Francisco de Villalba Cortes.
Nació en la plaza de Melilla el dos de enero de 1754,
hijo del mariscal de campo Antonio de Villalba Angulo y de Antonia Cortés y
López de la Mota.
Huérfano de padre, con cuatro años
marchó a Madrid con su madre. Fue caballerizo de campo del rey Carlos III.
El doce de febrero de 1782
contrajo matrimonio con Nicolasa Díaz Santana, natural de Melilla e hija del
teniente coronel de infantería Nicolás Díaz Álvarez de Perea, de cuyo
matrimonio hubo, al menos, dos hijos, Joaquín, que ocupó la plaza de caballerizo
de campo del rey de su padre e ingresó en la Orden de Carlos 3º en 1831, y Francisco, que fue paje del rey.
En junio de 1791 ingresó como caballero en
lo Orden de Carlos 3º. Fue secretario por el rey y consiliario perpetuo de la
Junta de Dirección y Gobierno de los reales hospitales General y de la Pasión de
Madrid. Testó en Madrid el veinte de diciembre de 1815 y la última noticia que
de él he encontrado es la aparecida el año de 1821, donde continúa con el cargo de consiliario perpetuo.
Ramón de Villalba
y Cortés
Escudo de armas de Ramón de Villalba Cortés
Nace Ramón en la ciudad de Málaga el diecisiete de
octubre de 1757, hijo del mariscal de campo Antonio de Villalba y Angulo y de
Antonia Cortés y López de la Mota.
Con nueve años recién cumplidos,
el doce de noviembre de 1766 pasa a ser paje del rey Carlos III, de donde pasó
el quince de julio de 1774 a ser caballerizo del rey y dos años más tarde, el
quince de junio de 1776 obtiene patente de capitán de caballería, pasando a
servir en el regimiento de dragones del Rey.
Con el empleo de capitán de
granaderos en el cuerpo de dragones desmontados del mando de Ventura Cano se
halló en el sitio de Gibraltar entre el veintisiete de mayo de 1782 y el dos de
febrero de 1783, donde estuvo dando guarnición a la Torre del Diablo. Esta
torre formaba parte de un proyecto de de noviembre de 1727 para establecer una
línea que fuese de un extremo al otro del istmo
"...de
Mar a Mar...", con el objeto de cerrar la plaza de Gibraltar e
impedir tanto el contrabando como las deserciones, poniendo cuerpos de guardia
y reparos en esta torre y en la del Molino, que se hallaba en el otro extremo.
Torre del Diablo
El primero de enero de 1783 se le concede el grado de
teniente coronel y desde el quince de abril hasta el veintiséis de junio del
año siguiente se halla destinado en Cataluña, donde estuvo al frente de tropas
dedicadas a la persecución y captura de contrabandistas que operaban
impunemente a través de los Pirineos.
El cinco de enero de 1792 asciende
a comandante de batallón y con este nuevo empleo se halló desde el comienzo de
la Guerra del Rosellón en diferentes acciones militares, como en la batalla de
Masdeu del diecinueve de mayo de 1793, en el bloqueo de la fortaleza de
Bellegarde en junio, en la acción de Pontella del siete de julio y en la del
Perpignan del siguiente diecisiete. También se halló en la conquista de Elne y
Colliure y por los méritos contraídos en estas acciones fue ascendido a
teniente coronel vivo de dragones de Sagunto el siguiente veintiocho de
octubre.
Con este empleo pasó a operar bajo
las órdenes del general Cuesta y así, se halló en las acciones llevadas a cabo
en la segunda expedición a la Cerdaña francesa los días siete y veintiséis de
junio de 1794, que se repliega sobre la ribera del Segre, frenando a los
franceses que devastaban la región y en los ataques que se dieron contra
Bellver de Cerdaña.
Ya en 1795, se halló en la acción
de Sistiella del cinco de mayo, en los
combates habidos con el enemigo en las riberas del río Fluviá el veinticinco de
mayo y el siete de junio, así como en la batalla de Pontón del día catorce de
junio, permaneciendo sobre las armas hasta la firma de la paz.
El cuatro de septiembre de 1795
recibe el empleo de brigadier, siendo destinado junto con su regimiento al
Campo de Gibraltar, permaneciendo en dicho lugar hasta finales de 1797. Antes,
el cinco de julio, obtiene licencia para poder contraer matrimonio con María de
la Concepción Díaz Canalizo de Orta, y el doce de octubre es nombrado coronel
del regimiento d dragones del Rey.
El primero de agosto de 1800
regresa nuevamente al Campo de Gibraltar, prestando nuevamente servicios
militares enfrentándose a los británicos en Algeciras, dejando el lugar el
siguiente doce de noviembre de 1801.
Es recibido por caballero de la Orden de Santiago el
cuatro de junio de 1803.
Tras salir del Campo de Gibraltar,
pasa destinado a Úbeda, donde permaneció una temporada dedicado a la formación
de un establecimiento de remonta para la caballería, tras lo cual, el
veintiocho de julio de 1807 es nombrado inspector general de la caballería
ligera y dos meses después, el cinco de septiembre, asciendo a mariscal de
campo.
El cuatro de abril de 1808 ocupa
plaza en el Consejo Supremo de la Guerra y tras la jornada del 2 de Mayo sale
con su regimiento hacia Sevilla, donde una vez llegado fue inmediatamente
destinado a integrarse en el ejército del general Castaños, con quien va a
Madrid, entrando en la capital el veintitrés de agosto, pasando a habilitar
algunos cuerpos, pasando a formar parte de la Junta de Defensa, siendo el dos de
noviembre reafirmado en su cargo de
inspector general de la caballería.
Hallándose en la defensa de Madrid
fue hecho prisionero el tres de diciembre y aunque el siguiente día cinco, tras
haberse presentado ante la nueva autoridad francesa, quedó en libertad, lo que
aprovecho para disfrazado de arriero huir de Madrid el día veinticuatro en
dirección a Cuenca, donde el duque del Infantado le proporcionó pasaporte para
pasar a Sevilla, donde la Junta Central le destinó a incorporarse al ejército
del general Gregorio García de la Cuesta, con el cual se halló en la retirada
del Tajo y en la Batalla de Medellín del veintiocho de marzo de 1809 y aunque a
batalla se saldó con una derrota, por sus acciones, méritos y capacidades fue
ascendido a teniente general el siguiente ocho de abril.
Ocupando el cargo de mayor general
de la caballería del Ejército de Extremadura, se halló en la Batalla de
Talavera del veintisiete y veintiocho de junio, en la del Puente del Arzobispo
del ocho de agosto y en la retirada a Mesas de Ibor el siguiente día once, tras
lo cual retorna a Sevilla, donde permaneció por espacio de cuatro meses, al
cabo de los cuales, el tres de enero de 1810, se le ordena retornar a
Extremadura, pero debido a la retirada del duque de Alburquerque recibe orden
de dirigirse a Tarifa y de ahí al Campo de Gibraltar, donde el dieciocho de
febrero y por orden del general Adrián Jacomé se hace con el mando de todas las
tropas allí reunidas, con las cuales pasa a la Isla de León.
Documento firmado por Ramón de Villalba Cortés
Permaneció en la zona resistiendo
los embates de los franceses y el veinticinco de enero de 1811, por orden de la
Regencia, realiza el alistamiento del Batallón Distinguido y de las milicias de
Cádiz.
El veintiséis de septiembre de
1812 es nombrado capitán general intendente de Andalucía, volviendo el primero
de junio de 1813 a ser nombrado inspector general de caballería, permaneciendo
así ya hasta el fin de la guerra. Previamente, el día seis, juró la Constitución.
Entre los días ocho y doce de
noviembre de 1813, actuó como defensor del marqués de Sobremonte por los
sucesos ocurridos los años de 1806 y 1807 cuando los británicos atacaron y ocuparon
la ciudad de Buenos aires. El resultado del juicio fue la absolución del
marqués, su ascenso a mariscal de campo y su nombramiento como individuo del Consejo
de Indias y el abono de los sueldos que se le debían.
Al regresar a Madrid, obtuvo un
puesto como vocal en la Junta de Generales, puesto que ocupó hasta diecinueve
de septiembre de 1814, que fue enviado a Tarifa, plaza en la que el veintisiete
de mayo de 1816 recibe la Gran Cruz de San Hermenegildo y pasando a quedar
cesante, situación en la que permaneció hasta el triunfo de los
constitucionalistas en 1820, que de nuevo ocupó la plaza de inspector general
de la caballería -el veintidós de marzo-, pasando el siguiente treinta de
noviembre a ser capitán general de Castilla la Nueva, aunque en mayo de 1821 es
exonerado del cargo, que ocupó el general Pablo Morillo.
"El Rey se ha servido exonerar del. empleo de
capitán general de Castilla la Nueva al teniente general D. Ramón de Villalba ;
y ha tenido á bien nombrar para que le substituya al de igual clase conde de
Cartagena"
El nueve de agosto de 1822 es
nombrado comandante general de Andalucía, cargo que mantuvo hasta abril de
1823, cargo que tras el triunfo del absolutismo perdió, así como todos sus
grados y honores, debiendo poner tierra de por medio emigrando a Londres,
capital a la que fue a unirse con los exiliados españoles liberales. Todavía en
1823, antes de tener que exiliarse, dio orden de que no se expidiese pasaporte
a las tropas procedentes de América que desembarcaban en Cádiz para evitar que
se unieran a las tropas realistas.
Siendo presidente de la Junta
Auxiliar del arma de Caballería, redactó un pequeño libro titulado Reflexiones Generales sobre la organización
del Ejército, que iba acompañada de un reglamento para la caballería, así
como propuestas de resolución de problemas y un discurso acerca de la cría de
caballos y su fomento, que el diecisiete de junio de 1820 remitió al marqués de
la Reunión, presidente de la Junta de Generales para su aprobación y adopción.
Una vez en el exilio londinense,
se unió a los liberales emigrados a aquella capital, representados por personas
de la talla de José María de Torrijos, Evaristo de San Miguel, Antonio Quiroga,
..., quienes puestos de acuerdo en llevar a cabo acciones que permitieran
reunir bajo una misma dirección a todos los exiliados, unas setenta personas se
reunieron en la London Tavern,
presidiendo la reunión Ramón de Villalba como el teniente general más antiguo
de entre los emigrado y tras ser oídos todos los discursos se formó la Junta directiva del alzamiento de España,
en la que se acordó convocar a todos los exiliados a una reunión general, para
lo cual se redactó un texto, firmado por Ramón de Villalba, del siguiente
tenor:
"Lóndres 10 de Enero de 1829. — Sr. D
.............
Muy señor
mio: El deseo de proveer la unión y de obrar de acuerdo con lo que ahora ó mas
adelante exija de nosotros el bien de nuestra patria, ha hecho que en el dia de
ayer se reuniese un número considerable de españoles que una especie de impulso
espontáneo, hijo de las circunstancias, había conducido á la reunión, y á
quienes conversaciones casuales habían sugerido el pensamiento.
Y notándose inmediatamente la falta de otros
muchos que deben contribuir á objeto tan interesante, y á los que sin duda la
noticia no ha podido llegar, se acordó darles el correspondiente aviso para que
puedan concurrir si gustan, en el lunes inmediato, al lugar que en el margen se
indica, donde se verificará á las doce del dia una reunión mas completa.
En consecuencia de esta determinación, y á
nombre de todos los allí reunidos, invito á V. para el efecto, conforme al
encargo que se me ha dado, esperando que tenga V. la bondad de acusarme el
recibo de esta.—B. L . M. de V. su atento servidor,—Ramón de Villalba."
Otras de las acciones propuestas
por la Junta fue el envío de un español a Portugal con la comisión de negociar
un auxilio de reciprocidad fraternal en sus actuaciones políticas, pues
recientemente el país luso había recibido del emperador del Brasil ese mismo
año de 1829 una Carta constitucional, apoyada por Gran Bretaña.
A partir de aquí se empezaron a
tomar las decisiones a tomar, que entre otras llevaron a Torrijos a Gibraltar
en 1730, donde contactó con las asociaciones que debían tomar la iniciativa de
sublevarse, pero fracasadas las intentonas de levantamiento contra el
absolutismo, se reunió una junta de exiliados en París para ver qué rumbo se
tomaba y solicitar a los que se hallaban exiliados en Inglaterra, Bélgica,
Suiza Argel y Gibraltar para que con ellos se formara una comisión que
representara a los emigrados y actuaran de conjunto, resultando elegidos el
treinta de junio de 1830 José María de Torrijos, Álvaro Flórez Estrada, Manuel
Flores Calderón, Vicente Cabanillas, nuestro Ramón de Villalba, Juan López
Pinto y José María Peón y Mier.
Todos ellos se pusieron a trabajar
para organizar mejor los alzamientos, pero tras el apresamiento y muerte de
Torrijos en Málaga, perdió fuerza y hubo que esperar al fallecimiento del
tirano y la promulgación de la ley de amnistía de 1833 para que los exiliados
pudieran volver a España, como Ramón de Villalba, quien entró en España a
través de Gibraltar, reintegrándose de nuevo al servicio el nueve de mayo de
1834.
Debió fallecer el año de 1838,
pues en el Estado Militar de España de 1839 ya no aparece.
SOLDADO ESPAÑOL
Málaga - 2021
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