Nació en Bogotá, el dos de octubre de 1796, hijo de Mariano Espinosa de
los Monteros y Mora y de Mariana Prieto y Ricaurte. Su abuelo paterno había
sido fiel de la Casa de la Moneda en Santafé de Bogotá y su abuelo materno había
tenido empleos en la Real Hacienda y también como contador ordenador del
Tribunal de Cuentas de la misma ciudad.
El veinte de julio de 1810, fue de los primeros patriotas que acudieron
a la plaza mayor de Bogotá a liberar al doctor Andrés María Rosillo y Meruelo.
Una vez justificada su hidalguía, ingresó en el servicio en clase de
cadete, en el batallón de Guardias Nacionales el treinta de mayo de 1811,
ascendiendo al empleo de alférez abanderado el siguiente primero de enero de 1813.
Pasó después al batallón de Granaderos de Cundinamarca
Se halló en las siguientes acciones durante la guerra de emancipación
colombiana:
1- a las órdenes del general Antonio Nariño Álvarez
del Casal:
- Alto Palacé, a finales de
diciembre de 1813,
- Calibío, primero de enero de
1814,
- Juanambú, veintinueve de abril
de 1814,
- Tasine,
- Pasto, a primeros de mayo de
1814
2- a las órdenes del general Manuel
Roergas de Serviez (militar y aventurero francés):
- El Palo, cinco de julio de 1815
3- a las órdenes del general
Liborio Mejía Gutiérrez de Lara:
- Cuchilla del Tambo, veintinueve
de junio de 1816, donde a pesar de hallarse enfermo no dudó en seguir a su
batallón, hallándose en el combate, donde tras la derrota de sus armas, fue
hecho prisionero, pasando a un calabozo en la ciudad de Popayán.
El diecisiete de septiembre siguiente, fue enviado a la ciudad de la
Plata, donde iniciaría un confinado por espacio de diez meses.
Transcurridos cuatro meses, pasó a continuar el confinamiento a su
ciudad, con la obligación de presentarse ante los jueces de ella, ingresando en
la en la cárcel de San Agustín, de la cual en diciembre de ese 1816, logró
escapar escalando sus muros, emitiéndose de inmediato orden de busca y captura.
En
1819, como acogido al indulto real y a la ampliación del virrey, resolvió
entregarse a las autoridades españolas, lo que le permitió regresar a Bogotá e
instalarse allí hasta su muerte.
Una vez obtenida Colombia la independencia, volvió a intentar
reintegrarse en el ejército, pero no pudo continuar por lo quebrantada que
estaba su salud como consecuencia de las enfermedades padecidas desde el año
1815, las cuales, según el parte facultativo eran:
«Certifico con arreglo a derecho y juro: Que he sido consultado
repetidas veces por el señor José María Espinosa sobre las enfermedades de que
adolece; y resulta que este individuo padece de relajación en todo el aparato digestivo
acompañada de excitaciones nerviosas y de dolores gastro-entéricos, mas o ménos
intensos.
De la turbación de estas vísceras, cuyas funciones son tan necesarias
para repararlas pérdidas que se ejecutan en la economía, se sigue: que el
citado señor Espinosa se halla en extrema debilidad, entregado a la dieta tenue
y con el régimen mas escrupuloso Carece de fuerzas físicas i no puede ejercer
oficios que demanden alguna actividad: puede decirse, que su estado es hoy el
de un valetudinario.
Estas enfermedades han sido contraídas por el paciente en la campaña del
Sur, en el año de 1814 y siguientes, á causa de ser de delicada constitución y
no poder resistir las fatigas, privaciones y demás trabajos que el soldado debe
sufrir.
Y para que lo haga constar donde le convenga, le doy y firmo la presente
en Bogotá, á 16 de Julio de 1837
Doctor Juan María Pardo»
Ya en
una Colombia independiente, tras haber recuperado la libertad solicitó su
derecho a retiro como excombatiente y tras ser analizados los documentos
presentados, se le hizo acreedor a la mitad del sueldo de los de su clase por
tener ocho años de servicio activo, haber participado en más de dos campañas,
haberse hallado en más de dos acciones de guerra y por no haber tenido mancha
en su conducta política y militar.
Todo esto está recogido por el mismo José María Espinosa de los Monteros
en un pequeño librito editado por el mismo para regalar a sus amigos y
familiares. Al final del libro, expresa lo siguiente:
«Muchos amigos míos, á quien debo estimación y gratitud, se han
interesado en distintas ocasiones para que les dé copia de mi HOJA DE SERVICIOS; pero como sería
muy dispendiosa la operación de sacar 25 ó 30 copias manuscritas, me resolví a hacer
la presente edición, que consta apenas de los ejemplares necesarios para
complacer á dichos amigos y dejar un recuerdo á mis hijos.
Nada, en realidad, valen los pequeños servicios que presté á mi Patria;
pero sí me acompañará hasta el sepulcro el deseo de su progreso y felicidad.
Bogotá, 18 de Junio de 1869.
JOSÉ MARÍA ESPINOSA»
En cualquier caso, debió de ser readmitido en el ejército, pues por un
periódico de Bogotá, se que alcanzó el empleo de «…sargento mayor de la
República…». Así mismo, dicho periódico nos informa que falleció el
veinticuatro de febrero de 1883 y que el estado correría con los gastos de su
entierro, que la fuerza pública acantonada en Bogotá llevara luto por tres días
y que, que a su cadáver se le rindieran los honores previstos en el Código
Militar y que las bandas del ejército tocaran en la Plaza de la Constitución,
al pie de la estatua de Simón Bolívar, tres retretas fúnebres en días
consecutivos.
Contrajo matrimonio dos veces. La primera vez con María Marcelina
Sandino Borda (1822-1825) y la segunda con Bárbara Ramona de la Concepción
Sanmiguel Robayo (1825-1870)
Fue pintor, dibujante, grabador y caricaturista y como no recibió la
pensión de veterano de la Independencia, a que tenía derecho, se dedicó a
retratar a las familias adineradas de la capital, en especial utilizando la
técnica de la miniatura. Más tarde se convirtió en pintor del Libertador Simón
Bolívar y, de hecho, Espinosa fue uno de los creadores de la iconografía del
Libertador, dado que no se le conocen influencias de ninguna clase ni de nadie.
Nota: Imagen: Papel Periódico Ilustrado, 15-3-1883, p. 181. Bogotá – Colombia.
Soldado Español
Málaga - 2024
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