A fines de mayo de 1529, tropas turco-argelinas mandadas por Barbarroja pusieron sitio al Peñón de Argel y embarcados los enemigos en fustas artilladas, iniciaron intenso fuego de artillería a la vaez que se aproximaban al peñón y aprovechando el mucho humo, lograron saltar a tierra continuando con el bombardeo, lograron batir y derribar parte de la muralla que defendía la plaza, entrando el enemigo en tromba, ante lo cual, la exigua dotación que había resistió bravamente, pero ante la superioridad numérica enemiga acabaron siendo vencidos.
Murieron sesenta hombres, entre ellos el
capitán a mando y el alcaide de una de las torres, y los demás fueron hechos
prisioneros. La plaza quedó en poder turco.
Tras haber caído el Peñón, se enviaron a
España varias misivas anunciando dicha pérdida.
Entre esas cartas, iba una enviada al
corregidor de Cartagena, Jorge Ruiz de Alarcón, por el obispo de Málaga, César
Riario, de fecha doce de junio, en la cual le informa que le había llegado
carta desde Orán del corregidor de ese presidio por la cual le comunicaba la
caída del Peñón de Argel en manos de Barbarroja y que los defensores que no
habían muerto durante el sitio habían sido hechos prisioneros y temiendo -el
corregidor de Orán- que aun no se tuviese conocimiento en España avisaba se
estuviese en alerta por si el próximo paso de Barbarroja era precisamente Orán.
Enterada también la ciudad de Málaga, se
tomaron las disposiciones necesarias para hacer frente a posibles ataques de
corsarios berberiscos y se recibieron cartas solicitando al cabildo el envío de
gente y bastimentos a Orán y Mazarquivir, pero no se envió, pues era poca la
gente disponible y eran necesarias en las actuales circunstancias, en las que
se podían presentar en las costas malagueñas tropas turco-argelinas, pues ya
asediaban las costas desde Valencia hasta Cádiz, disponiéndose en cabildo de
trece de julio las medidas necesarias para la mejor defensa de la ciudad y su
área de influencia.
El veinte de ese mes de julio, Ronquillo, el
alcalde de Málaga, escribe carta a la emperatriz, Isabel de Portugal, comunicándole
las noticias que se habías estado recibiendo tras la caída del Peñón y los
temores que causaban. Las noticias que da son las siguientes:
Un bergantín con correo y otros para Orán
fue hecho preso al poco de partir, teniendo que darse media vuelta, alcanzando
la coste de Motril y abandonando el barco sus tripulantes, con la pérdida de
este y toda su carga. Cuando el maestre del bergantín llegó a Málaga, el
alcalde lo manda prender y encerrar por haber dejado en poder de los moros el
correo y la documentación, aduciendo el maestre que no había documento ni carta
importante y, desde luego, ninguna del rey de Tremecén. También decía que el
capitán de Orán, Pedro de Godoy, había enviado a Málaga mil costales para el
trigo que había que recoger en el puerto de Arceo, que se había comprado en
Tremecén, pero no lo pudieron recoger porque recibió noticias de la presencia de
trece barcos de Barbarroja, aunque también dijo que no lo había sabido por
carta alguna, sino que lo oyó.
El problema de Orán es que estaban más
necesitados de trigo más que de gente de armas, pues el abril anterior había
llegado al presidio bastante, la cual al día se hallaba sin paga, pero advertía
que no podía mandar mas soldados a ese presidio norteafricano.
Así mismo, afirma que tras el envío que se
hizo de tropa para el socorro del Peñón, al ver que había sido tomado, se
dirigieron a Bugía, donde dejaron abastecido aquel punto de tropa y
bastimentos.
Como dijo antes, toda la mar comprendida
entre Valencia y Cádiz estaba infestada de barcos enemigos, que hacían muy
peligrosa la navegación comercial, los barcos pesqueros no se atrevían a salir
a faenar y los agricultores y pastores cercanos a la línea de costa huían al
interior, pidiendo pronto remedio pues son muchos los naturales que son capturados.
Recomienda, además, que se llevasen de las localidades costeras a la población
morisca que en ella residía.
Propone que se armen en Barcelona seis
galeras artilladas, a las que añadir las fustas de que disponía armadas con
dinero de Diego de Cazalla, se podría batir la mar y mantener a raya al
enemigo, pero que debía hacerse pronto y rápido, porque sino la cosa iría a
peor.
Solicita cédula firmada por la emperatriz
para pagar todo lo que se compró para enviar a Orán y para los correos y
mensajeros que se envían continuamente a las torres y fortalezas de la costa,
pues mientras no tenga dicha cédula no puede disponer por si del dinero necesario,
teniendo que hacerlo Diego de Cazalla por libranza suya.
IHPMalagueñas
Málaga - 2021
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