaza de Orán, donde los enemigos tenían pastando a algunos ganados. Tras llegar tomaron posiciones y al día siguiente se lanzaron a por las reses, cogiendo cuarenta y una vacas y terneros, dos yeguas y una potranca y cuando iban de camino a Orán, se tropezaron con el enemigo en el Cerro de los Pepinos, donde se enfrentaron, haciéndoles dos muertos, de los que se trajeron sus despojos.

   No he encontrado más datos de este militar.


Imagen tomada de la División de Investigación General, Biblioteca Pública de Nueva York.

Onzar ben Onzar (el hijo)

   Ingresó en la compañía de Mogataces en clase de soldado el catorce de septiembre de 1746.

   El veinticuatro de agosto de 1758 por ascenso de Lidefamer ben Mojamed, promociona a sargento.

   El veintinueve de marzo de 1759, formó parte de la partida que desalojó a los enemigos del punto llamado Baciabotas, quienes poco antes habían logrado situarse en los ataques de las inmediaciones del fuerte de San Luis, expulsándolos.

   Cuatro días después, se halló en la función habida en los Caserones de Ifré, donde aplicaron un contundente castigo a los enemigos, pues habiéndose emboscado, los sorprendieron cuando venían en busca de desertores, haciéndoles bastantes muertos y llevándose a la ciudad un caballo y un moro muertos. Esta misma acción la volvieron a repetir más tarde, cuando dejaron en la Primera Aguada a dos moros de paz vestidos de cristianos simulando ser desertores y cuando los enemigos se aproximaron, cayero Onzar y los suyos en tromba sobre ellos, logrando matar a dos y poner en fuga a los demás, llevando a la ciudad un caballo, los despojos de los dos muertos y las orejas de estos.

   El trece de abril de 1761, el nuevo bey salió a campaña con gente de varias parcialidades con la intención de arrollar nuestras posiciones, pero siempre alertas, lograron Onzar ben Onzar y sus hombres abortar la sorpresa y mantenerlos a raya mientras se corrió a dar la voz de alarma en la ciudad.

   Por Real orden de diez de noviembre de 1761, promociona al empleo de subteniente y con dicho empleo trece de noviembre siguiente, fue sorprendido en una emboscada que gente de a caballo del bey les dieron a su partida y a los moros de paz que les acompañaban con el fin de cortarles la retirada, pero Oznar y los suyos aguantaron firme, oponiendo tenaz resistencia y saliendo airoso de la refriega, aunque con la pérdida del teniente que mandaba la partida, Ben Asir ben Burayán, que cayó muerto.

   Tras esto, participó en dos embarcado en dos acciones por mar en persecución de galeotas argelinas y el cuatro de mayo de 1763 se enfrentó nuevamente a un crecido contingente de caballería enemiga en la Meseta, a los que les hicieron diez muerto y pusieron en fuga a los demás.

   El once de septiembre de 1764, en el encuentro con el enemigo en la Lengua de Sierpe, cuando yendo junto a moros de paz de descubierta, fueron atacados por los moros de guerra, trabando combate con ellos en una zona de pitas, donde mataron a uno, logrando, no sin dificultades, librarse de los demás y ponerse a salvo.

   El año de 1765 le vio actuar en tres ocasiones. El veintidós de junio tuvo un encuentro con el enemigo en la Segunda Agua, donde mataron a cinco, de los cuales a uno se lo llevaron a la plaza, y tres caballos muertos. Así mismo, les hicieron bastantes heridos, pero estos lograron retirarse y ponerse a salvo,

   El quince de julio se las vio con el enemigo en Rambla Honda, haciéndoles dos muertos y tres heridos; el veintiuno del mismo mes y yendo de descubierta, le hicieron al enemigo dos prisioneros, a la vez que les arrebataban dos yeguas y les mataban un caballo; el tres de agosto en Casablanca, donde se cogió prisionero a un enemigo; el once de septiembre le vemos actuando en la Atalaya de Daimuz, donde consiguieron liquidar a dos moros y seis caballos, haciéndoles, así mismo, seis heridos.

   El año de 1766, le vemos el veintiuno de febrero en la función de Baciabotas, donde mataron a ocho enemigos y se hirieron a otros más y el diecinueve de septiembre en la de Rambla Honda, donde le hicieron dos bajas mortales al enemigo, tomaron un prisionero y se llevaron un caballo, dos yeguas y una escopeta.

   El doce de marzo de 1767 actuó en la función que hubo en las Piletas donde se desalojó a los enemigos y a uno de los muertos se le cortó la cabeza, que llevaron a la ciudad.

   El veintinueve de enero de 1771 se halló en la función que hubo en la Meseta, donde su partida mató dos moros enemigos, cuyos cuerpos llevó a la plaza junto con sus armas.

   El siguiente siete de febrero se enfrentó al enemigo en el foso de San Miguel y el siguiente día en la Lengua de la Sierpe Vieja contra la infantería y la caballería del bey, donde junto a sus hombres logró dar muerte a veintiséis enemigos e hiriendo a muchos.

   No volvemos a tener noticia alguna de actividad militar por parte de Onzar hasta el dos de diciembre de 1772 se enfrentó a los moros de guerra en el Salto del Caballo, donde dieron muerte a tres enemigos, capturando dos caballos que llevaron a la plaza junto con la cabeza de uno de los muertos. El siguiente día veintiocho se halló en la Segunda Agua batiéndose contra el enemigo, al que le hicieron cuatro muertos, a uno de los cuales le cortaron las orejas y las llevaron a la plaza junto con una escopeta, los despojos de los muertos y cuatro caballos muertos.

   El treinta y uno de enero de 1773, junto a sus hombres tendió una emboscada al enemigo en el foso de San Carlos y San Fernando, donde liquidaron a uno y le cogieron su escopeta y las ropas, cortándole la cabeza como trofeo, lo que se volvió a hacer en la función del siete de febrero en la Fuente del Nacimiento y en la Meseta, esta vez acompañados de sesenta Moros de Paz, apresando en este último lugar a tres enemigos que llevaron a la ciudad  y de los muertos se le cortó a uno la cabeza y a otro las orejas que también se llevaron a la ciudad, así como un caballo con su silla dos escopetas, una gumia y los despojos de los muertos.

   El veintiséis de marzo atacó con su gente a los enemigos en el apostadero de San Eugenio, donde consiguieron arrebatarle una bandera al morabito y santones de Mascara, mataron a ocho moros, de los cuales llevaron un a la plaza junto a otro vivo, a lo que añadir cinco escopetas, una pistola, un ataján y un sable, un caballo con su silla y muchos despojos quitados a los muerto.

   El veintidós de junio de 1773, al promocionar de empleo Alí Baxá, asciende al empleo de alférez, pasando a percibir un sueldo de doscientos reales de vellón al mes, que en 1781 se vería incrementado en tres escudos de vellón más al mes.

   El cinco de marzo de 1774, un gran contingente de infantería y caballería enemiga atacó fieramente, llegando hasta los apostaderos, donde se les contuvo con vivo fuego durante tres horas, logrando que abandonaran el campo dejando abundantes muertos y heridos, tanto de hombres como de caballos.

   El siguiente veintiocho de marzo se halló en la salida que hicieron todas las partidas de mogataces, a quienes acompañaron Moros de Paz, hasta las alturas del Gelmi Gualjarán, donde sorprendieron al enemigo, acometiéndolo con furia y poniéndolo en fuga y matando a algunos, logrando arrebatarles cerca de quinientas cabezas de ganado vacuno y lanar y una yegua con su potro, todo lo cual condujeron a la plaza.

   El once de marzo de 1775, tras más de dos horas de intenso fuego lograron él y sus hombres hacer que los enemigos se retiraran del punto que fieramente estaban atacando, dejando en el campo bastantes muertos y heridos entre hombres y caballos.

   El siguiente veintisiete de septiembre, realizó una salida al campo enemigo para capturar reses, debido a la escasez de carne que había en la plaza, culminando con éxito la operación al lograr apresar más de quinientas cabezas de ganado, tanto ovejas como de cabras.

   La siguiente noticia que tenemos es del tres de abril de 1783, que hallándose con sus hombres en campo de Almansa, observó el comandante de la tropa que los moros enemigos pretendían cortarle la retirada por el llamado Salto del Caballo, ordenó este a Onzae que el y sus hombres se apeasen de sus caballos y ascendieran por un espartal vecino, que era por donde acometían con más brío el enemigo, siendo apoyados por el fuego de una de las otra compañías mientras la otra ascendía al Salto del Caballo, y con un intenso tiroteo y pericia, lograron contener el ataque enemigo  rechazarlo, haciéndoles numerosos muertos y heridos.

   El veintiséis de septiembre de 1784 se halló en la función de los Barrancos donde había sido destinado con su compañía para contener con su fuego un avance enemigo, poniéndolos en fuga.

   El once de junio de 1787, sufrió un intento de asesinato. Efectivamente, hallándose avanzando por la zona llamada de Baciabotas un soldado de su compañía que había decidido desertar, aprovechó un momento de descuido y apuntando a Onzar le descargó un tiro, hiriéndolo de gravedad, huyendo a continuación el desertor. Aunque la herida fue de consideración, la vida de Onzar no corrió peligro y tiempo después pudo reincorporarse a su puesto.


Lagtar Benseyan (el nieto)

   Comenzó a servir en el ejército el año de 1747, cuando entró en clase de soldado en la compañía de mogataces de Orán, pasando por las sucesivas plazas de cabo, sargento, teniente y capitán graduado.

   No he encontrado suficiente información sobre este individuo y lo primero que he hallado es que el doce de enero de 1783, salió al mando de una tropa de treinta mogataces al campo enemigo y por las cercanías de Canastel, con el objetivo de buscar ganado de cualquier clase, pues había en la plaza de Orón una gran escasez de ella, misión que llevó a cabo con éxito, pues logró capturar un total de quinientas cabezas de ganado lanar y caprino, que condujo a la ciudad, todo ello realizado sin sufrir ninguna baja.

   Por la consecución de este triunfo solicitó se le diera el grado de capitán, pero se le negó.

   Así mismo, realizó operaciones de espionaje en el campo enemigo y de reconocimiento del territorio, preferentemente por la llamada Meseta, acompañado en muchas de esas ocasiones por un sobrino suyo, Cador Pelmeistup, que era cabo de plaza de su compañía de mogataces.

   Antes de que ocurriera el terremoto de octubre de 1790, fue graduado de capitán y tras el terremoto, donde perdió tanto su casa como su dinero y propiedades, pasó a Ceuta con el mismo empleo a la compañía de mogataces de esa plaza, donde realizó algunas salidas contra los moros de aquellas parcialidades, siempre, al igual que en Orán, con el aplauso de sus superiores.

   Pero como el terremoto lo dejó con lo puesto, el catorce de agosto de 1792 solicitó del rey se le asistiese con alguna gracia con la que poder sobrellevar con decencia a sí mismo y a su familia y en consideración a sus muchos años de servicios, a finales de octubre de ese año se le concedió el mando de la compañía de mogataces.

   En su petición de ayuda, para dar peso a su petición, decía que su antepasado -no especifica en cual grado, aunque sería su padre casi con toda probabilidad- había alcanzado el empleo de teniente coronel. Y digo que sería su padre porque la compañía de mogataces fue creada el diez de mayo de 1734 y nuestro hombre ingresó en dicha compañía el año de 1747.

Soldado Español

Málaga - 2021

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