30/09/18

JUAN CLARKE Y SPRINGHAM. UN IRLANDÉS AL SERVICIO DE ESPAÑA.2ª PARTE.


Patente de Teniente Coronel (Archivo General de Simancas)

   Por las virtudes antes mencionadas se hace acreedor de la confianza de las autoridades, las cuales le otorgan de forma interina el 7 de abril de 1795 el Gobierno de la ciudad de Valdivia, para relevar en aquella comisión al Brigadier Pedro Quijada. Dicho nombramiento fue ratificado por el rey el siguiente 31 de octubre de 1796, con retención de su plaza en la ciudad de Concepción. Así pues, con este nuevo cometido pasó a Valdivia a través de Arauco.

Se hace cargo del Gobierno de la ciudad de Valdivia en agosto de 1795 y el treinta y uno de septiembre de 1796 recibió su patente de Coronel.

Solicita el cargo en propiedad, pero por R. O. de 8 de noviembre de 1799 se le comunica que debe continuar en su puesto en vía de comisión, es decir, continúa la interinidad, aunque reteniendo íntegro su sueldo y su plaza en Concepción.

Tras solicitar volver a España a continuar sus servicios y el empleo de Coronel, se le responde en 1801 que se le tendrá presente para cuando haya nuevos ascensos, pero no se le concede el poder volver a España.


Escudo de la ciudad de Valdivia. La bandera de la ciudad es la que se ve ondeando

Su desempeño como gobernador de Valdivia ha sido recordado con gran afecto por los naturales y por las autoridades y procuradores de la ciudad y su jurisdicción, gracias a sus dotes de organización, mando, eficacia, imparcialidad y justicia, así como por haber sabido mantener la disciplina y a preparación militar de las tropas a su mando. la conservación y reparación de los fuertes del interior y de los castillos puerto.

Durante su mando se continuó la construcción de la iglesia mayor de Valdivia, el hospital real y la recova. Así mismo, su ayuda a los vecinos fue decisiva para la reconstrucción de las casas que se vieron afectadas cuando el incendio del año de 1803.

Durante su gestión, se lograron grandes avances en la pacificación y buenas relaciones con los indios de su jurisdicción, adquiriendo gran prestigio entre estos, quienes acudían a el para que intentase solucionar las diferencias que surgían entre estos y los colonos, la iglesia...

Ejemplo de esto, son algunas cartas recogidas en el libro Cartas mapuche. Siglo XIX, escritas por algunos de estos indios, como la de Bernardo Callvuguru del siete de junio de 1803, en la que se quejaba de la mala intención que había habido por parte de un individuo sobre los linderos de la propiedad de las tierras de Bernardo. Por lo que acudía a Juan Clarke en demanda de justicia.

En otra carta remitida en octubre de 1805 por el mapuche Francisco Callimanque, "...Capitanejo con función de cacique de la reducción de Arique...", le pedía justicia por el abuso cometido por un fraile al quitarle una sobrina para dedicarla al servicio de la misión, pues al pedirle explicaciones, el fraile le respondió con maltrato y amenazas. así mismo, se quejaba y pedía justicia por los malos tratos que recibían los indios.

Por último, mencionar la que en septiembre de 1806 escribió "El Gilmen Chanquen de Cuhechupulli...", quien se quejaba de que los misioneros quería quitarle unas tierras de las que era propietario en la Reducción de Mariquina y ante este abuso, acudía al Gobernador Juan Clarke en demanda de justicia.

   Aunque la repoblación de la ciudad de Osorno -en el interior del país y hoy a unos ciento veinte kilómetros al sur de Valdivia- se venía gestando de tiempo atrás, su participación desde 1795 en ella fue de capital importancia.

Respecto a la ciudad de Valdivia, ya se ha dicho cómo trabajó con denuedo por mejorarla, realizando informes muy claros y muy bien documentados sobre el estado de la ciudad, el número de sus habitantes, cuales eran las necesidades económicas más importantes y necesarias. En 1798 mandó realizar un padrón de habitantes, del cual resultó haber 1684 habitantes en la ciudad y 2703 en su jurisdicción.

Tan solo un hecho negativo se le puede encontrar al desempeño de su función en esta ciudad, aunque gracias a su rápida y decidida intervención con la creación de una Junta Extraordinaria de Gobierno la pudo solventar. Se trata de lo siguiente:

Desde hacía algún tiempo, desempeñaban la Tesorería de Valdivia como veedores, los oficiales reales Francisco Antonio Aguirre y Juan José de la Jara, muy bien introducidos en la sociedad valdiviense por medio de sus matrimonios con hijas de familias importantes de la ciudad que tenían negocios comerciales y agrícolas. Espoleados por la codicia y la inmoralidad, invirtieron sus caudales y cuando estos ya no fueron suficientes, empezaron a invertir los de la Hacienda pública, tanta cantidad que pusieron en peligro incluso el pago de las tropas.

Avisado el veinticuatro de enero de 1807 Juan Clarke de la quiebra que estos dos individuos habían provocado, reunió de inmediato al Alcalde, de Valdivia, Diego de Adriazola, al Coronel Felili, al Sargento Mayor y al del Superintendente de Osorno, Juan Mackenna, los cuales pasaron a examinar las Cajas Reales, constatando que habían desaparecido ciento quince mil ciento sesenta pesos y algunos reales, quedando tan solo disponibles ciento veintitrés pesos. Una catástrofe. Una ruina. La quiebra de la Hacienda.

Comprendiendo la gravedad del asunto, se reunió con los catorce comerciantes para solicitarles dinero, prometiéndoles, en nombre del rey, su devolución. Reunido el dinero que estos prestaron, mas el que aportaron tres vecinos acaudalados de Valdivia y cuatro mil pesos que aportó Juan Clarke, se creó una junta de gobierno para hacer frente a todas las circunstancias derivadas de este grave crisis. Dicha junta la compusieron el mismo Gobernador Juan Clarke y los siguientes individuos: Diego Adriazola, Santiago Vera, Manuel Olaguer Feliú, Juan Sayers, Ventura Carvallo, Manuel de la Guara, Pablo Asenjo, Vicente Gómez y Juan Gallardo Navarro, todos vecinos de la ciudad.

Como primera providencia, se procedió al embargo de los bienes de los dos delincuentes, siendo sustituidos en sus cargos por Diego Adriazola y por Juan Gallardo Navarro.

Esta situación, aunque felizmente controlada, supuso que toda la responsabilidad recayera sobre el Gobernador, a quien no le quedó más remedio que aportar una parte importante de su fortuna en reparar la Hacienda para evitar la bancarrota. Al poco de este suceso y quizás para suavizar los sinsabores de la situación, recibió su patente de Sargento Mayor del Batallón de Infantería de Concepción.

Falleció en la ciudad chilena de Valdivia el 15 de agosto de 1807, aunque otras fuentes dan para su muerte el año de 1812 y está enterrado en esa ciudad de Valdivia, en el presbiterio de la Iglesia Mayor, en el lado de la epístola. El inventario de sus bienes lo efectuó el Teniente Coronel, Sargento Mayor de la plaza de Valdivia Juan Savers, arrojando este inventario una suma de 16775 pesos

No contrajo matrimonio y su heredero fue su primo Augusto Burles.

Soldado Español

Málaga - 2018

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